AMERICO EN SINALOA
AMERICO EN SINALOA
Ernesto Hernández
Norzagaray
El regreso y desistimiento a su
curul de Américo Villareal, como gobernador electo de Tamaulipas, trae a la
memoria su paso por las tierras sinaloenses donde fungió como delegado de
Morena en unos comicios concurrentes marcados por la incursión en ellos del
crimen organizado.
Su regreso apresurado a la Cámara
Alta fue buscando el fuero constitucional para evitar ser detenido por la fiscalía
general de Tamaulipas que lo acusaba, entre otros delitos, de vínculos con el
crimen organizado, pero, algo pasó, de manera que le dieron seguridad y
desistió para dedicarse a las tareas de sucesión luego de que el TEPJF por
unanimidad resolvió a su favor.
Y es que mire estimado lector, la
semana pasada, el periodista Héctor de Mauleon, publicó un artículo en el
diario El Universal donde exhibe a Américo Villareal a través de presuntos cables
confidenciales (top secret) de la embajada de los Estados Unidos que
vincularían al político con el Cartel de Noreste y esa información que fue desmentida
por el embajador Ken Salazar, lo que resultaba lógico siendo embajador, ¿cómo
podría decir lo contrario un diplomático?, de Mauleon dio un paso atrás y pide
disculpas dejando un escueto: “¿Me equivoqué? ¿Me engañaron? Ya
se verá”.
Así, también, fue la negativa de
Ken Salazar sobre la intervención de la DEA en la detención del prófugo Rafael
Caro Quintero contradiciendo lo dicho por Anne Milgram, la titular de esa
agencia antidrogas estadounidense, quien llegó no solo a reconocerlo sino izó
bandera y felicitó a sus agentes que habrían participado en esa acción conjunta
de ambos gobiernos.
Hay sombras todavía acerca de los
motivos que trajeron por unas horas a Antony Blinken, el secretario de Estado estadounidense,
a Palacio Nacional el pasado 11 de septiembre y eso ha despertado especulaciones
incluso el diario El Universal tituló uno de sus editoriales con un alarmante: “Le
leyeron la cartilla a López Obrador en vista de Blinken”.
Si ocurrió, bien podría haber sido
por temas económicos o sociales que empañan la relación, pero, sería extraño
que estuviera fuera el tema del avance del crimen organizado en la frontera
norte que ha llevado a Greg Abbot, el gobernador de Texas, a clasificarlo como “terrorista”
y congruente con su dicho, el republicano, exigió que se les trate como tales
por los miles de muertos que existen en su país por el consumo de drogas de
diseño en especial el fentanilo.
Entonces, no han faltado quienes
hayan visto que el caso de Américo Villareal sea el llamado estadounidense para
corregir la política de “abrazos, no balazos” y la oportunidad del presidente
López Obrador, para brindar una respuesta oportuna al gobierno estadounidense,
es decir, que si Américo Villareal está comprometido con el Cártel del Noroeste
y se le deja asumir el cargo la situación permanecería igual y si ocurre lo
contrario, podría interpretarse como que las cosas empezaran a cambiar.
Las elecciones concurrentes de
2021 no hay que olvidar que, de sur a norte, de este a oeste, estuvieron marcadas
por la intervención del crimen organizado y dejó más cien asesinatos del
entorno político y Morena arrasó en varios estados y en especial, a todo lo
largo de la costa del Pacífico, con excepción de Jalisco, donde el partido
Movimiento Ciudadano, conservó su influencia tanto en el legislativo como en la
mayoría de las alcaldías.
En Sinaloa, desde el inicio de
las campañas electorales, precandidatos y luego candidatos opositores sufrieron
intimidación y agresiones, se montaron operativos de persuasión de votantes
sobre todo en comunidades rurales y colonias populares, secuestro de operadores
políticos, compra de votos y robo de urnas, incluso, después de las elecciones
constitucionales, el asesinato de dos operadores políticos de Morena en el
municipio de Sinaloa.
Se dijo en aquel momento que
fueron dos organizaciones criminales las que operaron en los distintos municipios
y su objetivo, no pudo ser otro, que ganaran ciertos candidatos a cargos de
elección popular.
¿Qué papel realizó Américo
Villareal en Sinaloa? No está claro. Hay quienes dicen que fue el verdadero
coordinador de la campaña de Rubén Rocha Moya y otros, afirman, que fue el
operador de la elección de gobernador, que no es lo mismo, un coordinador de
campaña lleva la agenda y vigila que todos los actos de campaña se realicen exitosamente
mientras un operador tiene otra responsabilidad con actores que pueden generar
recursos y votos.
Cualquiera que haya sido su papel,
no es como le dice un joven periodista de Radio Formula Sinaloa en una
entrevista que brinda a Ciro Gómez Leyva, y que califica a Villareal de ser un “operador
gris” y como lo dijo, por la escasa evidencia mediática, sino tenía una tarea que
era sacar adelante lo que hoy tenemos como representación política en el estado
y en la Cámara de Diputados.
Es indiscutible que ha habido narco
elecciones desde que estas se volvieron competidas y existe incertidumbre sobre
los resultados, y eso ha costado cientos de vidas del entorno político.
En Sinaloa basta recapitular las
elecciones locales de 2004, 2010, 2016 y, por supuesto en 2021, por lo que
tratar de desmentir la realidad es un ejercicio vano y lo peor, que, al
construir esa narrativa, lo único que se hace es no combatir al narco y
llevarla al terreno de una coexistencia con altos costos para la sociedad.
Y como testimonio tenemos el del senador
Mario Zamora, excandidato a gobernador por la coalición “Va por México”, en una
entrevista que concedió días después al periodista Ciro Gómez Leyva y detalla
lo que vivió su él y su equipo. Llevando a interponer una denuncia ante la fiscalía
del estado través de un abogado del CEN del PRI porque en “Sinaloa no hay
abogado que se atreva a hacerlo” y, claro, esa denuncia a más de un año de
presentada duerme y dormirá el sueño de los justos.
En definitiva, estamos en una
atmosfera política cargada de crimen organizado y cualquier denuncia contra
esta anomía de nuestro sistema político no tiene futuro y eso explica, la andanada
oficial o paraoficial en contra del periodismo que se atreve a denunciar lo que
no esta en el relato oficial y eso, cuando viene de personas que en otro tiempo
cuestionaron las incursiones del crimen, nos lleva a la conclusión de que
estamos en una escena donde la política llega a ser un ejercicio de cínicos y
ciegos.
Y lo peor, es la fanaticada de a
pie que ronda descalza en las redes sociales y atacan con su arsenal de
denuestos a quienes se salen del relato oficial.
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