CIUDAD JUÁREZ
CIUDAD JUÁREZ
Ernesto Hernández
Norzagaray
¿Cómo justificar la ampliación
del plazo de militarización de la seguridad pública hasta 2028 cuándo ocurre la
muerte de 30 custodios y convictos en la prisión de Ciudad Juárez? ¿Cómo
justificar el antídoto de la militarización cuando al amanecer del año la
violencia estalla dentro y fuera de una prisión donde están 3 mil 900 internos
más una buena cantidad de custodios? ¿Cómo justificar que al menos una decena
de vehículos hayan atravesado la ciudad fronteriza y ninguna cámara los haya
detectado?
Peor ¿cómo esos vehículos habrían
llegado a la prisión y atacado a los custodios a golpe de metralla y las
fuerzas federales no aparecieron ipso facto y mucho menos, los hayan enfrentado,
mientras estaban cometiendo crímenes o huían del lugar? ¿Cómo los atacantes entraron
al penal sin que se conozca que haya habido un enfrentamiento que haya impedido
el asalto y fuga?
Vamos ¿cómo explicar que hayan
huido llevándose a Ernesto Piñón de la Cruz, alias El Neto, el líder preso de
los llamados mexicles y otros 19 internos y nuevamente hayan atravesado una
ciudad donde se dice existen miles de efectivos de seguridad pública y, nadie
los haya visto, y mucho menos que fueran detenidos? ¿Cómo explicar que estén
seguramente todavía dentro del perímetro de Ciudad Juárez y no hayan sido
localizados ni siquiera los vehículos cuando participaron en el ataque al menos
50 personas?
¿Qué arrojan las cámaras de
vigilancia que seguramente están ubicadas en lugares estratégicos para una
mejor visibilidad de los desplazamientos de vehículos y, más, cuando se está
hablando de una caravana de decenas de ellos y ahora están bajo paradero
desconocido? ¿Debemos creer la versión oficial de que las prisiones estatales
son responsabilidad de los gobiernos de los estados cuando la mayoría de los fugados
purgaban penas por delitos federales?
¿Cuándo el “Neto” tenía de
condena de más de dos siglos por decir un eufemismo de cadena perpetua? y
¿Cuándo el argumento que manejó el presidente López Obrador y el eco
legislativo para otorgar más competencias de seguridad, recursos y extensión de
plazos, fue que se hacía para que estas masacres ya no ocurrieran o al menos,
resultara más difícil realizarlas? ¿Dónde estaban y están los servicios de
inteligencia? ¿Qué hacían sus miembros esa noche larga? ¿Estaban festejando
mientras las imágenes de la caravana pasaban por las pantallas sin ser vistas
por sus operadores?
¿Por qué la secretaria de
Gobernación presenta a posteriori un comunicado donde niega la atención al
gobierno del estado de Chihuahua que solicita que presos federales sean
llevados a penales de alta seguridad? ¿Habrán valorado el alcance de esa
negativa burocrática? y ¿Por qué luego lo corrigieron llevándose a 191 internos
a cinco penales federales del país?
Acaso, ¿no se habla en el púlpito
presidencial de coordinación de las fuerzas de seguridad pública federales y
estatales? ¿ya cambio el enfoque de coordinación de esfuerzos para garantizar
la seguridad o lo único que existe es la política disuasiva de “abrazos no
balazos”? ¿ante estos hechos violentos y otros, que ocurrieron en Nuevo León, Veracruz
y Jalisco habrá cambios en esa política disuasiva?
¿Por qué el secretario de la
Defensa dice a la opinión pública que se seguirá con la misma política cuando
no está dando los resultados deseados por la población civil? ¿Qué tendría que
pasar para que al menos se valore seriamente está posibilidad de cambio? o,
ahora, ¿vendrá acompañada con esta política de reparto de reos en las prisiones
del territorio nacional? ¿esa es la solución para disminuir el problema de
violencia que existe en las prisiones o en las calles de las ciudades del país?
Y es que esa medida no está del
todo mal, pero ¿va más allá de la desconcentración de los penales estatales que
truenen por la coexistencia de miembros de bandos criminales enfrentados y los
intereses incubados y tolerados en estos centros de “readaptación social”?
En definitiva, lo sucedido en el
penal de Ciudad Juárez ¿no representa el fracaso de la estrategia de
militarización que a cuatro años de iniciada y cinco por delante no es ahora,
ni en 2028, la solución a un problema de multiplicación, diversificación,
territorialización y cotos de poder del crimen organizado?
Al tiempo.
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