NO ES PEDRO SÁNCHEZ, ES LA INTERNACIONAL SOCIALISTA.
NO ES PEDRO SÁNCHEZ, ES LA INTERNACIONAL SOCIALISTA.
Ernesto Hernández
Norzagaray
Creo que Claudia Sheinbaum leyó
mal la declaración, no fue el presidente del gobierno español, sino el
presidente de la Internacional Socialista (IS) quien fijo postura luego de una
reunión de los partidos que forman esta organización progresista que agrupa a
casi una centena de partidos socialistas, socialdemócratas y laboristas -la
otra es la Internacional Democristiana y antes, la desaparecida y temida Internacional
Comunista- o sea, no es el presidente de un gobierno, que se está metiendo irresponsablemente
en los asuntos de otro país, sino, es la voz, de una organización política, creada
en 1951, cuando había concluido la segunda guerra mundial y los líderes
mundiales buscaban instituciones supranacionales capaces de evitar otra
conflagración militar.
Entonces, es comprensible la
intervención de la IS a través de su capacidad de diagnóstico y alerta de lo
que esta pasando en distintas regiones y países poniendo en peligro la
democracia como el mejor mecanismo para resolver conflictos y garantizar la
estabilidad política.
Además, la IS nació con el
propósito de combatir tanto al “«capitalismo descontrolado», como al «comunismo
soviético», por ser este un «nuevo imperialismo». Afirma en sus principios que
el socialismo quiere construir una sociedad «libre y democrática», buscando
reemplazar al capitalismo por un sistema donde los intereses públicos
tengan preferencia por sobre los intereses privados”
Pedro Sánchez, es el máximo
dirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y cómo tal, forma parte
de esta organización, que ha tenido como presidentes al alemán Willy Brandt, al
griego Yorgos Papandreau o al portugués Antonio Guterrez, actual secretario
general de la ONU, y han sido secretarios generales, el chileno Luis Ayala y
presidentes honorarios el peruano Alán García y la figura icónica de la
izquierda nacionalista mexicana Cuauhtémoc Cárdenas.
O sea, no es un membrete, otra
más de las voces del “conservadurismo ni de la ultraderecha internacional” que
busca socavar democracias sino, por el contrario, fortalecerlas y como
colectivo progresista lanza alertas que todos deberíamos estar interesados en
escuchar, sobre todo, cuando tiene que ver con los peligros de la violencia
criminal que amenazan seriamente nuestra frágil democracia -o, mejor, las
democracias latinoamericanas- que están llamando la atención en el mundo.
La declaración que molestó a la
candidata Claudia Sheinbaum fue cuando la IS a través de Pedro Sánchez afirmó:
“Es
imperativo abordar el nexo entre el crimen organizado, la violencia política y
la erosión institucional para salvaguardar el futuro democrático de México. La
falta de acción podría socavar aún más la confianza en los procesos
democráticos y provocar un retroceso. Por lo tanto, es esencial actuar de
manera concertada para contrarrestar las amenazas del crimen organizado y
preservar las aspiraciones democráticas de México”.
Nada en estas
palabras que haga frontera con una provocación. Sin embargo, fue motivo suficiente
para sacar del glosario patrio la máxima de Benito Juárez que tenía sentido en
el siglo XIX, pero hoy es un despropósito ante un mundo globalizado: “Entre los
individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, pues
como nunca la búsqueda de los equilibrios reclaman que las partes contribuyan
al bienestar de todos.
Imaginemos,
por un momento, si con esa visión patria, viéramos lo que está sucediendo en
Ucrania o en la Franja de Gaza, que los Estados Unidos y la Unión Europea abandonaran
a su suerte a Volodímir Zelenzki o a los palestinos aquello ya hubiera acabado
con las vidas de millones de personas y sus territorios serían parte de los de Rusia
e Israel.
Es
comprensible que en los cuartos de guerra frecuentemente sus miembros vean
moros con tranchete y es que en ese ambiente domina la idea de un juego de suma
cero, donde lo que pierde lo gana el otro, y ya metidos en el terreno de las
frases heroicas esta la de Fidel Castro: Todo dentro de la revolución, nada
fuera de ella, cuando lo recomendable es escuchar todas las voces y más,
aquellas, que están en el ideario de la izquierda progresista.
Entonces, hay
que distinguir entre los enemigos y los amigos, entre los postulados del
conservadurismo y los de la izquierda progresista, y de ellos aprender, hacer
política progresista, acabar con los atavismos de la peor izquierda, la que
esta anclada a una visión autoritaria, autocrática, todopoderosa, que hoy
cuesta mucho a los cubanos, venezolanos, nicaragüenses y que, en México, es la
verdadera disputa en las próximas elecciones presidenciales.
Y es que
tenemos el elefante en medio de la sala y no queremos verlo, o peor si lo vemos
tendemos a minimizarlo, invisibilizarlo, como una hechura de los “enemigos”,
cuando la violencia criminal nos transformó en uno de los países con mayor
número de homicidios dolosos per cápita y tenemos algunas de las ciudades más
peligrosas para vivir en el mundo.
O sea, el
tema de la inseguridad es un serio problema que lo están viendo fuera de México
e instituciones, como la IS, fijan postura sin estar pensando a que partido o
coalición benefician.
Y, claro, se
dirá, pero ahí está el PRI de Alejandro Moreno, que es miembro de la IS y es el
que esta haciendo la “grilla” para que salga ese pronunciamiento y sí el PRI,
está ahí, con todo y Alito Moreno, pero esa visión grilla minusvalora a esta
gran organización socialdemócrata que tiene un peso específico en el terreno de
la política internacional.
Que opina
porque tiene autoridad política y sus partidos han gobernado y gobiernan una
buena cantidad de países no sólo de Europa, sino del resto del mundo y tienen,
claramente, identificados, cuáles son los nuevos enemigos de la democracia a
los que hay que combatir entre ellos las autocracias que son la negación de las
instituciones producto de los consensos políticos.
Por eso
decimos, no es Pedro Sánchez el que habla sino la IS, la que reúne a decenas de
partidos y que están atentos a la salud de las instituciones democráticas del
mundo.
Nada fuera de
lugar, sino por el contrario, está en el centro del debate contemporáneo y eso,
nos toca, hoy, sobre todo, que estamos en víspera de las elecciones más grandes
de nuestra historia.
Claudia, hay
que leer bien los posicionamientos del progresismo mundial porque, eso, es
tener visión de Estado, ser estadista.
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