EL JUEGO DEMOCRÁTICO
Entre Coahuila, Hidalgo y Sinaloa
existen similitudes y diferencias políticas que habría que considerar en
cualquier análisis de lo ocurrido el pasado domingo pues solo así podríamos comprender
mejor los alcances de los triunfos, las derrotas y prever los posibles
escenarios con sus desenlaces para 2021.
Los tres estados tienen una
población y un padrón electoral más o menos similar, además, están gobernados
por el PRI y la gran diferencia es que mientras en Coahuila solo se eligieron los
diputados locales en Hidalgo fueron los alcaldes, en Sinaloa, en cambio en 2021,
se vivirán las primeras elecciones concurrentes de su historia pues se elegirá simultáneamente
gobernador, diputados federales y locales, alcaldes y síndicos procuradores.
A la vista lo primero que podemos
percibir es que las reformas constitucionales destinadas alcanzar la
concurrencia de todas las elecciones todavía en 2021 no será una realidad, los
ejemplos de las elecciones de diputados y alcaldes de Coahuila e Hidalgo, así lo
indican, sin embargo, en Sinaloa el mandato de dos años a los alcaldes y
diputados en el periodo 2016-2018 y un gobernador que solo ejercerá el cargo por
4 años y 10 meses muestran que la concurrencia va en la amplia mayoría de los estados.
Ahora bien, que en Coahuila e
Hidalgo, la competencia interpartidista se haya reducido a diputados locales y
alcaldes, respectivamente, debería llamar a la prudencia y a la reflexión sobre
lo que ahí realmente sucedió, antes que,
a festinar unos resultados como lo hace el dirigente nacional del PRI, que en
el caso coahuilense seguramente se judicializará por los señalamientos de “compra
de votos” y en Hidalgo, quedará probablemente
un escenario de fragmentación política, nada excepcional, más bien de
normalidad democrática.
Nada fuera de lo que no pueda
suceder en un ambiente de alta competencia electoral, y donde el desencanto y
el abstencionismo, hicieron su parte sea por el rendimiento de los tres niveles
de gobierno o por la secuela anímica que está dejando la expansión del
Covid-19.
Las elecciones de la “nueva normalidad”
nunca serán elecciones convencionales, cómo tampoco parece que serán las de
2021, existe por un lado miedo por los alcances que está teniendo el
coronavirus y sus efectos destructivos en la sociedad y su economía.
Se habla oficialmente ya de cerca
de 90 mil fallecimientos y contagios cercanos al millón de personas con un nivel
de letalidad superior al 11% o sea podríamos tener conservadoramente para julio,
cuando se celebren las decenas de elecciones concurrentes si no pasa algo extraordinario
-calculando sobre los ochos meses transcurridos- otros 100 mil fallecimientos y
dos millones de contagiados.
Y, digo conservadoramente, porque
en el modelo Centinela no se contempla el número de fallecimientos que ocurren
lejos de los hospitales y los enfermos de Covid-19 asintomáticos que pululan como
moscas por un foco infeccioso.
Y, por si eso fuera poco el daño
en la salud pública, se calcula igualmente que en 2021 tendremos una caída económica
del -10% respecto a 2020, lo que seguramente repercutirá en el ánimo de los
electores y en ese sentido, aun cuando podríamos decir que son elecciones
intermedias, con el subsecuente reflujo en la participación, también en las
elecciones de Coahuila e Hidalgo hay un adelanto sea para reprocharle a uno u
otro partido gobernante.
Está semana un dirigente
campesino coahuilense de la izquierdista Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA),
hacía un análisis desde el desencanto de lo ocurrido en Coahuila y señalaba con
dolor el abandono del campo que a su juicio explicaba los resultados en su
estado y pronosticando un escenario similar en 2021.
Y en alguna forma tenía razón, en
política, no hay vacíos, y menos donde hay juego democrático, lo hace mal un
gobernante lo tendrá que pagar en la siguiente elección, y por eso los resultados
fragmentados y polarizados, aun en estados, donde todavía perviven los restos
de cacicazgos políticos corruptos. ¿Cuál debería ser la enseñanza de estos
resultados parciales para la política de Sinaloa?
Primero, las elecciones de Coahuila
e Hidalgo, se polarizaron en la fórmula PRI-MORENA, habrá estados donde se de
la mancuerna PAN-Morena, no estoy seguro que los haya PRI-PAN, pero tampoco es
descartable sobre todo a nivel municipal, y en Sinaloa todo indica, que será la
dupla PRI-MORENA, aunque puede haber amarres que den paso a un candidato PRIMOR
y eso dependerá de las decisiones que se tomen en Palacio Nacional que están
viendo sobre todo la futura integración de la Cámara de Diputados (lo demás
puede ser negociable).
Segundo, la elección será la prueba
de fuego del desempeño de Quirino Ordaz, y también de los alcaldes priistas,
morenistas y petistas, qué si tomamos como buenos los resultados de las
encuestas de Consulta Mitofsky y Massive Caller, han venido a menos, de como
estaban hace un año y eso podría explicar un mayor o menor realineamiento electoral
a nivel estatal y municipal; y,
Tercero, el factor Covid-19, con cerca
de 50 mil contagios por confirmar y más de 3 mil 500 fallecimientos, que habría
que duplicar de aquí a la fecha de las elecciones del próximo año, con un claro
énfasis en los centros urbanos donde ha pegado más duro en términos de salud, pero,
además, duro en lo económico, pese al repunte que hemos visto por la apertura
prácticamente absoluta de la economía.
Los datos de Codesin así lo
indican. En el periodo más álgido se perdieron miles de empleos formales, se
recortaron salarios y por parte del gobierno no hubo apoyos fiscales a las
empresas, ni a los trabajadores, más allá de los microcréditos y gestiones ante
Nafin lo que está provocando el cierre de cientos de empresas y estamos
viviendo una concentración de la actividad económica sobre todo en el sector
del comercio. Empresas trasnacionales como Cotsco, Walmart-Sams están haciendo
su agosto lo que confirma que en épocas de crisis del capitalismo se cumple esa
regla de la lógica del capital.
Finalmente, o me gusta el axioma
de que, a crisis económica, automáticamente realineamiento electoral, porque en
esta materia concurren una gran cantidad de factores y en particular, más en un
país como el nuestro, donde hay clientelismo político y tenemos una figura
presidencial providencial cargada de nuevos símbolos justicieros que tienen a
MORENA en lo más alto de las marcas electorales.
Qué, como colofón, se puso en
juego en las elecciones pasadas con resultados que muestran indicios de que la
marca no lo es todo y habría que ver el desempeño de los gobernantes morenistas
además de la capacidad de gestión de sus senadores, diputados y regidores, y
eso será definitivo a la hora de votar de la franja más impermeable a los
mensajes y símbolos.
¡Al tiempo!
Publicado en el diario Noroeste 25/10/20
EL “CULIACANAZO”, NUESTRO FRACASO
El “culiacanazo” del 17 de octubre de
2019 se ha agregado a nuestra efeméride trágica, las fechas singularmente emblemáticas,
las que no se olvidan, las que llegaron para quedarse en el imaginario
colectivo; sea, porque, ese día no sería uno más en la rutina o porque fue uno
distinto en la consuetudinaria lucha de poder a poder.
Sólo con la diferencia de que en esta ocasión
fue extraordinariamente real y terminó en una rendición en aras de la
“protección de la población civil”, que en un principio no parecía haber
importado, cuando se calculaba en el más absoluto secreto, que la detención de
uno los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán transcurriría sin mayor sobresalto y
el joven Ovidio tras una breve aduana en México sería enviado a una prisión de
alta seguridad en la Unión América.
Así de fácil. ¿Quién calculó esa
tersura ni siquiera digna de una película del Hollywood de Martin Scorsese o
Quentin Tarantino? Seguramente alguien que desconocía el terreno y peor, la
capacidad operativa del Cártel de Sinaloa, para tomar la capital del estado y
provocar el caos y la liberación de Ovidio.
Culiacán es una ciudad tatuada por el narcotráfico,
sus héroes y símbolos. Hace mucho dejó de ser lo que alguna vez fue. Una
sociedad a caballo entre lo rural y urbano para convertirse en una nueva
síntesis sociológica donde domina la desmesura y por momentos raya en la
locura.
En un mundo donde esta singular forma
de valor de cambio modificó la fisonomía de la ciudad con sus viejas casonas e
impuso la llamada arquitectura del miedo con sus nuevas catedrales del shopping. Aquellas,
que transformaron los consumos, pero muy poco su esencia rural y ¿cómo no?
Culiacán sigue estando y lo seguirá por simple coartada, rodeada de cultivos y
agroindustrias; agricultores y jornaleros.
De esos surcos sociales salió esa
multitud que vemos cualquier día con los atavíos de nuestra singular
modernidad. Sean la nueva estética de las marcas internacionales que dan
estatus social a quien la porta, los autos de alta gama que circulan por las
calles llenas de baches y topes criminales y la conversación pública de lugares
comunes que despiden un olorcillo a conveniencia y temor.
Y qué decir de las expresiones del
nuevo lenguaje: “al cien” o el ubicuo y amable “pariente”, que construye
relatos omnipotentes, de una singular manera de relación social, que brota de
las entrañas de la inocencia perdida o mejor agregada a una brutalidad que no
tiene parangón. Ni respeto por la autoridad.
Porque en alguna forma es una sociedad
con un poder compartido y la autoridad no es absoluta ni está toda en los
palacios de gobierno, tampoco en el Congreso del Estado, sino frecuentemente en
una mesa de un rincón de la capital. Donde entre carnes asadas y tragos de
Paris de noche se toman grandes decisiones para el estado. Y, frecuentemente,
se procesan con una retórica legalista, política, burocrática. Esa que nos
lleva a nuestra singular civilidad política. La de la separación de poderes. La
de las cortesías políticas donde no siempre se evitan los pisotones bajo la
mesa. Y llega a ser nuestra singular lucha por el poder, en el llamado sistema
de partidos.
Quizá, por eso, el “culiacanazo”, al
salirse del guion de lo políticamente correcto, provocó una parálisis en el
gobierno estatal y municipal. Siempre estuvo en manos de los integrantes del
Sistema de Seguridad Nacional. No había manera de que fueran las fuerzas del
estado las que coordinaran la acción destinada a detener al hijo de Guzmán
Loera y menos, después, de lo que hemos sabido, cuando son detenidos policías y
un agente del MP comprometidos en actos de colaboración con el otro poder.
Por eso el “culiacanazo”, si bien
inaugura un nuevo momento en las relaciones de poder dominantes en el estado,
siguen en el mismo lugar, cómo lo indica ese banner que circula en redes
sociales para asistir al Ovidio Fest, una gran fiesta para ayer en la zona de Tres
Ríos y sobre la que, al momento de escribir este artículo, no se han
pronunciado las autoridades estatales y municipales, lo que es muy probable que
ocurra, aun con todo y pandemia.
O sea, el “culiacanazo”, ratificó lo
construido no siempre silenciosamente y que no se está dispuesto a renunciar en
su ciudad emblemática, la de la marca de la casa, que a tanto culichi le
resulta motivo de orgullo e identidad glamorosa. La que da renombre en el mundo
y que la reconoce lo mismo un francés que un ruso, un árabe o un japonés, y es
que es un poder ubicuo producto de una multiplicación de la franquicia. Lo
mismo en NY que en los barrios bajos de Paris o Buenos Aires.
Sólo que en está ocasión, con una
fisura local, seguro no la última. Que después de los acontecimientos del 17 de
octubre le da un nuevo tinte, un nuevo color a la disputa por el poder en la
periferia del sistema. La de la apropiación silenciosa del espacio público y
que provocó un añadido insultante al confinamiento de la Covid-19. ¿Cuánto se
ha expandido y diversificado su negocio en estos meses que han llamado al
encierro y a la depresión? ¿Cuántos habrán vivido por el mundo de party permanente?
¿en el éxtasis interminable cómo una fuga constante hacia delante? Nunca lo
sabremos.
Pero esto nunca se paró, cómo no
ha parado el negocio de los estudios de laboratorio, para detectar si se han
multiplicado exponencialmente los anticuerpos, las incómodas tomografías o las
traqueostomías y las funerarias en jauja en tiempos de la Covid-19.
Entonces, volver la mirada a los
acontecimientos trágicos de la tarde del 17 de octubre de 2019, es volver los
pasos sobre un relato largo que se inició hace ya algunas décadas y que ha
terminado, cómo me lo decía un periodista culichi, por convertir a Culiacán en
una sociedad enferma.
Aquella, dónde se han abatido todos los
reguladores sociales que permitan, en mayor o menor grado, una cultura de
cohesión social, basada en el trabajo que sigue permitiendo en muchos hogares
el sustento, el sentido de comunidad que favorece transitar libremente por
cualquier lugar y hora, la familia ampliada con los otros afectos y una
sociedad que retroalimenta las vidas de sus miembros.
En definitiva, el “culiacanazo” más que
una fecha de gloria es un tatuaje terriblemente indeleble, y veremos ya cómo
muchos culichis la recuerdan o lo festejan, porque sin duda no pasara
desapercibido, como nunca pasara la noche del 31 de diciembre.
¡Es Culiacán!
Publicado en el
diario Noroeste 18/10/20
LAS CHISTERAS DEL PODER
A Juan Millán Lizárraga se le han
atribuido muchas virtudes en su época de mayor esplendor político. Una de ellas
fue la supuesta o real capacidad para designar a dedo a los candidatos en su
partido, sino también a los de la oposición.
Y los hechos, a simple vista,
parecerían haber confirmado este relato halagador cuando en 2004, ungió a Jesús
Aguilar Padilla, como candidato a gobernador por el PRI, luego de ser
Presidente de la entonces Gran Comisión del Congreso del Estado; también se
dijo que habría influido para que Heriberto Félix Guerra, su ex Secretario de
Desarrollo Económico, fuera el candidato del PAN a la misma posición política
y, hasta se dijo, que habría influido para que Audómar Ahumada fuera el
candidato del PRD luego del repunte que tuvo este partido con la segunda
postulación de Rubén Rocha al gobierno del estado, incluso, no faltaron quienes
dijeron que el PRD sinaloense tenía un origen millanista por la influencia y el
peso específico que tuvieron en la fundación sus amigos de la
desaparecida Corriente Socialista.
Esta capacidad fuera de serie nunca fue
rechazada y se volvió parte de nuestros mitos políticos. Pero, al margen de su
veracidad, la debilidad crónica de nuestro sistema de partidos da pie a este
tipo de actitudes omnicomprensivas que embonan perfectamente con nuestras
prácticas patrimonialistas del poder. Ante todo, cuando los márgenes para hacer
carreras políticas son estrechos y depende de cómo cada personaje se acerca a
la política sea a través de los poderes fácticos, los partidos o el gobernante
en turno. El famoso “jalón de arriba” que permite llegar a cargos ejecutivos de
gobierno.
Es notorio en el caso del gobierno de
Quirino Ordaz quien llevó a su gabinete a personajes “de chile, dulce y
manteca” y eso, podría derivar a que todos los que estén en la disputa
electoral por el cargo del futuro gobernador, hayan sido o son parte de su
gabinete.
Veamos. Si Jesús Valdés, el ex
secretario de Agricultura y Ganadería o Sergio Torres, el secretario de Pesca y
Acuacultura fuera ungido como candidato del PRI, sería, sin duda, la confirmación
de la regla, el cumplimiento de la vieja tradición priista.
Y lo mismo podría suceder con Juan
Alfonso Mejía López, el Secretario de Educación Pública y Cultura, si resultara
no candidato del PRI, aun cuando cuenta con las simpatías del exgobernador
Millán Lizárraga, sino del PAN, como ya lo viene promoviendo Juan Carlos
Estrada Vega, el dirigente estatal de esta formación política que está en el
hoyo de las preferencias.
Finalmente, tenemos a Rubén Rocha Moya,
el senador y virtual candidato de Morena a la gubernatura, quien en el inicio
de este sexenio fungió como jefe de asesores del gobernador Quirino Ordaz y si
bien este no decide que sea el candidato morenista, podría ser parte de un
enroque del poder. Más, si decide facilitarle las cosas, para que su lugar en
las encuestas de intención de voto se convierta en un triunfo electoral.
O sea, estamos ante un caso curioso de
promoción política, que los posibles candidatos hayan sido parte de la misma
administración, esto no significa que el síndrome Millán se haya enriquecido en
Quirino Ordaz, y que en Sinaloa hayamos llegado a la aberración de personificar
el sistema de partidos.
No, estamos ante un fenómeno más
complejo, quizá hasta singular en todo el país, cuando la escalera para acceder
a posiciones no son las convencionales, es decir, las ideológicas o políticas
que se expresan en los partidos, sino las que derivan de la integración a un
gobierno que abrió el abanico para integrar otras sensibilidades y capacidades
más allá de las de los militantes de su propio partido -y, eso quizá le
reprocharon y reprocharan a Quirino Ordaz algunos de sus correligionarios.
Y eso, sabemos cabe en un sistema
político cada día menos programático, y más pragmático y ejecutivo, que lleva
inevitablemente a la perdida de las identidades políticas en la matriz clásica
de izquierda-derecha.
El gobierno de Quirino Ordaz pasara a
la historia de Sinaloa, cómo aquel donde se decidió formar un gabinete plural y
al final -si se cumple el pronóstico- nutrió de candidatos a la oferta
tradicional del sistema de partidos.
Pero, antes, este gobierno heterodoxo
de Quirino Ordaz ha tenido grandes desafíos y eso refuerza el pragmatismo
político o sea facilita la inclusión de gente operativa que necesita dar resultados
porque solo tuvo, tiene, cuatro años, diez meses.
Alguna, vez, conversando con el
gobernador me comentaba que le habían tocado momentos muy difíciles. Recordaba el
asesinato del periodista Javier Valdés que puso en el ojo del huracán mundial
el tema de nuestra violencia cotidiana y las incapacidades institucionales para
dar respuestas satisfactorias. También mencionó el “culiacanazo” que nuevamente
cimbró a la opinión pública mundial cuándo el Cártel de Sinaloa hizo sentir su
poder para rescatar a uno de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.
¿Y qué decir de la pandemia por el
Covid-19?, que todavía a estas alturas del año tiene semiparalizadas las
actividades sociales y económicas. Y que exige soluciones rápidas a un problema
que rebasó las capacidades de respuesta del propio gobierno y que los ha hecho
más pragmático ante la contingencia y contra la opinión, de quienes desearían
soluciones a la alemana o coreana con las pruebas masivas o un mayor
endeudamiento para sostener el gasto del gobierno -Ahí, están, los diputados
morenista que se manifiestan contra de la apertura de los estadios deportivos.
Recordemos, estamos en un tiempo
desideologizado, donde pareciera que se cumple puntualmente el “fin de la
historia”, sostenida por Francis Fukuyama, y se impone el imperio del pragmatismo,
cómo la única forma de atender los problemas ingentes de nuestras comunidades.
Eso plantea elementos para la discusión en cualquier cambio de gobierno, sea
por los factores reales de poder, como por las directrices políticas, está
visto que ante los recursos escasos obliga volver al programa político para
recuperar las identidades y la manera de ofrecer alternativas.
Lamentablemente el debate público de
hoy en Sinaloa no está en la agenda política y domina el plegamiento alrededor
de los aspirantes, unos para brindar apoyo incondicional, otros para denostar,
sea a un partido o candidatos o al mismo gobierno, esperemos que con las
definiciones de los candidatos a gobernador ese ambiente se distienda y podamos
hablar más allá de tal o cual figura pública.
Por lo pronto, el símil Millán-Ordaz,
nos permite reflexionar sobre la singularidad de nuestro sistema político y que
frecuentemente no la vemos.
¡Al tiempo!
Publicado en el diario Noroeste 11/10/20
EL JUEGO DE LAS BISAGRAS
A Gerardo Vargas Landeros se le puede
acusar, y hasta podría comprobarse, todo lo malo que se ha dicho de él en
redes. Qué traicionó al PRI yéndose a gobernar el estado con el disidente
Malova, qué fue el poder tras el poder durante este mandato severamente
cuestionado incluso que con Chuy Toño eran los intermediarios con el otro
poder.
Que luego regresó al tricolor y lo
volvió a traicionar para irse con el proyecto elbista de Redes Progresistas y
cuándo este no llenó los requisitos para constituirse en partido político
nacional se declaró morenista desde 2017, aun cuando en 2018, según una
constancia sellada y firmada que anda circulando en las redes sociales él mismo
confirmó su militancia como priista y al declarar ante los micrófonos de
Guardianes de la Noche que había garantizar que el estado “siguiera siendo priista”.
Bien, pero de lo que no se le puede
acusar es que no este haciendo, por las razones que se quiera, lo que haría o
está haciendo alguien que ambiciona el poder. O sea, en políticos que van a
todas y por todas, no caben los pruritos de ningún tipo, las justificaciones
ideológicas o morales. Y aquí, habría que reconocerle el temple de navegar en
estas aguas turbulentas, donde se ventila todo de su vida pública o privada y
él se mantiene imperturbable. Con la mirada puesta en su objetivo de 2021. Ser
candidato a gobernador por Morena y sus aliados.
O, al menos, pelearla mediáticamente
para si se diera el caso posicionar electoralmente la marca Trébol y alcanzar
nominaciones para el grupo malovista o mejor, a estas alturas, ya vargista. No
es fácil, pero tampoco imposible, basta recordar que la política sinaloense se
caracteriza por su patrimonialismo y hay figuras que sin muchos aspavientos
mediáticos en cada coyuntura electoral impulsan o vetan candidaturas a cargos
de elección popular.
Ahora bien, en Sinaloa Morena es un
partido que ante la falta de dirigencia estatal ha creado, aunque débiles, sus
propios poderes de facto, luego es una formación fragmentada y eso es caldo de
cultivo para alianzas intra o interpartidaria.
Más, cuando, estamos siendo testigos de
ráfagas de “fuego amigo”, de quienes luego de la selección interna se sientan
marginados o mejor que son igual o más ambiciosos que el mochitense. Y que, en
su pragmatismo, pudiera sacar cuentas de que en lo personal o grupal podría ir
mejor con este tipo de aliado (en política, recordemos, dos más dos, no son
cuatro).
Además, basta ver que el sector que más
cuestiona a Vargas Landeros es el obradorista, el que picó piedra y es el más
ideológico y anti priista. Este, todos los días nos regala algún pecado del
pasado de Vargas Landeros, buscando exhibir al personaje cuando en realidad lo
están promocionando, los están haciendo un personaje más conocido -sea por
buenas o malas razones- que el infame porcentaje de conocimiento de un dígito.
Y él feliz de ver está singular lucha por ser el que más desprestigia. Bien,
vale, con matiz aquel aforismo de “cuando veas a tus enemigos pelear, déjalos,
no los distraigas”. Te van a servir.
Por eso, quizá, todos los días, el ex
Secretario de Gobierno, aparece en los medios con una nueva provocación que
deriva en hilaridad inmediata entre quienes siguen pensando la política desde
los principios, la moral o la prédica obradorista, salen al paso con un alegato
mediático que busca bajarlo cuando en realidad lo está subiendo en visibilidad.
Que sitúan al mochitense en lo que en su imaginario es y que su pasado
saltimbanqui lo confirma. Que no merece el carro morenista. Ya lo dijo Tatiana
Clouthier no lo conozco, pero no creo que encarne los valores del morenismo. Y
es muy probable que así sea. Su trayectoria lo exhibe por los cuatro costados.
Pero, pregunto, ¿estamos gobernados por
los principios o lo estamos por el pragmatismo político donde no caben las
ideologías, sino la lucha por el poder, por el poder mismo, o mejor por el
control de la caja registradora estatal?
Acaso, ¿no lo estamos viendo cuando los
priistas buscan alianzas con quienes les garanticen más votos; los panistas que
andan en busca de un nuevo filo priista o ex priista que perfectamente podría
ser hasta el propio Vargas Landeros, para que sea su candidato a gobernador o
los morenos que tienden puentes con Héctor Melesio y su partido y este anda
buscando vender nuevamente, como moderno Hernán Cortez, cuentas de vidrio.
Entonces, quizá lo que molesta, es que haya
un nuevo actor en un escenario que parece estar definido y Vargas Landeros mete
ruido porque su grupo, así como el de Héctor Melesio o el reciente de Jorge
Abel López Sánchez, están y estarán moviéndose hasta el día de la jornada
electoral. Y le saben. Mueven las piezas.
En el caso de Vargas Landeros, no para
ganar la candidatura de Morena, sino para que se le reconozca como interlocutor
sea para ganar otras posiciones para la gente de El Trébol o incluso protección
para al malovismo que no termina por levantar cabeza. Que tiene en capilla a
varios de los suyos. Aunque no faltara quien diga que Vargas Landeros se cuece
aparte. Que el malovismo es historia y entre más lejos mejor.
Quizá, pero los afectos y secretos
están ahí y eso tiene valor político. La política se hace en grupos. Y en ese
grupo nadie ha sido delator. Sigue la inercia procesal, pero nadie se rinde.
Aguantan queditos. Y a veces, hasta con una sonrisa ante las cámaras, sabedores
que no están solos. Que hay acompañamiento y gestión. Que todo es cuestión de
tiempo. Dirán si “ya aguantamos cuatro años que más da el último del
quirinismo” que está visto los distrajo, pero no los metió a la cárcel. Y, más,
si ven que va bien Gerardo, cuando es parte de la conversación pública.
Podríamos decir incluso que opaca a Héctor Melesio que está viendo los toros
desde la barrera cuándo está cantado que no tiene ninguna posibilidad de ser
candidato a gobernador. Que su objetivo es ser bisagra. Para que gane otro.
Pero no es el caso de Gerardo. Él busca
la candidatura ganadora, aunque no pinta todavía en las encuestas de intención
de voto, pero luce en las columnas y en las cabinas de radio y TV. Las
entrevistas a modo. Lana no falta. Y algo va logrando. Muchos hablan de él
desde que dijo que buscaría ser el candidato de Morena. Qué es militante y
hasta muestra en redes el código de barras de su afiliación al partido
obradorista en 2017 mientras aparece la priista del 2018. ¿Doble militancia?
En definitiva, sé que a muchos le
parece inaceptable Vargas Landeros, y quizá hasta les asista razón, pero en una
competencia cerrada como siempre cabe en una elección de gobernador, la
operación de los grupos pequeños y organizados, podrían hacer la diferencia,
por eso la apuesta de Héctor Melesio de jugar con su partido a la bisagra de
los votos, aunque se ve que tendrá competencia y no menor.
¡Al tiempo!
Publicado en el diario Noroeste 04/10/20
LA CAMPAÑA CONTRA UNA ARTISTA
A la memoria de nuestro amigo
Armando Galván
Zoila Fernández, es una profesional
cubana de ballet clásico, que desde hace más de veinte años aclimató su arte en
el puerto de Mazatlán cuando aquello era un páramo en esta especialidad de la
danza y su obra, rápidamente, lució en beneficio de quienes gustan y practican
las obras clásicas de Tchaikovsky,
Mendelssohn o Minkus.
Su talento, creatividad y generosidad
muy pronto se dejó sentir entre los niños y jóvenes que asistían a la Escuela
de Ballet del Instituto de Cultura, Turismo y las Artes de Mazatlán. Formada en
esta disciplina en La Habana reanudó en México el camino de la formación de
bailarines y bailarinas, pero también el mundo espectacular de las
coreografías, que dan especial realce a los montajes de ballet y, últimamente
al Carnaval, no fue fácil porque este tipo de arte frecuentemente lo asumen los
hijos de las elites y la escuela al ser una institución pública estaba abierta
a todos. Llegaron así niños y jóvenes con ganas, pero sin dinero, y eso obligaba
a su ya entonces directora a gestionar recursos para dotarles a muchos de ellos
de lo básico.
Así, pasaron los años, con una paga
modesta que le permitía resolver los gastos de su vida en el puerto junto con
su hermana Ariagna y su amiga la también maestra cubana Margarita Naranjo,
quien, lamentablemente perdió la vida en manos de un desgraciado asesino.
Un día Zoila y su pareja, decidieron
montar una escuela privada de danza clásica y prestar servicios, para mejorar sus
ingresos y la situaron en una casona antigua frente a la Plazuela de Los Leones
y, realmente, era un verdadero placer presenciar las rutinas vespertinas de las
alumnas y alumnos cuando al caer la noche se baja por la calle Compañía o se
está sentado en una banca de esa plaza emblemática del puerto.
Esa imagen estética me recuerda mi vida
en Alcalá de Henares, la ciudad natal de Cervantes, cuándo pasaba todos los
días por una escuela del mismo tipo y disfrutaba momentáneamente el valor de la
enseñanza y promoción de las artes para los niños y jóvenes de una ciudad.
Zoila trajo desde Cuba su arte a
Mazatlán, cómo en su momento lo hicieron desde el DF Claudia Lavista y Víctor
Ruiz, con su compañía de danza contemporánea Delfos y crearon su escuela que
igual vinieron a mejorar el ambiente de la danza que rápidamente ganó un lugar
importante de la danza en México y ganó simpatía, pero, también, no faltó
mezquindad.
