REGRESO A LA JAULA

 

REGRESO A LA JAULA

 


 

Hay personajes y libros que inmediatamente provocan escozor, molestia, enojo. Levantan ámpulas entre quienes se sienten tocados en sus creencias, certezas, lealtades. Y es que ese tipo de personajes son provocadores de las ideas dominantes y sus libros, aún más por su perennidad, incluso, sorprendentemente, entre quienes todavía no han leído la obra.

Y a ellos les basta el nombre del personaje para lanzar todo tipo de calificativos y denuestos sin fundamento ante interlocutores impávidos.

Uno de estos personajes es el filo catalán Roger Bartra que acaba de publicar un libro con un título onomatopéyico Regreso a la Jaula (Debate) continuidad de otra obra que igualmente provocó escozor en su aparición en 1987: La Jaula de la Melancolía.

Bien, pues Bartra, recupera la crítica que dirigió al viejo PRI que conocimos a través de la historia oficial con sus generales, monumentos y prohombres. Aquella, que se inicia con la triada PNR-PRM-PRI, y llega hasta aquella afirmación de José López Portillo, cuando lloroso se autoidentifica como parte de esa tradición política y un arranque emocional, nostálgico, soltó: “Este es el último gobierno de la revolución”.

Palabras que precedían al inició de la era neoliberal que impulsó el economista Miguel de la Madrid. Esa etapa que ahora quiere sepultar el gobierno de López Obrador y con ello, la corrupción que trajo consigo y que le dio un toque sui generis, muy mexicano.

Sin embargo, para Bartra esto no tiene futuro, incluso avisa que es un rotundo fracaso, en un mundo global donde no caben los nacionalismos por más que tengan raíz en la crisis del sistema priista.

Nos dice, que no tiene futuro, porque está anclado al pasado. Al nacionalismo revolucionario. Y eso ha terminado por capturar ideológicamente a la izquierda moderna que siembra a su juicio futuro.

O, mejor, Bartra ve trazos de futuro en lo que hay. En el liberalismo panista de Ricardo Anaya quien, a su buen ver, era la mejor opción en 2018 porque representaba la posibilidad real de un “cambio de régimen” y también, observa resabios de socialdemocracia en el hoy pequeño PRD y este corre el riesgo de la extinción.

Pero, fuera de ahí, no ve nada alentador. Salvo, claro, que se forme una nueva mayoría en la Cámara de Diputados para empezar un proceso de construcción de nuevos equilibrios políticos.

En caso de no suceder, nos lo dice el también excomunista, se daría un paso adelante a lo que el autor aludido llama la “restauración autoritaria”, es decir, una vuelta a la jaula que construyó el largo episodio priista.

El de un partido con pretensiones omnicomprensivas, un sistema corporativo a través de estructuras asistenciales y un nuevo relato nacionalista, donde el ejército, tiene cada vez un mayor papel protagónico.

Y eso, para Bartra, representa un retroceso, no tiene futuro desde su perspectiva socialdemócrata, es decir, un Estado fuerte institucionalmente con un gran margen amplio a las libertades públicas. Con un sistema de contrapesos sólido. Pero eso en el ideario lopezobradorista nos dirá, tiene cabida y eso explicaría los ataques a los organismos autónomos. En este momento al INE, que algunos de los candidatos de Morena desearían desaparecer. Meter a prisión a Lorenzo Córdova. Y hasta plantear que las funciones del INE las asuma la Secretaría de Gobernación, cómo sucedía hasta el nacimiento del IFE.

Bartra, ve en este propósito un fracaso histórico del obradorismo. Pero, no así en el terreno electoral, donde hoy las principales casas encuestadoras sitúan a Morena como el partido a vencer, aunque en ese propósito de triunfo este provocando grietas en el propio partido.

La reelección de personajes con mal desempeño administrativo y la postulación de personajes priistas y panistas con antecedentes antimorenistas y corruptos, podrían ser la cereza del pastel del próximo 6 de junio.

De eso depende el futuro de Morena ante un PRIAN revitalizado en algunos estados del país con posibilidades de triunfo. Que indican que la coalición “Juntos haremos historia” estaría por demostrar que es fuerte sin AMLO en la papeleta. Y que tan fuerte es esta figura en el imaginario colectivo, luego de dos años de gobierno y lo que representa la llamada vuelta a la jaula de la melancolía. Al tiempo.

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