EL PLAGIO DE YASMIN
EL PLAGIO DE YASMIN
Ernesto Hernández
Norzagaray
Primero en tiempo, primero en
derecho -nos dice una máxima del Derecho- y eso, es lo que, en lógica pura,
debería prevalecer en el caso del plagio de una tesis de licenciatura que
involucra a la ministra Yasmin Esquivel que no se ve como podría justificar tres
cuestiones:
Una, que haya presentado, como
suya, una tesis que había sido sometida a examen un año antes cuando permite
suponer que estaba en elaboración;
Dos, que no lo haya sabido de
ella, siendo que “ambas” tesis tuvieron como directora a la misma académica o
que está, no se haya dado cuenta lo que resulta imposible;
Tres, que habiendo solo una diferencia
de un año en la defensa de “las” tesis y dónde la UNAM haya declarado oficialmente
que tiene un "alto
nivel de coincidencias entre ambos textos", pueda demostrar que el texto
es suyo.
El presidente López Obrador como es su costumbre ha salido al
paso de un problema que compete a la UNAM resolver diciendo que detrás de la
investigación y denuncia que realizó el prestigiado académico Guillermo
Sheridan (Léase su libro Los contemporáneos) están los conservadores que perciben
que la ministra es cercana a él y, a través de ella, se pretende afectar a él y
a su movimiento
Y, agrega, penosamente, contra el summum universitario: “cualquier
error, anomalía cometida por la ministra Yasmin, cuando fue estudiante, cuando
presentó su tesis de licenciatura es infinitamente menor al daño que han
ocasionado a México Krauze y el señor que hace la denuncia (Guillermo
Sheridan), esos le han hecho mucho daño a México”.
Nuevamente, cómo en el caso del atentado contra la vida del
periodista Ciro Gómez Leyva, él es la víctima y si él es la víctima, alguien
tiene que enderezar el asunto para que se frustre el ataque “contra el
movimiento”.
Y es que son, ese tipo de mensajes, muy frecuentes entre los
políticos mexicanos de “te lo digo Juan para que lo escuche Pedro”.
Eso sí, dirán muy respetuosamente, ya veremos la sentencia
que emita la UNAM después de afirmar que iría al fondo conforme la legislación
universitaria.
Y si aplica, el principio simple y llano de “primero en
tiempo, primero en derecho”, deberá sancionar a la hoy ministra retirando el
título que llevaría en cadena a los otros reconocimientos académicos porque
simplemente no se puede tener estudios superiores sin antes acreditar los de
licenciatura.
Soy egresado de la UNAM y mi experiencia me indica que en los
ochenta cuando me titule resultaba pesado el proceso por la burocracia y podía llevar
años antes de alcanzar la titulación en condiciones normales y si, con ese
lente, se ve este caso, llama la atención que todo ocurre en menos de un año y
es altamente probable que pudiera ser detectada la chapuza porque antes de
cualquier elaboración y defensa de tesis, el tema de tesis, debe registrarse
para que nadie más lo use.
Y aquí, algo sucedió, para que el sistema no lo rechazara y
más raro que haya sido de la misma y facultad de la FES Aragón y, peor, la
misma directora de tesis.
Por eso la clave de todo esto es la profesora Martha
Rodríguez que, de acuerdo con su dicho, tiene 45 años en la UNAM y, en ese
lapso ha dirigido más de 500 tesis, o sea, grosso modo, más de 10 al año que es
un mundo de lectura si consideramos que una tesis lleva al menos tres
revisiones hasta declararla óptima para ser defendida.
Eso, es casi humanamente imposible, sobre todo si
consideramos que la profesora, como ha declarado, también impartía “varias
asignaturas”.
Lo que hace sospechar que en la FES Aragón hay una red de
complicidades que provoca que esto suceda y se repita hasta el infinito.
He leído que la propia FES Aragón hará la investigación
cuando está tiene conflicto de interés y debería ser otra instancia de la
propia UNAM, la que la realice para evitar que la presunta red no vicie el
resultado de ella y mejor que no siga actuando, perjudicando la imagen de la
Universidad.
Aquí caben dos posibilidades: Una, que la profesora Rodríguez
haya facilitado la tesis de la ministra al estudiante que se tituló en 1986 sin
que la estudiante haya tenido conocimiento, pero la ministra ha dicho que en
1985, estaba escribiendo la tesis no ha dicho que la haya tenido terminada solo
que la presentó en 1987; la otra posibilidad, es que la profesora Rodríguez una
vez presentada la tesis en 1986 haya esperado un tiempo para volver a presentarla
y defenderla ante un tribunal académico.
Algo, huele mal, en la FES Aragón
Y, por último, leo a algunos analistas que le buscan la
cuadratura al círculo para salvar a la ministra siguiendo la instrucción
subrepticia del presidente y lo hacen sin escrúpulos cuando se lanzan contra el
mensajero, calificándolo de traer agenda, de ser un perro guardián, cuándo lo
único que podría estar exhibiendo la catadura de muchos de nuestros
funcionarios y políticos.
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