NAVIDAD, MOTIVO DE OPTIMISMO

 

NAVIDAD, MOTIVO DE OPTIMISMO

 

Ernesto Hernández Norzagaray

 

Debo confesar que ya tenía otro texto preparado para los lectores de Noroeste y en uno de esos momentos de reflexión me dije, caramba, aparecerá, justo, en la víspera navideña cuando la gente está en la frecuencia de compras, regalos, cenas, encuentros, abrazos y deseando a los suyos la mejor de la navidad (por ahí, Jorge Ibarra, un compañero universitario, adelantado subió su mensaje de viva voz en facebook deseando sus mejores deseos para todos).

Entonces, no debe ser, me dije, un texto sobre un tópico problemático donde se revelan frecuentemente las mezquindades del ser humano y es que, ya habrá tiempo, para discurrir sobre uno de esos temas que abruman y provocan la necesidad de esbozar explicaciones y rutas de salida.

 Los mexicanos llegamos al final de año cargados de malas noticias por la violencia que se expresa en forma inesperada en diversas regiones del país y, no menos inequívocamente, en nuestro territorio local, con una violencia a cuentagotas, sin embargo, estos días llaman a alimentar el espíritu navideño.

La gente está en las calles, los comercios y restaurantes, las posadas e iglesias, en las casas departiendo con los amigos, correligionarios, familiares. Deseando que esta navidad sea lo menos violenta y que la humanidad tome un reposo para destinar sus fuerzas a lo sustantivo en un mundo que si no hacemos algo se nos caerá a pedazos producto de la irracionalidad de nuestro estilo de vida – ahí, están, como avisos irredentos el terremoto de esta semana en China y el estallido de un volcán en Islandia que muestra lo frágil que somos ante la naturaleza.

No menos conmovedoras son las imágenes de guerra en la Franja de Gaza y Cisjordania, como también, en la región de Járkiv, en el noreste de Ucrania, donde diariamente nos enteramos de cientos de muertos que dejan los misiles y la metralla indiscriminada.

Pero, pregunto, el 2023, ¿no nos dejará algunas buenas noticias? Claro, que sí, me di a la tarea de localizar algunas en internet y me encontré un texto muy generoso del periodista digital Max Carranza quien revela algunas bellamente sorprendentes que las leí y escribí con mi propia redacción:

¿Se acuerda usted del navegante australiano Timothy Shaddock? Quien, buscando llegar a la Polinesia estuvo perdido tres meses en medio del océano Pacífico junto con su fiel perrita Bella y todo pintaba que el naufragio terminaría en una tragedia totalmente ignorada como seguramente han sucedido muchas sin que nos enteremos.

Sin embargo, esta historia, tuvo un final feliz, Timotthy y su perrita fueron rescatados por un atunero de la empresa colimense Tuny que los trajo a tierra firme. El rescate de esta pareja singular se volvió noticia mundial y todos, no enternecimos al ver a ese hombre barbado y deshidratado en medio del asombro y sonriente, cargando a su perrita y, expresando su agradecimiento a diestra y siniestra, mientras aquella movía alegremente la cola.

 Otra historia digna de ser recordada es la de los cuatro niños indígenas colombianos de 1, 4, 9 y 13 años (Soleiny, Tien, Lesly y Cristin) quienes, milagrosamente, sobrevivieron a un avionazo en medio de la selva de la Amazonia donde sus padres perdieron la vida y ellos quedaron a la deriva en medio de los peligros que siempre acechan en la selva.

El asunto es que estos infantes permanecieron 40 días en el más absoluto abandono hasta que fueron localizados por las fuerzas armadas de Colombia para luego ser traslados a un lugar seguro donde fueron atendidos por un cuadro severo de desnutrición. Se dice que los niños sobrevivieron gracias a que no se los comieron animales salvajes y al conocimiento que tenían de las frutas y semillas comestibles con las que se estuvieron alimentando.

Un caso menos alarmante, y hasta irónico, es el del deportista paraolímpico Ricardo Ten, un valenciano que pese a no contar con sus brazos es un esforzado nadador y ciclista que siempre ha luchado contra la adversidad que le provoco un accidente carretero.

Bien, la nota es que este hombre ejemplar, compitió y ganó una competencia ciclista lo que significó obtener el premio mayor que, paradójicamente, era un reloj de pulso lo que supone un mal chiste porque al no tener brazos, no tiene muñecas, pero él lo tomó con humor y se lo puso prácticamente en el hombro e hizo la siguiente expresión de alegría: Siempre es tiempo de campeones.

La ciencia por su parte en la Universidad de Texas hizo su aportación cuando un grupo de científicos presentó una pastilla experimental para combatir la leucemia y la aplicó en dieciocho pacientes voluntarios con un resultado positivo. Y de esa manera se espera que en 2024 se patente y certifique para ayudar en la atención de enfermos de este tipo de cáncer que año con año mata a miles de personas.

Una más de la ciencia es que por primera vez se realizó un trasplante de ojo en un ser humano en forma exitosa y el paciente, un neoyorquino cuarentón, espera normalizar su vida y recobrar totalmente su vista en 2024.

También, investigadores del Instituto Smithsoniano, han producido una vacuna contra las abejas que están pasando, al menos en México, por una mortandad en los estados del sureste del país lo que podría provocar una catástrofe en la producción de frutos y granos porque estos alimentos dependen de la polinización de estos pequeños insectos que transportan el polen de planta a planta. La vacuna de marras estaría destinada a colocarse en el alimento para poner freno a lo que algunos ya lo llaman el apocalipsis de los antofilos.

En definitiva, la navidad, tiene detrás tragedias que nos podrían llevar a ver todo oscuro, sin embargo, siendo positivos podemos ver luz al final de ese túnel con la sonrisa de personas sencillas que nos recuerdan que otro mundo es posible.

¡Tengan todos ustedes, una feliz navidad!

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