DECLARACIONES QUE DUELEN Y HUELEN
A la memoria del Dr.
Segundo Galicia Sánchez
Hay declaraciones que huelen a
complicidad, a pactos forjados en las alturas del poder universitario, que
llaman a tener sentido de cuerpo y, por esa cohesión de granito, son imposible
de sacudirse sino es con base a un nuevo acuerdo, un arreglo en la cúpula,
porque el existente ya valió madres, no le sirve a nadie, más bien estorba,
molesta, inquieta, quita el sueño, desgasta innecesariamente esa retórica institucional
de marketing egocentrista, esa de que estamos en la cúspide y somos de lo mejor,
entre los mejores, y qué vamos, por más.
Pero, nadie da un paso adelante, la
incomodidad se vuelve eterna, no parece tener salida, todo mundo se repliega y
la cabeza, esa gran cabeza brillosa de Juan Eulogio, que ha sido capaz de neutralizar
cualquier oposición al “proyecto”, no le está produciendo las ideas que
necesita en este momento, de está stress que le provoca el affaire López
Hernández, ese funcionario de primer nivel, que tendría congeladas sus cuentas
bancarias -incluso el cheque de la UAS- desde
hace varios meses porque es señalado por la Unidad de Investigación
Financiera (UIF) ante la Fiscalía General por “narcotráfico y lavado de
dinero”.
Y, una revelación de ese tamaño, en
cualquier otra institución pública, provocaría ipso facto que el acusado en un
acto de responsabilidad se hiciera a un lado y si no, el rector le pidiera que
dejara el cargo, para atender sus problemas con la justicia.
Pero no sucede ni una, ni otra
cosa. El rector por el contrario pide a sus críticos que le otorguen el “beneficio
de la inocencia”, aun cuando esto signifique la percepción de que se le está
otorgando protección, sin considerar, los daños que le ocasiona a la imagen de
la centenaria casa de estudios.
Y peor: que con esta declaración piensen
los auditores de la UIF, que el affaire va más allá del personaje puesto en
entredicho, lo que pudiera significar que la indagación financiera alcance a
otros funcionarios universitarios.
Si eso sucede, el “beneficio de inocencia”,
que pide el rector será insostenible y podría entrar en el terreno de las sospechas,
por eso las autoridades universitarias, deberían dar un paso adelante y pedir al
funcionario se separe del cargo y poner el tema sobre la mesa del Consejo
Universitario.
¿Por qué es importante que el CU
conozca de este espinoso asunto? Primero, porque es la máxima instancia de gobierno
de la UAS, y segundo porque el tema, está dañando la imagen de la institución y
tercero, para qué se deslinden responsabilidades y si el señor López Hernández
es inocente se le restituya en su cargo o vuelva a las clases.
Eso, sería actuar con
responsabilidad, ante un problema que ya rebasó los límites del estado y qué
está en una prensa muy sensible desde el caso de la Estafa Maestra, donde el
argumento (mejor el apoyo) del rector ha sido visto con preocupación incluso ya
se metió al terreno electoral de 2021.
Hace unos días el senador Rubén
Rocha, el aspirante mejor posicionado para alcanzar la postulación de Morena,
se le preguntó sobre el affaire López Hernández, y la respuesta fue que
si él fuera rector le pediría a este funcionario “que se hiciera a un ladito”.
Está declaración coincidió con el
pronunciamiento de Héctor Melesio Cuén, factótum en la UAS y líder del
PAS, de que él sería el candidato a gobernador “si su partido se lo pide”, lo
que se interpretó como una ruptura de las charlas que sostenían ambos exrectores
en perspectiva de una coalición MORENA-PAS-PT.
No ha habido una reconsideración,
ni de uno, ni de otro, por lo que siguen firmes las posturas y esto al menos,
del lado del senador, podría significar que se pone el huarache antes de espinarse
pues, quizá, tendría información clasificada de lo que sucede alrededor del
todavía director de Recursos Humanos de la UAS y, para evitarse complicaciones
en el camino por la gubernatura, haya decidido mejor tomar distancia y dejar
que la justicia haga su trabajo.
Para evitar esas sospechas que
crecerán conforme pasen los días –recordemos que el caso se conoce desde que la
FGR rechazó un amparo contra el congelamiento de las cuentas bancarias- por lo
que deberían hablar no sólo el rector, sino los consejeros universitarios y los
miembros de la Comisión de Honor y Justicia, incluso los líderes sindicales,
pero a la vista se prefiere conservar el sentido de cuerpo del grupo dirigente.
Y es que la UAS, no es como otras
instituciones de educación superior, en ella es casi es imposible discutir este
tipo de temas por el control que se ejerce en forma centralizada,
personalizada, al punto que hace un tiempo el secretario de Educación Pública
señaló: “hay universidades que tienen dueño” y, si esta tiene dueño, nadie
habla más que el dueño.
Penosa realidad de una
institución que per se está llamada a que fluyan en ella todas las voces en
torno a una visión racional y ética del mundo, y claro, de sí misma. Por eso el
soslayo duele. Y es que huele a desespero, a intranquilidad, como que se está
esperando que las cosas se corrijan por sí solas, que la política de siempre
haga su tarea ordenadora.
Vamos, que las próximas
elecciones y las alianzas electorales sirvan de antídoto, cómo casi siempre ha
sucedido. Pero no, no parece ser hoy el caso, los márgenes de negociación e
impunidad se han reducido y ya no es como antes, que bastaba un telefonazo, un
golpe sobre la mesa para que se enterrara cualquier asunto de interés público o
al menos, eso es lo que se percibe, a través de la actividad infranqueable,
profesional, de Santiago Nieto a través de la UIF.
La lucha contra la corrupción, recordemos, se
ha vuelto una política central, estratégica, del gobierno federal. Por, ahí, no
se ve por dónde. Y este señor, que ha sido duro con muchos trabajadores
universitarios, tendrá que defenderse. Por lo pronto, está bajo sospecha y
viene la siguiente parte, que ya debe estar en manos de la Fiscalía General de
la República como en el caso de la Estafa Maestra.
Y, aunque, hasta el momento, todo
parece transcurrir fuera de la casa Rosalina, no hay que descartar que las
investigaciones salpiquen más al ámbito de la Universidad, y si eso sucede, van
a estar en problemas el grupo dirigente de la institución y podría ser, el
principio del fin de este cacicazgo que lleva más de 15 años operando
impunemente.
Así que el Guerra Liera, de
romper el silencio y deslindar a la institución para evitar que sea vista como
un eslabón de relaciones mafiosas.
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