Hay una anécdota que ha circulado
durante años en el mundillo cultural porteño y es que alguna vez
Claudia y Víctor, fueron a Culiacán a hablar con el director de Difocur para
gestionar mayores recursos públicos para su escuela de danza contemporánea y el
titular de ese entonces Ronaldo González, habría dicho que estaba dispuesto
apoyarlos con una condición: Que Delfos dejara Mazatlán, y se trasladara a
hacerlo mismo en Culiacán, para continuar con su obra lo que provocaría asombro
y luego hilaridad y una respuesta digna para un muro del TAP: ¡Mazatlán no nos
escogió, nosotros escogimos a Mazatlán! Salieron del despacho para no volver,
nunca hubo un desmentido.
Zoila, está viviendo una situación
distinta pero igualmente molesta, porque ha sido denunciada penalmente ante la
Fiscalía General del Estado, junto con los actuales directivos, por presuntos
actos de corrupción. Ella en su carácter de directora artística del Instituto
de Cultura, habría cobrado adicionalmente a su salario por el montaje de obras
y coreografías durante 2019 en cumplimiento de contratos de su equipo externo
con el Instituto, las cuáles se cumplieron en tiempo y forma.
Los demandantes son Marsol Quiñones y
el cineasta Oscar Blancarte, y como tercera interesada se encuentra la Síndico
Procuradora, quienes en distintos momentos fungieron como titulares del
Instituto y que al no ser atendidas sus exigencias y denuncias de una presunta
corrupción que fueron puestas sobre el escritorio del alcalde tuvieron que
dejar el cargo en medio de la polémica pública y el resentimiento especialmente
de Blancarte.
El caso judicial lo tendrá que
documentar la Fiscalía y resolver un juez competente, en tanto esto sucede a la
maestra cubana desde el círculo de los interesados se le ha sentenciado y hecho
una campaña mediática lamentable, penosa, invasiva, destinada a destruir su
imagen que ha sido un pilar precursor de este arte en el puerto.
El gobierno de Morena en Mazatlán se ha
caracterizado por sus constantes problemas por sus excesos y deudas con la
transparencia y en estas páginas, hemos dado cuenta de ello, con especial
énfasis en la conducción del Instituto de Cultura, que pasó de ser un espacio
proactivo para el desarrollo de las artes a una instancia burocrática que no
parece tener otro objeto que no sea el Carnaval o sea, con esta administración,
hay un gran retroceso en la actividad cultural de lo logrado en los últimos 25 años.
En ese contexto lastimoso la
designación de Zoila como funcionaria fue una luz que a muchos nos indicó que
no todo estaba perdido, se incorporó al equipo directivo a una profesional y
con honestidad a toda prueba, hasta que se demuestre lo contrario, mientras ahí
sigue la cantaleta despiadada de que “le entró a la corrupción” sin pensar un
momento, ¿cómo?, que más allá de los dichos están las personas que en el caso
de los creadores artístico sus obras los debería llevar a reconocerlos en las
palabras de Mateo: Por sus frutos los conoceréis.
¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos
de los abrojos?
¡Al tiempo!
Publicado en el diario Noroeste 24/09/20
EL PAN, ¿EN BUSCA DE UN NUEVO EX
PRIISTA?
Un militante panista, mejor todavía un
ex miembro del penúltimo CDE, hace la catarsis en la red social de Facebook
mencionando que la nueva directiva del PAN esta buscando a un ex priista para
que sea su próximo candidato a gobernador.
Si es cierto este señalamiento sería el
reconocimiento de que el PAN, que alguna vez tuvo como candidato a gobernador a
Manuel Clouthier del Rincón y fue un sólido partido ideológico lo que explica
que durante décadas sus militantes picaran piedra con una fe casi religiosa con
el fin de alcanzar la “subsidiariedad” y el “bien común”, estaría en una fase
terminal porque en los últimos diez años ha sido incapaz de postular un
candidato propio rentable y mejor registra a ex priistas como sucedió en 2010
al apoyar a Mario López Valdés y en 2016 a Martín Heredia.
¿Qué explica este desvarío
político? Algo nos dice que el PAN ha perdido las raíces ideológicas
y políticas que le dieron razón de ser o mejor o mejor que tienen el enemigo en
casa cuando han derivado en una política pragmática buscando sobrevivir en el
sistema de partidos, pero mal y eso tendría varias lecturas.
Primera, que sigue viviendo el trauma
de la derrota, del desplazamiento cómo segunda fuerza política para ubicarse
hoy en el escalafón de las preferencias en el cuarto lugar y no está peor,
porque los que están abajo son simples membretes políticos, sin ningún peso
específico en el sistema de preferencias electorales.
Segunda, que la oferta que hizo su
actual dirigente en la toma de posesión de su cargo, de regresar a su identidad
ideológica resultó un eslogan de campaña interna y hoy está guardada en algún
escritorio o simplemente ya se desechó pues se convenció que en la política
posmoderna no hay más que plegarse al pragmatismo político o sea no
distinguirse del resto de partidos más que por el anagrama partidario y
competir con lo mismo y por lo mismo: el poder por el poder.
Tercero, y eso significa que no se hizo
la lectura oportuna y correcta de la psicología del votante sinaloense de 2018,
de porque AMLO y Morena están en el ánimo de la gente, y es que este se explica
por una personalidad, unos símbolos, un discurso y una práctica diferente al
pragmatismo.
Sé que se podrá argumentar que es “más
de lo mismo”, que es el “regreso del viejo PRI”, la “vuelta al populismo
echeverrista”, y todo lo que ha sido el discurso opositor, pero es lo que parece
percibió la mayoría de la gente, al votar masivamente por la fórmula
obradorista y, mejor todavía, que de acuerdo a la encuestas de intención de
voto es posible que la marca morenista se sostenga en 2021, si no sucede algo
extraordinario que provoque un nuevo realineamiento electoral.
Cuarto, y es qué si no se comprende el
momento y al personaje aglutinador de voluntades, la estrategia es la
equivocada, buscar el desgaste natural del gobernar, apostar a que las cosas
empeoren para que la gente busque el “regreso” natural a lo que alguna vez fue
y permitió que el PAN llegara a la presidencia de la República y en Sinaloa se
sostuviera como primera oposición durante décadas.
Incluso, que en 2004 estuviera a un
paso de alcanzar la gubernatura con Heriberto Félix, al obtener el 46% de los
votos y sostener un litigio poselectoral que se resolvió en medio de sospechas,
a favor de Jesús Aguilar Padilla en la víspera de la toma de posesión.
Cinco, si en el PAN, no se comprende,
cómo se están perfilando las alianzas en perspectiva del 2021, sean a nivel
nacional o localmente, van a repetir el error de 2016 cuando postularon al ex
priista Martín Heredia, como candidato a gobernador y la marca PAN cayó a
niveles de principios de los ochenta al obtener sólo un 16% de los votos
emitidos.
Si leemos las señales para la contienda
por la gubernatura viene polarizada entre el PRI y Morena, si antes no hay un
amarre que facilite el transito a un candidato PRIMOR, eso debe llevar a
construir escenarios y desenlaces posibles para situarse cómo partido
alternativo en este hipotético escenario de competencia.
Sin embargo, no todo es escenario
marco, importa mucho el estado que guardan unos partidos electorales, es decir,
que están hechos exclusivamente para competir por los votos. Y es que, si de
por si los partidos flotan entre elección y elección para justificar el uso de
las prerrogativas de ley, con la pandemia, prácticamente están paralizados. Con
sus locales cerrados y sólo se ven en los medios aquellos aspirantes que buscan
un cargo de representación política. Pero, en el PAN, ni siquiera eso. ¿Quién o
quienes aspiran a ser su candidato al gobierno del estado?
Es, más fácil, saber quien aspira a ser
candidato de una lista a regidor que identificar a quien aspira serlo a
gobernador por el partido que postuló alguna vez a Manuel Clouthier y otros
aguerridos panistas de viejo cuño. Que paradoja, ¿no?
Este extravío pragmático del PAN lo ha
llevado a donde se encuentra cómo cuarta fuerza política, es producto del
distanciamiento de sus electores tradicionales y de la incapacidad para
renovarse cómo lo exigen los tiempos y desafíos de esta época.
Pero, también, por la ambición de
varios de sus cuadros dirigentes que impulsaron a Malova y a Martín Heredia y
en 2018, a Héctor Melesio Cuén y hoy podrían los mismos quienes están detrás de
la búsqueda de una candidatura de un nuevo ex priista, en esa ruta sería más
rentable hacerlo como aliado del PRI.
En definitiva, el PAN sinaloense sin
identidad ideológica, sin una estrategia política para un contexto de crisis
social y con políticos pragmáticos, es de esperar que en la desesperación por
no caer más debajo de donde están busquen un lugar en los espacios que dejan
los grandes partidos y sigan en su fuga hacia adelante buscando candidatos entre
las rupturas del PRI, cómo bien lo señala con dolor, su militante en las redes
sociales.
¡Al tiempo!
Publicado en el diario Noroeste 19/09/20
UN JUEGO MALICIOSO
Héctor Melesio Cuén Ojeda, cómo ha sido
su costumbre ya se subió a la plataforma de ventas de la marca PAS. Ofrece una
estructura territorial electoral que a la vista de cualquier candidato a
gobernador resulta atractiva porque está vinculada a la militancia y la
distribución que tiene la UAS en municipios y sindicaturas.
A la vista de los operadores de
cualquier partido es imposible superarla con sus seccionales. Y, por lo tanto,
así de sencillo, lo recomendable es buscar la alianza con esta formación política.
Así sucedió en 2010 cuando su antecedente la Asociación Cuenta conmigo le
vendió la idea a Jesús Vizcarra, el candidato fallido del PRI, pero los 120 mil
votos que había ofrecido simplemente no llegaron a la contabilidad tricolor.
Vizcarra fue derrotado en toda la línea
por el “independiente” Mario López Valdez y, curiosamente, Cuén Ojeda obtuvo la
mayoría de los votos en Culiacán y se convirtió en su flamante alcalde. Cargo
que por razones no del todo claras tuvo que abandonar en 2011.
En 2012, todavía como líder de la
asociación Cuenta conmigo, encabeza la fórmula de mayoría al Senado de la
República con la marca del Panal y es derrotado tanto en la de mayoría como en
la senaduría de primera minoría que correspondió al PRI y al PAN,
respectivamente.
Ese mismo año decide constituir el
Partido Sinaloense para participar con esa marca en los comicios locales de 2013
y lo hace en forma exitosa al convertirse en tercera fuerza electoral. Aun
cuando no logra ningún triunfo de mayoría la dispersión territorial de su voto
le granjeo cuatro diputados de representación proporcional. Uno de ellos para
Cuén.
En las elecciones federales de 2015 la
recién aprobada figura de los candidatos independientes o sea para los sin
partido, fue aprovechada por Cuén para postular como candidatos a connotados
miembros del PAS ya que la ley tenía un vacío que permitía que los militantes
de los partidos estatales pudieran aprovechar esta nueva figura en el diseño
institucional.
Así, postuló, como candidatos
independientes a tres de sus militantes con un resultado catastrófico porque
solo unos miles se tragaron la píldora de que eran candidatos sin partido cómo
si lo fue Manuel Clouthier quien ganó ampliamente bajo esa figura el quinto
distrito electoral de Culiacán.
Llegó 2016 y Cuén Ojeda se postula como
candidato a gobernador. Y, logra su mayor éxito, pues con 260 mil votos fue la
segunda candidatura más votada con un 26% de la votación emitida. Pero aun con
ese escalamiento electoral fue un nuevo fracaso. No obstante, logra tener seis
de los cuarenta diputados del Congreso del Estado. Una representación que le
convierte automáticamente en un partido bisagra para las iniciativas de reforma
constitucional y reglamentarias. Vende caros sus votos.
Quirino Ordaz, el nuevo gobernador, va
hasta su casa para tomarse la foto y una vez que se retiró el mandatario Cuén
salió a declarar que en el estado habría “cogobierno”, es decir, que el PRI y
el PAS compartirían el poder olvidando la máxima maquiavélica de que “el poder
se ejerce no se comparte”.
Aunque, claro, se le garantizaba la
conservación absoluta de su poder en la UAS en detrimento de quienes exigían
democracia, transparencia y rendición de cuentas. Así, Juan Eulogio Guerra
logra su segundo periodo como rector en medio de críticas de académicos por su
desempeño y la reactivación de iniciativas de reforma universitaria. Que en el
legislativo fueron bloqueadas para que no prosperaran incluso en esta
legislatura, la morenista.
Llega así el 2018 en un ambiente de
efervescencia por la figura de López Obrador que iba en caballo de hacienda en
la tercera postulación presidencial. Los cálculos que se hicieron en los
partidos y entre los analistas sinaloenses fue que la competencia por la
Presidencia de la República estaba definida y se expresaba en las encuestas de
intención de voto.
Pero, otra cosa distinta era en los
estados, donde Morena y sus aliados no pintaban mayormente salvo con algunas
excepciones. Y no les faltaba razón Morena Sinaloa tenía escasamente dos
diputados y algunos regidores además de que la dirigencia estaba acéfala desde
que fue destituida por ejercer la crítica interna.
Con este diagnóstico el llamado que
hacia López Obrador de que se votará en línea no se le veía futuro. Y fue así
cómo cada partido estableció sus alianzas. Cuén Ojeda optó por el PAN que traía
como candidato a Ricardo Anaya, el más joven de todos los candidatos y al que
se le veía con mayores posibilidades de derrotar a AMLO. Se agendó por segunda
ocasión la cabeza de fórmula de mayoría al Senado de la República. Atrás
estaban los 260 mil votos que había obtenido candidato a gobernador y se
pensaba que podrían activarse nuevamente para alcanzar al menos la senaduría de
primera minoría.
Logra 240 mil votos, pero muy lejos de
los 600 mil que obtienen Rocha Moya e Imelda Castro, gracias al tsunami
obradorista. Una nueva derrota que lo lleva a declarar que en 2021 no estaría
en la papeleta electoral. Había el reconocimiento tácito de que había llegado a
su techo electoral. No tenía ninguna posibilidad de alcanzar la gubernatura.
Quizá, por eso, a sus más cercanos les
confiaba que en el 21 no se equivocaría e iría con el ganador. Y no es difícil
imaginar para él cual era la marca mejor electoral posicionada y quien el
candidato a vencer.
Vienen las fotos en las redes sociales
de él con Rocha Moya, aunque también las declaraciones de que “siempre nos ha
ido mejor cuando vamos solos”. Lo cierto es que además de la necesidad de dar
oxigeno a su partido que en esta legislatura solo logro una diputada que
irónicamente correspondió a la esposa de Cuén Ojeda esta la necesidad de
blindar su plataforma de poder en la UAS.
En los últimos meses se han hecho
visibles los desencuentros con la SEP, la SHCP y la ASF por el suministro y
manejo de los recursos públicos asignados a la Universidad incluso está semana
el rector anuncia que este mes Hacienda le retendrá 100 millones de pesos que adeuda
y eso impactará en el pago de las quincenas.
Entonces, el activismo clientelar que
estamos viendo del PAS en todo el estado a raíz de la crisis sanitaria busca
aceitar la maquinaria de la estructura filo universitaria para ofrecerse a
Rocha Moya.
Quién, de acuerdo con indicios
manifiestos, Cuén juega a la cercanía con este grupo de poder cómo antes lo
hicieron quienes tomaban las decisiones sobre las alianzas que llevaron a los
sucesivos fracasos y triunfos que aquí hemos relatado.
En fin, ¡al tiempo!
Publicado en el diario Noroeste 13/09/20
TIEMPO DE ECHAR CHINGAZOS!
“Son tiempos de
echar chingazos. Son tiempos de trabajar muy fuerte, de estar en la calle.
Trabajo con el único interés de ayudar y de estar cerca de la gente” – lo dijo
un Quirino Ordaz emocionado, a través de la plataforma Zoom, durante la
instalación del Consejo Político Estatal del PRI, instancia que regirá el
proceso interno de cara a las elecciones del 2021.
Esta expresión coloquial,
polisémica y convocante del gobernador tiene varias lecturas de frente al inicio
del proceso de organización de las elecciones concurrentes que tendremos el
próximo año:
Primero, el
gobernador reconoce que se entra a la etapa fuerte de la campaña de
posicionamiento de la marca electoral PRI, hay otra que se ha venido llevando a
cabo con figuras del priismo estatal que han hecho una labor de sondeo, de
tomar el pulso, y sopesar el ánimo de la gente, de cómo perciben el desempeño
-no del PRI- sino de un gobierno estatal salido de sus filas;
Segundo, denota que
el balance pudiera ser no el esperado quizá, no por el desempeño del gobernador
sino por el tamaño de la emergencia sanitaria, que hace ver pequeño a cualquier
gobierno, en cualquier latitud del mundo, por lo que “son tiempos de trabajar
muy fuerte” y el PRI necesita una agenda política anticrisis para volver a ser
un partido que trabaja a ras de tierra, vinculado con los problemas de la
gente;
Tercero, quizá ese
sondeo arrojó la percepción de un vacío que ningún partido está llenando, aun
cuando tenemos un gobernador priista y Morena gobierna al menos las dos
terceras partes de la población a nivel municipal. Y el desafío es llenarlo
porque en política, cómo diría el clásico Reyes Heroles, “no hay vacíos” y
entonces el espacio será de quién sea capaz de llenarlo en las circunstancias
actuales;
Cuarto, también es
un llamado de que el PRI necesitan llegar unidos para ser competitivo y eso
podría significar que la amenaza de la división y las rupturas de otros tiempos
al menos está, como variable a considerar para la construcción de escenarios y
desenlaces en un momento que han perdido la presidencia de la República; y,
Quinto, la apuesta
es que estas elecciones concurrentes a diferencia de las del verano de 2018, ya
sin la figura electoral de AMLO, podría tener una connotación eminentemente
local y si viene así, la tendencia es un escenario altamente competitivo y en
esa circunstancia se abren grandes posibilidades de alianzas de lo más
heterodoxas.
Con dos partidos
dominantes en cada estado, es lógico que esas alianzas se articulen alrededor
de ambas y se genere un sistema de polos electorales locales, los habrá
PRI-Morena, PAN-Morena, MC-Morena, incluso, podría darse casos de una mancuerna
PRI-PAN.
Sinaloa está visto,
y cantado, que la competencia va a darse en un escenario competitivo entre el
tricolor y Morena, sin embargo, dependerá de que los actores realmente
influyentes se pongan o no de acuerdo y cada partido postule un candidato a
gobernador con capacidad de ganar la contienda. Pero, si hay un acuerdo entre
estos actores, podría terminar siendo un simulacro con una candidatura
ganadora.
¿De qué depende que
suceda o no suceda esta confluencia entre las élites locales? Primero, que se
defina quien será el nuevo o la nueva dirigente nacional de Morena y lo que
podría significar en la definición del candidato morenista a gobernador, se ha
dicho que si se ratificaba a Alfonso Ramírez Cuellar le favorecía a Rubén Rocha
mientras que, si resulta Mario Delgado, le favorece al alcalde de Mazatlán, sin
embargo, si las cosas fueran así de sencillas, todo se reduciría a este nombramiento.
Si bien la elección
viene local, eso no significa que no interese la elección federal, al
contrario, para el presidente López Obrador, la elección más importante es la
de la integración de la Cámara de Diputados, y eso podría reforzar el papel de AMLO
en las elecciones locales para garantizar sea con los aliados electorales o
mediante acuerdos políticos en los estados que le permitan lograr seguir
conservando la mayoría absoluta en la segunda mitad de su mandato.
Pero, volviendo al
PRI, estamos en el tiempo de posicionamiento de las marcas electorales -las
viejas y las nuevas que próximamente podrían lograr el registro- y es el
objetivo de este Consejo Político que llama a la movilización de las bases priistas. ¿Cómo
está ese ánimo de los priistas luego del tsunami obradorista? ¿podemos hablar
qué se encuentra en alto luego de un “gobierno de resultados” que ha llevado a
Quirino Ordaz a ser de los gobernadores mejor calificados del país? si es así,
¿es endosable el personaje a cualquier candidato del PRI? ¿cómo está
la oposición morenista? ¿podríamos decir que está cohesionada y el balance es
positivo sea en el legislativo cómo en las alcaldías grandes? Vamos, ¿la marca
Morena es percibida con la misma expectativa de 2018 y seguirá ganadora
independientemente de quién sea su candidato a gobernador, alcaldes o
diputados?
Son preguntas que
están en el aire y que buscan respuestas racionales, pues de eso dependerán las
estrategias en esta fase posicionamiento de la marca cómo las campañas
propiamente constitucionales.
Desde mi punto de
vista el ánimo del priismo sinaloense es ambivalente por un lado está la
derrota del verano de 2018 y el gobierno “de resultados” de Quirino Ordaz que
muestran las encuestas de percepción de los gobernadores en funciones. Si gana
está segunda idea es probable que el balance de su gobierno sea positivo y eso
cohesione al priismo. ¿Pero hasta donde es endosable esta posible percepción
positiva? Es una gran interrogante. Salvo que el candidato sea uno que
cohesione y que este bien posicionado en las encuestas de intención de voto. Lo
hay.
Morena llegará
dividida a la definición de su candidato porque es una formación dividida en
dos grandes bandos que grosso modo podríamos distinguirlos entre los del PRIMOR
y los fundadores. Así lo indica las campañas negras que están
desatadas. La apuesta a la desacreditación del adversario interno no es buen
indicio de unidad. Otra cosa es la percepción que existe sobre Morena gobierno
en el ámbito de las alcaldías donde es mayor la cercanía con la gente. La
prensa ha mostrado profusamente la calidad de los alcaldes morenistas. Que
constantemente han sido criticados por un estilo de gobernar personalista,
autoritario y patrimonialista más allá de sus cuestionados talentos en el
ejercicio de gobierno.
No obstante, en
política no hay nada escrito, y la fortaleza de esta formación está en la
apuesta por la marca electoral, si está llega fuerte a fin de año eso podría
hacer nuevamente la diferencia, pero si no se podría terminar imponiendo el
sentido común porque cambio no ha habido.
¡Al tiempo!
Publicado en el diario Noroeste 28/08/20
SINALOA, 21
"Y es que los sinaloenses el próximo 1
enero estaremos viviendo un amanecer sombrío y un imperceptible olor a formol,
incierto si continúa la curva ascendente del coronavirus con una limitada
capacidad para hacer las promesas del nuevo año...’
Quiero imaginar el próximo 31 de diciembre, mejor el 1 de enero,
cuando habrán quedado atrás unos fastos de fin de año muy diferentes a los de
otros años y espero equivocarme. Nada que ver con las apoteosis de luces,
cohetes y centellas de las ciudades y pueblos; las casas dando la bienvenida a
los familiares y amigos; abriendo la botella reservada para esa noche y los
grandes abrazos y parabienes para todos. Y es que con el coronavirus 19 algo se
rompió que nos daba cohesión social y nos animaba ir al encuentro con el otro y
ahora lo normal es el llamado a evitar las aglomeraciones, el contacto físico,
mantener la sana distancia.
Y es que los sinaloenses el próximo 1 enero estaremos viviendo un
amanecer sombrío y un imperceptible olor a formol, incierto si continúa la
curva ascendente del coronavirus con una limitada capacidad para hacer las
promesas del nuevo año. La carga de muertes y contagios estarán ahí como fiel
testimonio de la impotencia humana; de la fragilidad del ser humano y los
límites de la ciencia médica, más todavía, de los gobiernos para evitar que el
problema sanitario se convirtiera en económico.
Estará como un tatuaje indeleble, obscuro como un atardecer que
anuncia un chaparrón de verano, con los recuerdos propios y ajenos. De los que
se fueron en un tris, por la puerta trasera diciendo adiós a través de un video
de whatsapp. Esos que nos ha vuelto inseguros -aun, los de aquellos que con
desparpajo no dejaron de vivir como si no hubiese pasado nada- y así saldremos
a la calle con un miedo recóndito, anclado a lo más profundo del estómago
escarbando con paciente y sistemática cotidianidad.
La nueva normalidad, ese concepto sociológico, que hoy todos usan
y convoca a filósofos, sociólogos, economistas o politólogos a largas y sesudas
reflexiones virtuales mediante la plataforma Zoom buscando darle contenido para
explicar y buscar salida a la nueva realidad. Lo único que sabemos con certeza
es que este no será como el de principio de año. Esa que invitaba a la calle. A
la reunión con los amigos, a los tragos. A viajar si estaba al alcance. A
llevar la vida en absoluta libertad sólo con el único freno de la inseguridad
“normal” de nuestras ciudades y barrios.
O sea, la normalidad de la que disfrutaron nuestros padres y abuelos ya no
será, o mejor ya no fue hace mucho, porque fue sustituida silenciosamente por
otra más omnicomprensiva, brutal, la de la violencia criminal que generó una
normalidad escalofriante, la de decenas de miles de víctimas y desaparecidos.
Y lo más sorprendente, sucedió en un periodo no mayor de 50 años,
la de una modernidad bárbara que ha transformado la calidad de vida de los
sinaloenses. Y en esas estábamos, intentando habituarnos a lo peor, cuando se
suma el flagelo del coronavirus Covid 19 con su estela de contagios y muertes;
desempleo y caída de los ingresos familiares; con un descalabro en la
recaudación e inversión pública.
Escribo y veo las cifras del día y observo un acumulado de
contagios superior a los 15 mil y 2,610 fallecidos por coronavirus. De
mantenerse esta tendencia podríamos terminar el año con 30 mil contagios y más
de 5 mil fallecimientos. Un nivel de letalidad que ronda el 15 por ciento, muy alto
considerando que no hace mucho andaba en el 12 por ciento.
Afortunadamente por el perfil primario de nuestra economía el
impacto en el empleo no ha sido tan severo. Cifras recientes del IMSS indican
que Sinaloa en junio perdió más de 11 mil empleos formales respecto del mismo
mes del año pasado, mínimo frente a los 868 mil empleos que se perdieron en
todo el país. Sin embargo, el bajo impacto que ha tenido en los empleos
formales no ha sido el mismo en los empleos informales que son incalculables y
es donde va a estar el sector más afectado al finalizar el año.
No se necesita ser uno brujo para intuir que el mapa de contagios
y fallecimientos por Covid-19 ha pegado más duro a la gente pobre. A la que la
pandemia le agarró muy desprotegida con problemas de obesidad, diabetes,
hipertensión o preexistencias de otros males y que en la primera fase
seguramente eran los que consideraban que la amenaza no era real, que era un
“asunto del gobierno”, y que no había que hacer caso de ello. Esto derivó en un
problema de falta cohesión social -por supuesto no exclusivo del sector pobre-
y provocó que los llamados a la sana distancia y el cubrebocas no se utilizaran
en los lugares públicos favoreciendo la propagación del virus.
Ahora, empiezan a mencionar algunos alcaldes -especialmente el de
Culiacán- que ha caído la recaudación, y se espera que se agudice en este
semestre, si esto ocurre conjuntamente con los ingresos del Gobierno del
Estado, habrá de afectar la demanda interna y eso ya está afectando el nivel de
actividad económica. El cierre de cientos de pequeñas y medianas empresas es
una realidad. El mejor ejemplo son las vinculadas al sector turístico ya que la
hotelería al estar operando en el mejor de los casos con un 30 por ciento de
ocupación la derrama a las Pymes ligadas al sector no son muy alentadoras.
Claro, se podrá decir que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo
que lo resista, y es de esperar que las cosas mejoren antes de que finalice el
año, pero lo cierto es que al próximo fin de año le podría faltar alma,
alegría, aun como veremos, no habrán de faltar las luces y la metralla.
Publicado en el diario Noroeste 23/08/09
EL AUTORITARISMO DE LADRILLO
A la memoria del amigo violinista,
Héctor Olvera Curiel.
“Si el alcalde llegara a ser candidato
a Gobernador (de Sinaloa) y ganara, nunca le voy a contratar a Noroeste, eso sí
se lo digo para que vea que soy derecho. Amor con amor se paga”(para agregar)
“Hoy que viene el Presidente de México (Andrés Manuel López Obrador), me
reciben con una nota que ya se había publicado del domingo de Ernesto Hernández
Norzagaray, un cuate que en su vida ha trabajado, se dedica a ser investigador,
no sé de qué, pero sé dónde se la pasa, por eso sí sé de qué, y esa nota la
repitió hoy Noroeste, yo sé que es para golpearme, piensan que el Presidente me
va a llamar la atención, no, andan muy perdidos”.
La mala lectura y un temperamento sin
control ha sido siempre un mal compañero de los aprendices en política, esos
señores y señoras, que subidos al ladrillo del poder pierden pronto la
compostura y asumen el papel de pequeños virreyes.
Asumen equivocadamente que su poder
temporal los blinda ante la crítica, cuando la vida enseña, que quien en ese
medio busca reconocimiento debería considerarla como parte de su formación.
