¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN SINALOA?
¿QUÉ ESTÁ
PASANDO EN SINALOA?
El anuncio del presidente López Obrador de que Quirino Ordaz,
el actual gobernador sinaloense, se integrara al gobierno federal cuando
termine su gestión, y más específicamente, a la diplomacia, como embajador de
México en España, inmediatamente levantó todo tipo de rumores y especulaciones.
Grosso modo desde un sector de Morena no faltaron quienes lo vieron como
una nueva traición a la militancia luego de que privilegia la alianza con un
priista y antes con el Partido Sinaloense (PAS), una organización qué en 2018, fue
duramente cuestionada por López Obrador y Rocha Moya, por el control caciquil
que ejerce este grupo sobre la Universidad Autónoma de Sinaloa, en tanto, desde
la oposición, ven una traición del gobernador que para muchos de ellos explica lo
sucedido en las elecciones concurrentes del pasado 6 de junio y que una franja de
la prensa local, Sinembargo.mx y Héctor de Mauleon han ventilado ampliamente.
Ambas posturas tienen algo de cierto. La dirigencia nacional
de Morena seguramente partiendo de la idea de que la militancia acata sin
protestar alianzas las tejió pragmáticamente. El PAS es uno de ellos y, sabemos,
que sus operadores se han caracterizado por perseguir opositores en los
espacios universitarios, entre ellos muchos morenistas, y se justifica bajo el
argumento de que este partido habría de garantizarle la estructura electoral
que Morena no tiene desde 2015 cuando su dirigencia fue destituida.
En cuanto a la traición de Quirino Ordaz se le objetan dos
señalamientos: Una, que operó para Morena a través del control de la campaña
del senador Mario Zamora, candidato de la coalición “Va por Sinaloa”, y dos, que
poco o nada hizo, en la operación electoral de un brazo armado del Cártel de
Sinaloa.
A toro pasado permítaseme explorar en la lectura de la
invitación que hizo López Obrador al gobernador Quirino Ordaz y este, sin
considerar a su partido, ha aceptado la papa caliente, que representa la embajada
de México en España bajo el argumento de que es una invitación personalísima:
Primero, no podemos dejar de ver positivamente, que la política no solo es conflicto, divergencia, también
es el arte de la suma, sean grupos, personas, ideas, proyectos buenos o malos. Ya el tiempo dirá.
Y es dónde se sitúa la estrategia de trasvase política, que como
experimento trajo a Sinaloa el presidente López Obrador, cuando anunció que Quirino
Ordaz tendría un lugar en el gabinete federal -cómo, al parecer, también, ha operado
entre los gobernadores Javier Corral de Chihuahua quien, ha dicho, que se va
del PAN y Enrique Alfaro de Jalisco, quien para algunos observadores tapatíos,
cada día está más lejos de Dante Delgado, el dirigente eterno del partido
Movimiento Ciudadano o ya Antonio Echeverria de Nayarit que de volada dijo sí y
renegó del PAN-, y así, sería, parte de una suma paulatina que, sin duda, tendrá
efectos sobre el sistema de partidos, la competencia por los votos y la
distribución del poder.
