LA VIOLENCIA CONTRA EL PAN
LA VIOLENCIA CONTRA EL PAN
“Muy grave lo que sucedió en Culiacán
y otras localidades del estado de Sinaloa, durante las primeras horas del
pasado domingo 19 de diciembre, previo a la jornada de votación para elegir la
dirigencia estatal del Pan Sinaloa.
“Cada vez hay más evidencias y
testimonios de hechos delictivos como el allanamiento de moradas, privación
ilegal de la libertad (retenciones y levantamientos de personas), daños en
propiedad ajena, lesiones físicas y emocionales, intimidación y amenazas, etc.
Además de la intromisión y afectación del proceso democrático estatutario para
la renovación de dirigentes de una entidad de interés público.
“Urge tomar medidas cautelares y una
investigación a fondo de los hechos por parte de las dirigencias estatal y
nacional del PAN, así como interponer las denuncias correspondientes ante las
instancias internas, las autoridades electorales (INE, IEES) y las de
procuración de justicia (FGR y FGE) para el esclarecimiento de los hechos, la
determinación de los autores intelectuales y materiales, así como el
fincamiento de las sanciones correspondientes”, afirma un preocupado Luis Roberto Loaiza,
exdirigente del Comité Directivo Estatal (CDE) y consejero estatal vitalicio
del PAN.
Y es que, no es para menos, el
proceso de renovación del CDE del PAN, que todos esperaban fuera rutinario e
irrelevante para la mayoría de los sinaloenses, de puertas hacia adentro para hacer
la reflexión y renovarse luego de los pésimos resultados que ha obtenido en las
últimas elecciones federales y estatales, terminó siendo un proceso atropellado
por los grupos armados que aparecieron nuevamente en escena convirtiéndola en
una elección bochornosa con resultados cuestionados.
Que debiera obligar a los panistas a
revisar lo sucedido el domingo pasado y, cómo bien lo dice Luis Roberto, fincar
responsabilidades y sanciones, porque, dejarlo pasar, como un incidente más de
la conflictiva electoral, es no aquilatar los riesgos, que existen no sólo para
este partido sino para el conjunto del sistema de partidos vigente; no para
Sinaloa, sino, varios estados, donde se están normalizando este tipo de
prácticas violentas que ponen en entredicho el libre juego democrático.
No debiera repetirse la impunidad en lo
sucedido durante las elecciones concurrentes del pasado verano donde las amenazas
y violencia se repitieron desde Ahome hasta Escuinapa; de La Concha hasta El
Carrizo, donde luego de la calificación de las elecciones y la entrega de actas
de triunfos de mayoría, no ha pasado nada, se ha asumido que las elecciones
fueron normales, solo con los incidentes que siempre aparecen en cada comicios
y, por lo tanto, nada se judicializa.
Y, lo más sorprendente, es que algunos
de los que cuestionaron en público y en privado la calidad de las elecciones e
incluso, hablaron, de robo y fraude electoral, que cuestionaron la violencia, con
algún puesto en las administraciones públicas han olvidado la afrenta y dado
vuelta a la hoja poniendo en entredicho a los partidos que los postularon sea
como tales o como coaliciones electorales.
Y es que mire lector, si aquellas
elecciones, tuvieron que ver con la calidad de las elecciones en este caso está
vinculado a un proceso interno que debería ser, como cualquier otro, del
interés exclusivo de sus militantes en el uso de su derechos
político-electorales. De elegir y ser electo. Vamos, ejercer lo básico en toda
democracia representativa que se precie de serlo.
Juan
Carlos Estrada Vega, dirigente estatal del PAN, un tanto exasperado rápidamente
repartió culpas y aseguró ante los actos violencia contra su partido:
“Eso no lo vamos a permitir. Le exijo al Gobernador del estado que ponga orden,
y que amarre a sus animalitos, que investigue y que no permita que sucedan este
tipo de actos que dañan tanto a la ya de por sí endeble democracia”. Y tiene
razón, alguien estuvo detrás de esto, y es tarea del gobierno investigar los
delitos electorales, no pedir a la víctima, que lo haga, porque entonces si es
así de que Estado de Derecho estamos hablando.
La respuesta de Rubén Rocha no se hizo esperar,
pero, no en el sentido de lo que había que esperar de una autoridad democrática,
que reivindica el juego político sin interferencia de los llamados poderes
fácticos pues se fue por la tangente cuando afirmó: “Nosotros no nos metemos; en el movimiento de nosotros
hay muchos ex panistas y, a lo mejor, son panistas activos, es decir, que estén
registrados. Yo no sé si ésos participaron, pero el que lo haya hecho, lo hizo
a título personal”, cuándo debería expresar sintonía con un dirigente de la
oposición sobre que este tipo de acciones se normalicen bajo su gobierno y deja
entrever donde están sus sospechas o el interés de su narrativa.
Además, el gobernador afirma, en
su conferencia semanera de esta semana que al diputado panista Adolfo Beltrán: “le
tumbaron la puerta de su casa, se metieron, le quitaron algunas cosas y se las
llevaron, y le dijeron: ‘no queremos que participes en la elección del PAN’”.
Una expresión indeseable y contundente que se está normalizando rápidamente en nuestros
procesos electorales lo que indica que hay un poder factico interesado en
intervenir e imponer su voluntad en este tipo de procesos, determinar, en
última instancia, quién o quiénes alcanzarán la representación política y cuáles
serán las posturas que defenderán en el desempeño de ese cargo político.
Ante, esto, queda claro que el
triunfo de la fórmula que encabezaba Roxana Rubio se ve empañado sobre todo porque
el diputado amenazado apoyaba a la fórmula que tenía como cabeza a Verónica
Montaño y aquella festina el triunfo y llama a dar vuelta a la hoja, cuando hay
actos que son inaceptables en los procesos democráticos de selección interna y
que de no hacerlo manchara su gestión como dirigente de los panistas
sinaloenses por lo que debería ser la que exija al gobierno el esclarecimiento
de los hechos.
En definitiva, lo sucedido el
domingo pasado, se agrega a lo ocurrido en los comicios del pasado verano,
alimenta el poder de los poderes facticos en claro retroceso del juego democrático
y eso no es una buena noticia sobre todo cuando otros dirigentes, de otros
partidos, han expresado que se encuentran en una situación similar y si así es están
en juego las instituciones de nuestra democracia. Por lo pronto ya veremos
hasta donde son capaces de llegar los panistas en sus reclamos.
Al tiempo.
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