Saber lidiar con ella y aprenderle. Entender que es su aliada para escalar a
posiciones más influyentes. Pero, en ese mundo bizarro de los iniciados, hay de
perfiles a perfiles y, frecuentemente, se impone en ellos la tercia errática de
la improvisación, inmadurez y ausencia de oficio político.
Y es que, por simple prudencia, un
aspirante al cargo de gobernador por menor que sea -ya si hablamos de sus
posibilidades, es otra cosa- no puede amenazar a un medio y menos a uno tan
consolidado como es Noroeste, una empresa editorial, con una larga tradición de
resistencia contra cualquier forma de autoritarismo, y todavía menos, cuando el
medio ha hecho su trabajo de investigar para informar a sus lectores.
Un gobierno que se retroalimenta
debería servirse de la información para revisar lo que pudieran estar haciendo
mal en algunas áreas del gobierno municipal.
Pero, mejor hagamos un ejercicio,
leamos desde la semiótica ese desplante prepotente, irritado y rupturista del
alcalde que aspira cuando ni siquiera lo contemplan las encuestas serias de
intención de voto:
Primero, la amenaza de no contratar
servicios a Noroeste subsume una concepción arcaica del poder, aquella qué por
encima de las instituciones de la sociedad política y civil, personaliza el
poder con sus manías, humores, enojos.
Segundo, igualmente, subsume una idea
patrimonial del poder en la frase “nunca voy a contratar a Noroeste”, la idea
de que mientras detente el cargo manda sobre el destino del dinero público y lo
asigna no en función de un plan de desarrollo muy bien pensado sino con base a
las lealtades de ocasión y los humores del día, que chocan con la racionalidad
en la aplicación del gasto público y la Ley de Transparencia y Rendición de
Cuentas.
Tercero, cuándo el alcalde afirma
“…para que vea que soy derecho” subsume para desgracia la idea machista de, así
como lo digo lo cumplo, que no corresponde con una visión institucional sino a
la de un aprendiz de cacique que amenaza, ahora sí, llevarlo a todo Sinaloa.
Cuarto, la expresión de “amor con amor
se paga”, coloquial pero desafortunada, pues lo que quizá quiso decir fue “odio
con odio se paga”. Noroeste no trabaja con odio sino con las herramientas del
buen periodismo y con el apoyo económico de sus dueños, patrocinadores,
periodistas y lectores. Así, ha sobrevivido por décadas a gobiernos con más
dinero público, ¿podrá hacerle algo un alcalde?
Cuando se refiere a quien esto escribe
muestra que la lectura no es su fuerte pues confunde los textos: Veamos, el
domingo pasado escribí el ensayo “Disculpa, cómo ridículo”, y se publicó en Noroeste
ubicándose rápidamente como el segundo más leído del día.
Ese texto correspondía al exhorto que
el TEE hizo al alcalde para que brindara una disculpa pública a la Síndica
Procuradora y, este en lugar de cumplir con el llamado del tribunal, utilizó los
recursos jurídicos del ayuntamiento para proteger su ego y se fue a la
instancia jurisdiccional federal, para evitarse un acto de caballerosidad
política que no va a evitar estar en el listado de los cargos electos que han
ejercido violencia de género en su administración.
Se refiere entonces a una opinión que
emití a un asunto distinto y tiene que ver con las compras millonarias de
insumos eléctricos que hace el gobierno municipal fuera del estado en perjuicio
de las empresas locales del ramo que Noroeste publicó el día de la llegada de
AMLO al estado y esto no es golpeteo es sentido de oportunidad.
Desesperado y molesto me acusa de nunca
haber trabajado, no sé qué idea tiene sobre el trabajo académico que realice
durante 35 años en la UAS, tengo una docena de libros, reconocimientos y
decenas de artículos académicos que me mantienen en el Sistema Nacional de
Investigadores desde 1996 y, por mis más de treinta años en el periodismo, he
escrito cientos de artículos periodísticos en diversos medios de comunicación.
Incluso, recientemente colabore con el
Instituto de Cultura junto con otros amigos de la obra de Amado Nervo, y el
señor Tostado me pidió que le apoye para un homenaje el próximo 27 de agosto
cuando se cumplen 150 años de nacimiento del poeta.
Sin embargo, ante la denostación, no
puedo menos que renunciar a esta colaboración que incluía un libro mío sobre
Amado Nervo. Ya vendrán mejores autoridades para hacerle los honores al autor
de Perlas Negras.
Finalmente, es preocupante que un
alcalde se dedique al espionaje, lo dice claramente cuando refiriéndose a mi “sé
dónde se la pasa” y, me reservo el derecho a denunciar su intrusión en mi vida
privada y lo asumo como amenaza a mi integridad física.
En definitiva, estas declaraciones nos
regresan a los peores tiempos del autoritarismo, lo lamentable no es que se
manifieste porque la condición humana es la misma, sino que esto lo haga un
gobierno municipal que ofreció el cambio y está dando una penosa muestra de
intolerancia además de lo denunciado por Noroeste. Algo de esto debió haber
influido en el ánimo de AMLO para que en este viaje no tuviera contacto con
quien hoy amenaza montado en un ladrillo.
Al tiempo.
Publicado en el diario Noroeste 09/08/20
LA DISCULPA, ¡COMO RIDÍCULO!
Milán Kundera, el gran escritor checo,
compiló una serie de relatos en un texto muy celebrado desde el mismo
título: El Libro de los amores ridículos (Tusquets,
1986), donde el autor explora la extraordinaria banalidad del ser humano.
Esa propensión infame que tenemos por desnaturalizar las relaciones humanas
sean las amorosas o las políticas; familiares o de trabajo. Unas veces cómo una
insensata obligación y otras, muchas, cómo evasivas que rayan en lo ridículo.
¿Y qué es el ridículo? El
prestigiado diccionario Merriam Webster lo define como aquello “que sugiere un
absurdo que excita tanto a la risa como al desprecio”. Es decir, que el
expuesto nunca ganará porque el ridículo también es una suerte de tatuaje,
historia de vida, forma de ser e interrelacionarse.
Vamos, es percepción colectiva, si el
sujeto es personaje público. Aun cuando éste juego se de en forma de solemnidad
e inteligencia mediática. Y es que lo ridículo es obvio, automático, genera
animosidad. Está expuesto a los ojos de cualquiera. Y hasta el más tonto lo ve.
Lo huele y sabe de qué está hecho el aroma discursivo. Y también el de quien lo
emite.
Y es que el ridículo se manifiesta en
el acto cómo un ocaso marino, más no es efímero, porque permanece en el
imaginario, como recuerdo o piel vivida. Cómo una respuesta a bote pronto
especialmente en la política. Es la idea cultivada en el inconsciente de los
políticos quienes muchos de ellos piensan que su palabra es ley y los
gobernados sumisos, tontos, o peor, que solo cuentan cómo depósito de discursos
infames.
Pero, cómo bien lo dice la sabiduría
popular, el tonto es otro. El que piensa que ante un argumento o mejor una
sentencia, está el recurso de la engañifa jurídica, el medio para ganar el
tiempo tan preciado en política, el letargo como estrategia contra el olvido.
Sí, esos recursos mediante los cuales
los abogados terminan por complicar un problema sencillo, convirtiéndolo en una
madeja de leyes, artículos, cláusulas para mantener el “debido proceso”. Pero,
esa vacuidad racional, tiene su mayor agravante en la sutil y contundente
percepción de las personas.
O dígame si no, con este ejemplo tropical,
que huele a engañifa jurídica y llama a la pena ajena. Hace unas semanas el
Tribunal Electoral de Sinaloa resolvió a favor una queja interpuesta por la
Síndica Procuradora que el alcalde de Mazatlán ejercía violencia política de
género y le impedía realizar sus funciones de contraloría por ley.
El tribunal luego de analizar el caso
exhortó razonadamente al alcalde a que pidiera una disculpa pública en un plazo
de diez días y que a la síndica se le permitiera realizar su trabajo tan
importante para la salud financiera del municipio. No cumplió ni uno, ni lo
otro.
Y, es qué para no ver afectado su ego,
prefirió litigar el asunto en la sala regional del TRIFE. ¿Litigar sobre dar o
no dar una disculpa en un tribunal federal? ¿Litigar sobre dejar hacer o no su
trabajo a un cargo electo previsto en la ley, contra un voto ganado en los
comicios de 2018? ¿De qué tamaño es ese ego o qué es lo que esconde esta
administración poco transparente en el manejo de los dineros públicos?
Cuando es conocida la propensión de
esta administración al derroche, sea en el Carnaval o en ese viaje a Madrid con
más de ochenta invitados con cargo a las finanzas públicas municipales y, sin
ningún beneficio ostensible para el puerto.
Quiero, por un momento, imaginar la
cara de los magistrados cuando tengan en sus manos este bodrio jurídico.
Seguramente van a pasar de la sorpresa a la risa; de la risa al llanto y ese
documento pasará a los anales de los amparos ridículos.
Y, se habrá de imponer la cordura y
razón jurídica, expuesta por el Tribunal estatal con sus consecuencias
naturales sobre la administración pública del puerto. El alcalde habrá hecho el
ridículo y con ello la representación que detenta.
¿Qué necesidad de sufrir estas
vergüenzas públicas cuando lo racional es conducirse en forma correcta,
transparentar lo público y dejar trabajar a la compañera de la fórmula
morenista? Cumplir con lo ofrecido en campaña, lo que haría la diferencia y por
lo que decenas de miles de ciudadanos votamos a la opción Morena.
Esperábamos lo justo, no el ridículo
que estamos presenciando en medio de la tragedia y todo por una obsesión
política. Ahora, se podrá decir con cierto aire de suficiencia, los mazatlecos
ya deberíamos estar acostumbrados. Tuvimos un Rodríguez Pasos y luego algunos
pillos de triste memoria. Pero eso lo intuíamos cuando sabíamos de su pasado,
su fortuna, su propensión al cinismo, al arreglo bajo la mesa. A la
desvergüenza.
Y es que eso seguramente cultivo el
hartazgo y llevó a reorientar el voto. A la esperanza de algo decente. Acorde
con la necesidad y un proyecto que lo mínimo que podía tener era decencia y
cohesión del grupo gobernante. Más, luego, nos dimos cuenta de que habíamos
elegido un ego. Y sólo él cabía y corrió a los más libres, independientes. Y
otros más quemaron las naves sin aspavientos, en el silencio de la noche.
Entender esto nos lleva
inevitablemente a la disculpa no otorgada a la más fiel del ideario morenista
en este gobierno. Ese ejercicio de humildad que no cabe en el dedal de un ego
que ahora aspira a llevarlo a todo el estado. Sea con el aliado que fuere se
trata de sumar. Solo sumar de cualquier color. Y eso es la política pragmática.
Sin principios. La que evita el pago del psicoanalista porque cuando la
autoestima es tan grande basta verse todas las mañanas frente al espejo y
repetir aquella pregunta loca del relato de los Hermanos Grimm.
Pero la vida, cómo los relatos de
Kundera, nos muestran que los egos son efímeros, y más en el tiempo vertiginoso
y azaroso de la política, y lo que permanece en el recuerdo colectivo
sorprendentemente no es una calle pavimentada con ciclovía, una glorieta con
una fuente y flores, y menos todavía, los fastidiosos discursos de autoelogios,
que trae los elogios de los incondicionales, los “del equipo”, sino lo intangible,
que ante el desastre vivido permanece por el don de gente, la sencillez y
cordialidad, una lágrima oportuna, lo que en política genera lealtad, afectos,
lo que permanece por encima del ridículo.
¡Al tiempo!
Publicado
en el diario Noroeste 02/08/20
LA CRISIS QUE TENEMOS EN PUERTA
Cualquiera que haya estado atento a la
evolución de los contagios y fallecimientos de sinaloenses podrá ver que la
recta es ascendente y hasta la noche del pasado miércoles, estaban reconocidos
que, desde el 28 de febrero, hasta ese día, se habían detectado en el estado 11
mil 839 contagios y había un acumulado de mil 929 fallecimientos sin contar ese
gran número de portadores asintomáticos del virus.
Tendríamos con esos datos oficiales un
índice de letalidad aproximado del 14 por ciento y eso, es muy alto, está por
encima del 11 por ciento de la media nacional reconocida oficialmente, y obliga
al gobierno a redoblar esfuerzos para bajarla sea por la vía del convencimiento
ciudadano o mediante un mayor flujo de dinero público en los servicios de
salud, salvo que este termine por aceptar la irremediable pérdida de decenas de
miles de vidas humanas, como sucede en cualquier guerra, y esperar que la
pandemia sola cierre su propio circulo natural cómo ha sucedido con otras o
llegue algún día a todos la vacuna salvadora.
Y es que, de no corregirse la tendencia
en los próximos semanas y meses, seguiremos incrementando el número de
contagios y superaremos en Sinaloa muy pronto los 2 mil muertos por el virus Covid-19
y eso significa dolor, mucho dolor e impotencia, cuando vemos el comportamiento
errático del promedio de la gente.
Si, de los sinaloenses que, quizá,
fastidiada de tanto llamado a mantenerse confinado en su casa ha decidido tomar
sus riesgos y salir a la calle como supermán a enfrentarse con
sus defensas inmunológicas al maldito bicho, total para eso está la
justificación necrológica tan mexicana: “de algo me tengo que morir”.
Y, vale ese ejercicio de libertad, de
ir cómo David a luchar contra Goliat, siempre y cuando en la mayoría de los
casos no fuera con cargo a los contribuyentes presentes y futuros. Sea porque
una pandemia de esta magnitud es altamente demandante de recursos públicos o
porque tarde, que temprano, se contrate deuda cuando lo recaudado sea
insuficiente para cubrir las necesidades de la emergencia sanitaria.
Veamos, el presupuesto de salud, de
acuerdo con documentos oficiales del gobierno del Estado tiene dos fuentes: la
federal que este año asciende a 456 millones 471 mil 578 pesos y está
distribuido en dos ramos: El ramo 12 de servicios de salud que tiene asignado
414 millones 827 mil, 551 pesos y el ramo 33 correspondiente al Fondo de
Aportaciones y Servicios de Salud (FASSA) que alcanza 41 millones 664 mil 027
pesos.
También está el presupuesto aprobado
por el Congreso del Estado para el sector salud que asciende escasamente a 70
millones 782 mil 336 pesos y contrasta con la generosidad de los diputados de
asignar una bolsa social de 214 millones de pesos para “trabajadores precarios”
del sector salud más 25 millones de pesos para la
“compensación salarial” de trabajadores del Hospital Pediátrico, y 15 millones
de pesos al programa de mejoramiento salarial a personal administrativo y de
salud de los centros penitenciarios de Culiacán, Mazatlán y Ahome.
O sea, prácticamente
de cada seis pesos presupuestados en salud para este año, cinco de ellos fueron
a parar a la “precariedad y compensación” laboral. No está mal, la gente
necesita mejores ingresos por su trabajo, pero evidentemente también los
necesitan los servicios de salud y, por lo tanto, muestra donde estuvieron las
prioridades de los diputados.
Ahora bien, de
acuerdo con la asignación de los recursos federalizados en materia de salud
esos mismos documentos exhiben un manejo ordenado en el primer trimestre. Sin,
embargo, hay que considerar, que si la pandemia empezó a manifestarse a finales
de febrero solo marzo tiene que ver con la emergencia, con el gasto fuerte, las
campañas anti Covid, el equipamiento de los hospitales y del personal de salud
y los insumos que notoriamente han sido insuficientes como lo demuestran las
colectas de la sociedad civil o esa rodada de decenas de ciclistas que fue
encabezada por Rosy Fuentes, Presidenta del DIF estatal, y que vimos
venir exitosamente de Culiacán a Mazatlán.
Entonces, lo que es
altamente probable es que a partir de abril -cuando se inaugura el segundo
trimestre y la fase más fuerte de la epidemia- la exigencia de mayores recursos
haya ido en aumento. Y aquí hay de tres, una que consuma más rápidamente la
partida federalizada de salud, que se desvíen recursos de renglones no
prioritarios sobre todo aquellos que tienen que ver con obra pública y los
subsecuentes problemas de administración de recursos o qué el gobierno contrate
deuda para contrarrestar la epidemia.
Al parecer la salida
preferente la tienen en el manejo de los recursos federales, pero estos son
finitos, se acaban y están etiquetados y calendarizados, y más si se mantiene
la tendencia ascendente de contagios y muertes, según mis cálculos de un bisoño
en estos asuntos, podrían agotarse antes de septiembre, y eso
irremediablemente, llevara a una mayor gestión de recursos, a estrategias
recaudatorias y finalmente a la contratación de deuda pública.
No está fácil, y
peor todavía, cuando las perspectivas económicas están en números negativos,
recesivos, y esto anuncia una caída de la recaudación federal y de los estados,
que prefigura un escenario financiero catastrófico. Salvo, lo dudo, que se
reduzcan significativamente los contagios y empiece una lenta pero sostenida
recuperación que se ve verde de aquí a fin de año.
Y, cómo adelanto,
ahí están los datos, en Sinaloa se han perdido más de 60 mil empleos formales
que representan aproximadamente el 10 por ciento de la planta laboral hasta
antes de que llegaran los despidos permanentes y estacionales, y entre los
informales, podría ser peor la caída, es el sector más desprotegido y expuesto
a los contagios por realizar su trabajo frecuentemente en espacios públicos y
de mucha concurrencia de personas.
En definitiva,
Sinaloa camina directamente a un escenario catastrófico, no se ve en el corto
plazo que la situación vaya a mejorar pues todos los indicadores van en sentido
contrario, y lo mismo sucede con la mayoría de los sinaloenses que pese a la
insistencia de los llamados sociales e institucionales a confinarse y usar el
cubrebocas está decidida en correr su propio riesgo y construir su propia
normalidad, o sea, la de siempre del abrazo y el beso. 26/07/2
Publicado en el diario Noroeste
26/07/20
POBREZA Y VAMPIRISMO EN SALUD
Estoy convencido de que todas las
familias sinaloenses hemos llegado a un punto en que, así como en la violencia
criminal tenemos cerca una víctima hoy la tenemos por el coronavirus.
Alcanza a todos sin distingo social o
económico y la única diferencia es como lo asume cada uno como familia o en lo
personal.
Y aquí cabe una primera reflexión sobre
la tragedia colectiva y en particular los pobres y las clases medias, los más
rápidamente alcanzables, disminuidos, erradicados. Su fragilidad los desampara
y los deja a la suerte, a lo inesperado, al infortunio.
Dependen en el mejor de los casos de
que el sistema de salud pública funcione y los atienda. Pero este rápidamente
se satura porque opera siempre con recursos muy escasos. Y, ya sabemos la causa
macro, el monto y destino de los recursos en materia de salud en los últimos
sexenios: presupuestos per cápita raquíticos, compras a sobreprecio
y de mala calidad o truqueada como fue el agua destilada para infantes
veracruzanos con cáncer y con ese pasivo fuimos al encuentro de la mayor
pandemia de la época contemporánea.
Y, eso, en una sociedad mal alimentada,
con problemas de edad, obesidad, de salud crónica, de sedentarismo y falta de
atención era de esperar que una pandemia fuera por decenas miles de ellos. En
el mundo y particularmente aquí, nuestro país, nuestro Sinaloa. No había donde
esconderse o quizá sí: a la buena de su dios, con sus desesperadas cadenas de
oración para si los humanos no pueden, el de arriba haga la tarea
esperanzadora.
Sin embargo, el mundo real es otra
cosa, y el balance de muertes y nuevos contagios es creciente sea porque los
contagiados son personas diabéticas, hipertensas, cardiacas, cancerosos o por
necesidad y culturalmente valemadristas.
Una investigación reciente de la UNAM
demuestra que los muertos por la pandemia han sido personas
sin empleo, sin estudios, ni servicio médico, es decir, personas que viven al
día, que no tienen asidero laboral, ni ingreso seguro o precario.
Que van por la vida,
repito, a la buena de dios. Y es que, nos dice el estudio, son los: “no
remunerados: amas de casa, jubilados y pensionados, empleados de sector
público, conductores de vehículos, profesionales -no ocupados-”.
Quizá, este pago social, para muchos
resulte una obviedad. Que sean los pobres, los grandes perdedores de la lucha
contra el Covid-19, los que aportan más muertes y contagios.
Sin embargo, es la cara triste,
acongojada de la moneda, hay otra feliz, exultantemente, reconfortante, alimentada
por el ruido de dinero, el alza en los depósitos bancarios, el crecimiento
exponencial de las ganancias y más, cuando no tiene límites en generación de
ingresos por la ola expansiva del mal.
Veamos si no: cuando en un ser
querido existe la sospecha de estar enfermo de Covid 19, lo primero es confirmar
que esa dolor de garganta y esa fiebre paralizante es producto de ese virus,
entonces, hay que ir al médico que está a la mano y pagara una consulta de 500
pesos o más, y este si no utiliza la experiencia clínica lo mandara
hacerse un estudio de anticuerpos, más ferritina, dímero D y para
ello hay que llevar unos 2 000 pesos y más si está indicada una tomografía de
tórax que ronda entre 1 600 y 1800 según la clínica; y, mejor un PCR de 2000 a
3000 pesos, luego, el coctel básico de paracetamol, ibuprofeno, azitromicina e
ivermectina para una semana en precios de patente llega alrededor de 2000 o
más.
Es decir, para empezar la persona
debe tener alrededor de 6-7 mil pesos multiplicado por el posible número de
contagiados en una familia. Aproximadamente el equivalente de 50 salarios
mínimos por cada uno de ellos. No sé cuánto costaban este paquete sanitario
antes del estallido de la pandemia, pero me han dicho gente del sector que ha
subido por el libre juego de la oferta y la demanda. cómo es el caso de la
azitromicina e ivermectina, esta última si la encuentran en el
mercado.
Y si el paciente empeora los precios
en los hospitales privados están por los cielos. A un familiar de un paciente
con Covid, me dicen, le pidieron un depósito de 100 mil pesos para recibirlo y
asignarle una cama con ventilador.
Y esto sucede porque uno de los
grandes ausentes en la pandemia es la Profeco que no hace valer su autoridad
sobre los precios de servicios y medicamentos sanitarios. Cierto, está
institución no define precios que en la actual circunstancia muestra su peor
rostro, el de la ganancia exponencial e insolidaridad.
Busqué en la red a Profeco para haber
si había alguna información sobre este tema o un enlace de la Secretaria de
Economía, o la Subsecretaria de Industria y Comercio, que mostrara algún
interés por el descontrol de precios en servicios sanitarios y el mercado de
medicinas, no encontré algo que al menos alerte este tipo de excesos y abusos.
Y no había, cuando esta institución
del Estado debería de ir de la mano de un sistema de salud sobrecargado y qué
necesita de este apoyo indirecto para atender a los que menos tienen, siendo
urgente que lo haga cuando es parte de un gobierno que se declara preocupado
por el bienestar, la salud y el patrimonio de las personas. Por esa vía se
pueden salvar muchas vidas.
Vamos, lo hizo con el tema de los
ventiladores usados y a sobreprecio que vendió el junior de Manuel Bartlett,
pero eso que fue muy mediático, es pacata minuta, frente a lo
viene sucediendo abajo en el precio de los medicamentos, los estudios y los
hospitales.
Una de las tareas del Estado mexicano
es la protección de la economía familiar y eso no solo habla de empleos, sino
que es urgente el control de precios en estos insumos sanitarios, cómo de su
calidad.
Quizá, de esa manera el
gobierno federal o local, saldría del relato de contar muertos y contagios para
ampliar el espectro de influencia y el ciudadano de a pie, ese que diariamente
mide el alcance de sus pesos y centavos y es el que está más expuesto a los
abusos que están cometiendo.
Acaso, ante ese vampirismo sui
generis, que consume ahorros, acaba con patrimonios y provoca endeudamiento en
miles de familias; que empobrece a los más desprotegidos, a los que están en
absoluto desamparo, ¿los gobiernos no tienen algo más que presenciar
indiferente ese robo en despoblado? Criminal.
Y es que, sin duda, todos tenemos ya
una víctima cercana.
Publicado en el diario Noroeste 19/07/20
EL POLÍTICO Y EL CIENTÍFICO SINALOENSE
Max Weber, el gran sociólogo alemán,
hace más de un siglo ponía el foco de atención en la diferencia sustantiva
entre el político y el científico. Esta disquisición intelectual no estaba
exenta de anclajes sociales o políticos. Su país salía devastado de la guerra y
con grandes compromisos económicos con el resto de Europa producto de las
obligaciones que le imponía el Tratado de Versalles.
¿Serían los políticos o los científicos
los que tendrían respuestas esperanzadoras luego de que el actor militar había
sido derrotado en toda la línea? ¿Cuándo esa derrota tenía un alto costo en la
vida de los alemanes y daría pie para el surgimiento del nazismo?
La emergencia planteaba problemas y es
donde aparece la figura de Weber, para situar en el lugar correcto la discusión
en torno al rol del hombre de acción y el hombre de ciencia con o sin puesto
público, y en situaciones como las que está viviendo el mundo y en particular
nuestro estado.
Viene a cuento esta disquisición sobre el
político y el científico, porque en los últimos días se ha escuchado
insistentemente sobre un desencuentro entre el gobernador Quirino Ordaz y Efrén
Encinas, su Secretario de Salud; un desencuentro lógico entre el político y el
científico. Vamos, entre el que está sujeto a presiones diversas que le obligan
a tomar decisiones y el que hace las recomendaciones basado en la ciencia.
Se ha señalado que mientras
Sinaloa se encuentra en el bloque de los estados de mayor crecimiento de
contagios de Covid 19 el gobernador inopinadamente ha tomado la difícil
decisión de reabrir la actividad económica y eso contravendría con las
indicaciones que hace el secretario del ramo, quien de distintas maneras llama
a la prudencia, a la gradualidad, a poner por delante el cuidado de vidas.
¿Quién tiene la razón? A primera vista
los dos. Es el ejecutivo el que debe tomar las decisiones, es quien tiene el
mandato de las urnas y el pulso de lo que está ocurriendo en el estado. Además,
teóricamente cuenta con la información que sus secretarios y asesores le
suministren para una mejor toma de decisiones en este o en cualquier otro
asunto de interés público.
Sin embargo, en una circunstancia como
la que estamos viviendo, no hay que decidir entre buenas y malas opciones, sino
por la menos mala, y la menos mala conforme lo que estamos viviendo es una
mezcla de apertura económica y control a través de protocolos sanitarios.
Están en juego cientos de miles de empleos
formales e informales, y eso obliga a tomar decisiones, que para los más
puristas de la sanidad pública es inaceptable, pero, es muy distinto, para una
persona de a pie a la que se le ha acabado el dinero para la manutención de su
familia. A ese ciudadano no le importa jugar con su vida en la ruleta de la
pandemia, sale sin más a buscar para los gastos básicos sobre todo cuando
nuestros gobiernos, a diferencia de otros más previsores, no entregan
despensas, sino dan ayudas económicas y fiscales para sobrellevar mejor la
situación.
Es donde entran en juego la cultura
cívica y los protocolos de salud. El Secretario de Salud llama además de
cuidarse para evitar el contagio proteger a los demás, entre ellos en primer
lugar a sus seres queridos, y luego a quienes se encuentra en la calle o donde
trabaja, no puede hacer una cosa sin la otra, si por desacato se contagia
llevara inevitablemente el virus a los suyos. Pierde la ciencia. El doctor
Encinas verá desconsolado el incremento de contagios y la saturación de los
hospitales públicos.
El problema es que los más puristas no
quieren ver más allá -sea por razones humanitarias, fijaciones mentales o
políticas - y, hay que tenerlo claro, si no se toman decisiones económicas
además de la pandemia por el virus estaremos cavando la del hambre por
mencionar lo más básico.
Acaso, ¿no estamos viendo un incremento
de personas que están pidiendo dinero en la calle o tocando puertas de las
casas? Incluso, estamos viendo un incremento de los daños patrimoniales, lo que
viene siendo un subproducto de meses sin empleo, sin ingresos, en muchos de desesperación.
Entonces, el problema entre Quirino y
Encinas es que esas presuntas desavenencias o rumores interesados, son producto
de que no armonizan un discurso público, cómo si lo hace López Gatell con López
Obrador, aun cuando la realidad termina por demostrar que en estas situaciones
límites vale más la diferencia pública que la simulación, el engaño, el
discurso triunfalista.
Va un ejemplo, en una investigación
sobre actas de defunción que realizó recientemente el diario Milenio, en el
Registro Nacional de Población, encontró que al 19 de junio que la cifra de
decesos no fueron 20 mil 394 muertes por coronavirus sino probablemente 38 mil
815 lo que representa un 90 por ciento más.
Incluso, si a esta cifra, se suman las
muertes por neumonías atípicas y virales, se dispara a 43 mil 790, lo que
representa un 114 por ciento más.
