CONTRA LAS ENCUESTAS
CONTRA LAS ENCUESTAS
Ernesto Hernández
Norzagaray
Estos días abundan las encuestas
de intención de voto con una constante: el triunfo de Morena y sus aliados es
irreversible. Nada parece influir en ese resultado cantado: No influirán los
más de 180 mil homicidios dolosos y el más del 95% de impunidad, la crisis profunda
del sistema de salud o de educación, el rechazo del presidente de reunirse con los
padres de los ya 42 de Ayotzinapa o las madres con hijos de desaparecidos, el
enriquecimiento a la Nahle, la corrupción en Segalmex y las obras emblemáticas
de este gobierno, las afores, las reformas a la ley de amparo…
En la lógica de las encuestas, nada
afecta, pareciera que los resultados antes de provenir del sentir ciudadano son
producto de una estrategia de propaganda que busca instalar en el inconsciente
colectivo lo irremediable del triunfo de Morena y aliados y la fatalidad de la derrota
de la oposición.
Me pregunto, ¿qué podría sustentar
que los ocho millones de votos perdidos por Morena y sus aliados en 2021, estarán
de regreso el 2 de junio, garantizando el triunfo amplio de Claudia Sheinbaum y
la mayoría calificada en el Congreso de la Unión y poner en marcha el llamado
Plan C? que, recordemos, significaría el segundo piso del pretendido cambio de
régimen del presidente López Obrador.
O en sentido contrario, qué pudo
haber sucedido para pensar que la oposición toda junta -incluido MC- habiendo
obtenido más votos que Morena y sus aliados en 2021, ¿no conservará o superará
los más de 23 millones votos obtenidos en esa elección intermedia?
A bote pronto se podrá decir que
toda elección es diferente a la anterior menospreciando las tendencias pautadas
por la elección anterior y el cruce con los estudios demoscópicos más
confiables en materia de ciclos electorales.
Quien escribe sostiene la
hipótesis que la intención de voto no ha cambiado mucho, que se ha solidificado
y la oposición toda, seguirá teniendo la preferencia de la mayoría de la gente,
salvo que haya una caída de la participación por la intervención del crimen
organizado.
Si la gente sale a votar va a
reeditarse lo sucedido en 2021, los votos acumulados por la triada PAN-PRI-PRD,
podrían no ser superiores a los de Morena-PT-Verde, porque los que necesita
para superar los tendrá Movimiento Ciudadano, es decir, ese 6 o 7% que trae de
intención de voto el candidato Álvarez Máynez.
Si esta hipótesis, se cumple,
tendremos que el primer efecto será que el llamado Plan C será el derrotado
porque la coalición “Juntos hacemos historia” difícilmente obtendría la mayoría
calificada por más esfuerzos que están haciendo por intentar ir en candidaturas
comunes en la elección de diputados federales y con candidatos propios, en la
elección de senadores, buscando de esta forma, no solo obtener la fórmula de
mayoría, sino, la de primera minoría en los estados donde van de esa manera.
O sea, el resultado probable, es un gobierno
sin mayoría en ambas cámaras, lo que desde el punto de vista democrático es el
ideal -según el politólogo catalán Josep Colomer- porque un escenario de ese
tipo obligaría a la titular del Poder Ejecutivo a negociar con la oposición los
presupuestos generales, como también, la vigencia de las instituciones de
nuestra democracia.
Pero algo más. Un escenario de
gobierno sin mayoría, o un gobierno dividido, cae, lo han dicho varios analistas,
como anillo al dedo a Claudia Sheinbaum, porque la ausencia de mayoría absoluta
o calificada sería el fracaso de López Obrador porque debilitaría el chantaje que
ejerce sobre su candidata presidencial.
Y es que Claudia en un escenario fragmentado
de este tipo estaría obligada a voltear a ver, no a su tutor político, sino hacia
la oposición, que tendría los votos que necesita para sus políticas. Claro, en
el supuesto caso, que ella gane la elección presidencial.
Ahora bien, si observamos la
nueva publicidad oficialista que está circulando en los medios de comunicación Claudia
Sheinbaum en el segundo debate “saldrá a defender los logros del gobierno de
López Obrador” cuando el cálculo político invitaría a la prudencia y a tomar una
distancia razonable de Palacio Nacional.
Sheinbaum, en esta nueva
publicidad, está dirigiéndose a los leales del obradorismo, los inamovibles, cuando
debería dirigirse a los votantes indecisos, a los electores switchers, que
serán quienes definirán el resultado en la elección presidencial.
Y eso, seguramente, ya lo vio el
cuarto de guerra de Xóchilt Gálvez para ir por ellos con una postura más independiente
y, hasta crítica, hacia los partidos que la postulan como candidata
presidencial.
Por eso, este segundo debate,
reviste un interés especial, porque Claudia Sheinbaum llegará con la presión de
AMLO y eso, podría hacerla retroceder, porque estaría enfocada a satisfacer el
ego del residente de Palacio Nacional. No a ampliar su base de votantes; y,
Xóchilt Gálvez, llegará, seguramente, más suelta, con la lección aprendida, solo
con la presión razonable de las encuestas buenas en contra, pero, sabe, que al
estar abajo en la mayoría de las encuestas todo es ganancia y es probable, que
su estrategia sea más confrontativa e hincará la uña en la llaga de los incumplidos,
las mentiras y burlas o los desaires del presidente López Obrador.
Ahora bien, es probable que en el
debate del próximo domingo aumente la audiencia que tuvo el primero pues, de
acuerdo con el INE, solo alcanzó 13.7 millones de los casi 100 millones de
personas con credencial para votar, o sea, en términos absolutos, está
participación ciudadana fue baja, lo que habla de que la mayoría de los
ciudadanos todavía están en otra frecuencia y lo político electoral no es su
primera preocupación.
Y por eso muy probable que segmentos
de indecisos y pragmáticos switchers se acerquen al televisor o a las
redes, para escuchar y empezar a proyectar la dirección de su voto o de sus
votos.
En definitiva, la sombra de los
resultados de las elecciones de 2021, hoy, más que nunca, se hacen presentes,
porque no está claro que es lo que llevaría a un ciudadano a votar distinto a
lo que votó en aquellas elecciones intermedias. Las que emparejaron el piso
electoral de los dos bloques partidarios cuando hay elementos en uno y otro
sentido, que pueden definir el resultado en esta contienda histórica. A mi
entender, hay más agravantes que logros para presumir. Al tiempo.
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