QUIRINO, ¿QUÉ LUGAR OCUPA?
¿Qué pudo haber sucedido para que
Quirino Ordaz, el gobernador priista mejor calificado en décadas no haya sido
tomado en cuenta por su partido, por sus aliados, en las designaciones de
candidatos de la coalición ¡Va por Sinaloa!?, cuando, era de esperarse que por
su desempeño tendría mano para dar continuidad a lo logrado en sólo cuatro años
y hasta ahora, casi dos meses, y así elevar las posibilidades de triunfo y conservar
la gubernatura de Sinaloa para el PRI y a la vista, hay de dos sopas explicativas
la auto marginación o que se le impusieron, los poderes fácticos del estado.
Se supone que los gobernantes
trabajan para sacar adelante un proyecto político -que sin duda lo tiene todavía
Quirino, aunque decolorado, por los tiempos y ritmos del mismo proceso electoral-
pero, también, para verse representado primero en la integración de las
candidaturas y más tarde, que miembros de su equipo, estén en los cargos de
representación política más importantes, esa sería la lógica y el cálculo político
en clave de futuro.
Pero todo parece que no sucede
así y se imponen otras visiones e intereses, sin importar mucho lo
capitalizable de este gobierno y, entonces, contrariamente al discurso nacional
alternativo se impone una lógica de cuotas, es decir, que cada partido coaligado
irá por lo suyo y el discurso bien gracias.
Hasta el momento son contados los
miembros de su gabinete que son promovidos para un cargo de elección popular y
hay mucho de autopromoción. Están, ahí, Juan Alfonso Mejía e Irma Tirado, que buscarán
ser diputado y síndica procuradora, respectivamente, si se mantiene a Fernando
Pucheta como candidato de la coalición ¡Va por Sinaloa!, y no se sabe, cuál será
el futuro político de Gonzalo Gómez Flores, Ricardo Madrid, Javier Lizárraga o
Sergio Jacobo, entre otros.
Queda, claro, que todavía está
por verse si los prerregistros se convierten en candidaturas firmes en
diputaciones, alcaldes y síndicos procuradores y definir quienes serán los
candidatos a los siete distritos electorales federales y los 24 distritos
locales, más la lista plurinominal. Y se
podrá decir, eso no está cerrado, puede haber sorpresas, porque sorpresas te da
la vida y con mayor agudeza en la política, dónde todo puede suceder de último
momento. Es un terreno minado y cualquiera puede caer.
Sin embargo, la influencia del gobernador
en otras circunstancias ya se hubiera dejado sentir en la candidatura del
sustituto y en los prerregistros de alcaldes, y esperarse al registro de las
candidaturas, es un síntoma de debilidad, auto marginación o desinterés. De incapacidad
para imponer a sus alfiles como candidatos a los cargos de representación
política y hacer valer su capital político. Que parece, en la vorágine del
reparto PRI-PAN-PRD, no estar considerándolo como el principal eje de su
estrategia de campaña.
Y, es que sorprende que, desde Mario
Zamora, hasta los dirigentes partidistas nacionales del PRI, recurran a la obra
de Quirino Ordaz para construir una narrativa de éxito necesaria para sostener
en el siguiente gobierno. Es decir, de dientes hacia afuera, sin que se haya
visto la importancia del matiz en la integración de las precandidaturas de la
coalición de centro derecha. Y lo peor, es que varias de ellas, son las que
fueron derrotadas en 2018 y personajes que realmente son impresentables en una elección
donde estarán en juego las hojas de vida de los candidatos.
Vamos, no se puede tener un
discurso crítico creíble en la coalición ¡Va por México!, presentando esas
candidaturas que ya han sido severamente cuestionadas. O sea, que son resta o
al menos que no son consideradas como parte del éxito mediático del gobierno
quirinista.
Esto lleva a una reflexión de
fondo. Si a Quirino Ordaz no le dieron su lugar en la integración de las
candidaturas de la coalición ¿se podrá esperar que este tenga el entusiasmo
para apoyar a candidatos de otros personajes políticos o aquellos, que resultan
impresentables? Visto emocionalmente, no hay incentivos para hacerlo y políticamente
es poco estimulante salvo, claro, que se haya auto marginado para evitarse
problemas al dejar el cargo.
Entonces, si los hay, los
incentivos están en otro lado, los apoyos difusos para el día después de
entregar el poder. Salvo que este equivocado mi análisis a primera vista el
futuro de Quirino Ordaz no resulta alentador. Pero, también, me resisto a
pensar que Quirino no este en el juego sucesorio o que solo, sea una referencia
de un gobierno priista exitoso. ¿Dónde podrían estar sus piezas en este juego
sucesorio?
En política, no hay vacíos
acostumbraba a pontificar el ideólogo priista Jesús Reyes Heroles, y esa expresión
que es totémica en la política nacional, valdría en sentido inverso, Quirino no
se salió de la jugada sucesoria sino lo marginaron de las decisiones sucesorias
fundamentales, y eso genera un vacío que quienes intentan o intentaran
llenarlo, no tienen el capital político del gobernador, hay mucha chachara
política.
Y eso, tendrá efectos en un doble
sentido, una que los duros que hoy se apropian de las candidaturas tensen la
cuerda y provoquen una elección tormentosa, donde todo se valga, y la otra que
al no llenar el vacío se fortalezca más la oposición morenista, si esta es
capaz de ofrecer candidaturas de contraste público, porque si hacen lo mismo y ofrecen
candidaturas impresentables, el que va a salir perdiendo será el estado y eso,
en la circunstancia actual, es un crimen de lesa humanidad.
Sinaloa, ocupa partir hacia
arriba del listón que dejara Quirino, y eso implica un proyecto de continuación
sólido sea del partido o coalición que sea, y no sólo continuarlo, sino
mejorarlo para optimizar los recursos económicos escasos, no debe haber margen
para el desperdicio y menos para que se lo roben, cómo ha sucedido en el
pasado.
En definitiva, estamos en un
juego de suma cero, dónde lo que pierde lo gana el otro, y si los priistas han
decidido diplomáticamente prescindir de la figura de Quirino Ordaz o peor,
utilizarlo con ese antecedente está cantado que los grandes perdedores serán
ellos por que al final su oferta va a decir a las claras lo que ofrecen en caso
de ganar la elección.
La política, cierto, siempre es aprendizaje,
pero cómo en todo hay como en las escuelas: kínder, primaria, secundaria…
Que cada uno, saque sus
conclusiones.
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