El problema, nos dice el diario
capitalino, es el subsecretario López Gatell que solo toma en cuenta aquellas
muertes con pruebas positivas y eso evidentemente distorsiona la realidad,
porque no todos se hacen la prueba PCR, hay un déficit de pruebas.
La falta de estudios en Sinaloa muestra
lo siguiente de acuerdo con la misma fecha del 19 de junio y Covid 19 incluido
en el acta de defunción: Covid confirmado 90; Covid posible 495 y Covid sin
confirmar 286 que darían un total de 880 defunciones por Covid las mismas que reconoce
del Gobierno del Estado
En definitiva, esta diferencia
entre el político y el científico debiera alejar la maledicencia, no es la
lucha del político contra el hombre de ciencia, sino las circunstancias que
lleva a que choquen las opiniones y al final se impone lo que resulte de estos
equilibrios para bien o para mal, en una sociedad como la sinaloense.
Publicado en el diario Noroeste 12/07/20
QUIRINO, ABRE EL JUEGO SUCESORIO EN EL
PRI
Quirino Ordaz abre el juego sucesorio
en su partido, uno de los suyos salta al terreno de juego y aquel mide las
reacciones entre priistas y adversarios, aparece en las encuestas buenas y
balines y parte con un 20% de intención de voto.
Los medios de comunicación lo suben a
la escena pública y lo someten a escrutinio para ver sus posibilidades reales,
algunos no le perdonan ni siquiera el apellido, pero todo es parte del juego
del muestreo para decir suavemente que el PRI tendrá candidato a la gubernatura
en el 2021 lo que no se sabe todavía es si será competitivo o mera comparsa en
los juegos del poder, de las alianzas en la elite de aquí y el centro del país.
Y es que si el gobernador tiene
proyecto político para el 2024, tendría que ganar la elección principal de 2021
con un priista o en una alianza de facto que deje satisfecha a la militancia tricolor,
no dejar la percepción de que se entregó la plaza, o sea quiere ganar cómo sea,
y por eso pone en movimiento la carta de Sergio Torres, quien ha sido
calificado como acelerado y no cómo parte de una estrategia de posicionamiento
político, y el ex alcalde Culiacán se mueve por todo el estado sea
llevando despensas a los pescadores o conversando con los formadores de opinión
pública.
Sabe que su permanencia en el juego
depende de su capacidad del crecimiento de su imagen y de los arreglos en las
alturas, del gobernador, quién será el factótum de la decisión que tome el PRI,
pero esas son las reglas no escritas y con ellas se mueve el también Secretario
de Pesca.
Además, lo hace con una narrativa del
tipo de self-made man (hombre hecho a sí mismo), “vengo desde abajo,
empecé barriendo en el ayuntamiento de Culiacán…” y recordando las buenas y
malas que ha pasado, los tropiezos que ha tenido, los golpes bajos, pero sobre
todo quiere dejar claro que lo suyo es la perseverancia, el deseo de superación
y el ánimo de seguir como político que juega con la pelota que no escogió sino
la que le tocó jugar.
Sin embargo, la política como se sabe
es de circunstancias, que los astros se acomoden en favor de una candidatura,
donde en este caso el gobernador es el director de orquesta, el que escoge la
pieza y el ritmo, el que hace los arreglos, y más en estos tiempos, donde el
PRI nacional es una momia sin capacidad de reacción.
Y es que si su voz, es la de la priista
Beatriz Pagés, está peor con su nostalgia por los tiempos todopoderosos que ya
no volverán. El PRI no sabe ser oposición y por eso su titubeo en muchos de los
temas de la coyuntura y eso en política es un reuma que te impide caminar,
menos correr.
Y eso Quirino lo sabe y por eso tendrá
en sus manos la decisión de quien será el candidato a gobernador, y juega con
ella, manda a sus pupilos hacer ejercicios de sombra, para alcanzar visibilidad
cuando haya que tomar la decisión y seguramente tiene bajo la manga otros
nombres, sean hombres o mujeres, que no tienen la fama pública de Sergio Torres
y están preparados para contiendas más tersas, más de relaciones públicas, de
imagen y mercadotecnia.
Pero no para estos tiempos, es una
apuesta riesgosa en un estado donde las disputas por la gubernatura crispan
ánimos y generan rupturas, y lo que el priismo necesita es cohesión, cómo
también capacidad para construir alianzas ganadoras.
El PAN lo está haciendo en un proyecto
nacional antiAMLO, con una narrativa peligrosa “de que todo lo ha hecho mal”,
lamentablemente ese tipo de discurso emocional es el “pegador”, el del olvido
de las afrentas internas, el que atrae a los desencantados, los indecisos, los
inconformes que dejará la pandemia, que habrán de hacer la diferencia en
Sinaloa si la competencia viene cerrada como lo indican las encuestas serias.
Ya lo dijimos en otro ejercicio de
análisis, para AMLO no hay otra elección que importe, que no sea la de los
diputados federales, la que le permita conservar la mayoría absoluta en la
Cámara de diputados, para continuar el proyecto de la 4T, y eso puede significar
que si tiene que sacrificar en las elecciones de los estados lo va a hacer a
cambio del mayor número de diputados. Que en Sinaloa son siete y quizá con
cuatro se sienta satisfecho.
Esta es una carta que si Quirino la
administra bien puede generarle buenos dividendos en la selección del candidato
a gobernador, el Congreso del Estado y las alcaldías principales. Y eso le
obliga a movilizar al PRI, establecer alianzas, y presentar un PRI que nada
tiene que ver con el nacional.
Y aquello lo veremos cuando se defina
quien será el candidato del PRI y de Morena al gobierno del Estado. Quirino
tiene una hornada de jóvenes funcionarios a los que se les queman las habas
pero que no son competitivos porque tienen poca visibilidad y el gobernador
cubre hoy todo el escenario político. Es un gobernador que está en todas y eso
le quita presencia al resto por más manejo de ellos en redes sociales, además,
la mayoría no son priistas incluso por ahí anda un panista que sueña
con ella.
AMLO, en cambio, tiene de dónde escoger
para elevar las posibilidades de ganar o perder la gubernatura. No es lo mismo
promover como candidato a Rubén Rocha o a Tatiana Clouthier, que a Jesús
Estrada Ferreiro, Luis Guillermo Benítez o Jaime Montes Salas u otro de esta
estatura política, la imagen y rentabilidad es distinta.
A AMLO le urge tener mejores
gobernadores que el bajacaliforniano Jaime Bonilla o el veracruzano Cuitláhuac
García, a los que la crítica ha hecho pedazos por sus desplantes y estilo de
gobernar, entonces en Sinaloa se abre la posibilidad de una mejoría de perfiles
y ese va a ser un factor que ya puede estar en la decisión.
En definitiva, el juego sucesorio que
ha puesto en marcha el gobernador llama a la competencia democrática, a la promoción
de cuadros políticos como Sergio Torres, pero también a un posible arreglo
entre las élites donde todos salgan ganando.
¡Al tiempo!
Publicado en el diario Noroeste 05/07/20
EL REBROTE DE LA VIOLENCIA
Los acontecimientos violentos del
pasado miércoles en la sindicatura de Tepuche, municipio de Culiacán, que
terminaron costando la vida de ocho personas que estuvieron en el lugar y el
momento equivocado y otras ocho en una refriega entre los miembros de estos
grupos armados, cómo lo sugieren versiones periodísticas, probablemente no es
un hecho aislado sino concatenado tanto en espacio, como en tiempo, si se
confirma que los primeros eran simples campesinos que transitaban por las
calles de la comunidad y que fueron asesinados indiscriminadamente.
Una vez más pareciera que se trata
dejar un mensaje sangriento por una razón todavía desconocida, sin embargo, un
suceso de esta naturaleza en un país y en un momento donde se están
multiplicando brotes violentos llama a una reflexión menos local y, más en el
conjunto de esas fuerzas subterráneas, que buscan por distintos medios y
razones hacerse oír en concierto y llamar la atención de su presencia para que
se respete lo que consideran suyo.
México, ha vivido al menos desde hace
tres décadas, en medio de una violencia continúa producto de la acción de
organizaciones criminales con gran capacidad de fuego. Hubo momentos álgidos y
de estabilidad de esta epidemia, pero luego tuvimos rebrotes inesperados, que
nos recuerdan donde vivimos y qué debemos tomar precauciones que lindan en el riesgo
de la perdida de derechos ganados como la libertad de tránsito o de expresión.
Ocurre en cualquier punto del país,
porque ese es el otro dato, su dispersión e impacto en términos de percepción.
Recordemos que en algún momento se habló de que la violencia era un problema de
los estados del norte, pero, luego, reconocimos que este se había irradiado a
los del centro y sur o suroeste del país.
Además, existía la idea de eran tres o
cuatro cárteles en todo el territorio nacional e incluso se llegó hablar de una
“federación” de grupos que era una suerte de comité central que distribuía
áreas de control a los distintos capos.
Y ese grado de organización provocaba
una suerte de pax porfiriana, de equilibrio, incluso de relajación, que sirvió
para que entre sus líderes se estrecharan vínculos personales y familiares. En
ese periodo de relativo relajamiento fueron frecuentes los bautizos o los
matrimonios que ayudaron aun más a mantener el negocio sin mayores sobresaltos.
Sin embargo, aquella pax en algún
momento estalló, con la invasión de los territorios asignados, los chivatazos o
el encarcelamiento, muerte o el pasó a la muerte civil, de algunos de estos
liderazgos, y eso fragmentó a los cárteles, dando paso a que hoy se reconozca
que existen decenas de nuevos cárteles producto de una reestructuración donde
están en el centro subgrupos que operan con un cierto grado de autonomía.
Frente a esta restructuración los
distintos gobiernos federales desde Salinas de Gortari hasta López Obrador han
montado una estrategia que busca debilitar estas organizaciones mediante el
control del flujo de armas como también del financiamiento, y en esa lógica,
reducir las complicidades con el poder político.
Ello ha llevado a la idea no tan
equivocada de que cada gobierno tiene su propio cártel y se le protege de
manera porque es mejor tener uno fuerte que varios lo que nos elevaría a un
estatus de narcoestado.
Con todas las reservas que se le puedan
poner a está hipótesis, lo real es que una estrategia con varios frentes
abiertos pondría en un serio predicamento a las fuerzas del Estado.
Ya el gobierno de López Obrador optó
“transitoriamente” por militarizar la seguridad pública. Dotar a la milicia de
las competencias que siempre han exigido los mandos de las fuerzas armadas,
pero, al mismo tiempo, este gobierno civil se ha reservado el control de los
flujos de dinero a través del sistema financiero.
Así, en colaboración con las agencias
de seguridad del gobierno estadounidense, está dando una fuerte batida contra
las empresas fachada de lavado de dinero, contra individuos que en esta
actividad han acumulado fortunas.
Y eso, podría explicar algunos o todos
los rebrotes que estamos viviendo en las últimas semanas con un alto costo en
vidas y niveles de incertidumbre en estados distantes. De Sonora a Guanajuato;
de Colima a Sinaloa; de Jalisco a Veracruz o Quintana Roo.
Basta atraer la cifra de las más de 30
mil muertes violentas que durante el periodo obradorista se han producido, para
darnos cuenta, del tamaño de la guerra en que estamos metidos. Un número de
crímenes sin precedente en nuestra historia y sin ver la esperanza de que esto
termine o al menos vuelvan los tiempos de la pax pactada.
Es decir, estamos viviendo una guerra
de baja intensidad, que a cada momento lo recuerdan los rebrotes violentos. Las
muertes selectivas que ha quedado más que claro con el asesinato de siete
policías y un juez federal en Colima. No menos reactivos son los bloqueos y la
quema de vehículos en Celaya que nos recuerda el “culiacanazo” del pasado 17 de
octubre producto de la detención-liberación de Ovidio, uno de los hijos de
Joaquín El Chapo Guzmán y así podríamos concatenar lo sucedido en Sonora.
Y eso, lamentablemente, indica que
habrá de continuar. El gobierno federal busca retomar el control en materia de
seguridad pública. Esa una apuesta arriesgada que puede perderla y llevarnos a
una espiral de mayor número de muertes violentas.
En fin, en materia de seguridad pública
estamos en la misma situación que la pandemia por el Covid-19, todos los días vemos
las cifras que van en aumento y con un gran nivel de dispersión, y algo inédito
la violencia indiscriminada contra la población civil, cómo ocurrió esta semana
en la sindicatura de Tepuche al norte de Culiacán y que costó la vida a 8
personas. ¿Qué tienen que ver los acontecimientos sangrientos de Tepuche con
los ocurridos en Celaya, Caborca o Colima?
Aparentemente nada. Son lugares
distantes entre si y con cárteles distintos, incluso, enfrentados como sucede
en Guanajuato. Entonces, sólo queda cómo posibilidad que los rebrotes de
violencia tengan que ver con las acciones que el gobierno federal estaría
tomando en materia de seguridad pública y estos son los llamados coletazos que
se han vivido cuando se ponen en acción este tipo de operativos. No es de
esperar nada bueno.
¡Al tiempo!
Publicado en el diario Noroeste 28/06/20
SINALOA Y LAS URGENCIAS DE AMLO
Esta semana he leído a algunos
analistas de la política sinaloense y veo que ponen especial énfasis en los
actores locales en perspectiva de la elección de gobernador en 2021 cómo si ahí
estuviera la definición.
No está mal el enfoque sin embargo es
insuficiente. Percibo que sobredimensionan a estos actores y no le dan el valor
a un actor que sin duda podría ser determinante de cómo quede distribuido el
poder en los estados de la federación. Ese actor es el presidente López
Obrador. Voy a explorar el siguiente argumento: Para AMLO hay una elección que
le interesa por encima del resto y está es la de diputados federales.
AMLO necesita conservar la mayoría
absoluta en la Cámara de Diputados. Sabe que si pierde está elección
automáticamente se debilita el proyecto de la 4T porque se formaría un gobierno
sin mayoría y eso con una oposición beligerante, con disposición para el
chantaje, se crearía un escenario de mucha tensión sobre todo en la definición
de la Política de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación.
En esa prioridad, habría que
preguntarnos sobre ¿cuál es el lugar que ocuparan las elecciones generales de
15 estados, y en particular las que ocurrirán en Sinaloa?, además, ¿cuál será
la apuesta de AMLO para garantizar al menos cuatro de los siete diputados de
mayoría más los votos suficientes de representación proporcional para tener una
buena tajada de los 40 diputados que corresponden a la Primera Circunscripción
Plurinominal?
Las últimas encuestas de intención de
votos indican que la marca Morena sigue siendo dominante en el país y si se
sostiene esa tendencia hasta el inicio del proceso electoral da margen para
privilegiar a sus aliados tradicionales, pero si no es así, y la intención de
voto a favor de Morena, va a la baja AMLO tendrá que echar mano de un plan B
con los poderes fácticos de los estados.
Es decir, los poderes que realmente
deciden sean estos formales o informales, sea el gobernador o el grupo de exgobernadores,
incluso con actores empresariales interesados en tener interlocutores más
confiables.
Si se presenta este escenario las
posibilidades aumentan para garantizar el número de diputados que AMLO necesita
de Sinaloa. Las encuestas recientes indican que el duelo va a ser Morena-PRI,
sin embargo, habrá de depender de cómo evolucione el proyecto del Bloque
Opositor que encabeza el PAN y tiene como potenciales aliados a MC y PRD que en
Sinaloa literalmente no pintan.
Quirino Ordaz, hasta ahora ha jugado en
sintonía con el Gobierno de la República evitando cualquier roce y eso ha
marcado una relación cordial de manera que los proyectos del gobernador no han
sido sacrificados- Va la inversión en la carretera Badiraguato-Guadalupe y
Calvo, la Presa hidroeléctrica Santa Rita y la Planta de Amoniaco en Ahome y
seguramente seguirá así hasta las definiciones para el 2021.
Y, quizá, cómo señalamos coincidan
sobre quien debe ser gobernador por la cercanía que ambos tienen con Rubén
Rocha o en su defecto, que pudieran convencer de que sea Jesús Vizcarra,
mientras por el PRI cualquiera que sea sin el apoyo del gobernador estaría
destinado a ser derrotado.
Y si las cosas se encaminan en esa
dirección, le daría juego al gobernador, para dejar bien parado a su partido.
Con muchas posibilidades de que el PRI y si va con el PAS, tengan posibilidades
de recuperar parte de lo perdido en 2018. Quedando así un gobierno estatal filo
priista con una mezcla legislativa y de gobiernos morenistas y priistas en
algunas de las alcaldías del estado. Resulta impensable que se construya una
alianza electoral PRI-PAN con miras a ganar lo que se pueda a AMLO y a su
partido.
Es decir, las condiciones de Sinaloa
facilitan un sistema de alianzas heterodoxas, lo que puede derivar sin grandes
sorpresas a nivel de las candidaturas a gobernador, pero si, en las otras candidaturas
siempre y cuando el mayor número de diputados federales sean para Morena
mientras el resto se distribuye entre el PRI y el bloque que encabece el PAN.
O sea, esto va a depender de cómo
jueguen los actores más influyentes, respetando el interés de López Obrador
para conservar la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, si en el PRI no
les preocupa estas diputaciones podrían mejorar su posición en las alcaldías e
incluso duplicar los diputados que hoy tienen en el Congreso del Estado.
Esto dependería, claro, de las
candidaturas que Morena ofrezca si son o no competitivas, porque ahora serán
elecciones “normales”, muy distintas a las ocurridas en 2018, cuando el tsunami
López Obrador hizo ganar a perfectos desconocidos y perder a los más conocidos
y mediáticos, aunque hay que reconocer que algo les va a aportar la marca, pero
difícilmente habrá voto en línea como en 2018.
Y es que los candidatos que resulten de
los acuerdos y las convenciones deben llevar capital propio para ser electos o
reelectos, y en un contexto de incertidumbre, como el que estamos viviendo,
donde hay muchas personas desesperadas por el desempleo y los contagios, podría
provocar o ya está provocando una cierta volatilidad que se refleja en la
intención de voto de segmentos de la población y esos cambios en los humores
políticos pueden generar nuevas oportunidades si se postulan candidatos con
credibilidad y arrastre.
Más, cuando los alcaldes de Morena y
sus aliados han tenido un bajo desempeño y han estado permanentemente en medio
del escándalo -el de está semana, por ejemplo, fue la resolución del TEE donde
se llama al alcalde de Mazatlán a otorgar una disculpa pública a Elsa
Bojórquez, la Sindico Procuradora, que ha sido motivo de violencia de género y
obstrucción en sus funciones de ley y lo mismo sucede en Ahome donde se ha ido
más lejos y se ha pedido juicio político para que el alcalde sea relevado del
cargo- esto ha provocado una división entre el morenismo y sus aliados que
pronostica un final de garra que habrá de ayudar a la oposición.
En definitiva, AMLO muy probablemente
no se meterá en los pleitos que se traen las tribus locales de Morena y
seguramente negociara con quien tenga que hacerlo para garantizar diputados que
necesita y alcanzar esa mayoría absoluta indispensable para el proyecto de la
4T.
Al tiempo.
Publicado en el diario Noroeste 21/06/20
TE LO DIGO JUAN, ¡PARA QUE LO ENTIENDAS
PEDRO!
Una persona que dice llamarse Ricardo
Espinoza de los Monteros (REM) plantea una pregunta juiciosa y
provocadora: Sinaloa, 2021: ¿Qué gobernador necesitamos?, lo hace
en redes sociales con buena prosa y un inevitable estilo golpeador.
Es el golpe del juez malhumorado que
gusta de los juicios sumarios contundentes, de verdades a medias o absolutas
dignas de Goebbels, el maestro de la propaganda nazi, de la exhibición de
culpables en la vitrina pública y de sentencias mediáticas, que ni dios, es
capaz de absolver ante el tamaño de los pecados.
Pero, su pasado, si es quien estamos pensando
que es, lo condena en el periodismo que desarrolla en medios digitales que
están al servicio de los intereses de Héctor Melesio Cuén Ojeda, el exrector de
la UAS y dirigente del PAS.
Entonces, su pregunta podríamos decir
se responde sola, y solo faltó que le pusiera nombre y apellidos, pero no lo
hizo por una cautela que explicaremos más adelante.
Y es que Héctor Melesio, luego de los
sucesivos fracasos electorales como candidato al Senado (2012 y 2018) y al
gobierno del estado (2016), además, de la caída abismal del PAS en 2018, donde
su partido alcanzó una sola diputación, tiene hoy menos posibilidades de
alcanzar la gubernatura, pero, sin duda, buscará estar en el campo de las
definiciones político y el texto sería un adelanto para decir que si y que no
quiere.
Y, quizá por eso el presunto REM en su
repaso por los reales o supuestos actos de felonía de los políticos sinaloenses
no lo menciona ni una sola vez y me pregunto ¿se puede hoy hablar de política
en Sinaloa sin mencionar a Cuén Ojeda y su partido?
Imposible, entonces, la explicación de
esa ausencia es porque Héctor Melesio ha dicho a sus más cercanos que está vez
que no se volverá a equivocar: “qué irá con quien tenga mayores posibilidades
de ganar” y, hasta ahora, las encuestas indican que será el candidato que
nomine Morena.
Por eso, en estos meses, ha oscilado
entre Rubén Rocha y Jesús Vizcarra, y con ello asume tácitamente que no será
candidato nuevamente a gobernador por su partido que traía en marzo un 4% de
intención de voto.
Es, más, después de la derrota
estrepitosa de 2018 dijo a la prensa que no estaría en la papeleta electoral de
2021 (aunque, recuerdo, reconsidero).
Entonces, está claro, Cuén buscara
nuevamente rentar la marca y la estructura de su partido a esa candidatura que
juzgue ganadora o mejor convertir a su partido en “bisagra”, es decir, que el
PAS aporte los votos que hagan la diferencia en una elección hipotéticamente
competida entre dos grandes bloques electorales que se ve en el horizonte
nacional (Lo cual no creo que signifique un choque de trenes en el estado
porque cómo nunca la élite política sinaloense está cohesionado y eso puede
facilitar el arreglo político sin renunciar a la competencia electoral). No
obstante, el PRI le ha mandado el mensaje de formar una coalición PRI-PAS y el
sólo ha dicho que el “niño es risueño…”
Abonaría a esa idea pragmática los
resultados recientes de la serie de estudios demoscópicos que realizó la casa
encuestadora Massive Caller sobre la intención de voto por partido y posibles
candidatos.
Así, en la que corresponde a Sinaloa,
la marca Morena, estaría si no cambian las circunstancias Morena está destinada
a ser la ganadora independientemente del candidato que postule pues trae el 30
% de intención de voto mientras la del PRI un 25%.
Es el senador Rubén Rocha Moya quien
está mejor posicionado entre los posibles candidatos de Morena con el 41% de
preferencias, mientras Sergio Torres es el mejor por el PRI con 21%.
Detrás de la candidatura de Morena y el
PRI, el PAN no pinta con ninguno de sus posibles candidatos, está tras
bambalinas Jesús Vizcarra. Quien, hábilmente, se ha venido metiendo al proyecto
Morena.
Recordemos, que el empresario sinaloense
estuvo en Baja California, apoyando a su amigo morenista el hoy gobernador
Jaime Bonilla quien, dicho de paso, recientemente ha sido reconvenido por una
sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su pretensión de
ampliar su mandato de dos a cinco años lo que ha dejado trastornado a su grupo
político
O sea, el golpe interpósito de REM es
contra Rubén Rocha, a quien califica de “morenista por accidente y de
adscripción priista”, ¿será que lo que expresan esas palabras es que Cuén no le
perdona que haya ofrecido acabar con su cacicazgo en la UAS?
Aun, cuando, por esas cosas de la política
pragmática Rocha haya buscado construir una alianza con el grupo político de la
mancuerna Cuén-Guerra provocando disgusto entre los que lo apoyaron desde la
Universidad y es que al parecer Cuén teme que de llegar Rocha Moya al gobierno
del estado vuelva sobre el tema de este cacicazgo. Que lo dudo, tendría que
haber una gran movilización universitaria para que se atreva por los
compromisos con su verdadero grupo político.
Sobre esto tampoco dice algo REM y eso
debería leerlo Rocha entre líneas y reflexionar sobre sus alianzas. Lo quieren
y querrán bajar de la nominación de Morena sin perder las formalidades y las
sonrisas para la foto de unidad incluso reconocerle su cuota de poder.
El texto de marras está destinado a
abrir paso político a Jesús Vizcarra sea por el PRI o por Morena o en caso de
que este insista, en que no quiere ser candidato, terminar siendo el fiel de la
balanza o como mínimo tener su cuota de poder como lo ha tenido en el gobierno
de Quirino Ordaz.
Y ahí es donde cobra sentido, una de
las verdades a medias de REM, Rocha Moya está ligado al grupo político de
Aguilar Padilla y este con Jesús Vizcarra, o sea Rocha está en el mismo grupo
de poder, pero con el sesgo de que ha sido un buen senador, y eso va a contar
en la definición que será personalísima de AMLO en perspectiva de la
continuidad de su proyecto.
Sin embargo, AMLO facilitará aquellas
alianzas donde que le permitan conservar la mayoría en la Cámara de Diputados y
pudiera ser el caso de Sinaloa.
Entonces, si la pregunta es cuál es el
perfil del gobernador que necesita Sinaloa para el periodo 2021-2027,
reflexiones como las de REM con su inocultable sesgo a favor de los intereses
de Cuén Ojeda no ayuda ni a su jefe político y menos a una discusión razonada
sobre el futuro del estado, es simple y llana militancia mediática.
En definitiva, lo que trasmina este
juego tenebroso no es que REM llame a reflexionar sobre un futuro nada
esperanzador que nos va a dejar la pandemia, si es que algún día se va, si no
escribe, como si en este momento no estuviera pasando nada y la receta que
necesita el estado sea la misma y con los mismos personajes. ¡Por
dios!
Al tiempo.
Publicado en el diario Noroeste 14/06/20
PROTESTA A TODO LUJO
¡AMLO ya vete!, ¡AMLO dimite!, fue la
constante de las consignas que estaban registradas en los autos de alta gama
que se movilizaron el domingo pasado en las ciudades más pobladas del país y en
particular en Culiacán, Mazatlán y Los Mochis.
Fue una acción concertada en el marco
de las libertades que tenemos y ejerciendo el derecho de convocar a quien
simpatizara con ese llamado. No hubo hasta donde se sabe ninguna contención
policial y las caravanas transcurrieron sin mayor contratiempo y eso permite
hacer un balance positivo para los organizadores y, también, para el respeto
del gobierno.
El clima de las libertades que vivimos
lo permite y no podemos dejar de reconocerlo aun cuando la demanda central de
las rayadas iba en contra de un derecho representado legítimo, cómo es el poder
votado, el constitucional. Recordemos que AMLO obtuvo el 53% de la votación
emitida lo que significó más de 30 millones de votos lejos, muy lejos, del
resto de los candidatos presidenciales.
Y, hoy tiene más apoyo, pues según
estudios demoscópicos, rondaría en promedio por del 60%. Y, solo una franja de
los votantes estaría inconforme con el desempeño del nuevo gobierno.
Entonces, si las oposiciones tienen un
espacio de la representación en el Congreso de la Unión, en los gobiernos de
los estados y municipales, es ahí donde principalmente debería manifestarse
como lo está haciendo el sindicato de los gobernadores opositores que se han
pronunciado razonablemente en contra del gobierno central y exigen un nuevo
pacto fiscal donde se disminuya el peso del centro sobre los estados.
Una discusión qué resulta apremiante en
un contexto creciente de demandas por la crisis sanitaria, sin embargo, esto
reclama reformas constitucionales para una reasignación de los recursos
federales.
Y ello, exige consensuar o tener mayoría
en el Congreso de la Unión y en dos terceras de los legislativos locales, con
lo que no cuenta la oposición.
Quizá, eso explica, que el sector más
duro de esta oposición se pronuncie por salir a la calle en sus autos de alta
gama en contra del presidente. Pensando, ilusoriamente, que con tal ostentación
de riqueza podrán convencer a las decenas de millones de parias de que este
gobierno no les sirve. Qué no le sirve a nadie más que al grupo en el poder. No
creo que hayan podido dejar instalada esta idea por la ostentación de lujo y
que fue objeto de burlas en las redes. No obstante, hay que reconocerle
capacidad de movilización y la puesta en marcha de un plan destinado a minar
las bases de sustentación de un poder legítimo.
Y no parece que vayan a parar las
movilizaciones de aquí a las elecciones intermedias de 2021, por el contrario,
es previsible, un aumento en todos los frentes para persistir en la idea de que
el gobierno de AMLO “no le sirve a nadie y tiene que irse”. Y es que, en 2021,
estará en juego la Cámara de Diputados y las elecciones generales en la mayoría
de los estados.
Será su prueba de fuego y una nueva
derrota para el PRI y el PAN, y sus aliados, significaría prácticamente
inhabilitarlos para que puedan ganar la consulta de revocación de mandato
prevista en 2022 y de ahí a las elecciones presidenciales y legislativas de
2024.
