¿QUIEN GANÓ EN MAZATLÁN?
¿QUIEN GANÓ EN MAZATLÁN?
Visto en clave democrática el
puerto salió perdiendo y en clave política, el futuro, es previsiblemente
incierto.
El asiento electoral, aun con
todo lo cuestionable, un proceso donde no faltaron las amenazas y la inhibición
de actores o la movilización de electores en favor de la coalición Morena-PAS, es
legitimada por el Consejo Municipal Electoral y el refrendo, rutinario, de los consejeros
del Instituto Electoral, dieron la legalidad y legitimidad al alcalde.
Luego llegó el desencuentro, la
disputa, por el control del ayuntamiento y eso melló la legitimidad obtenida porque
la legitimidad democrática es también percepción y los mensajes que enviaron
unos y otros fueron negativos.
Ganó el Químico, dirán los
beneficiarios y algunos de los que fueron acarreados para vitorear en la plaza
pública al alcalde, quien se movió en los espacios de decisión logrando poner en
sus cargos a los alfiles que habían sido rechazados por los regidores
opositores.
Y, mejor, fueron votados, por unos
de los mismos regidores que antes y varias veces los habían rechazado por ser
la propuesta de un incumplido, una traición.
¿Habrá peor humillación política que
tener que tragar los sapos que habían vomitado en varias sesiones?
¿Con que cara estos regidores podrán
ahora decir que sus intereses son los de los ciudadanos del municipio de
Mazatlán y no los del líder moral del PAS?
Más con los argumentos que
esgrimieron durante toda la batalla mediática, jurídica y política o con los de
la derrota y el sometimiento, la renuncia, a lo que haya sido.
No vi la sesión de toma de protesta
del secretario de gobierno municipal, el Tesorero y la Oficial Mayor, pero, me
imagino, a los conversos, votando con el brazo en alto y el rostro agrio,
molestos, por tener que hacer, lo que no estaban dispuestos, unas horas antes. Bien,
dice, la filosofía popular, que la política, es el arte, de comer mierda, sin
hacer gestos.
Una postura más digna, más
institucional, viendo hacia adelante, fue la de Víctor Antonio Corrales Burgueño,
el nuevo dirigente del PAS, quien deslindó a la formación sinaloense del
alcalde ya en funciones de gobierno y, dijo, que los regidores pasistas serán
oposición responsable y estarán apoyando o rechazando todo aquello que no esté
destinado a mejorar la vida de los mazatlecos.
Buena postura de oposición
responsable y, ojalá, fuera un valor que dominara las relaciones en el Cabildo
del puerto.
Pero, es inevitable preguntarse:
¿dónde quedaran los rencores tantas veces puestos de manifiesto en esas semanas
de ingobernabilidad del municipio?
Y es que, lo que vimos en estas
últimas semanas, fue encono de uno y otro lado, con ánimo destructivo, con una
racionalidad jurídica pautada por las peores emociones, y eso no depara buen
futuro, porque, los regidores pasistas, y sus aliados, estarán buscando los
prietitos en el arroz para cobrar con intereses.
La primera prueba de fuego para
saber dónde estarán estos ánimos será cuando el Congreso del Estado revise las
cuentas presentadas por los alcaldes del pasado trienio y si salen como se
presentó la de recursos federales, dónde la Auditoria Superior de la Federación,
pidió aclaraciones por más de 900 millones de pesos, es muy probable que los
diputados del PAS vendan caro su amor a quien consideran un traidor.
Claro, la política siempre será
el sujeto y su circunstancia, y más cuando vivimos tiempos de pragmatismo
político, pero siempre tiene oportunidad de cambio, y visto en perspectiva las
posibilidades de crecimiento político serán de quien administre mejor su capital
político en perspectiva de futuro.
Y eso, tendrá que ver con el
desempeño de estos adversarios, Héctor Melesio tiene el enorme desafío de
administrar la salud pública de los sinaloenses y, más difícil, si los rebrotes
que están ocurriendo en los países europeos aparecen también en nuestro estado
lo que plantearía revisar la estrategia en condiciones de recursos hospitalarios
escasos y eso, puede ser, su fortuna pero también su muerte política y, Luis
Guillermo, no tiene empacho, en decir, que en este trienio a Mazatlán le va a
ir muy bien, ese pronóstico, emocional como todo en él, está sujeto a lo que
depare el futuro, un futuro sin pandemia o la violencia y, eso significa, que
por esas paradojas de la vida tendrá que verse la cara con su principal
adversario político.
Al tiempo
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