ES EL CONTEXTO, ¡ESTUPIDO!
ES EL CONTEXTO, ¡ESTUPIDO!
El debate público es signo de
civilidad, contraste en la diferencia, información y base de un voto racional y,
por ende, construcción para el bienestar de todos los ciudadanos -Eso al menos
nos dice la teoría democrática.
Lo que implica que los competidores
han hecho la tarea y tiene el diagnóstico adecuado de la situación concreta del
estado pasado, claro, por el tamiz de la pertenencia partidaria y tendría las
soluciones en mano.
Es decir, es un ir y venir, donde
el ciudadano común y corriente escucha los argumentos y el candidato se
esfuerza por persuadir para obtener los votos.
Y es que a ese ciudadano lo agobian
los problemas, sean los que derivan hoy, del largo periodo pandémico, que pudo haber
dejado maltrecha la economía familiar o el dolor provocado por los deudos anticipados
gracias a una política de salud acotada por la emergencia.
Y la inseguridad más un largo etcétera
de problemas crónicos.
Pero, al grano ¿qué podemos
extraer del debate entre aspirantes a gobernador ocurrido el pasado jueves en
las instalaciones de la UAdeO?
Este debate se escenifico en un contexto de
violencia, unas horas antes del evento una partida de la Guardia Nacional
persiguió a quienes muy probablemente estuvieron detrás de la intimidación que bajo
la candidatura de Acela Esmeralda Zataraín, la priista concordense y al equipo
de campaña de Enrique Moreno, candidato a alcalde de MC en Escuinapa, a quienes
se le habría conminado a no hacer campaña en el municipio porque solo podían
hacerla Morena y el PAS.
Más, no sólo eso, en el mismo escenario
del debate dos de los aspirantes manifestaron preocupación por su seguridad
personal y una de ellas fue Yolanda Cabrera, Candidata de RSP, denunció amenazas
en caso de que atacará a Rubén Rocha, el candidato de la coalición “Juntos
haremos historia” o hablaba mal del líder del PAS, el otro fue Arnulfo Mendoza
del PES, quien pidió protección.
Esta sorprendente coincidencia
entre lo que sucede en el municipio sureño y lo sucedido en el escenario de la
UAdeO, habla del activismo que existe en el mundo criminal, suscita sospechas sobre
los vínculos posibles entre personajes teóricamente en las antípodas sociales y
políticas, pero posiblemente cercanas en intereses.
Afortunadamente en el caso de los
aspirantes intimidados no ha pasado a mayores gracias a la prudencia en el caso
de la concordense y la denuncias del escuinapense, pero, también, por la
reacción rápida de la Mesa de Paz y la Guardia Nacional y las policías
estatales, para detener a los facinerosos incluso cuando estos venían bien
pertrechados con vehículos blindados y con armas de alto poder para continuar
con su campaña de intimidación de la población y candidatos. En el zipizape se
les decomisaron los vehículos, pero se dijo, que no hubo detenciones, raro, muy
raro.
Así, que, si bien es importante,
el debate en cuanto a intercambio de argumentos y propuestas, aunque en él hubo
mucha basura, y hoy muchos observadores políticos buscan responder a la
pregunta interesada de ¿quién ganó el debate?, lo cierto es que el contexto
también importa.
Ninguno de los aspirantes hablo
del contexto de los sucesos de Concordia y Escuinapa o el texto de Anabel
Hernández donde habla de las interferencias del narco en el proceso electoral sinaloense
y menos de esa relación de negocios entre empresarios y políticos que
recientemente ha revelado la investigación periodística de Proceso-Riodoce
sobre lavado de dinero.
Así los candidatos estuvieron más
enfocados en señalar las incongruencias de Rubén Rocha o hacer pronósticos de
derrota de Mario Zamora, que entrar al debate de lo que está detrás de esta
intimidación y las eventuales amenazas a las que le han puesto nombre y
apellido, porque cualquiera de los candidatos que gane la elección, tendrá que
lidiar con estos actores que están ya no en el subsuelo si no a flote de la
vida pública, incluso, hoy podrían poner en entredicho la calidad de la
elección.
Vamos, buscando extraer una
conclusión preliminar, podríamos decir que está en juego, quizá como nunca, esos
intereses que están detrás de cada elección y construir desde ahí una contienda
de calidad. La que desea la gente de bien y que quizá no estuvo escuchando el
debate.
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