Así, que los organizadores de la
caravana en autos de alta gama tienen una tarea cuesta arriba y han empezado
mal primero por la singular movilización en un país en que la gran mayoría no
tiene un auto y menos uno de alta gama; y, segundo, el eslogan es técnicamente
golpista, en una democracia no se puede exigir la renuncia de un poder electo
si no es bajo los procedimientos establecidos en la Constitución.
El drama de la crisis sanitaria
ofrece elementos para sustentar ese pedido, sin embargo, habrá que señalar que
seguimos por debajo de la media internacional. Nada comparado con Brasil o los
Estados Unidos de Norteamérica. ¿Qué puede empeorar?, sin duda alguna, está
semana en un solo día se registraron más de mil fallecimientos, aunque, se
aclaró oficialmente, que eran acumulados de varios días.
Y es que no se necesita ser agorero
para intuir que habrá quienes quieran sacar beneficios de los problemas
añadidos al colapso sanitario. Y es que, no pinta bien la cosa,
cuando habrá una caída al menos de –8% del PIB que va a llevar a la perdida de
millones de empleos formales e informales con la probable quiebra de decenas de
miles de PYMES.
Sin embargo, los opositores están en
desventaja, sea por la percepción que se tiene de ellos o peor porque está
viendo al PRI y el PAN en plan desestabilizador, y, sobre todo, porque no
tienen una propuesta consistente que permita prever que con ellos se evitaría
que empeoren las cosas o también que no se ve una actitud de colaboración en medio
de la crisis sanitaria.
Y eso, hoy, muchos mexicanos lo están
viendo y seguramente serán votos en contra. Así, tenemos un escenario poco
favorable para esta oposición salvo que enmienden la ruta hacia una mayor
colaboración en la solución, no con el gobierno, sino con México.
Sorprendentemente, este auxilio, lo
estamos viendo por las razones que sean entre las grandes corporaciones que, en
lugar de replegarse en posturas más defensivas, litigantes, han decidido poner
el hombro pagando deudas multimillonarias al fisco que darán un fuerte respiro
en medio de la contracción del PIB a niveles negativos
¿Qué habría pasado si estuviera un
gobierno del PAN o el PRI? No lo sé, pero lo sospecho, probablemente hubiera
sido la continuación de las negociaciones secretas que evitaban que esas cifras
multimillonarias llegaran a las finanzas públicas y una parte de ellas se fuera
a las cuentas privadas de políticos y funcionarios públicos.
O sea, está oposición, tendrá que
renovar estilos de hacer política de penetración social y renovar el discurso,
reconociendo los logros del gobierno, alejarse de la crispación, para avanzar
en el terreno de que le vaya bien a México independientemente quien esté en los
tres niveles de gobierno.
Al tiempo.
Publicado en el diario Noroeste 07/06/20
CHUY
TOÑO, UN POLICÍA DE NUESTRO SISTEMA
Reflexionar
sobre figuras públicas tan controversiales cómo la del recién desaparecido
Jesús Antonio Iñiguez, mejor conocido en los medios de comunicación como Chuy
Toño, nos remite inevitablemente a buscar respuestas en la naturaleza del
sistema político al que prestó servicios y el que a cambio le reditúo poder y
protección.
Aquel
sistema dual donde, por un lado, están los políticos con sus discursos públicos
que proclaman un orden constitucional y reglamentario cada día más sólido,
impermeable, pero en privado admiten que no es tal y el poder llega a estar más
allá de las instituciones y la representación política.
Vamos,
que hay poderes fácticos, híbridos, que llegan a estar por encima de lo que
establecen nuestros ordenamientos jurídicos y qué no se pueden desatender a la
buena de dios, pues están y seguirán estando, en la vida pública, ejerciendo
presión por distintos medios para proteger sus intereses.
Esa
extensión del poder institucional pesa y mucho, al grado que el poder
institucional llega a parcializarse, tolerarse, pactarse o colaborar con él
para garantizar mínimos de gobernabilidad y poner a salvo los intereses de los
políticos o el tejido abigarrado de intereses que terminan dando un sello
singular a nuestro sistema político.
Así,
la desaparición de este personaje estratégico en la política de seguridad
pública durante los gobiernos de Juan Millán y Mario López Valdés, va más allá
de los cargos oficialmente detentó en la esfera pública, de un currículum
excepcional con reconocimientos de dentro y fuera del país o de un liderazgo
construido a golpe duro de mando.
Aquel
desempeño que le permitió recibir una pensión generosa por la anterior
legislatura y la que hace unos meses lo opacó con las revelaciones en el juicio
a Joaquín El Chapo Guzmán que se celebró en la Corte de Brooklyn, mismo que
seguramente será soporte en el juicio contra Genaro García Luna y que nos lleva
a aceptar que el paso de Chuy Toño por la operación de
justicia no podía estar fuera de ese engranaje del poder dual.
Para
decirlo suavemente podría ser uno de los puentes indispensable para garantizar
la persistencia de esos intereses y esos mínimos de gobernabilidad local que
necesitamos todos. El de los equilibrios que frecuentemente se tensan con el
traca-traca del día o la noche. Y es que vivir en un estado con un poder
compartido, en una cohabitación de poderes institucionales y criminales, exige
actores y canales permanentes de comunicación para evitar que las cosas se
salgan de control, cómo sucedió en Culiacán el pasado 17 de octubre de 2019.
Y
es donde personajes como Chuy Toño cumplen de acuerdo con la
narrativa de Brooklyn, un papel clave de intermediación silenciosa pero
sostenida en acuerdos paralelos. Imaginemos por un momento, si todo lo dejamos
en manos de la ley de unos operadores intimidados o corrompidos, seguramente
nuestra circunstancia cotidiana sería otra, más errática, más violenta.
No
se trata de hablar bien o mal de quien no cabía en la figura de “blanca
paloma”, que describió el panista Alejandro Higuera siendo alcalde de Mazatlán
y quién avaló su designación como flamante responsable operativo de la
seguridad pública del estado. Se trata en todo caso de situar esta actuación en
un estado, o mejor en un país, dónde el crimen organizado llega por momentos
a rebasar o cooptar a los representantes políticos mientras se expande
territorialmente -Ahí, está, cómo reacción, la reversa que esta semana ha dado
AMLO en materia de seguridad pública cuando muy a pesar o por eso de la pandemia
que asola al país y qué llama al recogimiento hogareño, el número de homicidios
dolosos sigue en alza y se ve obligado a poner en el centro de su estrategia al
Ejército y a la Marina.
Entonces,
Chuy Toño que
fue reconocido como un “súper policía” en Sinaloa y si asumimos cómo válido lo
que se ha vertido sobre él, cumplía funciones específicas y esto siempre deriva
en poder y protección, basta ver la que acumuló García Luna y que lo ha llevado
a la mazmorra donde se encuentra en NY y desde dónde pide clemencia para no ser
contagiado por el Covid-19 cuando paradójicamente pudiera caer sobre él cadena
perpetua.
Claro,
lo deseable, es que el imperio de la ley sea la guía de nuestras conductas en
todos los niveles, pero se imponen las rutinas de una cultura de la ilegalidad,
de transgresión de la ley. La realidad de todos los días tiene otra narrativa y
es la que como sociedad no nos gusta ver o la reducimos al murmullo, a esas
pequeñas historias que todos conocemos y contamos fascinados frente a una cerveza
y un plato de camarones.
Joseph
Fouché, el ministro de policía durante el gobierno del emperador Napoleón
Bonaparte, alguna vez escribió “los gobiernos pasan y las policías quedan”, lo
que es una verdad digna de ser enmarcada y puesta en una pared de cada estación
de policía para recordar que incluso en estados de excepción siguen cumpliendo
funciones según sea el régimen político.
Habrá,
entonces, quien se pregunte con agudeza y perspicacia si Chuy Toño fue
tan útil a ese sistema que persiste: ¿porque se le jubila y se le saca de
circulación? La respuesta se encuentra en lo general por la rotación de las
elites políticas y los compromisos de estas, pero en lo particular por el
desgaste mediático que tienen este tipo de figuras y en el caso de nuestro
personaje por las amenazas que me dicen alguna vez llamó “hacer cola” si
querían acabar con su vida, pero si bien no lo alcanzó si a dos de sus
comandantes que fueron asesinados en Los Mochis y Culiacán.
Ahora,
estarán otros, haciendo ese trabajo quizá con menos exposición pública pero la
historia de este sistema de relaciones sigue construyéndose todos los días e
irradiándose con su estela cotidiana de violencia. Sean asesinados o
desaparecidos. Eso no parece distinguir y tampoco importar mucho salvo para la
estadística gubernamental cuando es “normal”, cómo lo reconocería
imprudentemente el gobernador Jesús Aguilar Padilla.
En
definitiva, la desaparición repentina de Chuy Toño, deja
varias enseñanzas entre ellas que el poder llega ser tan efímero cómo circunstancial
es la vida y la muerte; qué el sistema tiene una gran capacidad de renovación
de sus élites y si hoy son unos, mañana serán otros, pues lo que importa es la
persistencia de los intereses que subyacen y eso hace suponer que este
personaje fue solo una pieza coyuntural que prestó servicios y de que no era
una “blanca paloma”, ni duda cabe en esos cargos públicos.
¡Descanse
en Paz!
Publicado
en el diario Noroeste 17/05/20
ESTE
10 DE MAYO: ¡NO CHINGUES A TU MADRE!
Se
sospechaba que pudiera suceder, como finalmente ocurrió en perjuicio de su
salud. Connie Zazueta, Oscar Pérez y Juan Alfonso Mejía, funcionarios de primer
nivel en el gobierno estatal, dieron positivo a la prueba del Covid-19, así
como otros nueve de distintas dependencias.
Quizá
su responsabilidad pública de mucho desplazamiento y contacto social terminó
cobrando una factura que cada día paga un mayor número de sinaloenses. Y cómo
una primera plana de Noroeste apostilla “…y se espera lo peor”.
Un
rasgo de la personalidad hiperactiva de Quirino Ordaz es el de mucho contacto
social para estar cerca de los problemas del estado y eso ha arrastrado a otros
funcionarios que han hecho lo propio. Lo correcto: Servir. Y ahí estarían las
consecuencias.
Al
mismo gobernador todos los días lo vemos al pie del cañón acompañando al Dr.
Efrén Encinas e informando de la evolución local de la pandemia, coordinando
acciones, tomando medidas, algunas de ellas nada populares o llamando a todos a
permanecer en sus hogares muy a pesar de que el virus tocó la puerta de casa
contagiando a su hija.
Esta
acción institucional no siempre tiene la interlocución esperada porque simple y
sencillamente la gente toma sus propios riesgos y al menos, un alcalde entró ya
en desacato para este 10 de mayo. Lo vimos el 30 de abril cuando adultos de Culiacán
decidieron abandonar el confinamiento e ir a establecimientos en busca de
pasteles, pizzas o bebidas para festejar a los niños y a ellos mismos.
Ahora,
está por verse el comportamiento que tendrán el 10 de mayo, el Día de las
Madres cuando podrían volver a saltarse la alerta volviendo a esos
establecimientos si están abiertos o yendo solamente a la casa de la
progenitora elevando el riesgo de la propagación del virus para empezar de las
madres de edad avanzada y con problemas de salud y de ahí la campaña agresiva
de los profesionales de la publicidad.
La
sociedad sinaloense sigue siendo muy matriarcal y festiva, y una conmemoración
como la de las madres, convoca porque dirán algunos “madre solo hay una”,
entonces hay que echar la casa por la ventana así sea una vez en el año.
Vamos,
podrá decirse que lo ocurrido a los funcionarios públicos -más lo que podrían
estar en la antesala de la incubación del virus- son parte de los riesgos de su
trabajo cómo la tiene cualquier policía en tiempos “normales” de violencia, lo
que, sin duda, es una postura egoísta, insensible con el otro, falto de
sinergia social.
Y
es que la pandemia ha puesto a prueba los valores de las sociedades que en
mayor o menor grado han sufrido sus embates, por ello sabemos de sus fortalezas
y debilidades, sus reservas y proactividad en los asuntos públicos y la salud
debería convocar a todos, pero en Sinaloa y quizá también en muchos otros
estados, la gente toma sus riesgos y se va a la fiesta, el convivio, la reunión
familiar o amigos. Vamos, haciendo caso omiso de los llamados institucionales y
menospreciando una estadística de contagios que no ha parado desde que se
detectó el primer caso de coronavirus-19.
Esta
semana Noroeste lanzó la pregunta: ¿Por qué la población de Culiacán no tiene
la cultura de respetar la Ley y las normas sociales?, una pregunta razonable
cuando vemos nuestra proclividad al desacato de los llamados preventivos sea
del ciudadano de a pie o de actores económicos que quieren “aprovechar el Día
de las Madres” para “recuperarse un poco” de los daños que les ha ocasionado la
pandemia y hasta un alcalde del sur que ve todo en clave de oportunidad
política anima irresponsablemente al desacato.
Es
decir, el Gobierno del Estado, responsable institucional en la conducción de la
estrategia antiviral lo tiene claro cuándo no autoriza actividades comerciales
que repitan las aglomeraciones del 30 de abril mientras los restauranteros
presionan para abrir sus negocios durante la festividad matriarcal.
De
cómo se resuelva este diferendo entre gobierno y empresarios gastronómicos,
además, de cómo se comporten los ciudadanos, se sabrá donde se encuentra el
nivel de la gobernanza y la responsabilidad del ciudadano sinaloense, no soy
optimista sobre lo que va a suceder el próximo domingo, está vigente la
pregunta planteada por Noroeste.
Para
Carlos Calderón Viedas, el académico sinaloense que más ha estudiado nuestro
acceso a la modernidad y las conductas sociales:
“…El
efecto global de la pandemia ha sido tan avasallador que en los medios
científicos, académicos e intelectuales ya se habla de un antes y un después
del coronavirus en la historia del mundo. Seguramente que algunos cambios
vendrán, aunque en lo personal no creo que sean tan vertiginosos como el de la
pandemia y tampoco que ésta sea el origen de las fuerzas de fondo que vienen de
tiempo atrás provocando precisamente nuevos cambios. Que los tiempos del caos
que vivimos no lleven nuestra mente al caos.
Desde
hace siglos seguimos un curso progresivo de la historia, no por iguales caminos
ni con los mismos tiempos en todos los casos. Hegel avizoraba que el espíritu
racional llevaba la dirección con que el astro rey ilumina la tierra, de Este a
Oeste. Medio milenio después esa visión moderna sigue vigente. Las fuerzas internas
del hombre indican el camino.
Recorrido
que ha tenido múltiples vicisitudes. Los caminos europeos son distintos a los
de América, no se diga a los Oriente actualmente. Pasiones y culturas cuentan,
a veces a favor otras en contra. A nuestro solar sinaloense la modernidad llegó
a fuerzas, impuesta al indígena por el conquistador y luego el colonizador. A
esa fuerza coadyuvó la religión. Una simiente cultural extraña en un suelo
extraño.
Así
nace culturalmente el sinaloense, con algo de cada parte. Un ser de contrastes,
alguna parte será es dominante pero no anula a la otra, tendrá la ley y el
orden como principio o los considerará según las circunstancias, gustará del
arte y de la literatura o será indiferente, le apasionará el saber o sólo el
que puede serle útil, se inclinará al cosmopolitismo o lo tradicional le
provoca sus mayores arrebatos, en esa doble tesitura vive, entre dos polos que
no pierden su magnetismo.
Este
es sinaloense que encuentra el Coronavirus, uno dispuesto a acatar normas y
prescripciones de las autoridades civiles y otro rejego y escéptico acerca de
la morbilidad del virus. Parece evidente que el segundo fenotipo no es
mayoritario, pero dada la alta capacidad de contagio del Covid-19 no deja de
ser un reto para la sanidad pública”.
Por
eso y más: Este 10 de Mayo, no…”
Publicado
en el diario Noroeste 07/05/20
SIN
ROSTROS, NI TUMBA, SOLO RECUERDOS
Uno
de los mayores dramas de este tiempo pandémico son los fallecidos de hoy y
mañana que no han podido, ni podrán, dar el último adiós a los suyos por el
temor de que puedan contagiarse. Esos cuerpos inertes son o serán levantados y
llevados a una fosa común o en el mejor de los casos a un horno crematorio
donde las altas temperaturas harán el trabajo de desaparición de ese hombre o
mujer que tuvo un o varios domicilios y llevó en la vida un nombre, unos
estudios, una profesión, un oficio y quizá como buen ciudadano trabajaba,
votaba y pagaba sus impuestos.
Es
decir, era una persona como cualquier otra que transita por la calle y da los
buenos días. Bueno, pues ese ciudadano no tendría como se acostumbra la
ceremonia del adiós, la estancia en una funeraria donde deudos y amigos le dan
el último adiós. El confortable “sólo te nos adelantaste” para dar vuelta a la
hoja de las restas que todos tenemos. Habrán quedado unas cenizas sin derecho a
ser guardadas en la cripta familiar o esparcidas en los verdes campos del valle
que lo vio nacer y/o crecer, las alturas del cerro o montaña preferida o las
aguas azules del Pacífico o el Golfo, dónde hubiera querido quedar entre el
musgo y las piedras donde pululan las sierras, el dorado y los pargos.
No,
su cuerpo desaparecerá fugazmente, sin cumplirse si la tuvo, una última
voluntad, y sólo quedará su imagen sonriente entre sus seres queridos, los
amigos, los vecinos del barrio y la foto en su bar o cantina de sus fugas
nocturnas. Igual en su casa quedarán sus discos de boleros o de rock que lo
acompañaban en sus momentos de soledad o de gozo con sus seres queridos. La
camisa y la corbata preferida o la falda y blusa con escote. También, sus fotografías
del día de su boda y del primer hijo o hija. Su cartera con sus tarjetas de
crédito y algún boleto del Metro o la credencial de elector que ya no podrá
volver a usar para votar por su partido y sus candidatos.
Todo
eso serán simples amuletos para los hijos o, peor que estos, en un cierre de
caja, simple y llanamente sean depositados en una bolsa negra y puestos para
que se los lleve un contenedor de basura. Quedarse sólo con la imagen de los
tiempos de gozo de las bienvenidas. Los de las fiestas familiares y los
convivios con amigos. La Navidad y el Año Nuevo, Semana Santa o las vacaciones
de verano.
Y
es que, en una decisión racional, pero injusta, alguien decidió que los muertos
del coronavirus 19 debían ser borrados sin dejar un mausoleo, una tumba o
cripta mortuoria, no vaya a ser que en esa camisa, credencial o cartera este
inoculado el virus que luego se esparciría por esas calles de dios. Hay algo de
esperpéntico en todo esto, en el hacer a una persona de carne y hueso, un número
de los que todos los días nos da el Dr. López Gatell en una prosa limpia
mientras porta un traje color pastel impecable, ningún pelo fuera de lugar y
unas tablas de Power Point más frías que unas cervezas sepultadas en aguas de
deshielo. “La vida no vale nada”, cantaría el clásico, en un acto viril
suavizado con un trago de tequila.
Pero,
hay algo más, el ciclo psicológico de rechazo y aceptación, por la muerte por
Covid 19 de ese ser querido, ese mal que ha llegado en el momento más
inesperado y se lo ha llevado con la velocidad del rayo. Todo transcurre tan
fugazmente que los deudos no viven la ceremonia del adiós. Queda sólo esa
imagen estoica del hospital donde saldrá quien se irá sin nombre y con destino
desconocido.
Atrás
quedará el ajetreo burocrático de hombres y mujeres de blanco presas del estrés
y el miedo que atienden a gente desesperada que presiona queriendo saber sobre
el estado de salud del padre, la madre, el hijo, la hija.
Y
es que, hoy menos que nunca, se soporta el burocratismo y la indiferencia que
ven en sus interlocutores. Grita y gesticula, ante respuestas frías, sin una
gota de humanismo. Y una mecanicidad que duele por la barrera psicológica que se
instala entre el uno y el otro. Pero, siendo justo, es imposible pedirlo a
alguien que podría estar preguntándose en su silencio medroso: Pero ¿qué
diablos estoy haciendo aquí cuando debería estar en casa protegiendo a los
míos? Qué no tiene cabeza, ni ánimo, para atender a quién le reclama respuestas
que no tiene y sufre tanto cómo su interlocutor multiplicado en la jornada
laboral.
No
obstante, sigue ahí y tendrá que seguir para dar a conocer la lista de quienes
van muriendo y quienes son dados de alta. Explicar breve porque no se les
entrega a los familiares. De los riesgos para ellos. Y, al final, algunos lo
aceptarán entre el llanto y otros se marcharán despotricando contra la
institución. Y el cuerpo saldrá quizá en una bolsa negra en medio de la noche
para ser cremado en el silencio pesado de una madrugada. Cuando todavía duermen
los negros pájaros del adiós, cómo lo podría haber dicho y representado
genialmente Oscar Liera.
Quedará
el recuerdo de su paso por este mundo, por estas calles y ese lecho amatorio
que muchas noches albergó su cuerpo con el de su amada o el amado. Se va simple
y llanamente como llegó sin nombre y hoy más que nunca sin un destino cierto.
En
definitiva, en estos tiempos que hermana a todos los humanos quizá como nunca
la muerte, de azote despiadado de una pandemia, lo que está claro es
que nuestras rutinas esenciales están cambiando y no estamos preparados para
aceptarlas, las rechazamos por inhumanas pues van contra la forma de ver y
hacer la vida, que se nos enseñó a golpe de costumbre, y esa pérdida que hoy
nos tiene sin otro asidero que no sea la aceptación de lo que en nuestro
silencio rechazamos.
Publicado
en el diario Noroeste 03/05/20
ROCHA
EN LA RUTA DEL VIRUS
Rubén
Rocha Moya, se ha convertido en el Senado de la República y en las páginas de
Excelsior en uno de los principales defensores de las iniciativas del
presidente López Obrador.
Y
lo hace bien, se apropia con pasión de los temas polémicos y los defiende sin
cortesías parlamentarias.
Busca
exhibir, desnudar a la oposición, cómo vana y sin propuesta, sea la del PRI,
pero sospechosa para algunos la que hace del PAN, a la que acusa, defender lo
que le indican sus patrones.
Da
muestra sobrada de que lo hace sin prurito alguno y qué su paso por la política
no ha sido en vano, le ha dejado ese resorte de polemista que contrasta con sus
maneras suaves de la que hace gala en el trato personal.
Ese
arrojo tiene en el arrobo permanente a sus más fieles de la vieja izquierda
uaseña -especialmente aquellos entusiastas que cobran un cheque del Senado por
“servicios de asesoría legislativa”- unos y otros, hacen circular en redes todo
lo que en su imaginario haga crecer la imagen de su ya candidato.
En
este caso fue el fragmento más encendido de su intervención. Rocha Moya con
guantes antisépticos, rostro semicubierto con tapaboca y el índice en alto, se
va con todo contra sus adversarios de lo que llama “coalición de derecha” para
después de la filípica terminar sentenciando
heroicamente: ¡¡“Defenderemos la salud de todos los mexicanos”!!
Sin
duda, con todo y reservas.
Y
es que mire estimado lector, sorprendió la convocatoria para asistir al Senado
en medio de los llamados para permanecer en casa y más para votar ipso
facto la llamada Ley de Amnistía, que alcanzará a las “personas
vulnerables” en prisión por delitos federales – ¡ojo!, los del orden
común deberán esperar a qué se homologuen los ordenamientos estatales- y, digo,
sorprende porque cualquiera pensaría que la urgencia hoy está en tomar medidas
legislativas que atiendan los problemas urgentes en materia
económica y de salud pública que tiene preocupada a la mayoría nacional. Pero,
eso, no fue tema, cómo bien acusa el también senador Mario Zamora.
Sin
duda, al no atenderse la vertiente económica cómo lo están haciendo otros
países, esos problemas van a hacerse más complejos y, más cuando se dio esta semana,
la caída del precio internacional del petróleo salvo que la cobertura
contratada en 49 dólares por barril blinde este año y, no como algunos afirman,
que tendrá que devolver dinero a los compradores del hidrocarburo.
Sé
dijo que la Ley era una prioridad del presidente desde antes de que estallara
la crisis de la pandemia y bueno, se las debe especialmente a los presos que
están injustamente en prisión, sean por razones de pobreza, políticas,
ecológicas o simplemente por vejez y habiendo cumplido ya el 70% de su condena
no representan un riesgo para la sociedad -Ya veremos los alcances de está
amnistía y qué hacen los beneficiados en el momento en que estén en la calle y
la mayoría sin otro recurso que su libertad en la paradoja de unas calles
vacías y llamados a “permanecer en casa”.
Pero,
volviendo al senador Rocha Moya, en política todos los actos públicos,
mediáticos, fortalecen o disminuyen carreras políticas. El senador Rocha Moya
tiene en mente la próxima gubernatura de Sinaloa, lo ha dicho a los cuatro
vientos y actúa en consecuencia, esperando cosechar cuando llegue el momento de
la decisión que sin duda pasará por el escritorio de López Obrador.
O
sea, esa intervención en el Senado le da puntos -cómo antes se los dio la
promoción y ejecución de la Ley de Educación- a su aspiración construida con un
sistema de alianzas poco ortodoxas en donde se encuentran personajes de chile,
dulce y manteca y en algunos casos personajes notoriamente contrarios al
espíritu y las políticas de la llamada 4T.
Eso
ha provocado el mayor desconcierto de que se tenga memoria en Sinaloa, o
corrijo, está a la par de la coalición que en 2010 tuvo como candidato a Mario
López Valdez y sorprendentemente esta candidatura construye con quienes
resultaron perdedores en aquella contienda histórica y qué sienten se las debe
la ciudadanía.
Se
qué en política pragmática se construye con lo que hay y siempre busca ser suma
para lograr una candidatura y el triunfo electoral.
Es
muy probable, que aun con todo el desgaste de gobernar en medio de la pandemia,
Morena y sus aliados partidarios lleguen competitivos gracias a una oposición
pobre, dividida y sin figuras capaces de lanzar proyectos alternativos salvo
que toda ella se una electoralmente para presentarse más fuerte cómo es el
llamado del CEN del PAN.
Quizá,
eso explica que Rocha Moya, no sea muy selectivo con sus potenciales aliados y
sorprenda a otros porque ven que va contra sus propias palabras. Tiene a sus
incondicionales que irán con él en cualquier escenario y estarán activos en
redes sociales convenciendo al que se deja, pero hay un sector que tiene serias
dudas y les reprochan porque se sienten traicionados por el doble discurso que
el senador ha sostenido ante la Universidad partido en que se ha transformado
la UAS.
Y
eso es evidente en los comentarios que ha provocado está intervención en el
Senado, no lo reprochan los prianistas, sino universitarios sin otro partido
que su institución, y que le compraron el discurso de rescate de la centenaria
casa de estudios para darse cuenta luego que fue simple y llana retórica
electoral.
En
definitiva, la enjundiosa intervención en esta semana de Rocha Moya en el
Senado de la República, fue pertinente menos en términos ideológicos y más por
el mensaje de “te digo Juan para que lo escuche Pedro”, y en ese sentido, fue
una buena jugada que le permite dar un paso más en su búsqueda por la
candidatura al gobierno de Sinaloa y encabezar un gobierno que tendrá de
entrada la difícil tarea de lidiar con las secuelas desastrosas que dejará la
pandemia del Covid 19.
¡Ah!,
y del penoso yerro de la senadora Imelda Castro en la misma sesión del Senado,
ni cómo aplaudir.
Al
tiempo.
Publicado
en el diario Noroeste 26/0420
DEJAR
DE CONTAR MUERTOS AMPLIANDO LA CONVERSACIÓN
Debo
aceptar que al empezar a escribir este texto lo hago influido por el quehacer
informativo de la televisión española (RTVE) sobre la pandemia que se reproduce
en México a través de cable y que nos da una visión precisa de lo que está ocurriendo
en el país ibérico que los ha golpeado como a pocos países.
Además
de la narrativa fría que lleva un recuento puntual de los que oficialmente son
reconocidos como fallecidos, infectados o recuperados da una visión del
comportamiento del virus en las distintas comunidades autónomas (estados) y de
las políticas de seguridad pública, como sanitaria, pero también, del
comportamiento humano y opiniones que tiene la población urbana y rural,
profesionales y no profesionales, empleados o desempleados, hombres y mujeres,
viejos y niños, en una espiral omnicomprensiva.
Y
después de presentar esa perspectiva de la cotidianidad de la pandemia son
entrevistados políticos en funciones de gobierno, policías, especialistas en
salud pública, periodistas, economistas, filósofos, demógrafos, médicos,
familiares de los enfermos o deudos (no necesariamente en ese orden) y luego el
noticiario cierra con las indispensables mesas de análisis de la información.
Entonces,
con ese cúmulo de información diversa, la audiencia se nutre de opiniones y
datos que le permiten tener al final del día un buen blindaje contra la
desinformación, el inevitable oportunismo político y las noticias falsas que no
parecen tenerlas la sociedad española.
