RESTAURACIÓN AUTORITARIA EN SINALOA

 RESTAURACIÓN AUTORITARIA EN SINALOA

 

 

Jesús Albino Ramón Ramos, militante de una larga metamorfosis de la izquierda sinaloense, ha iniciado una cruzada dentro de las filas Morena, cuestionando al gobierno de Rubén Rocha Moya y el desempeño de Feliciano Castro, líder de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, a quienes acusa de estar propiciando un proceso de restauración autoritaria, es decir de las prácticas del viejo PRI como modelo de conducción política.

Un señalamiento grave viniendo desde las propias filas de la izquierda y, más, cuando el presidente López Obrador y, por lo tanto, sus seguidores en cargos públicos han esgrimido la bandera de un cambio de régimen.

Una transformación de las instituciones del viejo régimen político priista que habría de poner en perspectiva a un México sin corrupción y gozando de las más amplias libertades sociales y políticas. Que a casi cuatro años de gobierno obradorista dista mucho de haberlo alcanzado y es muy probable, que este gobierno, se vaya sin haberlo logrado sobre todo considerando el grado de desafección y crispación política que existe en el país.

Sin embargo, esas banderas progresistas que datan de cuando AMLO era dirigente del PRD y más tarde cuando fue jefe de Gobierno del todavía Distrito federal o las sucesivas campañas electorales presidenciales, han dejado de ser el centro del discurso oficialista, para convertirse en todo lo contrario en el entorno de gobierno.

Hay corrupción y destrucción de instituciones. Intolerancia a la crítica mientras hay tolerancia a la intervención del narco en los procesos electorales y, sobre todo, ánimo de restauración autoritaria, empezando por las purgas dentro de los gobiernos democráticamente electos de Morena excepcionalmente en Sinaloa.

Jesús Albino, señala que hay dos modelos que se disputan la conducción política en Sinaloa: el neopopulista de restauración autoritaria y el modernizador, social y democrático.

No estoy seguro de que haya esta disputa en el poder institucional lo que hay es un debate político sobre la naturaleza del gobierno que encabeza Rubén Rocha y eso va más allá de las propias filas de Morena y el propio gobernador, es un debate sobre la naturaleza de la llamada Cuarta Transformación que encarna el presidente López Obrador y que, eso sí, se inscribe en la lucha por el poder teniendo en el horizonte las elecciones presidenciales de 2024.

Pero, domésticamente, en Sinaloa, tendría manifestaciones que son preocupantes por la utilización de las instituciones públicas para allanar el camino al modelo de restauración autoritaria que va desde el reclutamiento de cuadros del PRI y la marginación de militantes de la izquierda como sucedió recientemente con el maestro Oscar Loza, quien legítimamente aspiraba a dirigir el nuevo Instituto de Protección de los Derechos Humanos y los periodistas, pero, lo más significativo, mediáticamente, ha sido el despojo de la alcaldía a Jesús Estrada Ferreiro para que el gobernador y el Congreso del Estado, sin prurito alguno, entregaran el cargo a un ahijado, si un ¡ahijado!, en un acto a todas luces cargado de nepotismo, ilegalidad e ilegitimidad mismo que está siguiendo la parte procesal y se empiezan a ver las primeras sentencias a favor del edil desaforado mediante un presumible golpe de Estado Constitucional.

De ese tamaño pudiera ser el golpe que han asentado por tener un control absoluto del Estado y que ahora, en el corto y mediano plazo, podría tener como objetivo a Luis Guillermo Benítez Torres, alcalde de Mazatlán gracias, eso sí, por aquello de “que no hagas cosas buenas que parezcan malas o malas que quieres hacer pasar como buenas” y, que, en clave política, significa que no está en el ánimo de los poderes reales del estado y solo esta en espera de los resultados de la investigación que está realizando la ASE para discernir sobre la legitimidad de la compra multimillonaria de luminarias mediante una poco escrupulosa adjudicación directa.

Ese diferendo político que esta en puerta ya está contaminado y lo que le resulte a la ASE buscara Benítez Torres politizar para obtener blindaje y evitar ser sancionado con un nuevo desafuero en el estado, que en caso de suceder, podría tener mano Héctor Melesio Cuén Ojeda, el líder Partido Sinaloense, por haber sido el partido que ganó la elección y llevó de nueva cuenta al Químico Benítez al cargo de alcalde y, un adelanto de lo que está ocurriendo, es que los y las regidoras del PAS está semana interpusieron una denuncia penal en contra de este edil por actos presumibles corruptos que han dejado mudo al alcalde y no ha querido contestar las preguntas del reportero de Noroeste con un amenazante: “ya te conozco”.

Entonces, volviendo al tema sobre el modelo neopopulista y de restauración autoritaria en curso, no está exento de tropiezos, aunque hay que reconocer capacidad de armar consensos, con los diputados de otros partidos políticos que han comprado el discurso purificador de la política sinaloense o, también puede suceder que calculadoramente, están en el ánimo de las política-política del grupo gobernante.

Ese es otro daño que estaría ocasionando este modelo cuando el sistema de partidos se desfigura y camina como zombi a la uniformidad habiendo tantos temas que deberían estar en medio del debate pública. Pintar su raya en temas que son de interés público.

Ahí, tenemos, al diputado priista Luis Javier de la Rocha que ha presentado una iniciativa de reforma para cancelar las sesiones secretas que le permitieron al grupo gobernante desaforar al ex alcalde de Culiacán con el argumento de “garantizar el debido proceso” obviando que un servidor público y sus acciones, no un son producto de un acto privado, sino un asunto de interés público y, por lo tanto, obliga, a la máxima publicidad.

En definitiva, la causa del morenista Jesús Albino, no es un asunto de un militante inconforme con lo que está haciendo su partido en el gobierno sino pone en perspectiva un modelo que efectivamente debe pararse para evitar la restauración autoritaria que en un tiempo como el que estamos viviendo y con tantos problemas sin resolver, es un crimen de lesa humanidad.

Al tiempo.

 

 

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