Los barones del crimen en la relación bilateral México - Estados Unidos
Los
barones del crimen en la relación bilateral México - Estados Unidos
Ernesto
Hernández Norzagaray/Latinoamérica21
Las relaciones
diplomáticas entre México y Estados Unidos de Norteamérica en los tiempos de la
llamada Cuarta Transformación (4T) –a
la que le anteceden la de Independencia de España, la de la Reforma de Benito
Juárez y de la Constitución de 1917–
han estado marcadas por la migración internacional que diariamente cruza la
frontera sur para dirigirse a la norte salvando en el tránsito todo tipo de
dificultades.
Y, también, sobre el que
versa este breve ensayo, la producción-distribución de fentanilo en México para
los consumidores en las ciudades norteamericanas, que de acuerdo con las
declaraciones de las autoridades de ese país causan cada año un promedio 100.000
muertes por sobredosis.
Un rasgo cada día más
visible en las relaciones bilaterales es que antes o después de un encuentro
entre los mandatarios de los dos países ocurren detenciones de líderes de los
cárteles del crimen organizado o la narcopolítica que viene desde los tiempos
de Donald Trump, más que como solución, como simulación en la atención del problema.
La primera de estas
detenciones fue el caso de César Duarte, un exgobernador acusado de peculado y
asociación delictuosa que huyó a la Unión Americana y fue detenido en Miami, días
antes de que el presidente López Obrador tuviera su primer encuentro con su homólogo
Donald Trump, lo que fue interpretado como un gesto de buena vecindad y
distensión política luego de las tensiones provocadas por la construcción del
muro fronterizo que “reforzaría” la seguridad estadounidense.
Así, en agosto de 2020,
semanas después de que el presidente López Obrador había realizado una visita
de Estado a Washington para encontrarse en la Casa Blanca con Donald Trump, fue
detenido José Antonio Yépez, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, a quien se
lo acusaba de diversos delitos, pero se inscribía en la presión que ejercía
Estados Unidos sobre el presidente mexicano luego de la violencia que había
alcanzado a ciudadanos norteamericanos.
En marzo de 2022, previo
a un encuentro del presidente mexicano con el secretario de Seguridad Nacional
de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, elementos del ejército detuvieron a
Gerardo Treviño Chávez, presunto líder del Cártel de Noreste, al que se lo
acusaba de violencia criminal, tráfico de drogas y lavado de dinero, lo que
provocó enfrentamientos en la frontera tamaulipeca que llevaron a suspender la
movilidad entre los dos países.
Ya con el gobierno
demócrata de Joe Biden, la colaboración continuó con la participación abierta
de la DEA y fue detenido un histórico del narcotráfico, el legendario Rafael
Caro Quintero, quien fue detenido el 15 de julio de 2022, dos días después de
que el presidente mexicano regresó de Washington con el compromiso de que el
gobierno estadounidense invertiría 1 millón 500 mil dólares en infraestructura para la frontera
norte.
El 5 de enero de 2023 fue
detenido Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, cuatro
días después de la visita Joe Biden a México para participar en la X Cumbre de
Líderes de América del Norte.
La detención de Guzmán
López era en ese momento estratégica por el vínculo de este personaje con la
producción y distribución de fentanilo en las ciudades norteamericanas. Los
estadounidenses ofrecían 5 millones de dólares de recompensa para quien ayudara
a su localización.
Su detención en los
suburbios de Culiacán, Sinaloa, provocó lo que se conoce como el segundo culiacanazo,
es decir, convirtieron la capital sinaloense en escenario de lucha entre esta
fracción del Cártel de Sinaloa y las fuerzas de seguridad del Estado mexicano
dejando un escenario de guerra y una estela de muertes de los dos bandos.
Cabe señalar que en esta
operación hay un personaje que jugó un papel central, que es Néstor Isidro
Pérez Salas, quien se desempeñaba como encargado de la seguridad de los hijos
de Joaquín El Chapo Guzmán, pero, también, se lo identifica como productor y
exportador de fentanilo.
Esta detención ocurrió
cuatro días después del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por
sus siglas en inglés), en el que el presidente López Obrador se habría reunido con
Joe Biden y, también, con el presidente Xi Jinping de la República Popular de
China acordando combatir el tráfico ilegal de precursores químicos de drogas
sintéticas.
En definitiva, la
sucesión de este tipo de hechos durante el gobierno de la 4T muestra que su política
exterior soberanista está pautada por las necesidades de cada una de las
naciones y que esto no habrá de cambiar, sino consolidarse en la presente y la
siguiente administración, lo que significa que el crimen organizado, contrariamente
a lo que se afirma de que se “manda solo”, es, al final, moneda de cambio
cuando suceden este tipo de encuentros entre los mandatarios de los países
vecinos.
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