Bien,
lo decía el politólogo Robert Dahl, que una democracia se mide por la cantidad
y calidad de la información que el ciudadano tiene en sus manos para la toma de
sus decisiones e insistía que promoverla es tarea del Estado democrático. Es
decir, garantizar que se escuchen todas las voces para generar una gran
conversación pública.
Pero
¿qué pasa cuando ese Estado es débil y es incapaz de garantizar civilizada esa
gran controversia? Bueno, sucede lo que hemos estado viendo en estas semanas de
confinamiento, una estrategia de comunicación centralizada y vertical, muy
basada en la estadística de la pandemia, las televisoras, la radio o los
portales de información todos los días nos sacuden con nuevos muertos e
infectados, nos describen como se desplaza la mancha negra que inevitablemente
habrá de llevarnos a todos a la fase 3 pero poco nos dice de la vida cotidiana,
de cómo están viviendo el confinamiento los adultos mayores, los niños, las
embarazadas, los dueños de los negocios que se cierran, las historias
familiares con los nuevos deudos.
Entonces,
ese vacío lo llenan los mitos, las noticias falsas, la rumorología,
la insidia, el rencor social o el oportunismo político. Que la gente compra y
repite con facilidad generando así una burbuja desinformativa. Que impide que
la mayor parte de la gente tenga la información correcta y tome sus mejores
decisiones.
No
es casual que los llamados a permanecer en casa una franja de la población lo
vea como una “mentira más” de los políticos, cómo un asunto de “gente huevona”
que no tiene nada que hacer y no deja hacerlo a quien si quiere trabajar y cómo
un asunto que el gobierno debe resolver a la de ya.
Pero,
resulta que no es una mentira, tampoco una huevonada o que
este en manos del gobierno resolverlo todo. Aun así, los grandes, medianos y
pequeños empresarios piden que les echen una mano para sobrevivir a la crisis
de producción y consumo y los enfermos de coronavirus 19 reclamen atención
inmediata a un sistema de salud que está dando muestras de no estar preparado
para atender ni meridianamente este tipo de emergencias.
Ahí
está como ejemplo, el caso más sonado de esta semana, el de la clínica 30 del
IMSS de Tijuana, que salió a la luz luego que el comediante Eugenio Derbez
trasmitió por pedido una comunicación en redes dando cuenta de la situación
alarmante que se estaba viviendo en la mencionada clínica e inmediatamente lo
lincharon y llamó la atención de la delegada del IMSS en el estado. Ella
oficiosamente negó en toda la línea lo que supuestamente había trasmitido uno
de los médicos, por lo tanto, la intervención del comediante la calificó
de noticias falsas.
Sin
embargo, no habían pasado más que unas horas cuándo el gobernador Jaime Bonilla
salió al paso de sus dichos en una conferencia de prensa e hizo lo propio
contra la delegada del IMSS, al grado extremo de señalar que a la delegada no
se le había visto por las unidades médicas donde “los médicos están cayendo
como moscas”.
Esta
contradicción entre los dos niveles de gobierno de origen morenista, dan cuenta
de como hasta entre los de la misma casa de gobierno no hay acuerdo y más
todavía lo inservible del método negatorio para solucionar problemas.
Y,
bueno, no veo otra manera de atender las insuficiencias más que reconociéndolas
y poner en marcha una buena estrategia para encontrar los recursos que se
necesitan para dotar de mayores recursos materiales a las instituciones
públicas de salud.
Y
un buen punto de partida es ir por los deudores del fisco que solo 15 de los
grandes deben una cantidad superior a los 50 mil millones de pesos. Y en esa
tarea debería colaborar el CCE, o al menos no estorbar, si cómo dice le importa
mucho el futuro del país.
Eso
ayudaría a cambiar los humores de la conversación pública y abriría nuevos
canales para que el tema de la pandemia salga de la cuadricula de muertos e
infectados y robustezcan lo existente que existe con otras voces que están
haciendo su contribución desde los hospitales hasta el sistema de seguridad
pública o la producción de alimentos, la ciencia, los psicólogos, el aula
redefinida, las artes y oficios en sus diversas manifestaciones.
En
definitiva, las crisis son oportunidades, que provocan como sucede en España
donde han transformado los monólogos frecuentes del poder en nuevos espacios de
reflexión colectiva. Debemos salir de este pantano que muchos quieren resolver
de forma pueril reduciéndolo a una reyerta histórica entre buenos y malos. Y
eso empieza por vernos en los otros, en otro espejo basta sentarnos una mañana
frente a la TV y ver el canal 232 de cable para aprender de los sufridos
españoles.
Publicado
en el diario Noroeste 19/04/20
LA
RESCISIÓN SIN PIES, ¡NI CABEZA!
El
alcalde de Mazatlán desde el principio de su trienio no estuvo de acuerdo con
la concesión del estadio de beisbol que el exalcalde Fernando Pucheta había
otorgado a la familia del exgobernador Antonio Toledo Corro.
Y,
así, desde entonces le buscó para poner a la concesión ponerle problemas que
hoy utiliza para la hacer la rescisión. Y la primera fue cuando Quel Galván, el
ex titular de la Jumapam, encontró que en el estadio de beisbol había una toma
de agua ilegal que inmediatamente fue cancelada con las correspondientes
multas.
Antonio
Toledo Ortiz, dueño de la empresa Espectáculos Costa del Pacífico y gestor del
estadio ante Peña Nieto, alegó ante un juez que no sabía de esas tomas y que si
existían estaban desde antes de que asumiera el control del inmueble deportivo.
Y eso se litigó y finalmente nos dicen la empresa ganó el caso y ahora el
ayuntamiento deberá devolver lo que pagó, costas, pérdidas y hasta el daño
moral ocasionado.
Sin
embargo, el alcalde logró se primer objetivo que era exhibirlo como “ladrón”
ante la opinión pública y esa exhibida me recuerda a Alejandro Higuera, el
exalcalde panista, cuándo en su segunda administración hizo lo mismo con el
empresario hotelero Julio Berdegué, a quien acusó de robar de agua y conectarse
a la red de drenaje público sin los pagos correspondientes. Vamos, es una vieja
táctica de los políticos que hoy parece reeditarse con otros fines y donde
encontraremos algún actor político que hoy está en la empresa privada.
En
el interín de aquel inició de la administración y la temporada de beisbol
pasada, vino una fuerte inversión de la federación, a través de del Gobierno
del Estado calculado en más de 350 millones de pesos más 80 millones que comprometió
la empresa de marras los cuáles ya habría invertido 60 y 20 estarían sujetas a
otras obras inconclusas.
Ese
siguiente paso fue incluir en el convenio además de los beneficios económicos
para las finanzas municipales, lo que hoy reclama el alcalde como
incumplimiento que viene siendo 2 mil boletos gratuitos por juego en temporada
regular, precios especiales para personas de la tercera edad y discapacitados,
becas para el uso de instalaciones y mantenimiento de los campos deportivos del
municipio.
Que
a la vista de cualquiera resulta muy loable para sectores vulnerables. Era un
ingrediente social al convenio que todos aplaudieron. Sin embargo, esas
exigencias tenían una intencionalidad política, clientelar sin duda, ya que
este tipo de servicios comunitarios el alcalde pretendía administrarlos a lo
que el concesionario se opuso alegando que visto en perspectiva de reelección
abonaría a una campaña en perjuicio de otras por lo que se entregaría de
acuerdo el convenio a instituciones de beneficencia pública. Y es de
donde hoy se agarra el alcalde para rescindir el convenio, pero también desde
donde se va a defender jurídicamente el concesionado.
Definitivamente
quedan a salvo sus derechos que se violentaron con la lógica del refrán
popular: ¡Palo dado, ni dios lo quita!, es decir, en el imaginario del alcalde
sería imposible cualquier acción contra algo ya consumado. Ya veremos que dice
la defensa y en última instancia el Tribunal del Contencioso Administrativo al
que se le hizo a un lado y se actuó motu proprio llevando a
notarios públicos, para que dieran fe de un acto administrativo ilegal pues no
pasó por el pleno del cabildo. Único autorizado legalmente para emprender este
tipo de iniciativas de reconvención y porque algunos regidores consideraron que
era una barbaridad jurídica.
Y
es que todo convenio entre una autoridad y un particular está elaborado, no
sólo de común acuerdo entre los interesados, sino conforme a derecho, sustentado
en la ley. No puede ser de otra forma. Y eso pronostica un litigio que cae en
el peor momento para las finanzas municipales.
No
sé quién sea el asesor jurídico del alcalde, qué cómo se sabe es químico, pero
alguien debió decirle que estamos en una emergencia sanitaria y que los
litigios del municipio deben darse por los canales institucionales y
garantizando sus derechos al concesionado para empezar con los juzgados en actividad
normal. Así que viene el amparo cuando se regularicen la actividad normal de
los juzgados que está prevista para después del 20 de abril.
Con
estos tropiezos jurídicos es inevitable preguntarse que es lo que mueve al
alcalde y a su secretario. Llama a pensar que hay intereses más allá
de la defensa de los bienes del municipio y que podría haber sustituto en
puerta. Nos confían por cierto que es asesorado por un ex alcalde del puerto.
Se ha hablado de que es la empresa Arhe que se ha venido expandiendo en el
puerto en el ramo inmobiliario y hotelería y ha manifestado interés en tener en
sus manos el inmueble deportivo.
Y
hay razones para pensar que así es por la sentencia a favor de la empresa NAFTA
que le ganó un juicio al municipio y hay una deuda pendiente de más 140
millones de pesos. Y si el alcalde está en esa órbita estaría cometiendo una
barbaridad jurídica y política. No puede concesionar lo ya concesionado. Y un
alcalde de Morena sirviendo a los intereses de un grupo empresarial huele a todas
luces a corrupción política.
Sé
que se puede argumentar que el concesionado incumplió con lo establecido en el
convenio y qué eso automáticamente deja fuera de la cancha al concesionado.
Pero estamos en un Estado de Derecho y una autoridad está obligada a
garantizarlo.
No
es mediante este tipo de golpes mediáticos como se garantiza los bienes y
recursos del municipio porque notoriamente se ve que actúa de mala fe. Y eso la
parte ofendida lo va a litigar en contra haciendo valer la concesión otorgada y
firmada. Lo feo del asunto es que si no procede lo vamos a tener que pagar los
contribuyentes.
Finalmente,
es imposible no hacer una reflexión más sobre este tipo de acciones en medio de
la emergencia sanitaria. No se puede dejar de ver mala fe y frivolidad. Mala fe
porque se realiza sin un acuerdo de Cabildo que le evite un litigio innecesario
a la Comuna y frívolo porque no es lo que se espera en un momento de emergencia
nacional y cuando aparecen los primeros fallecidos por coronavirus en el
puerto.
Pero,
hay algo más, supongamos que prospere la iniciativa de rescindir el convenio
¿el alcalde qué va a hacer cuando se le dejen venir además las demandas de aproximadamente
50 empresas que tienen espacios concesionados en un estadio que no tendría a su
equipo de los Venados?
De
ese tamaño, es la desmesura, en este desacierto emocional.
¡Al
tiempo!
Publicado
en el diario Noroeste 10/04/20
LA
TORMENTA PERFECTA
Quirino
Ordaz lo dijo claro en una entrevista con el staff del noticiero Línea Directa:
el pago de la quincena pasada al personal de la UAS se hizo porque el gobierno
federal “desbloqueo” los 50 millones de pesos retenidos “por las broncas que la
UAS tiene con la SEP”.
En
la UAS seguramente se dirá que se impuso la cordura y recibió el dinero que
“ilegalmente” le tenían retenido para el pago del personal académico y
administrativo, sin embargo, la “bronca” seguirá y está aparecerá nuevamente
cuando el gobierno del estado apremiado por las circunstancias excepcionales
podría volver a retener la deuda de los 50 millones de pesos si el gobierno federal
decide volver a retener por las mismas razones.
Existen
a mi juicio dos maneras de analizar la falta de esos 50 millones de pesos para
cubrir los salarios y prestaciones del personal activo y jubilado de la
UAS: Una, cómo lo razona el rector reduciéndolo a un asunto de caja
donde se retuvo esa cantidad que la universidad adeuda luego del préstamo por
200 millones de pesos para resolver el problema de liquidez en diciembre y
estaba calendarizada su devolución a tenor de 50 millones mensuales;
Y
la otra, que los funcionarios de la UAS no terminan de satisfacer las
exigencias de ajuste presupuestal del gobierno federal o peor, que hay la
certeza en la SEP de que no se están usando correctamente los recursos
públicos.
Ambas
vertientes confluyen creando una tormenta perfecta en medio de la emergencia
nacional pues la institución no tiene dinero para cubrir sus obligaciones
contractuales y las cuentas que tendría el gobierno federal no le favorecen.
Entonces,
si las cosas son así, lo del pago de la noche del pasado miércoles es un
paliativo momentáneo que no permite volver a la normalidad financiera.
Las
autoridades rosalinas han dicho hasta el cansancio que el problema de la UAS
está en que la SEP nunca ha reconocido la jubilación dinámica que de acuerdo
con el Contrato Colectivo es un derecho que tienen sus trabajadores. Sin
embargo, está no existe desde el rectorado de Héctor Melesio Cuén, cuándo se
eliminó de la normativa para el personal nuevo ingreso. Los que vienen
disfrutando de la prestación son los trabajadores que entraron antes de la
administración de Cuén Ojeda, sin embargo, la resistencia de la SEP de pagar
esa “otra” nómina explica una parte el problema de liquidez de la UAS.
Para
nadie es desconocido que la UAS en 2012 parió un partido político integrado
principalmente por estudiantes, académicos, trabajadores administrativos y
funcionarios. Así lo demuestran los nombres de sus dirigentes donde están dos
exrectores y la larga lista de candidaturas a cargo de elección popular de 2013
a 2020 que han pervertido la esencia universitaria. Esta anomalía coincide con
el comportamiento errático de la plantilla laboral registrada en el Portal de
Transparencia.
Cuando
llega Cuén Ojeda a la rectoría en 2005, ese año la UAS cierra con 2, 085
jubilados y 8, 628 personal activo y al terminar su gestión en 2009 hay 3, 135
jubilados y 9, 638 activos. Las tareas más fuertes de construcción del PAS
fueron en 2012 después del fracaso electoral cuando el exrector se postuló por
primera vez al Senado de la República bajo el emblema del PANAL. Ese año cierra
de acuerdo con las cifras oficiales con 3, 508 jubilados y 10, 614 activos.
Hasta aquí podríamos decir que hay una evolución “normal” tanto de jubilados
como activos. En siete años (2005-2012) los jubilados se habían incrementado en
1,423 mientras los activos 1,986.
Esta
tendencia se sostiene hasta octubre de 2015 cuando hay 4,156 jubilados y 11,
690 activos. Pero a partir de ese año algo ocurre, y hay quienes lo asocian a
las necesidades electorales del PAS, cuando se dispara a 6,525 jubilados y
17,669 activos que dan un total de 24,194. Está tabla desapareció del portal y
el 20 de marzo del año en curso se puso otra con los siguientes datos: 4, 519
jubilados y 14, 521 activos que dan un total de 19,040. Y en un documento
oficial que circuló en los medios el rector habló de que en la UAS había un
global de 17, 000 entre activos y jubilados.
Para
tener otro punto de referencia en 2012 y solo con el personal activo, el año de
registro del PAS, había como ya lo dijimos era de 11,690 y en la tabla
desaparecida ya había 17,669 mientras en la vigente 14, 521 activos.
¿Cómo
explicarle racionalmente a la SEP y a la SHCP esa volatilidad de la plantilla
activa? ¿cómo justificar un mayor presupuesto con estos números cambiantes? y ¿hasta
dónde estas inconsistencias meten en un brete al personal activo y jubilado que
lo único que desea se garantice el salario?
Seguramente
es ahí donde radica parte de la “bronca” que señala el gobernador y que el
rector busca darle la vuelta, en lugar de sentarse nuevamente con los
funcionarios federales, para justificar entre otros temas lo de la plantilla,
el presupuesto y la población estudiantil real.
No
se puede seguir con la visión engaña bobos: “Nos sorprende que haya retenido,
de manera incorrecta y sin atribución jurídica alguna, un recurso estatal ordinario
para cubrir un adeudo de carácter federal extraordinario…” y, menos ante la
premura, pretender movilizar a los universitarios en estos días de emergencia
sanitaria.
El
problema está en el resultado de las auditorias federales que por cierto la
única de la ASF ubicada en el Portal de Transparencia es la de 2012, es decir,
hay ocho años sin este tipo de información: ¿Acaso desde entonces el gobierno
federal no ha auditado el manejo del dinero público entregado? Imposible.
Más
aún, cuando ha trascendido que a finales del año un equipo de auditores
federales se instaló en la casa estudios para revisar el manejo de los recursos
públicos federales. De los resultados de esa auditoria nada se conoce. Lo que
si se sabe es que en una auditoria realizada en 2017 el déficit era de más de 1
500 millones de pesos. O sea, el acumulado del déficit es altamente probable
que siga en aumento considerando la evolución de la plantilla de activos y
jubilados.
A
todas luces hay diferencias con las autoridades de la SEP. Recordemos cuando su
titular vino a decir a Culiacán: “hay Universidades públicas que tienen dueño”
y muchos universitarios le agregarían que tiene partido político, pero, al
margen de percepciones sobre la llamada Universidad partido, hay elementos
suficientes para pensar que detrás de los 50 millones de pesos existe en la SEP
una toma de postura sobre el manejo financiero en la Casa Rosalina.
Seguramente
no termina de convencer el manejo que se hace de los recursos públicos así que
no sería descartable que el problema de los 50 millones persista en las
siguientes quincenas o qué de una vez por todas se ejerza mayor control sobre
la gestión financiera y académica de la UAS o de plano se finquen responsabilidades.
En
definitiva, ante la situación inestable y en medio de la emergencia sanitaria,
resulta necesario salir de esta suerte de callejón sin salida y esto solo es
posible a través de la acción de los propios universitarios. Quienes analizando
sin tutelajes construyan puentes para conocer lo realmente existente en la UAS
y generar desde abajo, las soluciones pertinentes para no ser rehén en un
litigio que lo hacen suyo y afecta a sus familias.
¡Al
tiempo!
Publicado
en el diario Noroeste 05/04/20
LOS
INVISIBLES DE LA PANDEMIA
Vivo
en la falda del Cerro de La Nevería del Centro Histórico de Mazatlán donde
cotidianamente coexistimos una comunidad de clase media, decenas de pensionados
canadienses y estadounidenses y prestadores de servicios personales.
Los
primeros vivimos especialmente en la parte baja del cerro y el resto en las
laderas. A estos los veo bajar del cerro todas las mañanas con sus arreos de
trabajo. Son los “lava carros” con su cubeta y franela en busca de autos sucio
en las calles aledañas de la Plazuela de los Leones donde compiten con otros
del oficio.
La
mayoría de ellos son hombres entrados ya en edad que pergeñan unos cuantos
pesos para sacar los gastos del día. Sólo que en estos se han caído por la baja
de afluencia de vehículos y ellos rondan apesadumbrados por la plazuela con sus
leones gigantes.
Conversan
entre ellos sobre lo malo de la situación y así pasan las horas esperando a los
clientes que llegan a cuentagotas o simplemente nunca aparecen. Son los más
pobres y frágiles del barrio con el agravante de que son personas de edad
avanzada y algunos tienen adicciones.
Hay
otros que los veo bajar con material de renta en playa y que se pierden por las
calles. Pero, igual, hoy padecen la falta de clientes y se les nota en el
rostro cuándo por la tarde regresan agotados no se si por la asoleada o por
tener un día perdido más y, sospecho, no saber que decir cuando lleguen a casa
sin los mínimos dinero para las compras básicas. El horizonte pinta mal y al día
siguiente de nuevo van a las playas vacías.
Hay
otro grupo que son técnicos (plomeros, electricistas, carpinteros, tapiceros,
etc.) que lo tienen, creo, más resuelto porque los percances domésticos están
al día con una fuga de agua, gas, corto eléctrico.
Y,
olvidaba, por esas calles y callejuelas rondan decenas de jóvenes desempleados
que pasan el día sentados en las banquetas de la calle Campana, son los hijos o
nietos de los pobres del barrio. Muchachos y muchachas que se les va el día
viendo pasar las horas. Son el relevo generacional de otra columna de pobres.
De personas que están desprotegidas laboral y sanitariamente. Son unos cuantos
de los millones de mexicanos que no tienen acceso a la salud pública.
Que
en estos días de incertidumbre tienen que salir a buscar el sustento del día. A
los que seguramente el tema de la pandemia no les quita el sueño como si la
ausencia de algo de comer en sus mesas. De no poder pagar los recibos de fin de
mes. Lo básico. Es una historia que se multiplica y extiende por todo Mazatlán,
los parias que brotan cada mañana a pie o en bicicleta a trabajar en las zonas
residenciales, los mercados o los hoteles.
Que
ahora bajan las cortinas para evitar los contagios de corona virus 19, sin
considerar que con esa medida de contención quedan miles de familias
desamparadas. Porque viven al día. A expensas de poder vender su fuerza de
trabajo o alguna mercancía. Para los que no hay ningún auxilio de gobierno y
por lo tanto no hay manera de que haga efecto la campaña de contención “quédate
en casa” y es qué en México, a diferencia de otros países, NO HAY UNA POLÍTICA
INTEGRAL para tiempos de emergencia, simplemente porque es inconmensurable y
por ello se llama a ser consciente de la propagación del virus.
Que
habrá de llevarse indistintamente a ricos y pobres. Aunque por esa selección
clasista de algunos medios de comunicación, solo se destacan los contagiados y
decesos de figuras públicas. En eso son inmoralmente selectivos. Y es que de
por sí, hay inconsciencia sobre la magnitud de la amenaza que hoy recorre el
mundo con hambre siempre será mayor. Es una mezcla explosiva. De la que deberíamos
estar conscientes como gobierno y como sociedad. Debo decir que me dio pena ver
esta semana al alcalde y un séquito de funcionarios que en lugar de ver esta
parte de la contingencia estaban “supervisando” los avances de las obras en la
avenida Rafael Buelna. Cómo si eso fuera lo más importante, cómo una forma de
sentirse útiles
En
definitiva, hoy las avenidas de Times Square de Nueva York, la Gran Vía de
Madrid, Vía Veneto de Roma o las Ramblas catalanas están vacías. Hay quienes
dicen que después de que pase el vendaval del virus tendremos un mundo
diferente al que vivimos hasta principios de año. Con un 20 o más por ciento de
pobres en el mundo. Que a un sector de la clase media le caerá el mundo encima
por el desempleo y las deudas. Porque las oportunidades de empleo y los ahorros
se reducirán dramáticamente. Y los gobiernos tendrán menos dinero para gasto
social y servicios públicos.
Y
México no será la excepción. Tenemos un gran déficit en materia de desigualdad
social. Millones de personas viven en situación de calle y hacinamiento en
viviendas frecuentemente insalubres. El acceso de la salud pública es limitado
por la gran cantidad de personas que están en la informalidad laboral y la
precariedad.
Los
niveles de educación en franjas de la población son impermeables para cualquier
campaña de concientización sobre el coronavirus o cualquier otro tema de salud
pública. Basta salir a las calles y darse cuenta en el problema en que estamos
metidos. La gran cantidad de personas que sale diariamente a “buscar la
chuleta” sin que les parezca importar mucho la amenaza.
“La
panza es primero”, tituló Rius una de sus obras pedagógicas, en otro sentido,
pero perfecto el título para hoy y mientras haya pobres. Las medidas de
contención son más eficaces especialmente en sociedades y franjas de clase
media. Entre quienes tienen resuelto el día a día. El resto sale a la calle. Y
son la amenaza para todos. Y no se sabe si consciente o inconscientemente es lo
que explica la actitud de López Obrador que en un acto suicida sigue haciendo
giras y convocando a las masas en las plazas públicas.
Este
domingo está anunciado que vendrá a Sinaloa, a la zona de los altos. Viene a
supervisar los avances de obras de infraestructura pública y eso seguramente
significará que la gente se acerque para llevar sus reclamos. Y esperemos que
no, el coronavirus, que ya está entre los sinaloenses.
En
fin, vuelvo con los pobres de mi barrio porteño, la gente de trabajo, que cómo
todos los días, los vuelvo ver pasar con sus arreos y sus buenos propósitos del
día en una ciudad desolada, que pide a gritos le echen una mano. Al
tiempo.
Texto
publicado en Noroeste el 29/03/20
¿HACIA UNA NUEVA UNIVERSIDAD PARTIDO?
La Universidad de Occidente apareció en el
escenario de la educación superior a principios de los pasados años ochenta.
Fue una de las respuestas del gobierno de Antonio Toledo Corro al grupo
dirigente de la UAS que enarbolaba en las calles y plazas la defensa de la
autonomía universitaria y un subsidio justo.
Entonces los primeros funcionarios de esta nueva
institución -y también de los COBAES- hayan sido personas vinculadas al
gobierno, al PRI en contraste con la UAS donde el PCM hegemonizaba en la Casa Rosalina.
La educación superior entonces estaba muy partidizada, muy bajo el control de
partidos y grupos.
Sin embargo, una franja de la izquierda
universitaria desde la elección de rector en 1985 entró en un debate entre dos
corrientes del ya entonces PSUM que simbólicamente se reconocían como
“culteranos” y “visigodos”, es decir, la élite intelectual que impulsaba la
candidatura de Liberato Terán y la del aparato partidista que estaban con
Audómar Ahumada quien al final resultó ganador en la contienda por el voto
universal que en ese entonces existía en la UAS.
La diferencia de fondo entre ambas corrientes
era el rol del partido en la conducción de la UAS. Unos planteaban liberarla
del control partidario para que siguiera a su aire en sus actividades sustantivas
y los otros continuar con una relación anómala donde la orientación académica
estaba en manos de los comisarios políticos.
Señalo lo anterior para mostrar que la izquierda
al final terminaría dejando a la institución a su propia dinámica especialmente
en la gestión de José Luis Guevara Reynaga. No sucedería lo mismo con la U de O
que estaba -y está pese a su autonomía- sujeta a las directrices que se mandan
desde el tercer piso de gobierno.
Todos sus rectores fueron del PRI hasta la
llegada de Sylvia Paz que es producto, según algunos observadores
universitarios, de un probable enroque entre Quirino Ordaz y Cuén Ojeda quien,
recordemos, en el momento de la designación hablaba de cogobierno, y se la debía
a Paz cuando en la carrera por la rectoría en 2009 se decidió por el hoy
dirigente pasista Corrales Burgueño.
No obstante, esa trayectoria ligada al PRI
siempre se cuidaron las formas y la universidad seguía su propia dinámica de
“mucha administración y poca academia”, por la optimización del recurso escaso
y la ausencia de profesores investigadores de tiempo completo. Una gran
cantidad de sus académicos eran y al parecer siguen siendo de asignatura, de
hora clase, por tiempo y obra determinada. Y lo peor, hoy sujetos a los humores
políticos y la flexibilidad laboral.
Es conocida la evolución que la UAS ha tenido en
los últimos 15 años. De ser una universidad muy ceñida a las directrices de la
SEP tuvo un plus con la llegada de Héctor Melesio Cuén a la rectoría
quien trabajó intensamente para sacudirse los
resabios del pasado y hacerla a imagen y semejanza de sus ambiciones.
Así, en 2009, cuando termina su periodo entra a
la política electoral primero a través de la Asociación civil Cuenta Conmigo y
luego con la construcción y debut del PAS en 2012. Bajo la máxima de “si le va
bien al PAS, le va bien a la UAS”, recorría el estado y todas las cabinas de
radio y TV.
Y, claro, entre 2013 y 2018, le fue bien al PAS
llegando a tener seis diputados, pero de acuerdo con indicadores de calidad no
le fue muy bien a la UAS. En este periodo vivió un proceso dramático de
descapitalización académica por la jubilación de la generación que se incorporó
en los años setenta y ochenta que hasta la fecha no se ha subsanado.
Sorprendentemente muchos de estos jubilados hoy
están en la UAdeO, cómo funcionarios y profesores de asignatura, empezando por
su rectora que no pudo serlo en la UAS y hoy lo es en la UAdeO y fue reelecta
ante el asombro, impotencia y enojo soterrado de sus académicos de siempre.
A este fenómeno de transfuguismo académico los
históricos de la UAdeO lo han llamado maliciosamente “uasización” de su
universidad. Con el agravante que han llegado algunos de los otrora uaseños a
cubrir cargos directivos y el PRI ha venido siendo relegado por no decir
eliminado del control de la institución.
Y en ese escenario de exclusión directiva cobra
singular importancia la aparición en ella de Jesús Aguilar Padilla, el
exgobernador, primero como profesor de ciencia política y rápidamente como
presidente de la Fundación UAdeO.
¿Qué hay detrás de esta jugada que se combina a
la perfección con la de su socio Jesús Vizcarra, quién desde hace algunos años,
ha sido presidente de la Fundación UAS? Por cierto, con resultados poco conocidos,
eso sí mucha foto y palabrería.
