LA CAPTURA DE “EL NINI”
LA CAPTURA DE “EL NINI”
Ernesto Hernández Norzagaray
La detención de Néstor Isidro Pérez Salas, el Nini, el miércoles
pasado en el fraccionamiento Colinas de la Rivera en Culiacán deja la sensación
que fue una concesión y no, como se ha dicho, producto del trabajo de
investigación de las fuerzas de seguridad del Estado mexicano.
Y es que coincide con la sexta visita que el presidente López
Obrador realizó el 14 de noviembre a Culiacán y Badiraguato para, así lo dijo, “supervisar
las obras de la carretera Badiraguato-Guadalupe y Calvo que ayuda mucho a
comunidades marginadas” de la sierra Madre Occidental.
Luego de esas visitas que levantan tantas dudas, suspicacias
y conjeturas, partió a San Francisco, California para participar de la Cumbre
del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Resulta, entonces, inevitable preguntarse si estos
desplazamientos del presidente tienen que ver con el espectacular operativo que
se desplegó para detener a Pérez Salas quien fungía como el jefe de seguridad
de la fracción del Cártel de Sinaloa de Los Chapitos y por el que, la DEA, ofrecía
3 millones de dólares por información que llevara a su detención.
A este joven treintañero nacido en el poblado sureño de
Aguacaliente de Gárate, municipio de Concordia - donde también nació Rodolfo
Valdez Valdez, alias El Gitano, quien el 20 de febrero de 1944, asesinó a
Rodolfo T. Loaiza, entonces gobernador de Sinaloa- se le acusa de ser productor
de fentanilo y responsable del operativo violento ocurrido el 5 de enero pasado
cuándo se detuvo por segunda ocasión a Ovidio Guzmán López para conservarlo y
llevarlo a la cárcel del Almoloya de Juárez y, más tarde, a una prisión
estadounidense.
Aquella detención, recordemos, activó a distintas células del
Cártel de Sinaloa que buscaban mediante la violencia la liberación de Ovidio
Guzmán lo que derivó en terror por del despliegue militar más los bloqueos en
carreteras y avenidas con vehículos ardiendo en Sinaloa y Sonora.
Estas escaramuzas violentas mostraban literalmente un estado
de guerra con muertos y heridos y el parte militar señaló que 19 civiles y 10
miembros del ejército perdieron la vida lo que significa que la captura del “Nini”
era también una deuda de honor para la corporación militar y ahora se salda.
No podemos olvidar que previo a estos acontecimientos
violentos el gobierno norteamericano dio a conocer cifras sobre el efecto letal
que estaba teniendo el tráfico, distribución y consumo de fentanilo en la
sociedad norteamericana causando en promedio 100 mil muertes al año
Y se acusa de producirla y distribuirla a esta fracción del
Cártel de Sinaloa y la mediatización del drama significó acciones de presión y persecución
que llevaron a los llamados Chapitos a dar un paso atrás.
A negar su participación en la producción y distribución de
fentanilo y llamaron a parar la producción de esta droga en su zona de
influencia. So riesgo de que si no lo hacían sus interlocutores tendrían que
pagarlo -El semanario Riodoce ha informado que producto de este llamado
amenazante hubo acciones en domicilios y levantamientos en la capital
sinaloense.
Para las autoridades norteamericanas resultaba inaceptable
que pese estar documentado este drama humanitario las autoridades mexicanas no estuvieran
haciendo lo suficiente para cooperar y presionaron, con el fin, de ir más allá
de las cortesías diplomáticas.
Las muertes por consumo de fentanilo se han convertido, junto
con la migración internacional, en temas de la mayor resonancia mediática. Cómo
pocas veces funcionarios del Departamento de Estado y la DEA han estado
viniendo a Palacio Nacional a hablar y, seguramente, acordar compromisos
directamente con el presidente López Obrador y eso está dando resultados favorables
a la demanda del gobierno estadounidense.
Entonces, directa o indirectamente, estos desplazamientos del
presidente López Obrador no dejan de ser interpretados como vinculantes en la
acción contra Pérez Salas quien es una pieza de relevancia en la organización
criminal, pero, sacrificable, si está en juego el negocio y la libertad de los hijos
del Chapo Guzmán.
Llama la atención que en el parte militar no haya otras
detenciones y pareciera que el jefe de la seguridad de Los Chapitos no tenía
seguridad, estaba solo y solo trato de huir como Pablo Escobar, saltando techos
lo que explica su detención incluso el detenido no había llegado a la Ciudad cuando
ya tenía un amparo para evitar ser extraditado a la Unión Americana.
La espectacularidad de la detención pareciera que es parte
del guion y busca tener efectos de trascendencia mediática de un lado y otro de
la frontera norte, mostrar lo saludable que es la relación entre ambos países y
Joe Biden lo confirmó cuando salió agradecer a las fuerzas federales mexicanas.
Incluso, significativa, luego de que en la cumbre de la APEC
se habría tratado el tema de los precursores de fentanilo que, dicho de paso
unas semanas antes, el gobierno Hong Kong, detuvo en su territorio un
cargamento de más de una tonelada de pastillas de metanfetaminas procedente de
México y que estaban en costales con el sello de la empresa estatal SEGALMEX.
En definitiva, la detención de Néstor Isidro habla de que la presión
ejercida por el gobierno de Estados Unidos rindió frutos y sumara en
perspectiva electoral cuando llegue la campaña constitucional.
Así mismo, domésticamente, el gobierno mexicano está logrando
triunfos sin los costos que tuvieron los “culiacanazos” del 17 de octubre de
2019 y el 5 de enero de este año y, por último, el gobierno de Sinaloa nuevamente
vio pasar por arriba la acción de la federación, el ejército, la marina y la guardia
nacional.
Y todo esto sucede, cuando en el resto del país tuvimos esta
semana balaceras en Cuernavaca, asesinatos de soldados en Teocaltiche, Jalisco,
secuestros en el Estado de México o el derrame de gasolina provocado por el
cártel del Golfo en Soto La Marina, Tamaulipas, por falta de pago de tránsito en
regiones controladas por el crimen organizado.
Algún día estas regiones golpeadas por el crimen podrán ser de
interés norteamericano y el gobierno mexicano se pondrá las pilas para garantizar
la seguridad de sus ciudadanos. Al tiempo.
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