INGENUOS DE CAPIROTE
INGENUOS DE CAPIROTE
Ernesto Hernández
Norzagaray
A Ricardo Monreal se le escuchaba
satisfecho en una entrevista concedida a Pepe Cárdenas sobre la negociación en
comisiones para mejorar la minuta del 5° transitorio constitucional que
ampliaría la permanencia del ejército en tareas de seguridad pública.
Su optimismo con una cierta dosis
de incertidumbre impostada daba cuenta de que en las negociaciones se habían
incluido algunas demandas de la oposición (informes, comparecencias, presupuestos,
etc.) y, estás, mejorarían sensiblemente la minuta de tal suerte que se acercaban
a los 86 votos que exige una modificación constitucional.
Sin embargo, si bien hay una
mejora a la minuta que se aprobó “sin quitar una coma”, en la Cámara de
Diputados que ahora se sabe gracias a Guacamayaleaks que fue preparada por el
jurídico militar lo cierto, es que no hay reversa, en materia de estrategia de
seguridad pública.
Y ahí está el meollo de la
cuestión, ¿cómo una estrategia de seguridad pública que a lo largo de tres
mandatos presidenciales ha sido incapaz de tener un saldo positivo se le da
continuidad por otros cuatro años para seguir haciendo lo mismo a cambio de
pequeñas reformas legislativas? ¿Qué le vieron de positivo los senadores
conversos al morenismo para votar a favor? Acaso ¿no les dice nada la estadística
creciente de homicidios dolosos, las desapariciones forzadas, las masacres de
civiles, los secuestros o feminicidios? Incluso ¿tampoco les dice nada el miedo
que se refleja en las encuestas de percepción sobre los problemas nacionales o
estatales?
Entonces, ¿para que votar a favor
un artículo transitorio que no compromete la estrategia de seguridad nacional? cuando
lo único que presupone es que si hoy estamos hablando de cerca de 130 mil
homicidios dolosos acumulados en cuatro años de gobierno obradorist de
mantenerse la tendencia siniestra para cuando termine el sexenio estaríamos en
la frontera de los 200 mil lo que es mucho más de lo acumulado durante los
gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Es conocido que los gobernadores,
incluso exgobernadores, llamaron a los senadores a votar a los diputados y
senadores para que la iniciativa fuera aprobada cómo venía de Palacio Nacional
y, afortunadamente, esto no ocurrió, porque simple y sencillamente, el
oficialismo no tenía los votos necesarios en el Senado para sacar adelante está
obsesión continuista y militarista.
Y dieron un paso atrás, para
luego dar dos pasos adelante. Fue una parte de la fracción parlamentaria del
PRI, la de Alejandro “Alito” Moreno, que estaba en la idea de “construir una
alternativa” a la minuta aprobada por la colegisladora y, es, lo que tenemos
hoy para los próximos años.
Con esta decisión de los priistas
de “Alito” se alejan de la postura del resto de la oposición y se acercan a la
de Morena, mejor a la del ejército, y no sólo en este tema, sino es previsible
en lo electoral, que estará en juego 2023 y 2024 incluso, en está lógica “negociadora”,
no sería desdeñable que con el fin de “construir” pacten una disminución de la
autonomía y las competencias del INE y el TEPJF.
De ese tamaño es lo que está
ocurriendo. Y es que ante un escenario donde el PRI queda fuera de la coalición
“Va por México” y, teniendo un horizonte de pérdidas y visto en clave de
sobrevivencia, cada vez resultará más atractiva la idea de mudar a Morena sea
como coalición o, incluso, en el mediano o largo plazo, orgánicamente, total todos
los días hay mudanzas tricolores a Morena a lo largo y ancho del país.
Entonces, el voto descafeinado de
los senadores priistas, para construir una mayoría calificada hay que leerla no
en términos de coyuntura sino de mediano y largo plazo, incluso, no de un
futuro sin violencia, sino de más de lo mismo, que el pasado fin de semana nos
lo recordaron los eventos criminales en lugares públicos de Zapopan y Colima, y
antes en Matamoros… más lo que se cumule esta semana.
La necesidad reclama una nueva
estrategia de seguridad pública por lo fallida de la actual y el gobierno, más una
franja mayoritaria de los legisladores, no están escuchando las voces que se
expresan en los pronunciamientos y movilizaciones en distintas regiones del
país por los desaparecidos, los homicidios dolosos, los feminicidios, las
masacres, los secuestros y esa larga lista de crímenes que se cometen diariamente
sin tener consecuencias. O si las escuchan no hacen mucho para contravenir lo
que decide la verdadera élite política y no los legisladores que están acatando
órdenes.
Estamos, pues en un callejón sin
salida, donde lo que estamos viendo en el mejor de los casos es racionalizar la
servidumbre parlamentaria ante el poder presidencial lo que no habrá de traer buen
desenlace.
En este contexto de falta de
visión y muy cargado de oportunismo político, la hackeada a los archivos militares
cobra singular importancia pues el ejército ha quedado desnudo y estamos viendo
en episodios todos sus defectos e intereses.
Y digo episodios, porque los seis
terabytes con sus millones de documentos están y habrán de revelar más
información comprometedora de una actuación diversa en aquellos momentos que
han ensombrecido al país desde 2017 y es que, es el mismo ejército, sólo con
mandos diferentes y hoy con un claro alineamiento al partido del presidente, o
sea, al margen de la separación virtuosa que le marca la Constitución.
En definitiva, para saber dónde
estamos, basta ver lo que arroja Guacamayaleaks sobre el presidenciable y
actual titular de la secretaria de Gobernación.
Quien, nos dicen los hallazgos, siendo
gobernador de Tabasco, habría pactado con el crimen organizado y entregado
posiciones a miembros del crimen organizado y eso, no lo dice, un periodista que
corre riesgos lo dicen las fuentes del ejército. ¿Podrá decir el presidente que
es un nuevo ataque de los conservadores? ¿Uno más de los que calumnian
amparados en un medio de comunicación? Vamos ¿Con que va a salir para proteger
a su secretario y paisano? ¿A su gobierno?
Si los senadores conversos al morenismo actúan
de buena fe, con sentido patriótico, pecan de ingenuos con cargo para todos los
mexicanos que de distintas maneras rechazan la continuación de la estrategia nacional
de seguridad pública y es lo que muchos, les pedimos a legisladores que cuidaran
en los debates parlamentarios, cómo se lo decía al senador sinaloense Mario
Zamora, los mexicanos no estamos viendo un mejor 5° transitorio constitucional
sino un arreglo, una promesa, mil veces incumplida.
Y Monreal, en lo suyo, aunque le
cueste o costó su pase a la historia de la infamia nacional.
Al tiempo.
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