No hay duda de que ambas instituciones tienen
problemas de liquidez financiera y hacen falta mucho este tipo de fundaciones,
pero ese: ¿es el objetivo de fondo? No. Al tener control de ambas instancias
honorificas tiene un efecto en automático. En la UAS está resuelto, el control
que ejercen la mancuerna Cuén-Guerra, garantiza al menos por un tiempo sostener
el control de la institución, ya lograron que Rubén Rocha no vuelva a decir que
va “acabar con el cacicazgo de Cuén” y, mejor, que se inscriba en su tesis de
“no intervención” en los asuntos de la UAS.
En el caso de la UAdeO tienen de su lado al
gobernador Ordaz Coppel y al grupo dirigente de la institución. Hay así un
frente universitario informal, pero consistente, que tiene como tarea defender
la “autonomía universitaria”, y al mismo tiempo, impulsar la candidatura
morenista de Rubén Rocha a quien algunos miembros de este partido lo consideran
el candidato del PRIMOR.
Entonces, volviendo la vista hacia la pregunta
que lleva por título este artículo, la respuesta quizá sea atrevida y más allá
de convencionalismos, es que en Sinaloa estamos viviendo un proceso de
reagrupamiento de fuerzas muy diversas que tiene lamentablemente como
plataforma sus principales universidades públicas. Por eso, decimos, que la
UAdeO ha empezado a dar sus primeros pasos hacia una nueva Universidad partido,
es decir, a convertirse un instrumento al servicio de unos intereses y una
ambición política.
Y lo que era inimaginable en los ya lejanos años
setenta y ochenta, hoy la mezcla posmoderna de que todo se vale, pareciera que
será una realidad sucesoria y eso causa en muchos azoro y desconcierto.
Al tiempo
Publicado en el diario Noroeste 15/03/20
RUBEN ROCHA, EN CABALLO DE HACIENDA
Rocha es un político que siempre ha tenido la
suerte del lado de su tesón. Nació en un hogar humilde de la comunidad rural de
Batequitas, municipio de Badiraguato, de donde salió siendo muy joven para
estudiar en la Normal rural del Quinto, Sonora, donde alcanzó el grado de
técnico en educación básica y su paso por aquellas aulas igualmente humildes lo
acercaron al activismo de izquierda.
Regresó a Sinaloa y aquella militancia de
juventud le abriría las puertas de la preparatoria de Guamúchil y llega a ser
su director, desde ahí continuo su activismo, primero en la Corriente Socialista
y más tarde, en la confluencia PCM-PSUM-PMS-PRD, que le llevó en 1985 a ser
candidato a gobernador por el MPS, una coalición de izquierda, y tuvo como
adversarios nada menos que a Manuel Clouthier y a Francisco Labastida, quien
resultó ganador de la contienda.
Quedó lejos del primer lugar, pero posicionó la
marca de izquierda en el imaginario colectivo. Esas mismas fuerzas incubadas en
la UAS lo llevarían a la Secretaria General del SPIUAS y luego a la rectoría en
el periodo 1993-1997 y con él, haciendo un esfuerzo de extensión, cierra el
llamado ciclo de los rectores “comunistas”.
En el verano de 1997 dejó la rectoría de la UAS
y coincide con los preparativos de las elecciones generales de 1997. Una
coalición variopinta lo postula como candidato a gobernador y obtiene el nada
despreciable 18% de los votos emitidos. De aquella contienda recuperó una bomba
mediática que cambiaría el rumbo de su trayectoria política. En plena campaña
reveló que Juan Millán, el candidato a gobernador del PRI, que se ostentaba
como egresado de la Facultad de Economía de la UAS, nunca había concluido sus estudios
profesionales.
Millán tuvo que apechugar y esperar un tiempo
para cobrársela. Se propuso cooptarlo para el PRI o mejor para el millanismo. Y
lo logró desde el gobierno a golpe de contratos para realizar “estudios
sociales”, seguramente sonrío con satisfacción cuando lo vio apoyando la
candidatura a gobernador de Jesús Aguilar Padilla, quien gana una elección muy
cerrada frente a Heriberto Félix Guerra y ese apoyo le permite a Rocha Moya
llegar a la Coordinación de Asesores y quemar quizá la última nave que lo unía
con sus antiguos camaradas.
A su manera y circunstancia siguió el camino del
también exrector Jorge Medina Viedas, quien recordemos había abandona a sus
antiguos camaradas para abrazar al priismo.
Ya como coordinador de asesores combina sus
labores profesionales con las de estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales
de la UAS. Ahí tuvo como director de tesis precisamente a Medina Viedas, quien
en ese entonces era funcionario del gobierno federal. Cubre el trámite y se
convierte en flamante doctor sin que la UAS obtuviera a cambio un investigador
que contribuyera desde la academia. Y es que en esos años se jubila en la
institución Rosalina para reforzar su rol en el equipo del gobernador Aguilar
Padilla incluido, al final de su gestión, su paso por el ISSSTE en la Ciudad de
México. Para volver a Sinaloa en 2017 cuando
triunfa Quirino Ordaz y se convierte brevemente en coordinador de asesores.
Con la designación de Quirino Ordaz todo parecía
indicar que llegaba al final de su carrera burocrática política. Estaba en la
antesala de los setenta años “la última década útil” según Miguel de Unamuno.
Pero, nuevamente la suerte toca a su puerta, lo busca López Obrador para
invitarlo a formar parte de la fórmula de Morena al Senado de la República. Acepta
para volver a la política activa después de veinte años de cuando fue candidato
a gobernador por segunda vez. Ambos se habían conocido en el PRD y aquel
confiaba y confía más en este tipo de perfiles conversos que en los de la vieja
izquierda -un caso ejemplar, es el aislamiento político de Camilo Valenzuela-
lo que le permite encabezar la fórmula.
Alcanza el Senado con Imelda Castro, un perfil
sin mayores luces, que está a la espera de que le beneficie la cuota de género.
Rocha, en cambio, alcanza mucha visibilidad por la elaboración, negociación y
la defensa apasionada que hizo de la polémica Ley de Educación.
Eso automáticamente lo proyectó como posible
candidato de Morena al gobierno de Sinaloa y es así, como aparece, a la cabeza
en todas las encuestas de conocimiento e intención de voto de los aspirantes
ante una “caballada” muy flaca y desacreditada. Ante este escenario que tiene
una fuerte dosis de suerte, Rocha se mueve con un “equipo de izquierda” que
cobra inescrupulosamente en el Senado de República sin prestarle servicio
alguno. Y es que la mayoría de estos personajes, que vienen de distintas
corrientes uaseñas de los años 70 y 80´s, son operadores políticos de una
aspiración en marcha y están estratégicamente ubicados en Los Mochis, Culiacán
y Mazatlán.
Sin embargo, no tienen influencia en el senador
y algunos hasta le causan problemas. Él está más informado y tiene mejor pulso
de lo que ocurre en el estado. Sus verdaderos referentes están en otro lado. En
la Ciudad de México, sin duda son AMLO y Ricardo Monreal. En Sinaloa, es el
grupo que encabeza Jesús Vizcarra y Aguilar Padilla, sin Juan Millán, a la
vista hasta este momento.
Está sería la matriz política de la sucesión, la
que podría definir, en caso de persistir la suerte, la candidatura de Rocha
Moya.
En estas circunstancias hay un dato
aparentemente suelto. Vizcarra y Aguilar Padilla presiden las fundaciones de la
UAS y la UAdeO. ¿Qué hay detrás de estas designaciones? ¿Cómo se articula con
el futuro proyecto político? En el caso de la UAS es clara la alianza con la
mancuerna Cuén-Guerra Liera. Rocha Moya se ha olvidado de sus dichos de la
campaña pasada cuando cuestionó severamente el cacicazgo y ahora lo defiende
“porque cualquier reforma a la ley orgánica tendrá que venir desde dentro de la
UAS”.
En la UAdeO, que lamentablemente ha dado sus
primeros para convertirse en una nueva Universidad partido, podría ser un
adelanto sutil de la alianza con el gobernador quien, en un acto inusual,
desmesurado, fue a las instalaciones universitarias a tomarle protesta a
Aguilar Padilla y hasta rendirle un reconocimiento público que seguramente no
se les ha brindado a sus mejores académicos.
Entonces, si damos como buena que la
precandidatura de Rocha Moya va en caballo de hacienda, aunque en política nunca
hay nada seguro, estamos ante un escenario de continuismo, lo que esto
signifique en un futuro enrarecido por variables que están más allá del estado.
Y es que los actores
decisivos, salvo excepciones en el terreno
político y empresarial, no son nuevos, hay quienes han detentado el poder tras
bambalinas y, eso, paradójicamente, lo ven algunos como que a Rocha Moya no se
le acaba todavía la suerte desde que salió de la normal rural. Vamos, que la
tiene hoy más que nunca, aunque AMLO este cayendo en las encuestas.
Al tiempo.
Publicado en el diario Noroeste 08/03/20
CARNAVAL, EN TIEMPOS DE AJUSTE DE CUENTAS
A los carnavaleros de la Fonda del Chalio
Si hubiera que sintetizar esta dialéctica
político-carnavalesca podría decirse que el Carnaval cómo parte de una política
recreativa fue exitoso y como ejercicio de prueba de popularidad, la
demostración de un fracaso incubado lentamente en el imaginario colectivo. Lo
ganaron los manifestantes anónimos que son una piedra en el zapato de todo
gobernante y de quien tiene una visión patrimonial y autoritaria. Que piensa
que su palabra es ley y ya. Que no se consulta, sólo se acata porque es el
mandato de los votos. Sin considerar ni un instante para ver cómo lo percibe el
otro. El ciudadano como cliente que no acepta el espejo autocomplaciente del
gobernante. El de los infaltables lambiscones del primer círculo. El halago
fácil y chocante que el ego nunca termina de satisfacerse porque siempre llena
la cabeza de pájaros que cantan al oído.
Sin embargo, no tenemos porque no reconocer que
el Carnaval le salió bien al gobierno morenista, aunque otras políticas sean un
rotundo fracaso. En la fiesta del Carnaval los gobiernos municipales echan la
casa por la ventana, no reparan en los gastos del glamur, se trata de lucir en
grande, hacer ver magnifico lo que se hace para la fiesta. Y la multitud compensa
abarrotando contenta el largo malecón y en el inevitable Paseo de Olas Altas.
Soportando la espera y la inclemencia de los vientos fríos de febrero. Saben
muchos que es el Carnaval por generaciones y paga por ello con la paciencia de
Job. No se va hasta que pasa el último carro alegórico y la más rezagada de las
comparsas. Hasta que levanta la mano la enésima reina el carnavalero se va con
la sonrisa de haber sido participe estoico de la mayor fiesta de la carne.
Esa carne voluptuosa que muchas y muchos jóvenes
danzantes mostraron desinhibidas e impúdicas como si fuera su última noche en
Paris. La que recordaran por siempre muchos de los testigos de esa noche de
música, baile, piel, confeti, oropel, fantasía y magia que a la mayoría le hizo
olvidar sus problemas cotidianos. Los de los bajos salarios que lastiman la
compra de la canasta básica, las deudas que se acumulan por las compras a
crédito, la incertidumbre que golpea por los sucesos diarios y el miedo por la
violencia en las calles.
El carnavalero es parte de un espectáculo
omnicomprensivo y nada puede ser más importante que ese momento de respiro ante
el agobio cotidiano. Ya mañana veremos dirán los más comprometidos con la
fiesta. La vida comienza de nuevo el miércoles de ceniza. Con la marcha rutinaria
de desagravio por los excesos ocurridos durante el Carnaval. Ya vendrá
noviembre con los hijos procreados a ritmo de música de tambora sinaloense.
Serán los carnavalitos y carnavelitas que renovarán la estirpe del fragor de
estos días dionisíacos y de la memoria plástica del “mejor me olvido”.
Estos días disipados cuando hasta el más
abstemio bebe y come como vikingo. Cuando el más tímido grita de alegría al
paso de las reinas y princesas. Cuando los más reprimidos salen del closet y
muestran para siempre sus deseos más sofocados.
Cuando la desinhibición se impone sobre la represión. Vamos, cuando hasta un
pobre se siente millonario. Y la protesta se sublima, se metamorfosea en regocijo,
en alegría, hasta que salta del olvido momentáneo.
En grito liberador contra el personaje de sus
desvelos. Lo escuchamos en un coro simultaneo que se oyó hasta Olas Altas. Que
nos hizo recordar que no hay perdón, ni olvido, sino pausa para la fiesta. Y el
que la hace la paga. Aplausos para el gobernador y abucheo para el alcalde. La
gente sabe quien es quien. Quien es auténtico y quien es falso. Vuelve la vista
a lo inmediato. A los gestos y actitudes del gobernante. Los que han quedado
tatuados en su memoria política. Y que podrían convertirse en rechazo o en
votos. En apoyos a personalidades y proyectos similares. Que están a la vuelta
de la esquina. O al menos en un agradecimiento perenne. Que revalore en
positivo el sentido de la política.
El Carnaval es un termómetro que mide el ánimo
político y sus personajes más fotografiados. Y eso no parecen valorarlo hasta
que cada uno no lo sufren en carne propia. Luego será un elemento para la
reflexión si hay capacidad de salir de las coordenadas cerradas del prejuicio,
la animadversión, el ejercicio autoritario del poder o la maledicencia más
emocional. Puede ser una vuelta más a la tuerca como diría el inolvidable Henry
James, pero también lo peor la falta de autocrítica. De pensar que son los
otros los que están mal, que no entienden porque no entienden. Y seguir por ese
camino de oprobio. Sin futuro. Porque esta visto que el camino es otro aun
estando equivocado el ciudadano. No hay que olvidar la máxima de un comerciante
complaciente: El cliente siempre tiene la razón.
El político, aunque se piense de otro estatus
social, es un comerciante que vende diagnósticos y eventuales productos de
interés público. Ya decidirán los ciudadanos si las compran cómo se compra una
Coca-Cola o unos Kleenex. Y, bueno, si el Carnaval es una mercancía pública y
se vende bien es de esperar que el comerciante este bien valorado, pero qué
explica esas expresiones de alivio y contraste, simplemente que al vendedor no
se le asocia con el producto mercadológico.
Quizá porque el Carnaval pertenece a la
tradición, no a los políticos que son pasajeros de un viaje sin fin. Compañeros
momentáneos de este viaje de magia y fantasía. Entre esa muchedumbre anónima y
vociferante. ¿Habrá, por ejemplo, quienes recuerden cual fue el alcalde de hace
20 años? o ¿quién recuerde quienes fueron las reinas de hace 10 años?
Seguramente algunos. La mayoría no. Eso hace la diferencia entre la tradición y
la política pública.
En fin, el Carnaval es gozo, olvido, antídoto,
libertad, catarsis, pero también, ahora sabemos, abucheo destemplado, gritón,
anónimo. Ajustador de cuentas. Y es que a la par de la tradición está el ego
del gobernante que exige ser reconocido como si fuera otro rey de la fiesta. Y
esa confusión no parecen comprenderlo o intuirlo hasta que un grito fuera de
lugar lo saca de sus sueños de esa grandeza efímera, mortal, destinada
irremediablemente al olvido.
Publicado en el
diario Noroeste 28/02/20
TATIANA, ¿CANDIDATA A GOBERNADORA DE SINALOA?
Si Tatiana Clouthier se decide ser aspirante a
la candidatura de la coalición que encabeza Morena al gobierno de Sinaloa y
deja de lado la opción de su residencia en Nuevo León, movería el tablero
sucesorio que hemos estado viendo en las encuestas de intención de voto que no
la han considerado como aspirante.
Uno, muy al estilo Clouthier, Tatiana da un paso
hacia adelante sin pedir permiso a nadie. Simplemente expone su derecho a votar
y ser votada en estos estados del norte del país y esto contrasta con los otros
aspirantes que buscan la misma candidatura mediante el aval de López Obrador.
Una muestra es la del alcalde de Mazatlán que hace unos días dijo
imprudentemente a la prensa que “si se lo pide el presidente López Obrador” se
postularía para gobernador del estado cómo si lo estuviera haciendo muy bien y
no se le puede desaprovechar.
Dos, Tatiana es un caso rara avis en la política
sucesoria de 2021, pocos pueden presumir tener posibilidades de competir en dos
estados con una alta expectativa. Nació en Sinaloa donde se inició en la
política al lado de su padre Manuel Clouthier del Rincón y cambio de residencia
a Monterrey donde llevó su inquietud política a la militancia primero en el PAN
y luego en las organizaciones civiles llegando a ser candidata a la alcaldía de
San Pedro Garza.
Tres, hay suficientes razones para pensar que
Tatiana pueda optar por Sinaloa sobre Nuevo León, además, de las de tipo
sentimental que pudiera haber luego de que su padre aspiró a ser candidato a
gobernador en 1986, están las de tipo político, que se expresan ya en un
sistema alianzas que se está tejiendo alrededor de la triada Aguilar
Padilla-Vizcarra-Rocha, o sea, hacia una suerte de continuismo en la política
estatal, sin considerar, el poder paralelo que su hermano Manuel ha denunciado
en forma reiterada.
Cuatro, sería una aspirante mujer, que en el
espectro nacional significa que mediante el sistema de cuotas de género podría
beneficiarla y además en esa tesitura ser la primera candidata de Morena al menos
en Sinaloa.
Cinco, pese a que Tatiana ha vivido por décadas
en Monterrey y allá a construido sus afectos, no es una extraña en su tierra.
En el último año ha estado viniendo al estado a diferentes actos políticos y
simbólicos desde la apertura de un local que abrió el también diputado Iván
Ayala en Los Mochis, un acto público en Culiacán la memoria de su padre o hasta
la presentación de su último libro en Mazatlán, por mencionar algunos.
Seis, además, estando dotada de una gran
capacidad de comunicación no le teme a decir verdades incómodas, al contrario,
es muy oportuna ante el malestar de quienes se sienten afectados con sus
afirmaciones frecuentemente contundentes en distintos temas.
Siete, la acompaña la marca Clouthier, uno de
los anagramas dinásticos que ha subsistido a lo largo de los años y que en
Sinaloa su hermano Manuel lo ha comprobado no siempre para ganar sino para
probar el valor de la marca.
Ocho, su familia sigue teniendo un peso
importante en el diario Noroeste que, contra viento y marea financiera,
subsiste a través del tiempo, con el mismo compromiso social que establecieron
sus fundadores en los ya lejanos años setenta.
Nueve, si decidiera y alcanzara la nominación
por Morena y sus aliados, el gobernador Quirino Ordaz no sería obstáculo para
que ganara la elección si es que lo puede hacer con lo maltrecho que se
encuentra el PRI.
Y, diez, ahí está seguramente la vigencia de la
frase que Manuel externó cuando el PAN postuló a su cuñado Heriberto Félix al
gobierno del estado: A la familia se le apoya.
Al margen de estos positivos, tiene en contra
que no se encuentra, hasta ahora, y quizá ese sería su principal dificultad,
entre las familias que han hecho la política tradicional en Sinaloa y ya buscan
en 2021 recuperar el poder y continuar con la política que ha marginado a un
sector importante de la población.
Además, no ha formado un grupo político que
trabaje en su dirección, y esto no habrá de suceder hasta que tome la decisión
de competir primero en la elección interna y ganarla en la constitucional.
Así mismo, el solo anuncio de la posibilidad de
ser aspirante por Morena al gobierno de Sinaloa provocó confusión en las filas
morenistas donde muchos vienen trabajando con los mencionados en las encuestas
de intención de voto. No obstante, en un ambiente de división entre los grupos
morenistas, la aspiración de Tatiana podría ser un elemento unificador de la
mayoría y distendería las tensiones que se viven actualmente en este partido.
En esa lógica, el silencio que han guardado los
llamados líderes del morenismo, es ejemplo de la confusión que vino a traer la
posibilidad de que ella aspire a la candidatura.
Cierto, no tendría por qué haber definiciones
antes del calendario electoral, si se está en el momento de pulsar las
reacciones veladas y abiertas de dentro y fuera del partido obradorista.
Más, significativo, son aquellos líderes
partidarios que ya tomaron la decisión de ir “con el candidato de Morena”, y
que hasta le habían puesto nombre y apellido, para ir a la segura y ahora con
esta posibilidad y el tipo de militante que es Tatiana seguramente les resulta
incómoda para seguir haciendo lo que ha permitido este y otros gobiernos.
Lo real es que la sola posibilidad de que esto
ocurra ya metió un ingrediente dinámico al proceso sucesorio, los encuestadores
tendrán que incluirla en las próximas encuestas, y entonces empezaremos a ver
las reacciones sociales que provocó el dilema cloutheriano: Sinaloa o Nuevo
León.
Manuel Clouthier, alguna vez mencionó que este
tipo de buscapiés era la “marca de la casa”, y si lo es porque Tatiana no es
una política de escasa visibilidad pública sino lo suyo son los reflectores.
Algo habrá aprendido de Noroeste y de su colaboración en otros medios de
comunicación del norte del país, inclusive, no se puede regatear el papel que
tuvo en la comunicación que llevó a López
Obrador a la Presidencia de la República y por
alguna razón poderosa no se le había considerado como aspirante al gobierno de
Sinaloa.
Al tiempo.
Publicado en el diario Noroeste 23/02/20
ROSY FUENTES, ¿INFORME O PLATAFORMA DE
LANZAMIENTO?
En la política de anticipos son importantes los
discursos, pero más los símbolos, los que son inherentes a los rituales del
poder, el encuentro con las multitudes, la influencia en los medios de
comunicación, pero también son la apariencia, los gestos, énfasis y el
escenario donde están los protagonistas.
Un ejemplo plástico de ello ocurrió el miércoles
pasado cuando Rosa Icela Fuentes Chávez, la presidenta del DIF estatal, rindió
su tercer informe de actividades, y lo hizo a lo grande ante cientos quizá
miles de funcionarios, invitados especiales y beneficiarios de los programas
que llegaron de dentro y fuera de Culiacán.
No era cualquier informe, cualquier ritual, ahí
estaban en la explanada de la institución miembros importantes de la clase
política, funcionarios de los tres poderes estatales y federales, oficiales del
ejército y empresarios.
Ella se apoderó del escenario como una super
star como lo indican hoy los especialistas en comunicación política en
menoscabo de las formas tradicionales de relación con los potenciales
electores.
No hay duda qué el sistema de salud ha sido una
prioridad del gobierno de Quirino Ordaz. Y que el DIF ha realizado un gran
trabajo que va desde el fortalecimiento institucional con la creación de nuevas
unidades de atención a personas con limitaciones físicas y mentales, hasta
lograr una mayor cobertura territorial que ha prestado servicios valiosos a
familias que tienen miembros con discapacidades.
Este dinamismo, le ha ganado reconocimiento,
pero también a todo el equipo que encabeza una presidenta que no para para
gestionar recursos. Una mujer, además, guapa con mucha presencia que tiene el
don de la amabilidad. Esa chispa que encaja muy bien con lo político. Pues su
trato sencillo genera confianza entre sus interlocutores circunstanciales. Y
eso en un medio que si bien ha venido perdiendo acartonamiento todavía es un
problema en la comunicación política. Entonces, cuando aparecen este tipo de personas
en la estructura burocrática inmediatamente atraen reflectores y eso las vuelve
mediáticamente atractiva.
Rosy Fuentes, cómo también se le conoce a la
esposa del gobernador de Sinaloa, recientemente apareció en una encuesta de
percepción por partido sobre los posibles candidatos al futuro gobierno del
estado. Sorprendentemente esta persona que ella y su marido ha negado una y
otra vez que tenga interés en postularse algún cargo de elección en 2021,
aparece en primerísimo lugar entre los posibles aspirantes del PRI dejando
lejos a muchos de los históricos del partido.
La encuesta ni tampoco la magnificencia del
informe de labores, dígase o no, es un acto político de posicionamiento.
Estamos en las mediciones de aspirantes para la definición de candidaturas a
gobernador o gobernadora. Formalmente el proceso
electoral federal arranca en octubre y entrando el año 2021 el proceso estatal,
entonces este tipo de encuestas y escenificación son adelantos de lo que se
está preparando como oferta política. Están todos los que son y luego de las
mediciones, vendrá qué duda cabe, los amarres políticos. Ya más de algún
adelantado lo viene haciendo sin considerar “que no por mucho madrugar, amanece
más temprano”.
Hay quienes dicen que en Sinaloa todos quieren
ir con el partido ganador, con la marca Morena, lo que resulta pragmáticamente
razonable pues nadie querría quedar, como han sido estos tres años, personajes
y partidos políticos que han quedado en el desamparo y buscan volver por sus
fueros de poder.
Si el equipo del gobernador esta, cómo todo
indica, en esa tesitura, es comprensible el juego político que viene haciendo
para posicionar una imagen joven y fresca. Estar entre los primeros cinco
gobernadores mejor valorados ha dado margen de actuación política. Da juego a
sus compañeros del PRI, incluso, algunos miembros de su gabinete están
mostrando libremente sus aspiraciones; Jesús Valdez recorre intensamente todo
el estado y, ahora, aun con todo lo que se pueda decir en contra, aparece Rosy
Fuentes presentando un informe que inevitablemente atrae reflectores y no pocas
suspicacias sucesorias.
Se podrá decir que estos desplantes políticos no
tienen conexión. Pero, mediáticamente, obedecen a una lógica política, no sólo
el gobernador es bien percibido, también está jugando sus cartas para
cualquiera de los escenarios que se vayan construyendo y está semana tuvo un
ingrediente nuevo.
La sola declaración de Tatiana Clouthier de que
está en capacidad legal de aspirar a la nominación de Morena en su estado natal
o en su estado de residencia, llama a considerar esa eventual aspiración. El
senador Rubén Rocha, quien es el puntero en las encuestas por Morena, ha
respondido que la ambición de Tatiana “no le quita el sueño”, cierto, pero es
probable que le quite puntos en la próxima encuesta.
Cualquier cosa que suceda, el horizonte
electoral tiene aroma de mujer, no habría que descartar esa idea de que no las
habrá, tan las habrá que ahí están Imelda, Tatiana y Rosy, que de distintas
formas han manifestado interés en participar y aunque más alguno dirá que
Sinaloa sigue siendo machista y nunca votaría a una mujer para gobernadora, eso
está por verse cuando hay más mujeres que hombres, y si a eso le agregamos que
todas ellas son más jóvenes que la media de los aspirantes hombres, favorece un
imaginario femenino.
En definitiva, el acto simbólico de la tarde del
pasado jueves, donde la presidente del DIF aparece como super star de blanco y
una gran sonrisa, para discursar sobre los logros de la institución bajo su
cargo, fue un acto político y un mensaje claro y renovador de que el juego
sucesorio tradicional y mediático tendrá apuestas destinadas a las emociones y
en esa lógica la imagen espectacular de Rosy Fuentes, podría entrar en la
competencia por los votos y porque no, contra otra u otras mujeres.
¡Al tiempo!
Publicado en el diario Noroeste 16/02/20
PAUL VELAZQUEZ BENÍTEZ
A mi paisano lo conocí hace tres años cuando fui
a dictar una conferencia a la todavía Universidad de Occidente Unidad Los
Mochis.
Paul, aprovechando la oportunidad que abre toda
conferencia, no cuestionó mis tesis sobre los eventuales gobiernos de coalición
sino la solvencia de un político amigo y paisano que ha sido candidato para
distintos cargos por diversos partidos.
Mi primera impresión fue que era el típico
provocador del conferencista o de quien tuviera a mano, que trata siempre de
aprovechar cualquier evento para evidenciar lo que no está fuera de su radar de
valores.
No lo volví a ver hasta que en el pasado mes de
abril apareció en la conferencia mañanera del presidente presentando una
denuncia contra Billy Chapman, el alcalde petista de Ahome, por actos de
corrupción presuntamente contra la hacienda pública.
Lo escuché con atención y descubrí a una persona
valiente con gran capacidad para exponer sus ideas, sin duda Paul es un buen
comunicador, además documentado de lo que sucede en el municipio del norte del
estado.
Encontré, además, voluntad para sacar el tema
del municipio y ponerlo bajo los reflectores potentes de Palacio Nacional,
evidentemente aquella intervención no gustó a quienes fueron directamente
señalados en su alocución pública y no faltó quien dijo maliciosamente que el
senador Mario Zamora lo había llevado para crearle problemas al alcalde y que a
Paul le sobraba protagonismo cuando en el periodismo de investigación es
consustancial.
Sin embargo, cómo sucede y muy a pesar de la
promesa de AMLO de que el fiscal general lo recibiría el mismo día no hay
evidencia de que la denuncia haya prosperado, ni en la FGR, ni tampoco en la
fiscalía o el Congreso del estado, Billy sigue haciendo de las suyas y no hay
poder humano que lo llame a cuentas.
