LA MENTIRA DE LOS “INTELECTUALES”
Un atributo del intelectual de
cualquier época es la búsqueda de la verdad en beneficio de la colectividad a
la que pertenece, sea que se manifieste individual o a través de asociaciones
políticas y sociales.
Así, lo evidente, lo notoriamente
evidente, debería ser la base de sus argumentos y es lo que le genera el
prestigio y su autoridad moral para pronunciarse en uno u otro sentido en
cualquier tema de interés público incluso a transformarse en un contrapeso del
poder en el terreno de las ideas.
Por eso no cabe la mentira, la
verdad a medias o el juego con las cifras, para sostener un argumento, al
hacerlo demerita al intelectual que la esgrime.
Y esto lo vimos en el
pronunciamiento político de un grupo de académicos, periodistas y empresarios
culturales mediáticos.
Se publicó que la coalición electoral
“Juntos haremos historia” estaba sobre representada en la Cámara de Diputados pues
habiendo obtenido el 47 por ciento de los votos había logrado tener la mayoría
calificada y esto soslaya que en ese 47 por ciento haya una gran cantidad de
triunfos de mayoría relativa.
Y aquí está la clave para
entender este diferendo engañoso que sería válido en un sistema parlamentario,
pero no en un presidencialista como el nuestro -refrendado por cierto este
viernes en El Universal por José Woldenberg. Morena obtuvo 162, el PT 36 y el
PES 24 triunfos de mayoría relativa en 222 de los 300 distritos electorales en
que está dividido el país.
Estos triunfos no los deja fuera del
reparto de las posiciones de representación proporcional si no por el contrario
de acuerdo con la fórmula de asignación les toca una cuota de las 40 posiciones
en cada una de las cinco circunscripciones electorales.
Morena, en la primera obtuvo 17;
en la segunda 13; en la tercera 22; en la cuarta 20 y en la quinta 19 que dan
un total de 91 diputaciones. Y el PT 5 y el PES, 1, en las cinco
circunscripciones. Todo esto suma 319 posiciones que efectivamente son más de
300 escaños, pero no significa que un solo partido las tenga sino tres incluso,
ni los tres, hacen la mayoría calificada pues se necesitan 330 diputados.
Recordemos, la mayoría calificada
significa el 66 por ciento más uno de la cámara, lo que le habría permitido al
presidente López Obrador que se le aprobaran las reformas constitucionales, pero
lo correcto no es decir que este partido tiene la mayoría calificada, sino que
es producto, cómo veremos, de una coalición legislativa.
Está semana Héctor Aguilar Camín publicó
sendos textos en el diario Milenio donde vuelve sobre el tema y busca demostrar
la “maroma” de Morena para tener más diputados en su fracción parlamentaria y
está consistiría en que aprovechándose de la ley de partidos postuló candidatos
suyos a través del PT y el PES y una vez ganada la curul se incorporaron a su
verdadera fracción parlamentaria.
Y no sólo eso, a través de este
trapicheo de diputados, habría logrado tener la mayoría calificada, que en su
argumento viola la Constitución pues está en su artículo 54 señala que ningún
partido puede tener más del 60% de los asientos de la Cámara de Diputados.
Hasta aquí el argumento suena lógico,
pero se debilita al ver la información oficial sobre la integración de la
Cámara de Diputados. Nos encontramos que Morena tiene 253 de los 500 diputados,
es decir, tiene mayoría absoluta, pero no calificada, que dista mucho de
tenerlo pues le faltarían 78 diputados.
Sin embargo, es cierto que existió
y existe la mayoría calificada para sacar adelante las reformas
constitucionales -y, para no ir muy lejos, basta ver la reforma a la ley de
pensiones ocurridas en esta semana-, que solo es posible por el mecanismo de coaliciones
legislativas que es una práctica normal en todos los parlamentos democráticos
del mundo.
Así, los 253 diputados de Morena,
habría que agregar los 41 diputados del PT, los 25 del PES que curiosamente no tiene
partido y un aliado que apareció en el camino y que es definitivo para alcanzar
la anhelada mayoría calificada, como viene siendo el Partido Verde, que en está
legislatura tiene 13 diputados y agregado da un gran total de 332 diputados.
Ligeramente superior a los 330 diputados que exige la mayoría calificada.
Esa es la realidad de la mayoría
calificada y no tiene nada de violatorio de la Constitución, pues simplemente
por la vía de las coaliciones legislativas Morena logró cubrir este requisito
indispensable para realizar reformas constitucionales.
Y lo va a seguir haciendo,
mientras continúen los acuerdos entre los lideres de estas fracciones
parlamentarias y la oposición en esta cámara deberá asumir, cómo lo ha hecho,
que es una mayoría calificada legitima.
Me pregunto porque estos
intelectuales siguen esgrimiendo está mentira y me formuló una nueva
interrogante ¿a quién le sirve que un presidente de cualquier partido, y en
este caso, uno con un programa amplio de justicia social, no pueda realizar las
reformas constitucionales que necesita para sacar adelante su proyecto político?
Y la respuesta a bote pronto: es que
no les gusta la naturaleza de las reformas sociales, la forma de la
distribución de los recursos públicos, la lucha contra la corrupción o quizá el
término del dispendio a favor de los amigos del presidente en turno y todavía
menos la lucha contra la corrupción.
O sea, no es que peligre la
democracia con estas medidas reformistas sino desean quitarle fuerza al
presidente y esto solo podrá ser a través de las elecciones en 2021, no
haciendo circular este tipo de versiones sin duda interesadas que ponen en
entredicho la palabra intelectual.
¡Al tiempo!
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