GALIMATÍAS, MENTIRAS Y RIDICULOS
GALIMATÍAS, MENTIRAS Y
RIDICULOS
Ernesto Hernández
Norzagaray
Cuando los que
mandan pierden la vergüenza,
los que obedecen
pierden el respeto
George C.
Lichtenberg, científico.
La política mexicana nunca dejara
de sorprender sea por su cantiflerismo, las verdades a medias o mentiras
completas, cuándo sus agentes no recurren al engaño, la simulación.
Veamos algunas de estas
manifestaciones en el reciente conflicto que se vivió en el cabildo de
Mazatlán.
Donde unos regidores variopintos,
aguerridos, tutelados decidieron, tomar por asalto no el Palacio de Invierno,
sino el Cabildo Municipal, porque el alcalde electo, no le cumplió a quien
había puesto la marca electoral, pero, no los votos, para que le sufragaban.
No obstante, en un inusual
espectáculo de alianzas, al grito de ¡Todos contra el Químico Benítez! y ¡Abajo
el Químico!, estos regidores vergonzantes se constituyeron en cabildo y
empezaron a repartirse los cargos y comisiones, sólo, que se les olvido revisar
la letra de la Constitución y la ley reglamentaria en materia municipal que
expresamente señala que esas competencias son exclusivas del alcalde electo que
sólo debe seguir el trámite de legitimación pidiendo aceptación de los miembros
del Cabildo.
Y, ahí estaban los regidores obedeciendo
ordenes de Héctor Melesio Cuén y pidieron a Roberto Rodríguez, uno de los
regidores morenistas, quien traicionando a su partido y sin sentido del
ridículo daba posesión a quienes serían en ese simulacro el Secretario, el
Tesorero y el Oficial Mayor del Ayuntamiento y que muy formalmente vestidos aceptarían
el encargo constitucional.
Pero, el regidor Roberto Rodríguez
es un improvisado en política, sino como explicar el desacierto que
inmediatamente le señalaron distintos abogados o, peor, se puso de manifiesto que tras bambalinas
alguien al que le estaban moviendo los
hilos para que hiciera tremenda barbaridad, y ante esta anomalía no faltó quien
desde el trabajo reporteril le preguntara dos veces a bocajarro: ¿Usted es
traidor a Morena? y, aquel en las dos ocasiones se le movió el piso y se agarró
aire de la retórica institucional, diciendo que no que era autónomo en sus decisiones
y estaba para servir a los intereses de Mazatlán.
Me han dicho extraoficialmente
que lo hacía porque si caía el Químico tenía la promesa de que el lo
sustituiría en el encargo, cómo sucedió en 2001 con el alcalde efímero Jorge
Rodríguez Pasos, pero el caso es distinto y esa hipótesis no se sostenía en los
hechos.
Así que vaya manera de iniciar
una carrera política, con ese tipo de claudicación a un personaje que, a la
siguiente vez, ni lo va a saludar, a menos que en el ejercicio de sus traiciones
-antes, me dicen, traicionó al PAN- y terminó sumándose, cómo muchos, a las
filas de Morena o mejor como lo ha mencionado en privado al rochismo de nueva
hornada.
Y es que para algunos
observadores fue tutorado desde el tercer Piso del Palacio de Gobierno y, aun
así, quién quiere a alguien tan grouchesco, tan flexible, con sus principios
ideológicos y escaso respeto a la voluntad de los votantes. El Químico Benítez es
un personaje frecuentemente impresentable, pero, tiene los votos que lo pusieron
ahí y eso, con todo lo cuestionable de la elección, lo legitimó la autoridad
electoral.
Y, lo peor, vino después, porque
al polarizar y enturbiar el ambiente político del municipio a él y al resto de
los regidores “rebeldes” les llamaron dar un paso atrás en sus pretensiones rijosas,
a guardar las armas de las leyes y reglamentos, abandonar la lucha mediática,
para entrar en un silencio penoso, vergonzoso, porque, era el tiempo de Héctor
Melesio, y este llegó acompañado del mismísimo gobernador y el secretario
general de Gobierno, y los regidores ni siquiera fueron tomados en cuenta,
porque simplemente importaban en la negociación como escenografía del juego
democrático cómo lo sugeriría el propio gobernador -Eso, la versión democrática
del gobernador de “háganse a un lado” para que entre Cuén Ojeda da para otra
colaboración .
Así, el Químico Benítez, decidió
no seguir en el debate mediático con quienes no tenían la última palabra, que
eran simples peones en la crisis institucional, y por tanto, sacrificables, se
sentó con el gobernador, el secretario de gobierno y con quién, había declarado
la guerra: Héctor Melesio Cuén, y primero, todos, se tomaron la foto en La
Fonda del Chalio del Paseo de Olas Altas y teniendo a Chalio Zamudio de testigo
de honor acordaron ir más adelante al hotel boutique Casa Lucia, propiedad de los hermanos Juan José
y Erick Arellano, aquellos empresarios que esperaron pacientemente y ganaron el
affaire Nafta lo que habrá de significar una merma a las finanzas municipales
de 140 millones de pesos, y, por una buena razón, han hecho amistad con el
alcalde Benítez.
Y vinieron, entonces, respuestas
chuscas, cuando los reporteros preguntaron a estos políticos que si venían a
arreglar la crisis política municipal.
“No intervendré en el conflicto
que se vive en el gobierno municipal de Mazatlán y ya le pedí al secretario de
gobierno que cheque el caso” -dijo, el gobernador Rubén Rocha, que, sin duda, estaba
interviniendo a través de su subalterno.
“No estoy tratando la crisis de Mazatlán
con el alcalde Luis Guillermo Benítez Torres” – aseveró también Héctor Melesio
Cuén Ojeda, el secretario de salud y qué estaba ahí sin duda como dirigente del
PAS, para reclamar lo que considera suyo.
Y lo mismo, dijo el alcalde Benítez,
aun cuando habían pasado horas conversando en La Fonda del Challo y Casa Lucia.
Luego, ya, en la tarde noche del antepasado
viernes, los que no venían arreglar el compromiso, seguramente estaban para ver
lo del intercambio de regalos navideños, como bien lo escribe Felipe Guerrero habían
acordado el reparto del botín.
Dice:
“Hubo arreglo. El abogado Rogelio
Buelna, del PAS, será secretario del Ayuntamiento de Mazatlán; Tesorería y Oficialía
Mayor para el alcalde. También para el PAS las direcciones de Ingresos y Egresos,
Primer Oficial Mayor, Asuntos Jurídicos, Ecología e INDEM a dónde ir a Juan
José Pacho”.
Y, claro, los regidores estrenaran
sus asientos del Cabildo, a esperar que nueva cosa les mandan hacer para
repetir el ridículo.
Pero, de vuelta una semana,
resulta que siempre no y que sigue la estira y afloja por el control del poder
municipal.
Cualquiera que sea el resultado de
la negociación quienes vivimos y pagamos impuestos en Mazatlán, debemos
prepararnos para vivir una tensión permanente en los próximos tres años y eso
significa, que estos regidores y los que los tutelan, estarán permanentemente
poniéndose piedras en el camino y eso, no lo merecemos quienes esperamos un gobierno
eficaz, no un botín, en constante disputa.
Al tiempo.
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