O sea, no es cómo afirman algunos analistas, un asunto de cumplimiento
de una oferta electoral, porque las tareas que se les pudieran encomendar a los
bienvenidos bien podría cumplirlas un morenista fiel a la causa;
Segundo, el eventual traslado de
figuras destacadas del PRI, PAN y MC a posiciones de gobierno y diplomáticas,
incluso la afiliación a Morena, son restas duras de asimilar por la oposición,
sobre todo cuando estos partidos separados no están en su mejor momento. Tienen
una caída importante en el mercado electoral y la representación política, lo
que técnicamente, obliga a la cohesión interna y a las coaliciones heterodoxas,
para así lograr una mejor rentabilidad política;
Tercero, en Sinaloa, continúa la
reconfiguración de Morena que se inició en 2015 con la renuncia masiva del CDE
que encabezaba Jaime Palacios, un histórico de la izquierda, y a quién el
propio AMLO, acusó públicamente sin pruebas de estar al servicio de los
enemigos de la 4T;
Hoy, AMLO, algunos de aquellos
enemigos, el mismo Palacios y varios los jóvenes universitarios fundadores de
Morena comparten el “proyecto”, paradojas de la política realista, que todos
ellos asumen sin hacer mutis, porque, están rendidos ante la idea del cambio y
no está mal, pero hay una mella en sus convicciones rebeldes;
Cuarto, este fenómeno de trasvase
político desde el PRI, y probablemente también desde el PAN y MC, es una de las
apuestas de AMLO para el 2024, minar a estos partidos coaligados llevándose a
Morena a valiosos militantes de la oposición, y como ejemplo, basta ver que
producto de esa política realista están decenas de priistas y panistas que se
sumaron a la campaña del hoy gobernador electo Rubén Rocha Moya y hoy, están a
la espera de ser recompensados con cargos públicos y ya veremos los chantajes,
como sucede en el puerto de Mazatlán, donde regidores pasistas, priistas y
panistas le hacen el feo al alcalde morenista;
Quinto, esto significaría la
coronación de una serie de alianzas legitimas e ilegitimas, aquellas de buena
voluntad y las coactivas que se hicieron presentes en la jornada electoral provocando
incertidumbre y temor de ir a votar, y esas fuerzas de las sombras podrían
estar representadas en un gabinete donde probablemente habrá de “chile, dulce y
manteca”, que, sin duda, dará una mayor complejidad a la operación del nuevo
gobierno;
Sexto, el anuncio de que Quirino se
va como embajador a España, ya afectó el proceso de mudanza o beneficio al
gobernador electo porque le resta el necesario espacio político de la sucesión
o también le da un respiro en no ver a Quirino en el gabinete económico o
hacendario;
Séptimo, el anuncio blinda a Quirino,
quien alguna vez mostró la natural preocupación por el “día después” de abandonar
el Palacio de Gobierno. Sabía que es el momento más difícil de un exgobernador
ya que sin poder la tradición indica que el nuevo gobernante construye sobre
sus huesos.
A Quirino se le critica la opacidad
en el manejo de los recursos públicos y el gasto en publicidad gubernamental,
pero sobre todo sus críticos más severos, no le aceptan que habiéndose
comprometido castigar al equipo del gobierno de Malova por corrupción, su
gobierno terminó absolviéndolo y, por cierto, a este ex, también, podríamos
verlo muy pronto en las filas de Morena, como ya lo hizo su brazo derecho,
Gerardo Vargas Landeros, hoy flamante alcalde electo de Ahome;
Octavo, en todo esto, la gran
perdedora es la llamada izquierda y los ilusos y románticos que jugaron a la
política, cuando la idea, podría desdibujarse en este trayecto de agregación
política y seguramente tendrá algunas posiciones, pero, sin una verdadera
influencia en el programa de gobierno y eso podría ser la antesala de su propia
agregación por eso ilusamente vuelven la vista a Feliciano Castro, un histórico
de la izquierda, que será el líder del Congreso local, pero no hay que olvidar,
que Feliciano, es un hombre incondicional y de todas las confianzas de Rocha
Moya;
Noveno, el morenismo histórico, el de
la primera hornada, el que picó piedra, y no alcanzó una posición de poder en
2018 seguramente apechugara nuevamente ante AMLO, no veo que pudiera haber
rupturas en un contexto de acomodos políticos y el mejor ejemplo es su silencio.
Y, décimo, el juego de trasvase político
ha sido una práctica frecuente en la transición mexicana, lo hemos visto desde
la izquierda al PRI, de este hacia el PAN, y del PAN hoy a Morena, lo novedoso,
es que si antes era un asunto de personas y grupos organizados, ahora, es el
presidente el operador del reclutamiento selectivo de figuras de la oposición
pero el propósito es el mismo, debilitar al contrario, en aras del
fortalecimiento propio, y en ello, lo que menos importa son las identidades
políticos, en ciencia política a eso se le llama partidos “catch all”, partidos
agarra todo.
Finalmente, lo que estamos
presenciando en este espectáculo de agregación, podría ser la reedición posmoderna
de la máxima de Fidel Velázquez de "quién se mueve no sale en la
foto" o mejor, lo que afirma nuestro amigo Polo García: un nuevo gobierno
de continuidad para Sinaloa.
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