MEXICO TRAVEL ADVISORY
MEXICO TRAVEL ADVISORY
El 10 de noviembre de 1975 el
gobierno de Luis Echeverria decidió votar a través de Emilio Rabasa, representante
de México ante la Asamblea de Naciones Unidas, a favor la Resolución 3379 que
definió al sionismo como una forma de racismo.
En aquel entonces el presidente
Echeverría estaba por terminar su mandato y buscaba ser el líder del llamado
Tercer Mundo y de esa forma alcanzar a ser secretario general de la
Organización de Naciones Unidas (ONU), sin embargo, lejos estaba de una y otra
posición política internacional.
Por el contrario, aquel voto en
contra de los intereses judíos trajo como consecuencia que México por primera
vez sufriera los efectos de una advertencia de viaje (travel advisory) a los
connacionales que pretendían hacer turismo de invierno en México y fue
relativamente sencillo pues simplemente los llamados tour operadores pusieron
que la oferta estaba cubierta al 100 por ciento. No había espacio para ningún
viajero lo que evidentemente era una mentira y los destinos turísticos, estaban
vacíos lo que representó una de las peores crisis para la actividad turística.
Recientemente el presidente López
Obrador reventó la llamada Cumbre de las Américas al advertir que de “no
invitarse a todos los países de la región el no asistiría” y, así, fue que Marcelo
Ebrard llegó para fijar posición en el mismo sentido y aquello terminó en un fiasco
sin grandes acuerdos políticos.
Han transcurrido solo unos
cuantos días de aquel desaire cuando el Departamento de Estado de nuestro
vecino lanzó una dura ofensiva contra el gobierno mexicano a través del llamado
que hace a sus connacionales para que eviten viajar a México o si lo hacen tomen
medidas de seguridad por el entorno violento.
El llamado es por un tiempo indefinido
dada la situación de violencia que se vive a lo largo y ancho del país con
excepción, dice el documento, de los estados de Campeche y Yucatán que
técnicamente garantizan una mejor estancia, sin embargo, para llegar a ellos es
inevitable pasar por las zonas de riesgo.
Y no faltan razones al
Departamento de Estado para advertir el peligro que existe al transitar por el
territorio nacional dado los constantes actos de violencia y la escasa
capacidad de reacción de las fuerzas de seguridad del Estado Mexicano por una política
de seguridad de “abrazos no balazos” con el crimen organizado.
Sin embargo, ante esto, es
inevitable pensar que el gobierno de los Estados Unidos no tome medidas en
contra del mexicano, y el primero, haya sido precisamente la pata de palo de
este gobierno: el de la inseguridad.
Pero, no sólo eso es la inseguridad,
es la primera fuente de divisas extranjeras que viene siendo la actividad turística
y no sería raro que es si esa es la lógica de la reacción muy pronto pudiera
tener una decisión en torno a las cuantiosas remesas que los connacionales
envían a la economía mexicana y que el presidente López Obrador, agradece a los
paisanos, como si fuera un apoyo al proyecto político de la 4T.
Nada más errado, las remesas
siempre han existido, como una forma comunitaria y de solidaridad de los
mexicanos con sus familias.
Muchas de ellas que habitan en
zonas olvidadas y donde no se producen los empleos que reclaman los jóvenes.
¿Cuánto habrá de afectar esta
advertencia de viaje que lo abarca todo?
Los Estados Unidos se encuentran ya
en recesión económica -falta de crecimiento e inflación galopante- y, esto,
trae aparejado la contracción del consumo.
En estas circunstancias uno de
los consumos que rápidamente cae en épocas de crisis es el de turismo porque es
prescindible y prospera donde se garantiza la seguridad de los viajeros y eso,
evidentemente, no se cumple en amplias regiones del país.
Entonces, que el Departamento de
Estado estadounidense emita esta advertencia de viaje complica la situación pues
mete miedo a los turistas que hacen planes para los próximos meses y giran la
vista hacia lugares más seguros.
Incluso, desde hace años, hay una
campaña promocional, para que los estadounidenses dejen de viajar al extranjero
y mejor solidariamente lo hagan por su país y eviten de esa forma que los
consumos de ocio beneficien a otros países.
En definitiva, el desdén del
presidente López Obrador, que busca tener el liderazgo político en América
latina -cómo hace cincuenta años lo intento Echeverría Álvarez entre los países
del llamado Tercer Mundo- tiene consecuencias y, ahí está, la alerta de viaje,
que podría desestimular a muchos estadounidenses y agregar nuevas acciones de
política bilateral.
Al tiempo
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