ALEGRES Y ENOJADOS CON EL RANKING
ALEGRES Y ENOJADOS CON EL RANKING
Ernesto Hernández
Norzagaray
Suena contradictorio porque lo
lógico siempre será racional y el rencor, es absolutamente emocional, sin
embargo, esa contradicción ocurre sistemáticamente en el laberinto de un segmento
de la comunidad universitaria.
La aparición del Ranking Mundial
de Universidades la semana pasada en Londres que fue difundida rápidamente por las
redes sociales a todo el mundo provocó seguramente alegría en muchos y en otros,
molestia, aunque lo correcto, es tomar la recta o la curva, para verlo en clave
de oportunidad para que las universidades se superen y el siguiente año,
mejoren su lugar, en este ranking mundial.
A mí en lo personal me dio
alegría saber que nuestra Universidad en su cumpleaños 150 años sea distinguida
entre las tres primeras del país y el primer lugar de las universidades estatales
públicas conforme a la metodología WUR 3.0 que contempla 13 indicadores de calidad
que miden el rendimiento institucional en cinco áreas: enseñanza (entorno de
aprendizaje), investigación (volumen, ingresos y reputación), citas (influencia
de la investigación), ingresos de la industria (transferencia de conocimiento)
y perspectiva internacional (personal, estudiantes e investigación).
Así, me di a la tarea de
investigar para resaltar este logro mayúsculo y lo destaqué en mi colaboración
anterior bajo el título: La UAS y su primer lugar, que fue acogido con
entusiasmo por muchos lectores universitarios que se dieron a la tarea de circularlo
con gran velocidad estimulando comentarios de gozo e identidad.
Y es que este tipo de
reconocimientos al hacer institucional siempre genera un placer colectivo,
un sentimiento de identidad y un deseo de continuar lo que se está haciendo
bien y corregir aquello que merece corregirse, cómo una dialéctica virtuosa en
constante cambio positivo.
Sin embargo, no todos lo vieron
igual, es más lo ven a la inversa, como una engañifa más que es necesario
combatir porque para estos universitarios la “UAS está podrida” y toda distinción
académica es simple manipulación al servicio de fines inconfesables por lo que,
dicen, es urgente corregir el rumbo y eso, ya sabemos, hacia dónde va en este
momento tan anticlimático en las relaciones Gobierno del Estado y Universidad.
Así que desde este segmento y sus
redes sociales le llovió al reconocimiento y, en menor escala, a quien esto
escribe.
Claro, hay sus excepciones a la
regla como la del profesor Luis Miguel Verdiales de la preparatoria Guasave, quien
buscó cuestionar la metodología y los resultados de esta captura de información
internacional y para ello echó mano de un artículo académico de Imanol Ordorica,
un académico morenista de la UNAM dedicado a temas educativos que, dicho de
paso aspira a la rectoría de la máxima casa de estudios y rompe lanzas contra
este tipo de evaluaciones internacionales que ponen en primer lugar nacional a
la UNAM.
Ordorica, cuestiona severamente el
ranking, señalando que este está en pensado en clave de mercado porque a la educación
se le ve como una mercancía más, o sea están al servicio del status quo
económico, en cuanto los valores intrínsecos son el esfuerzo, rendimiento y
ganancia porque estarían ligados aquello que AMLO llamó “aspiracionismo”
pequeñoburgués.
El problema con este enfoque que
es más robusto de lo descrito en estas dos líneas es que al ranking de
evaluación se le atribuye una connotación negativa y, no se le ve, el ángulo
positivo, que se desprende de la información generada y que traducido a la toma
de decisiones estratégicas favorece políticas públicas sustantivas.
Veamos, por ejemplo, la
evaluación periódica de los niños de educación primaria exige un instrumento y
una metodología para obtener un resultado que nos dirá en que va bien y mal el sistema
educativo y, eso, lleva a que la SEP, revise lo que está fallando de manera de que
con un buen diagnóstico se puedan hacer las correcciones que se necesita para
encauzar mejor a los menores.
¿Está mal, profesor Verdiales?
Pues eso, es lo que se cuestiona de
fondo, desde un ángulo cargado de ideología y ahí si agárrense, porque las hay
destructivas cómo aquellas provenientes del nacionalismo radical de triste
memoria en la segunda posguerra.
Pero, por debajo del profesor
Verdiales y sus apoyos académicos, está algo sensible, ese ejército de “combatientes”
que se expresan ferozmente en las redes sociales contra todo aquello que no
está equidistante con su sistema de valores, rencores, animadversiones
personales o políticas.
Aquellos universitarios incapaces
de expresarse por fuera de esos parámetros y van por la vida atacando con sus molinos
de viento.
La UAS, guste o no, es el centro
de inteligencia mas importante del estado -algunos, claro, lo podrán en duda, faltaba
más-, y tiene enemigos y lucha contra ellos por los medios a su alcance que no
pueden ser otros que los de la inteligencia y la razón.
Ya el tiempo lo dirá, si le asiste
la razón, en un marco de justicia sin mayores interferencias políticas. Si lo
logra tendrá la tarea de hacer lo propio para que su imagen transite diáfana como
lo ha hecho con todo y sobresaltos en sus 150 años de existencia.
No la tiene fácil cuando hay un
entorno cargado de encono y una fijación pautada con la idea de que quienes
están dirigiendo a la institución tienen que irse más pronto que tarde y así,
dicen, vendrá una nueva época para la Universidad donde verán realizado ese
imaginario atormentado e insatisfecho.
Sin embargo, los sistemas sociales
no cambian de esa manera, no es “quítate tú, para poner yo”, aun cuando se vaya
un grupo de poder y llegue otro, la cuestión es más sustantiva sobre todo
cuando se trata de las áreas que contempla el ranking y que son procesos
lentos, graduales, que conviene más pactarlos para que esto ocurra sin sobresaltos.
El problema de hoy es que el
intento de captura de la UAS no sabe de cortesías y menos cuando no ha logrado
cumplir con el calendario previsto y lo único alcanzado es una mayor
polarización que raya en lo irracional al no manifestar un mínimo de interés por
el reconocimiento de marras y no toma nota, como algo positivo para Sinaloa, y
es que está en la lógica de los enojados en las redes sociales.
Triste situación.
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