LOS PRINCIPALES DESAFIOS POLÍTICOS PARA MEXICO EN 2024.
LOS PRINCIPALES DESAFIOS POLÍTICOS
PARA MEXICO EN 2024.
Ernesto Hernández
Norzagaray
En este año en que se celebraran
las cada vez más copiosas elecciones concurrentes en la historia de México se
elegirá a la primera presidenta de la República y se renovara completo el
Congreso de la Unión, nueve gobiernos estatales, más de dos mil alcaldías, los
treinta dos Congresos locales, sin embargo, lo que podría ser una simple rutina
democrática está lejos de serlo y, paradójicamente, el dilema a dilucidarse se
inscribe en la matriz democracia versus autocracia.
La transición a la democracia fue
producto de una serie de pactos legislativos que fueron dotando al país de una
serie de instituciones que despejaron la desconfianza que había sido el sello
de las relaciones Inter partidarias. A partir de ese momento crepuscular la
incertidumbre en la competencia por los votos fue la constante de tal suerte
que provocó el fin del llamado “partido de Estado” y la llegada de los procesos
de alternancia en los tres niveles de poder político (municipios, estados y
presidencia de la República).
Sin embargo, la llegada al poder
de Andrés Manuel López Obrador y su oferta de cambio del régimen neoliberal,
administrado por los sucesivos gobiernos del PRI y el PAN entre 1982 y 2018,
derivo en un régimen de corte populista de izquierda que primero se aglutinó
alrededor del Partido de la Revolución Democrática bajo el emblema de la
coalición “Por el bien de todos, primero los pobres” que disputó la presidencia
en 2006 y 2012 y, más tarde, en el partido Movimiento de Regeneración Nacional
(Morena) transformada en la coalición “Juntos hacemos historia”, con la que
obtuvo un triunfo apabullante en las elecciones de 2018 y se convirtió en el
primer presidente producto de la confluencia de distintas fuerzas de izquierda.
Quienes votaron por un cambio de
corte socialdemócrata donde coexistirían civilizadamente el Estado social con
el gran capital, el partido en el gobierno con las oposiciones y el
fortalecimiento de las instituciones de la democracia rápidamente sufrieron un
desencanto.
El presidente López Obrador pinto
su raya con el gran capital al cancelar el nuevo aeropuerto de la Ciudad de
México con pérdidas para las finanzas públicas por más de 30 mil millones de
pesos. El Congreso de la Unión que había sido el escenario de las negociaciones
y transformaciones democráticas de los últimos treinta años fue capturado por
el discurso de que había que “acabar de fondo con el viejo régimen de
componendas políticas”.
Y, eso pasaba por llevar a los
ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial a la prueba de las urnas que
no ha podido concretarse porque el partido del presidente y aliados no cuentan
con los votos suficientes para cambiar la Constitución e introducir esta figura
electoral.
Sin embargo, el empeño no ha
cesado pese a los fracasos en el Senado de la República y el presidente ha llamado
a sus seguidores hacer realidad el llamado Plan C en las elecciones de la
próxima primavera que consiste en alcanzar la mayoría calificada del Congreso
de la Unión para llevar a cabo las reformas constitucionales que facilitarían
el control del Poder Judicial.
Entonces, el país transita desde
la democracia representativa a una sui generis autocracia de izquierda
populista que los ciudadanos decidirán este desafío con su voto en los comicios
primaverales.
Así mismo, los ciudadanos con su
voto tienen el desafío de detener la militarización que alcanza niveles nunca
vistos en el país por las múltiples atribuciones que el presidente ha otorgado a
las fuerzas armadas. Un presidente que dicho de paso en 2018 hizo campaña electoral
con la máxima de que “los militares durante mi gobierno volverán a los
cuarteles”.
Y es que el Ejecutivo pretende
una reforma constitucional donde la Guardia Civil diseñada y puesta en
operación por su gobierno con mando civil pase a tener mando militar. Lo que
cobra una significación especial por el fracaso de la estrategia de “abrazos no
balazos” que ha significado hasta noviembre de 2023 un saldo de 173 mil
homicidios dolosos.
También los ciudadanos deberán
decidir si le dan una mayoría calificada a Morena y sus partidos aliados para
desaparecer a los organismos autónomos que a decir por el presidente “no sirven
para nada” y que pretende con esa mayoría una reforma constitucional que
desaparecería el Instituto de Acceso a la Información Pública, que atiende
solicitudes de información por ciudadanos interesados en conocer como gasta el
gobierno los recursos públicos en nóminas, contrataciones y otorgamiento de
permisos a particulares para la explotación de un recurso nacional. Y en esa
tesitura están el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la Comisión de
Competencia Económica (COFECE) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
En definitiva, los desafíos electorales
para 2024 no son menores, habrán de definir si se conservan las llamadas
instituciones de la democracia mexicana o avanza el proyecto autocrático de la
4T.
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