AUDÓMAR AHUMADA



Audómar Ahumada, ha fallecido. 

Se va, con él, quizá el último de una generación de dirigentes de la izquierda partidaria, que se incubo hace más de cincuenta años en la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Hijo de una familia de campesinos del pueblo de Casa Blanca emigró a finales de los años sesenta a Culiacán para inscribirse en la carrera de Economía donde encontró la política y muy pronto se incorporó a la desaparecida Juventud Comunista (JC) brazo formativo del Partido Comunista Mexicano (PCM).

En El momento de su llegada a la centenaria casa de estudios la UAS vivía el efecto irradiación que provocaba el movimiento estudiantil de la UNAM y el Politécnico Nacional.

Los miembros de la Juventud Comunista sinaloense estaban muy activos organizando el apoyo y la solidaridad con las acciones que se estaban llevando a cabo en la Ciudad de México.

Algunos de los dirigentes estudiantiles viajaban por el interior buscando que se multiplicaran las voces en contra del autoritarismo diazordacista.

Así, Eduardo Valle Espinoza, El Búho, miembro de la JC y del Consejo Nacional de Huelga (CNH) estuvo en Culiacán en los días previos al 2 de octubre impulsando la organización local, cómo lo narra Joel Ortega, otro de los dirigentes, en un libro que publicó hace dos años ¡Adiós al 68!

Audómar Ahumada, en ese entonces, tenía escasamente 18-19 años y se sumó al activismo donde rápidamente destacó de la mano ideológica del mocoritense Arnoldo Martínez Verdugo, quien se desempeñaba como Secretario General del PCM.

Luego de los sucesos del 68, vino un reflujo en las movilizaciones estudiantiles, pero dio paso a un debate intenso en la JC donde se perfilaron dos grandes corrientes: Una, la del aparato comunista que buscaba salir de la ilegalidad en que se encontraba para participar con todas las de la ley en la lucha por el poder y la otra, desesperada, que veía en esta actitud gradualista una mala lectura del momento político, donde muchos profesores y estudiantes comunistas estaban encarcelados en Lecumberri y algunas prisiones estatales, lo  que significaba para el ala más radical el cierre de la vía democrática y en su razonamiento solo quedaba tomar las armas, cómo había sucedido, en septiembre de 1965 en el pueblo de Madera, Chihuahua.

 Audómar Ahumada, continuó en el partido junto con la mayoría de sus camaradas sinaloenses, que enfocaron su activismo hacia la democratización de la UAS que en ese entonces tenía una Junta de Gobierno, la que tomaba las decisiones fundamentales de la institución y la integraban connotados miembros del PRI.

La lucha se intensificó cuando esta Junta designó al abogado Gonzalo Armienta Calderón cómo Rector y esto provocó reacciones en las escuelas y facultades, hasta la renuncia del rector impuesto. 

En la lucha por la democratización de la UAS estaban los miembros del PCM, la JC había desaparecido, y también el grupo político José María Morelos, conocido también como “Los Chemones”, que coexistían con una ultraizquierda que se autodenominaba “Los Enfermos”, que se definían como enfermos de comunismo y más tarde, muchos de sus miembros se incorporarían a la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Audómar Ahumada, destacaba entre el grupo de los jóvenes comunistas, donde también estaban Liberato Terán y Jorge Medina Viedas, entre otros, y ese rol estratégico que cumplía le mereció una paliza de los ultras que se ensañaban con los reformistas y pro-burgueses. 

A mediados de los setenta Audómar releva a Arturo Campos Román, como Secretario General del PCM en Sinaloa, y lo sigue siendo hasta la disolución del partido en 1981, para dar paso al Partido Socialista Unificado de México (PSUM), donde también fungió como dirigente estatal. 

El seccional universitario del PCM impulsó el proyecto de la Universidad Democrática, Crítica y Popular lo que llevó a la UAS a una confrontación con el gobierno de Antonio Toledo Corro (1980-1986), que duro prácticamente todo ese sexenio incluso en sus postrimerías Audómar Ahumada asume la rectoría cuando el gobierno toledista había creado los Cobaes  y aquel, tomó una decisión que explica mucho lo que hoy tenemos en la institución rosalina y que se sintetiza en la máxima: “donde haya un Cobaes, habrá una preparatoria de la UAS”.

Se jubila de la UAS para dedicarse enteramente a la política a través del PRD y siempre mantuvo relación con sus camaradas del desaparecido PCM, especialmente se le vinculaba al grupo de Amalia García, la ex gobernadora de Zacatecas. 

En 2010 el PRD sinaloense apoya la candidatura de Malova y él se integra al gobierno en un nivel modesto del sistema educativo, y por esas cosas de la política de conciliación que ejercía Malova, se rehabilita la figura de Antonio Toledo Corro ante la comunidad universitaria, esto le mereció a Audómar Ahumada, fuertes críticas mismas que soportó estoicamente y al final de esta gestión volvió a las tareas de un disminuido PRD, luego de la constitución de Morena, partido al que no se afilió como si lo hicieron otros dirigentes perredistas. 

En el verano de 2018 cumplía 50 años de haber ingresado a la UAS y quiso festejarlo con un acto simbólico llevando una ofrenda al busto de Rafael Buelna, El granito de oro, y cual va siendo su sorpresa que las huestes cuenistas no le permitieron ingresar al edificio rosalino y ahora que se ha ido, su familia ha decidido en silencio, cómo se estila con otros ex rectores, no permitir ningún gesto de las autoridades universitarias, lo mismo que sucedió con la familia de Jorge Medina Viedas, su antiguo camarada.

¡Descanse en Paz!


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