LA TORMENTA PERFECTA DE MAZATLÁN
LA TORMENTA PERFECTA DE
MAZATLÁN
Mazatlán, cabeza de playa de la Riviera
del Pacífico, pasa por una crisis sin precedente y eso le da un toque de
sombrío con incertidumbre colectiva.
Esta la pandemia con sus cientos
de enfermos activos y los más mil 300 fallecimientos por Covid-19, en
hospitales públicos si bien ya no tan saturados, si con una inestable demanda
de servicios de salud pública, lo que ofrece un escenario impredecible.
Y cómo se sabe, esto ha traído una
crisis económica, con sus efectos en el mercado laboral y la caída de la
demanda en el consumo entre los sectores más afectados.
O peor, porque llegó para
quedarse, la reorientación de una parte del consumo a través del mercado
digital que se ha disparado exponencialmente.
Pero, luego, nos llegan las
lluvias torrenciales que anegan barrios, colonias y alcantarillas que termina
por complicar la vida de sus pobladores.
Y, con este drama acuoso, con
zonas y viviendas inundadas, perdidas patrimoniales, viene la paradójica crisis
del agua potable.
Con una caída de la producción del
líquido de solo, según información oficial, poco más de una cuarta parte de lo
que reclama la ciudad para su operación.
Hoteles, restaurantes y viviendas
donde solo cae agua a cuentagotas salvo en aquellos establecimientos donde se
adquieren pipas.
La gente comprando la poca agua
que está en el mercado o recogiendo el agua pluvial de los aljibes de empresas,
como la de Telmex.
Y Mazatlán, sin su alcalde, quién
está viajando primero en la ciudad de México, compartiendo alegremente con los
mazatlecos radicados en la metrópoli y, ahora nos enteramos, que se fue por
cuatro días a Texas para conseguir “vacunas gratis” para sus gobernados o, sea
cumpliendo funciones de la Secretaría de Salud, y solo que no trajo ninguna
sola, ni para muestra y justificación de un viaje pagado por los contribuyentes
-Turismo político, dicen algunos en las redes.
Pero, si trajo una gran idea: Un Metrobús
para Mazatlán.
Don Juan Valenzuela escribió molesto
cuándo Noroeste publicó la noticia del flamante transporte:
“No si, para ocurrencias, será
insuficiencia mental o intenta confirmar lo que piensa del pueblo. Mazatlán en
sequía, desabasto total por muchos años nunca visto, alcantarillas rebozadas,
derrames al mar, calles inservibles; el Cerro del Crestón vendido, la peor
crisis de inseguridad, levantones, balaceras, asaltos al transporte, etc. Y el
detallazo (sic) que saca. Si fuera tan fácil como votar, ¿qué elegirían? Sres.…!!
No.
El pulso de Don Juan sobre las
acciones de gobierno es el que tienen muchos mazatlecos mientras los
funcionarios viven en una realidad paralela o, mejor, la del Mazatlán nunca más
“bonito”.
Al gobierno de Mazatlán se le
complican las cosas y lo primero que hace el alcalde es irse y es cuando, a
falta del responsable político, empieza el caos en la ciudad.
Habrá quién se pregunte si el alcalde
ya lo veía venir y por eso, agarró el camino y con ello la búsqueda de las
vacunas, cómo si la gestión fuera personalísima, que reclame la presencia del
alcalde.
En esa lógica, me imaginó, no sin
un toque de ironía, que Marcelo Ebrard no se bajaría del avión cuando tiene que
viajar para gestionar vacunas Sputnik ante los directivos de empresa farmacéutica Laboratorios
Richmond SACIF de Moscú, o a los laboratorios de Michigan para obtener la vacuna
Pfizer; la Sinovac en los laboratorios de Beijing o los laboratorios de
la India o Bélgica para obtener la vacuna AstraZeneca…
Acaso, no hay vías diplomáticas y
de salud, como los encuentros virtuales para este tipo de transacciones “gratis”,
el alcalde fue a La Misión en Texas, donde supuestamente están “regalando”
vacunas para traerlas a Mazatlán, pero esa ciudad, no aparece en el radar de la
producción mundial, que puede ser ignorancia propia.
Sin embargo, el alcalde está
obligado a esclarecer, ya que gasta dinero público, y dar los pormenores de esas
negociaciones a satisfacción de los contribuyentes, pero eso, no es lo que lo
caracteriza y menos frente a un Cabildo, sumiso e incapaz de exigir rendición
de cuentas y menos sí algunos de ellos, se fueron de viaje, como sucedió el año
pasado, con aquella comitiva de 90 personas que viajó al Tianguis de Turismo celebrado
en Madrid con cargo a las finanzas municipales.
En definitiva, ese Mazatlán que
el alcalde vende como el Dubái mexicano, hoy está en medio de una tormenta
perfecta, y el gobierno municipal, es incapaz de resolver problemas básicos de
servicios públicos y de seguridad pública, que está semana, dejó a varios
muertos en las calles del puerto seguramente por una lucha más por la conquista
de la plaza de la Riviera del Pacífico.
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