POR LOS CAMINOS DEL SUR
Cuando aparezca esta publicación
el presidente López Obrador estará en el sur del estado probablemente supervisando
los avances de lo que será la Presa Santa María y estará acompañado del gobernador,
los alcaldes de la región y algunos diputados y senadores (si son convocados).
Sin embargo, hay algo más que los
parabienes de esta gran obra hidráulica que tiene visión de futuro, y que no
está formalmente en la agenda del recorrido pero que tiene una honda
significación en clave de sucesión de gobernador.
Seguramente estarán atentos
figuras de morenismo que buscarán señales de simpatía o al menos alguna selfi
que le sirva para promocionar su imagen sea para gobernador, diputados federal
o locales y alguna alcaldía.
Son los usos y costumbres que
heredó el PRI y que los morenistas han mantenido en sus rutinas por encima de
las directrices que pudiera dar su partido, hoy que tiene una dirigencia
formalmente constituida.
Los aspirantes a gobernador están
urgidos de esa foto que los anime a continuar en la búsqueda de su candidatura.
Todos ellos han circulado en redes sociales fotos y videos viejos con el fin de
generar una percepción de cercanía con el hoy presidente, pero les urge una más
actual, vamos, de ayer, para continuar con su cruzada.
Pero AMLO sabe de la importancia
del timming en política y es probable que no se la dé a uno o si se la da a uno
se la da a todos.
Algunos de ellos, según
trascendidos en prensa, ha pedido audiencia en Palacio Nacional pero no se las
han concedido por la sencilla razón de que quien lleva la batuta no son los
suspirantes sino el dueño de la decisión.
Incluso, hay un alcalde morenista
molesto con ese rechazo qué en su reciente informe de gobierno, no mencionó a
su líder moral ni a la 4T, y se fue a su aire, al autoelogio que ya ha empezado
hacerlo costumbre, sin el necesario matiz, que debe existir siempre en la
política.
Y ahí va a estar soportando los
rayos del sol con su mejor vestuario tropical y sonrisa dispuesto a ser llamado
para escuchar al oído, pero, quizá, se quede con las ganas, porque no es un
avezado de la política y le ganan cómo lo hemos visto las emociones como
sucedió en el segundo informe de gobierno.
Pero, sospecho, que el presidente
viene a hacer política y está la hará con el gobernador con quien lleva una
excelente relación. ¿Qué hablaran? Seguramente de las elecciones de 2021 y de
las grandes inversiones que se realizarán en 2021 entre ellas la de la Presa
Santa María.
López Obrador, necesita conservar
la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados, y eso significa obtener al menos
cuatro de los siete diputados federales de la próxima legislatura, y alguien
que quiere la mitad del pastel legislativo va a todas las alianzas posibles de
manera que considerando que quizá sea la última vuelta del año es probable que
el tema este en alguna de las sobremesas donde los callos y los camarones no
han de faltar.
Pero, volviendo al punto, ¿cuál de
los pretensos morenistas estará más en la cabeza del tabasqueño? Rubén Rocha
que ha aprovechado muy bien su cargo en el Senado de la República para
construir alianzas dentro y fuera del estado es el mejor perfil que tiene
Morena; de los tres alcaldes morenistas que gobiernan los principales
municipios no se hace uno por su escasa preparación política, sus yerros
administrativos y en alguno su frivolidad y excesos con los recursos públicos;
Imelda Castro, la gran beneficiada de los cargos que ha tenido la izquierda en
Sinaloa, toda su apuesta es que la beneficie una candidatura de género porque
su desempeño -aun siendo la vicepresidenta del Senado- ha sido irrelevante y hasta
un yerro imperdonable en sus intervención, o sea, no ha aprendido y eso sería
un lastre si aspira y alcanza la nominación de Morena.
En fin, esta vuelta por los
caminos del sur que da nuevamente el presidente no es circunstancial, de
inauguración de obras porque no las hay, sino es eminentemente política, algo
habrá de quedar y eso lo sabremos antes de que finalice el año.
¡Al tiempo!
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