LAS MANTAS Y EL MENSAJE
LAS MANTAS Y EL MENSAJE
Ernesto Hernández
Norzagaray
Ya lo decía Ismael Bojórquez en una
de sus últimas columnas que Los Chapitos habían decidido dar un paso atrás para
salir de la penumbra a defenderse y combatir la producción de fentanilo en el
entorno inmediato de Culiacán y, eso, pasaba, por ajustar cuentas con quienes no
se disciplinaran con la orden lanzada desde algún lugar desconocido.
Y, prueba de que el llamado iba
en serio, eran las imágenes cruentas donde los indisciplinados posaban al lado
de paquetes con pastillas de fentanilo.
Esta semana lo que todavía parecía
era un rumor dejo de serlo cuando el lunes aparecieron mantas en los accesos de
los principales centros urbanos del estado donde se hace el llamado contundente
a suspender la producción de esa droga letal o, de lo contrario, llaman a “atenerse
a las consecuencias”.
Se ha dicho que este mensaje más
que ir dirigido a los productores de fentanilo en el estado va para los personeros
del gobierno federal con el fin de que tengan algo que ofrecer a los altos
funcionarios del gobierno estadounidense que llegaron el miércoles a la Ciudad
de México y traen en la agenda el tema de la colaboración binacional en materia
de lucha contra la producción de fentanilo y la migración internacional que se
mueve desde la frontera sur hacia la del norte.
Y todo hace suponer que tienen un
expediente de las acciones últimas de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán para
mostrarlo ante los funcionarios estadounidenses lo mismo el pilotaje militar
que se escenifico el fin de semana pasado sobre Badiraguato y el sur de Culiacán.
La pregunta, es si estos mensajes
poderosos mediáticamente son suficientes para que en materia de fentanilo los
estadounidenses se regresen a su país con la idea de que el gobierno mexicano está
haciendo su parte en el combate a la producción de esta droga de diseño que,
nos dicen, costó en el último año la vida de 100 mil personas en la Unión
Americana o resulta insuficiente por lo que querrán algo más que es la captura
del resto de los hermanos Guzmán como lo ofreció Merry Garland, el fiscal
General de los Estados Unidos, ante una comisión ad hoc de la Cámara de
Representantes.
Los funcionarios norteamericanos no
están desinformados y conocen de estos ejercicios previos a una reunión de
Estado que solo buscan instalar la idea de que se está trabajando y que al día
siguiente de que cuando se fueron los visitantes las cosas vuelven a la normalidad
ya sin operaciones vistosas.
Entonces, de la efectividad de
estos recursos ya lo sabremos con los trascendidos que surjan de la reunión de trabajo
de funcionarios binacionales.
Lo cierto es que los
norteamericanos están obligados a volver con algo a su país para contener la
campaña durísima que hay en contra del presidente Joe Biden en materia de combate
contra la producción de fentanilo y la migración que son temas políticos y mediáticos
de primer orden.
No hay que olvidar que los aspirantes
republicanos a la presidencia saben que México reditúa votos y están haciendo
lo mismo que hizo Donald Trump en 2020.
Incluso, más, porque ya se habla
entre ellos que de ganar la presidencia estadounidense harán una intervención militar
para perseguir a los miembros de los cárteles de esta droga. Entonces, el
presidente Joe Biden tienen claro que hay que hacer si quiere ganar la elección
en 2024.
Y no hay que dar muchas vueltas
para saber que es presionar a la administración de López Obrador para que de
resultados en el mediano plazo con la captura de uno o varios capos y poder
mostrarlo ante los grandes medios de comunicación como muestra de colaboración
seria y eficaz.
Y, esto, no estoy seguro, que el
gobierno mexicano tenga en este momento a su alcance los medios para lograrlo
sin que se incendie el país más allá de donde está, con sus asesinatos, las
múltiples desapariciones forzadas o crímenes de alto impacto mediático.
Salvo que haya una sorpresa en
materia de acuerdos son escasas las posibilidades de que está reunión cumbre binacional
pueda salir algo que mueva el actual estado de cosas en las distintas regiones
del país.
En definitiva, el llamado a parar
la producción de fentanilo en el estado es una buena noticia para los
sinaloenses porque no es sólo la producción sino la distribución que está
alcanzando silenciosamente a nuestros consumidores.
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