SINALOA: LOS CINCO TEMAS DE 2023
SINALOA: LOS CINCO TEMAS DE 2023
Ernesto Hernández
Norzagaray
Felizmente llegamos al último día
del año y al volver la vista atrás se ve, como lo cantaba Facundo Cabral, la
senda que nunca, jamás, se volverá a pisar.
No obstante, queda la posibilidad
de hacer el balance de lo vivido con sus ganancias y pérdidas. Pero, también,
ver hacia adelante, lo que 2023, podría depararnos en lo individual y lo
colectivo, considerando que no somos una ínsula en medio del desierto.
No, somos parte de un todo, que
lo mismo nos beneficia como nos perjudica.
Sinaloa, el año pasado, estuvo
tatuado por la pandemia del Covid-19 y los efectos que tuvo en la vida de las
familias, la evolución de las empresas, el diseño de las políticas públicas y
los problemas en la cohesión social.
Hoy, estamos en lo que se ha dado
a llamar la sexta ola y, aunque, no tiene los efectos desastrosos que sufrimos
en 2020 y 2021 no deja de ser una sombra negra que se cierne sobre la vida
pública y tiene en estado de alerta al mundo sobre todo por las imágenes
escalofriantes que llegan desde China con su mensaje de muerte.
En un ensayo de Carme Colomina
que publica en diciembre la revista digital Es global advierte que el 2023
estará marcado por la permacrisis -una nueva expresión que es considerada la
palabra del año- y que nos dice la académica: “pondrá a prueba los límites individuales y colectivos:
inflación, seguridad alimentaria, crisis energética, más presiones en la cadena
de suministro y en la competición geopolítica global, la descomposición de los
sistemas de seguridad y gobernanza internacional, y la capacidad colectiva para
responder a todo ello” (https://www.esglobal.org/10-temas-que-marcaran-la-agenda-internacional-en-2023/)
Es decir, la manera de como
México juega o juegue contra esas amenazas habrá de ser decisivo para cada una
de las entidades federativas con sus llamadas ventajas comparativas.
Inflación. El proceso
inflacionario está en marcha en el mundo y en México ronda sobre el 10% anual.
Aunque, eso no es lo que se refleja en el nivel de precios del mercado al
menudeo, incluso, los productos que el estado genera en sus campos agrícolas. Y
es de esperar que la llamada cuesta de enero venga con especial agresividad
-aunque el presidente pretenda exorcizarla como prestidigitador señalando “que
no habrá cuesta de enero”, cómo si el comportamiento de la economía se
decidiera en Palacio Nacional y no como parte de la dinámica internacional.
Sinaloa, además, tiene un ingrediente si bien no exclusivo si llega a influir
en el nivel de precios en los bienes de consumo como es el flujo de dinero
sucio que se lava y genera una dosis adicional de inflación. Si no que se lo
pregunten a los culichis.
Seguridad alimentaria y
pobreza. La fama de que Sinaloa es el granero de México pareciera exorcizar
el riesgo del hambre. Sin embargo, los valores que revelaba Coneval en 2020, o
sea, en medio de la parte álgida de la pandemia era que en promedio 30 por
ciento de la población se encontraba en una situación de pobreza y el 2.5 por
ciento en situación de pobreza extrema.
Esto significa que uno de cada tres sinaloenses es pobre y son y serán
los más afectados con el comportamiento errático de la economía. Difícilmente
los programas sociales serán suficientes para contrarrestar los efectos
empobrecedores de esa masa de población y mucho menos la retórica cotidiana y
justiciera. Pues si bien, estos ingresos son un alivio para los beneficiados,
lo que estamos viendo es que cada día hay más población pobre en el país.
Crisis energética. El
aumento de los precios en los combustibles es, sin duda, un elemento
inflacionario de primer orden. Y, el problema, es que los precios de los
combustibles son internacionales salvo cuando se les subsidia lo que significa
una reasignación del gasto público. O sea, algún sector económico o social
pierde. Y eso, será una variable, que estará presente en 2023 sobre todo en
perspectiva de las elecciones presidenciales de 2024 que suelen normalizar la
economía. En Sinaloa, lo estamos viendo, con los productores agrícolas que
reclaman apoyos para el campo configurando una tensión permanente que llega a
complicarse con la presión actual en la cadena de suministro que está afectando
al mundo.
La sexta ola de Covid-19.
Aunque los efectos de está ola, no se han hecho visibles, como problema de
salud pública que reedite ciertas políticas de control social y llame al
recogimiento o a la sana distancia, esta presente como amenaza mundial por el
comportamiento del virus entre la población china y es cuestión de tiempo para
saber del impacto que tendrá en México. En tanto eso sucede, las estadísticas
nacionales muestran un alza de contagios en las últimas semanas y, cómo sucedió
en años pasados, las fiestas de fin de año son una fuente extraordinaria para
la multiplicación de enfermos que hoy en Sinaloa no parece ser una preocupación
para familias y gobiernos que han normalizado una vida sin cubrebocas.
La definición de las
candidaturas presidenciales. La sucesión presidencial con su parafernalia
de campañas anticipadas está y estará presente en la atmosfera del país y en 2023
alcanzará su máxima expresión. Y aunque no es un asunto propiamente sinaloense
sino, nacional, tiene y tendrá un componente local, cuando los grupos
políticos, especialmente aquellos ligados a Morena, se activen apoyando a uno u
otro aspirante. De hecho, se han venido perfilando a favor de alguno de los
tres aspirantes a la candidatura presidencial, incluso, lo hace el Partido
Sinaloense que está definido por Adán Augusto López Hernández, el secretario de
Gobernación. La oposición partidaria hasta ahora no pinta incluso parece
desaparecida de la escena pública, pero, tarde que temprano, lo hará acicateada
por la dinámica nacional.
En definitiva, estamos en las
primeras horas de 2023 con sus problemas y asechanzas, estas y otras, que están
en la agenda pública como son los de la inseguridad, los feminicidios, la
corrupción, el rendimiento institucional, la calidad educativa, empleo o el
desarrollo de las regiones y municipios.
Sólo, por último, nos resta
desear a todos los lectores y directivos de Noroeste que tengan las fortalezas
para resistir los embates de un nuevo año y la suficiente alegría para ver el
futuro con optimismo.
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