OHUIRA Y EL DECRETO DE SEGURIDAD NACIONAL
OHUIRA Y EL DECRETO DE SEGURIDAD
NACIONAL
Mi solidaridad con Ulises Pinzón y Felipe Guerrero,
víctimas de la intolerancia política.
Los sinaloenses estamos viviendo experiencias que no se
presentaban desde los pasados años ochenta. Resultados electorales que han
dejado en la atmosfera la sensación de que la intervención de actores
criminales le restan calidad. Autoridades de gobierno que han sido electas bajo
la máxima de “haiga sido, cómo haiga sido” y, a los que poco les importa la
legitimidad democrática.
Más, preocupante, es que en la etapa de cierre de heridas
estén brotando rápidamente problemas que habrán de enfrentar los gobiernos de
la 4T. Y, a la vista de todos, pareciera que no los están administrando de la
mejor forma o, peor, los agentes políticos recurren a la ilegalidad para
sacarlos adelante aun, cuando, todos, al unísono, dicen que respetarán la
opinión del pueblo.
El caso más emblemático de esta dinámica es el de los
habitantes del municipio de Ahome y, más específicamente, los de la sindicatura
de Topolobampo, a los que se les convoca de manera oficial a participar en una
consulta ciudadana que, ojo, no tiene efectos vinculantes.
Y, reojo, es que es una consulta sin sustento legal para
construir en su humedal la planta de amoniaco de la empresa suizo-alemana
Proman operada por su filial mexicana Gas y Petroquímica de Occidente (GPO).
El objetivo es técnicamente privatizar el Sistema Lagunar
Topolobampo-Ohuira-Santa María de 267 mil metros cuadrados que está clasificado
y protegido como humedal RAMSAR. Asiento natural de aves golondrinas y especies
marinas, pueblos originarios incluso histórico ya que fue en Ohuira donde se
instaló la colonia cooperativa estadounidense, encabezados por el ingeniero Albert
K. Owen, hace más de un siglo, trayendo a la región una de las utopías
socialistas del siglo XIX.
Esta obra, de ejecutarse como está previsto, terminaría por
alterar los ecosistemas y cambiaría la imagen de la bahía y la vida de las
comunidades pesqueras ribereñas.
Y esa idea se forzó pues es uno de los 147 proyectos de desarrollo
regional que forman parte del Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura
que fue anunciado por AMLO a finales de 2019.
Eso explica la urgencia por sacar adelante esa consulta en el
entorno geográfico y demográfico del sistema lagunar, aunque, no tiene efectos
vinculantes para autorizar la obra.
Los vecinos ante la embestida se han amparado, pues, es clara
la intención, utilizar los resultados para justificar mediáticamente la
decisión ante la opinión pública y, en última instancia, presionar a los jueces,
que deben resolver sobre los seis amparos que han sido interpuestos ante
instancias jurisdiccionales
O, peor, con el decreto inconstitucional de seguridad
nacional en materia de información pública, técnicamente, esos amparos quedarían
en suspenso en tanto se judicializa el caso, pero, mientras seguirían las obras
y cuando la Corte se pronuncie sobre las controversias constitucionales estaríamos
ante hechos consumados.
Y, así, la consulta de este domingo se vuelve irrelevante, porque
sus resultados ya no se necesitan cualquiera que haya sido su propósito pues el
decreto da manos libres para que los proyectos del presidente transiten y eso,
debió, haber sorprendido felizmente a los promotores de la ilegalidad que llegaron
al extremo de amenazar de muerte a los integrantes del movimiento social Aquí ¡No!
Esto exhibió el alcance de los intereses en juego y permitió ver
de lo que son capaces con tal de lograr su objetivo que hoy tiene movilizados a
ambientalistas, pescadores y comunidades indígenas -Que dicho de pasó, los
miembros del movimiento Aquí ¡No!, han declarado esta semana a la prensa que
esperando el apoyo del presidente votaron y llamaron a votar por los candidatos
de Morena. Y, hoy, los beneficiarios de ese apoyo penosamente guardan un
silencio sepulcral.
Uno, de los amenazados de muerte, es el joven Ulises Pinzón,
quien ha preferido salir del estado y tomar distancia física para evitarse que
las amenazas terminen como otras ocurridas en estados donde han asesinados ambientalistas,
y en el nuestro, cómo ocurrió en octubre de 2014, con Atilano Román, líder de
los comuneros de la presa Picachos, quién fue asesinado en Mazatlán en una
cabina de radio frente a uno de sus hijos.
O, en otro sentido, sufrir los efectos de los accidentes en
las minas sobre las comunidades serranas como la ocurrida en 2014 en Choix,
cuando los vecinos de Las Cañitas, Toipaque, El Reparo,
Aguacaliente de Baca en el municipio de Choix sufrieron la contaminación de su
río por una “fractura de la presa de jale en la mina Paradox”.
De alcanzar la violencia a Pinzón, u otro líder comunitario,
complicaría la situación del gobierno estatal que apenas empieza y ya incumple
con el ofrecimiento de no endeudar más a los contribuyentes, cuando, solicita a
la banca privada, los primeros 600 millones de pesos, que deberá devolver con
intereses en un plazo de un año para resolver seguramente el problema de
líquides de las finanzas públicas.
Pese, a esta atmosfera tóxica, que se cierne sobre el estado
y el Valle del Fuerte, nos dice Mario Zamora, el senador del PRI, y excandidato
a gobernador, que la consulta ciudadana nada tiene que ver con la que fue aprobada
por el Senado de la República, y eso lo lleva a preguntarse “si no es legal la
consulta ¿quién y cómo se justificara el gasto público de esta operación de
participación ciudadana?
No creo que esa sea la preocupación principal de los
promotores y menos, cuando el Subsecretario de Desarrollo Democrático de la Secretaría
de Gobernación fue notoriamente evasivo, en la conferencia de prensa, celebrada
en el Cabildo ahomense, cuando se trató de entrar en el detalle de la logística
y, ni siquiera quiso leer la pregunta, que se les hará este domingo.
Más, bien, la preocupación atenuada por el decreto es la
calidad de la consulta y los niveles de participación, porque en ello radica su
valor como instrumento justificatorio por si se necesita para cualquier fin.
En definitiva, de cómo los agentes políticos, encabezados por
el gobernador Rocha Moya, resuelvan el caso de la planta de amoniaco se sabrá
el tipo de gobierno que se está dispuesto construir en el resto de sexenio.
El hilo conductor que viene desde Palacio Nacional hasta el
Sistema Lagunar Topolobampo-Ohuira-Santa María pasa por encima de las buenas voluntades
y en ellas el gobernador, coautor del libro Tomate Amargo (UAS), que escribió en
los ochenta al alimón con la periodista Carmen Aida Guerra Miguel, y que revelaba
la situación lamentable de los trabajadores golondrinos del Valle de Culiacán está
cerca, muy cerca, de ser un instrumento de una política desalmada contra los
bienes humanos y naturales de la región.
En todo esto, habría que preguntarse ¿qué lugar ocupa el
epígrafe con que abría aquel libro premonitorio que hoy transita desde la
esperanza al desconcierto?
Se levantan/
los pesados telones/
que han colgado inermes/
para ocultar la infamia.
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