Y cuando eso sucede se asoma la fuerza de la
impunidad y eso termina por envalentonar al sujeto de reproche, e
independientemente de que Chapman haya sido quien esté detrás en el intento de
asesinato que sufrió Paul Velázquez las cosas han empeorado para él en el
municipio pues ha tenido que abandonar la ciudad, el estado, por los riesgos de
un nuevo atentado y eso, cómo vimos esta semana, lo tiene intranquilo, no
acepta vivir fuera del país y con justa razón pues eso representa cambiar
totalmente de vida que, cómo se lo dijo certeramente al presidente y al mundo,
que se cambia el país estando aquí, no exiliado.
Cómo seguramente a la mayoría que vio el video
que se ha hecho viral me consternó ver el estado físico en que Paul se presentó
a la conferencia mañanera, no obstante, me emocionó más ver su
capacidad para sacar fuerza de su impotencia y
más cuando habló con vehemencia para exponer el riesgo que corren los que hacen
periodismo de investigación que en otros países reciben premios mientras en
México se les mata.
Mostró a todos que se está ante un hombre de
convicciones que no se amilana ante la desgracia pues vuelve a poner los puntos
sobre las íes y señala directamente y sin titubeo al alcalde Chapman cómo el
autor intelectual de la agresión.
Su voz segura fue tajante y conmovió al propio
presidente, quien articuló un discurso plano de lugares comunes cuando de
entrada debió pedirle una disculpa por la falta de eficacia y prontitud de la
FGR. A la vista no ha hecho mucho y eso muestra la indefensión en que está este
y muchos otros periodistas en la provincia donde las “banquetas son muy
angostas” y todos se encuentran.
Y ese reclamo, también vale, para la Fiscalía
General del Estado, que ha reducido su importante tarea cómo alguna vez me lo
dijo un periodista a “contar muertos y desaparecidos”, que lamentablemente se
acumulan transformándose en incentivos para seguir cometiendo ataques al
periodismo sinaloense.
Y, claro, también el Congreso del Estado que
ante la solicitud de juicio político para este alcalde le dan largas y buscan
legalismos para proteger al mal gobernante.
Paul acusaba en abril pasado a la senadora
Imelda Castro que al hablar del alcalde Chapman lo reducía a un asunto de
“estilo de gobernar” y Rubén Rocha, cómo en otros asuntos, guardó silencio
nuevamente.
Y, porque no el PT, que fue el partido que llevó
a Chapman a la alcaldía, siendo tan radical en otros temas “sensibles para la
izquierda” que les parece poca cosa voltear a ver el desastre que está
cometiendo el gobernante salido de sus filas y prefieren protegerlo antes que
hacer un deslinde con él. Aunque la verdad Billy Chapman tiene de izquierda
sólo el brazo, su sistema de valores esta mediado por una serie de problemas de
personalidad.
Ahora, habrá que esperar que sucede, López Obrador
en su respuesta al periodista agredido le ofreció retóricamente: “cuentas con
nosotros para que se haga la investigación, que no haya influyentismo de ningún
tipo, que sepas, así a ciencia cierta, que no hay ningún poder en México que
esté por encima de la justicia, ningún poder", cuando en ese momento debió
pedir al fiscal para que rinda cuentas de lo que se ha hecho en este caso que
estuvo a punto de costar una vida y qué está en la mira.
Gertz Manero no parece interesarse en este tipo
de casos como tampoco a su similar Juan José Ríos Estavillo, a ambos les pasan
por arriba estos asuntos. Están abrumados con la espiral de violencia que se
vive en el país y en Sinaloa. Y eso, habla de incumplimiento del gobierno de
AMLO y de Quirino Ordaz de cumplir la promesa de justicia.
Paul Velázquez está en peligro y con su salud
física y mental quebrantada, no obstante, saca fuerzas de lo más hondo de su
ser para seguir y, seguramente, cómo muchos periodistas, se niega a aceptar a
salir donde ha hecho su vida pública, lo anima su vocación y sentido de
justicia.
En definitiva, la intervención del paisano Paul
Velázquez se transformó en voz e imagen de los periodistas agredidos y se
multiplicó por decenas miles ante la incapacidad de los gobiernos para decir
alguna noticia alentadora en este valle de lágrimas.
Me quedo con la imagen retadora de Paul cuando
aquella mañana del otoño de 2016 cuestionaba a mi buen amigo y paisano.
¡Al tiempo!
Publicado en el diario Noroeste 06/02/20
EL GOBERNADOR Y LA “RIVIERA MAZATLÁN”
Quien haya dado seguimiento a los boletines de
prensa del Gobierno del Estado durante los días en que el gobernador y su
comitiva estuvieron en Madrid para asistir a la Feria Internacional de Turismo
(FITUR), se habrá dado cuenta, que el gran ausente en esas circulares fue la
llamada “Riviera Mazatlán” que los alcaldes morenistas de Mazatlán y Escuinapa
fueron a poner como producto terminado en este gran supermercado de los viajes
turísticos internacionales.
La lógica, o mejor la simple sensibilidad
política, indicarían que un proyecto turístico de esta envergadura debería
convocar el esfuerzo al menos de los dos niveles de gobierno, pero, no fue así,
cada uno llevó a España su agenda, y sólo en contadas ocasiones los
funcionarios públicos se tomaron la foto en el stand de México.
¿Qué hay detrás de esta doble agenda del
gobernador y los alcaldes morenistas de Mazatlán y Escuinapa en el mayor
conclave del mundo en materia de turismo? ¿Se justifica que cada uno de ellos
haya ido por su lado? ¿Seguirán haciéndolo en este tema?
Buscando respuestas asistí cómo observador a la
conferencia de prensa, donde los alcaldes informarían sobre los resultados del
viaje a Madrid, esperando encontrar pistas sobre el desencuentro señalado y los
beneficios que tendrá este viaje pagado por los contribuyentes del sur del
estado.
Ahí estaban los dos alcaldes, ninguno de los
otros del sur del estado, acompañados de funcionarios, empresarios, músicos y
hasta una regidora que seguramente fue parte de la comitiva mazatleca. Sólo
parecía faltar el titular del Instituto de Cultura quien fue quien llevó el
mayor número de personas con el mayor costo para los contribuyentes.
En esa conferencia el alcalde mazatleco hizo una
descripción detallada hasta el estío de lo que habían logrado en aquellos días
fríos de Madrid y no se limitó cuando se trata de exaltar lo “bien que nos
trataron”, “lo bien que nos fue” y por ahí se fue, dejando el rastro de
instituciones, y nombres de grupos y personas -algunos que hasta generaron
sonrisas en el momento de pronunciarlos- y en medio de estos tropiezos
verbales, estaba la exaltación de la Riviera Mazatlán mientras circulaban
imágenes donde está siempre el alcalde sonriente departiendo con propios y
extraños.
Esperaba que por fin el alcalde dijera fuera del
oropel de la publicidad que es la Riviera Mazatlán y cómo se inscribe en el
Plan Municipal de Desarrollo, y lo único que escuchamos los presentes fue que
es una marca turística. Si, una marca como la Coca Cola o El Cid. Sólo,
que con una gran diferencia aquellas marcas
consolidadas son tangibles y se pueden disfrutar sea bebiéndolas o tirándose en
la playa con un daiquiri en mano.
La Riviera Mazatlán si existe es como
potencialidad, es decir, unas bellezas naturales que ahí han estado por los
siglos de los siglos y donde se han construido centros de población. Pero un
producto turístico es mucho más que eso, cómo lo indica la experiencia de los
“centros turísticos integralmente planeados” o mejor, todavía, la Riviera Maya,
que es un complejo de instituciones públicas y empresas privadas, instaladas en
un territorio con bellezas naturales excepcionales, servicios turísticos
diversos y de calidad, rutas arqueológicas, etc. etc. Es decir, un producto
turístico en donde todas las piezas ponen cada una de ellas su mejor parte para
un consumidor ávido de consumirlas en tiempos de ocio.
En ese caso sería impensable que el gobierno
federal, los gobiernos de los estados y los alcaldes y los prestadores de
servicios turísticos del sureste, no contribuyeran al éxito de este tipo de
iniciativas de desarrollo regional y es que es un excelente detonante de la
actividad económica, sea como generador de empleo o de consumo. La gente ahí si
quiere ir y gasta sus euros, por eso llegan vuelos fletados desde Europa, Norte
y Sudamérica.
Pero, en “nuestra” iniciativa de Riviera
Mazatlán, lo que vi y escuche en medio del “nos fue muy bien, todos quieren
venir a conocerla”, me dejo la sensación de que fue una ocurrencia más con
cargo al erario, le falta lo vimos el acompañamiento hasta de la mayor parte de
los propios alcaldes que teóricamente la impulsan. No estuvieron en la
conferencia de prensa los alcaldes de San Ignacio, Elota, Concordia y Rosario
para enterarse de “lo bien que nos fue” y eso indica que ahora no tiene futuro,
que el alcalde y su equipo deben detenerse a reflexionar sobre seguir
metiéndole dinero bueno al malo.
Más notoria fue la ausencia del Secretario de
Turismo del Gobierno del Estado, quien por mera cortesía debió acercarse y
acompañar al disminuido número de promotores, pero no ni siquiera mando
representante y sólo se le menciono a pregunta expresa de un reportero
confirmando la distancia existente entre los niveles de gobierno.
La distancia del gobernador y su secretario del
ramo turístico, con relación a la iniciativa Riviera Mazatlán sólo se explica
en que es una iniciativa sin pies ni cabeza, a la que le ganó la prisa de
aparecer en la FITUR, cuando debería haberse consensado el proyecto y
presentarlo formalmente por todos los alcaldes para que sea incluido en el presupuesto
federal de 2021.
No se hizo y ahora su promotor se agarra de
cualquier promesa para justificar ese gasto millonario – cómo indica que, en
lugar de traer firmas de líneas aéreas u hoteleras, informa a la concurrencia
que trae el interés de una empresa por construir en la región tubos de PVC-, es
decir, buscó el alcalde cómo un Hernán Cortés revivido ir a la madre patria a
“vender cuentas de vidrio”.
Ojalá y esta enseñanza lleve a la prudencia y a
la sensatez, el puerto merece optimizar los recursos escasos para favorecer el
programa social de su partido y eso no se vio y seguramente si sigue con esta
fuga de tropiezos y malas decisiones terminara su mandato como el alcalde que
pudo ser pero que no se atrevió a serlo. Le sobraron ocurrencias y le falto el
timming tan preciado en política.
¡Al tiempo!
Publicado en el
diario Noroeste 02/02/20
RIVIERA MAZATLÁN
Después de que el alcalde de Mazatlán
sentenciara en su primer informe de gobierno: “Nosotros vamos a hacer la
promoción turística”, se echó a difundir la idea de una Riviera. Se buscó el
nombre descartando que fuera el de nuestras raíces totorames, como no sucedió
en el sudeste maya; se eliminó también la propuesta de Riviera Sinaloa, como no
sucedió en Nayarit, y por descarte, se hizo al gusto, interés y ego del
promotor: Riviera Mazatlán.
Luego vino la socialización a través de un video
promocional al que se invitó a unos alcaldes sorprendidos y luego se mostró a
los medios de comunicación que lo aceptaron sin más, sin preguntar por el plan
maestro y el financiamiento, y ahora sabemos sólo existe un convenio
intermunicipal que, nos dicen, el alcalde panista de Rosario no lo ha firmado.
No obstante, sus promotores decidieron llevar la
idea como un hecho a la Feria Internacional de Turismo (FITUR) de Madrid con
todo el costo que conlleva el traslado, hospedaje y alimentación de 35 personas
en la parafernalia de reinas, chefs, platillos de mariscos, sin contar los
miembros de la Banda del Recodo (Síndica, dixit).
Curiosamente, por razones todavía no claras, de
los seis alcaldes solo acudieron los morenistas de Mazatlán y Escuinapa, el
resto miembros del PRI, PAN y PVEM, se excusaron por problemas de liquidez. Se
podrá decir oficiosamente que las cosas se hacen así porque de otra manera no
se harían, que primero hay que poner nombre a las iniciativas y luego las cosas
salen porque salen.
Y por eso la gran interrogante es la
sustentabilidad de la Riviera Mazatlán, el propio gobernador ha sido muy
cuidadoso de no involucrarse y lo deja como una iniciativa de los alcaldes
sureños, llevando a la FITUR su propia agenda de citas. Revisé sus boletines de
prensa y no hay una sola mención a la llamada Riviera Mazatleca.
Claro, hubo, las fotos de rigor en el momento en
que se abrió el stand Sinaloa y hasta coincidieron el gobernador y alcaldes
incluido sorprendentemente el de Culiacán en un encuentro casual con la reina
Letizia.
Pero, antes de continuar, permítaseme una breve
disquisición sobre lo que es una Riviera, una definición hasta ahora no
aceptada por la Real Academia Española, pero útil “para designar una región
costera que, por sus bellezas naturales e infraestructura, atrae turismo”.
Esto es una región costera a la que se le
agregan los ingredientes del producto turístico. Estamos hablando de un valor
añadido representado en servicios básicos, carreteras principales y aledañas en
buen estado, aeropuerto internacional, hotelería de alta y mediana gama,
monumentos y edificios históricos conservados, teatros y museos, restaurantes
de buen nivel, servicios de recreación y entretenimiento con cierta
sofisticación y una distribución aunque no necesariamente
homogénea, si congruente entre las unidades
subregionales, que integran esa oferta para el turismo nacional e internacional
donde cada una aporta lo mejor que tiene a la Riviera.
Entonces, detrás de la definición de Riviera
Mazatlán, si bien existe una plataforma básica debería haber un programa de
inversiones para aminorar las disparidades municipales y es que hasta ahora son
los “desarrollos turísticos integralmente planeado” los que siempre ganan en
los presupuestos federales.
Son los casos de Cancún, Huatulco y Los Cabos,
por eso fuera de Nayarit, en ningún otro estado o ciudad costera tradicional se
les ha ocurrido poner el nombre de Riviera y es que la clasificación de la
Sectur ha sido un freno para el desarrollo del puerto ante el enojo histórico
de los empresarios turísticos.
Y es que este tipo de definiciones entonces
conlleva un gran esfuerzo de integración que hasta hoy no existe, o pregunto,
más allá de los atractivos naturales que sin duda tiene el sur de Sinaloa: ¿qué
une a los seis municipios? ¿qué se ha hecho para reducir las grandes
diferencias municipales en materia de infraestructura? ¿o en materia de
recuperación del patrimonio histórico de forma que podamos hablar de una red de
centros históricos, ceremoniales o coloniales? Simplemente, no tenemos
catálogos que ofrecer a quien viene en plan de turismo cinegético, rural,
religioso, patrimonial.
Veamos, si ese turista europeo de altos ingresos
frecuentemente acostumbrado a viajar con fines distintos a la media del
norteamericano decidiera pernoctar fuera de Mazatlán ¿habría hoteles o casas
habilitadas para recibirlos con un mínimo de satisfactores y seguridad? Vamos,
¿qué se ha hecho en los municipios con altos índices de violencia y
desplazamiento?
Vamos, la idea no es mala, pero no es
sustentable, y eso en este momento de propaganda no parece importar mucho. Para
el alcalde de Mazatlán lo importante es que haya conectividad aérea, por eso su
idea de conseguir fletar directamente un vuelo “desde cualquier punto de Europa
a Mazatlán”.
Si lo consigue habría primero el tradicional
viaje de familiarización, donde los operadores turísticos vienen a ver la
viabilidad para sus empresas. Aceptan la cortesía de la bienvenida, pero sin sacrificar
el negocio, como sucedió con los cruceros. Es una historia que hemos visto con
los vuelos fletados desde Canadá y los Estados Unidos de Norteamérica que hacen
y luego ya no vuelven.
¿Cómo olvidar, por ejemplo, cuándo Malova siendo
gobernador fue a recibir un vuelo de la costa este de Canadá y los pasajeros
sorprendidos no sabían, ni entendían, el sentido de ese estrechón de manos que
les dio un desconocido sonriente y amable?
Quiero comprender lo que hay detrás de esta
iniciativa apresurada eliminando la propaganda oficial de este proyecto
incierto, y hasta efímero, mientras no se diga que para empezar cuenta con el
apoyo del gobierno del estado.
Hay tres posibles explicaciones de tipo
político: La primera es que el alcalde buscaría, y las ausencias dicen mucho,
erigirse en el líder de los alcaldes del sur del estado, sin embargo, hasta
ahora ha prevalecido la cautela y la oposición se ha quedado en sus municipios
en tanto no vean claro que hay debajo del oropel mediático.
La segunda busca reforzar la imagen del
gobernante que “descubrió” Consulta Mitofsky y seguir construyendo una avenida,
que lo lleve a la candidatura para gobernador porque con el Estatuto de Morena
(el inconstitucional artículo 3-f), no puede “perpetuarse” como alcalde y
tendría que buscar postularse en otro distinto y sólo hay de cuatro en el
estado: gobernador, diputado local, síndico procurador o regidor.
Y, tercero, trasmitir la idea, de que trae
acuerdos con el gobierno federal para jalar recursos aun cuando el presupuesto
de este año no los tiene contemplado para la llamada Riviera Mazatlán porque
simplemente no existe un plan maestro.
O sea, de ser así, estaríamos antes que el
lanzamiento de una nueva Riviera sustentable de una precandidatura.
¿Dónde pudiera terminar la iniciativa de Riviera
Mazatlán?
Que cada uno saque sus conclusiones.
¡Al tiempo!
Publicado en el
diario Noroeste 26/01/20
GUERRA LIERA EN SU LABERINTO
En las últimas semanas se ha hablado mucho sobre
el futuro financiero de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Se ha dicho, por
ejemplo, que desde finales del año un grupo de auditores se han instalado en la
casa rosalina para realizar una investigación a fondo sobre el manejo de los
recursos federales que se otorgan a la institución. Que producto de ese trabajo
minucioso se tiene un diagnóstico preciso y este se ha presentado a las autoridades
de la SEP y la SHCP, y si nos vamos, por la movilización y declaraciones
alarmantes del rector la institución no salió bien librada.
Más aun, sería el refrendo de lo que ya se había
encontrado a finales de 2018 y que provocó un acuerdo firmado y sellado por el
rector, el gobernador y el subsecretario de educación superior, donde el rector
se comprometen hacer cambios en los contratos colectivo de trabajo sean en los
aguinaldos, las primas, la contratación de personal de confianza e incluso la
jubilación dinámica.
Y esto, ha permitido al secretario Esteban
Moctezuma afirmar que ya se sabe donde radican los problemas financieros de
nuestra alma mater y lo lleva a exigir de nueva cuenta, cómo parte de la
solución, que se lleven a cabo planes de racionalización del gasto público en
un tiempo perentorio sin mencionar que podrían abrir expedientes judiciales en
los casos en que se han encontrados malos manejos.
Juan Eulogio Guerra Liera, el rector de la UAS,
ha tenido que transigir en su postura autonómica y permitir que los auditores
hagan libremente su trabajo y cumplan en tiempo y forma con los objetivos
establecidos por la SEP y la SHCP.
Es decir, permitió, lo que no ha permitido, a
los universitarios interesados en reformar una ley orgánica que explica muchos
de los males que seguramente los auditores han encontrado en el diagnóstico.
Menos, ha exigido que ese diagnóstico inédito, deba pasar por la aprobación del
pleno del Consejo Universitario. O sea, estoicamente, ha tenido que chupar
faros y aceptar el ultimátum de que antes de que cierre marzo ponga sobre la
mesa un plan para optimizar el recurso público.
Ahora, el rector ha empezado a socializar el
tema cuándo debió hacerlo desde el año pasado, y lo hace en la calle y a la
defensiva, buscando con engaños y medias verdades el apoyo de los
universitarios y, en especial de los titulares de los sindicatos, que esperemos
la piensen antes de firmar lo que les pongan
sobre la mesa aun cuándo para muchos universitarios son una pieza de la llamada
Universidad partido.
Es público que los funcionarios de primer nivel
de la UAS se han servido con la cuchara grande asignándose salarios y
prestaciones que son de los más altos entre las instituciones de educación superior.
Desde se instaló el cuenismo quedo atrás aquel salario para rector que existía
todavía en la gestión de José Luis Guevara Reynaga (1996-2000), y se fijaba de
acuerdo de lo que percibía un profesor-investigador de tiempo completo titular
C y, que hoy, a pesos actuales sería prácticamente un 25% de lo que hasta hace
poco ganaba el rector.
Pero, hasta ahí, es una parte del problema
financiero, lo otro tiene que ver con las prestaciones que reciben los
funcionarios de primer nivel y en algunos casos, hasta la parentela. Que
igualmente tienen un estatus especial en cuanto derechos pecuniarios. Más aun,
está el costo que tiene para la universidad sostener la estructura partidaria
del Partido Sinaloense sea a través de cargos, sobresueldos, plazas académicas y
administrativas, programas sociales, comisiones incluso utilización de los
recursos materiales en las actividades partidarias.
O sea, hay tela de donde cortar, si la auditoria
fue a fondo tuvo que haber encontrado los desvíos que se hacen a actividades ajenas
a la Universidad.
Ahora bien, cómo el asunto se ha manejado con el
mayor sigilo por el gobierno federal, buscando quizá correctamente no levantar
olas mediáticas, no se conoce públicamente el diagnóstico que arroja la
auditoria y eso, le ha dado margen al rector para que plantee ante la opinión
pública lo que desee para regularizar a la institución y que va en contra de
los derechos de los trabajadores activos y jubilados que dicho de paso no puede
tener efectos retroactivos.
Es así, cómo ofrece un cambio, en lo que él
llama las “prestaciones no necesarias”, lo que esto signifique, y eso podría
pasar por conculcar obligaciones y en especial de quienes disfrutan de la
“jubilación dinámica”.
Ciertamente, al margen de estas “singularidades”
de la UAS, se encuentra una realidad que es la masificación de la educación
superior de manera que hoy la institución, según datos oficiales, tiene
aproximadamente 150 mil estudiantes en los tres niveles académicos (prepas,
licenciatura y posgrado) y, ahora, con la política del gobierno federal de
puertas abiertas podría complicarse aún más el problema financiero.
Los directivos de la UAS deberían dar el primer
paso y eso pasa por separar los vínculos de la UAS con el PAS, dejar de seguir
dotando financiamiento en especie, es decir, “yo te doy trabajo y te pago, pero
tu trabajas en el partido”, y si trabajas en el partido, “debes cotizar
periódicamente a su funcionamiento”, además, “hacer activismo político
constante sobre todo en épocas electorales” en menoscabo de las actividades
sustantivas de la UAS.
Esta anomia institucional ya hizo crisis entre
los propios universitarios comprometidos con el “proyecto” externo a fuerza de
permanecer en la nómina:
Una, porque rectoría ha empezado hacer ajustes
llamando a los directores a que racionalicen el personal a su cargo lo que ha
significado que activistas que durante mucho tiempo estuvieron en el “Servicio
Social” o son “Personal de Confianza” ahora, se le han asignado actividades
sustantivas. Así mismo, profesores que tenían carga les han pedido en algunas
escuelas que las compartan con sus compañeros de partido y eso lo único que ha
provocado es frustración y socialización de la miseria salarial;
Dos, en las escuelas y facultades, se han creado
grupos de poder que trabajan para ellos y eso significa que los que no están
nucleados queden prácticamente en desamparo por lo que acuden desesperados con
sus jefes políticos para que pongan orden en sus escuelas; y,
Tres, estas jefaturas políticas, cada día tienen
y tendrán menos márgenes de actuación para seguir aceitando con estos recursos
el engranaje de la Universidad partido y están en clave de sálvese quien pueda.
La UAS vive un momento de inflexión y con ello
su actual grupo dirigente. El cambio ha llegado de fuera y no estaban preparados
para ello. No tienen margen de negociación con el gobierno federal y asumen que
están en una posición débil, los senadores morenistas Rubén Rocha e Imelda Castro,
poco podrán hacer para salvarlos, aun cuando el PAS se rinda a ellos con fines
electorales, menos todavía, si lo que se busca es sacrificar los ingresos de
los trabajadores activos y jubilados.
Bien, lo decía un jubilado del sur está semana,
el gobierno federal está obligado a suministrar recursos a las universidades
públicas, y si el problema son funcionarios corruptos, que vayan por ellos, no
podemos pagar justos por pecadores.
¡Qué así sea!
Publicado en el
diario Noroeste 18/01/20
DE VERDAD, ¿VAN POR EUROPEOS PARA MAZATLÁN?
No dudo que hay buena voluntad en el viaje del
alcalde de Mazatlán y su gran comitiva a la Feria Internacional de Turismo en
Madrid (FITUR), lo que dudo es que tengan claro a lo que van a ese gran
supermercado internacional.
¿Cuál es nuestro plus para convencer a los
grandes empresarios del turismo de que en lugar de ir a los destinos de playa
del mar mediterráneo o los de la cornisa cantábrica donde además de sexo, sol y
playa encuentra ciudades seguras, históricas, señoriales, lo hagan en lo
sucesivo a las playas del sur de Sinaloa?
¿Qué incentivos tendría el turista europeo
promedio para pagar más que yendo a la isla de la fiesta sin fin de Ibiza,
Marbella, Benidorm, San Sebastián en España? o a ¿Cascáis, Sintra o Estoril en
la costa portuguesa? ¿O en las Antillas mayores y menores donde se encuentra
Puerto Cana, Varadero, Jamaica, Las Bahamas, Cancún o Playa del Carmen? O las
paradisiacas playas de Guinea Bissau o Cabo Verde en la costa atlántica
africana.
Pocos en clave de negocios. Lo que habla de que
la iniciativa parte antes que de un conocimiento del mercado turístico y
nuestras potencialidades a un impulso que le escuche al alcalde en su primer
informe de gobierno.
Recordó, en aquel momento, de autoexaltación
pública, que había desaparecido el Consejo de Promoción Turística y ahora “nos
corresponde a nosotros hacer directamente la promoción de nuestro destino”, ¿dónde
queda la promoción que hace el gobierno del estado?
Vino entonces la idea de que había que ir a la
Fitur de Madrid y a lo grande llevando la música de la Banda del Recodo, la
comida de algunos chefs reconocidos de la región y la infaltable cerveza Pacífico,
faltaba más.
Esta visión provinciana va a contrastar con las
nuevas tendencias del turismo internacional. Las del llamado turismo posmoderno
que está centrado en el individuo producto de los cambios estructurales que se
han dado en el negocio del ocio, en tiempo, forma y espacio.
Veamos, brevemente, si en el pasado, estaba muy
definido el tiempo turístico cómo época de vacaciones (Semana Santa, Navidad y
Año Nuevo, etc.) actualmente, con la desregulación laboral, los distintos tipos
de turismo y con un claro énfasis hacia los llamados baby boomers ha provocado
que haya turismo todo el año al punto que hay países que viven principalmente
de esta industria sin chimeneas.
Ese acceso al reparto del pastel turístico
plantea desafíos a los destinos de las grandes recepciones de turismo. Por
ejemplo, mayores inversiones en la estética de las ciudades, mejor
infraestructura vial y un más eficiente sistema de seguridad pública; y, claro,
de parte de los grandes tour operadores una mayor compactación en red de los
servicios aéreos, traslados, hoteleros, precios en
una industria con una fuerte tendencia a la
monopolización y dentro de esa tendencia una mayor diversificación y
especialización de la oferta dentro de sus establecimientos.
No es casual que los países europeos
especialmente de la costa mediterránea, sea junto a los Estados Unidos de
Norteamérica, los que hoy reciban los mayores flujos turísticos. España, por
ejemplo, con una cuarta parte de nuestro territorio recibió 82.8 millones de
turistas extranjeros en 2018 y se espera que este año cierre con cifras
similares luego de la caída del turismo en Estambul, Túnez y Egipto por la
inestabilidad que ha generado su conflictiva social y política. El turismo es
una actividad muy sensible a la violencia y nosotros la tenemos como homicidios
dolosos y desaparecidos para no hablar de las imágenes del llamado
“culiacanazo” que dio vuelta al mundo como también las series de narcos
sinaloenses en Netflix.
Pero, centrémonos la atención que tanto nuestros
gobiernos, como empresarios del sector local, han realizado para hacer frente a
los cambios posmodernos del mercado mundial que permita que este viaje
voluntarioso traiga resultados positivos en el mediano plazo.
Mazatlán, y no se diga el resto de los
municipios del sur, siguen ofertando sus atractivos naturales que sin duda son
bellos y parte de nuestro orgullo local, sin embargo, son insuficientes, basta
ver la publicidad a favor de la Perla del Pacífico que sigue siendo
predominantemente de sexo, sol y playa con las consabidas referencias a un
pueblo alegre, trabajador y hospitalario, son cualidades que valen para el
turismo regional, pero no para el europeo que busca otras cosas cuando viene
hacer la ruta maya, zapoteca o tarahumara.
Más aun, la oferta cultural de grandes eventos
en el Teatro Angela Peralta, una referencia para muchos turistas canadienses y
estadounidenses ha venido a menos y buena parte de los recursos de cultura se
destinan hoy al Carnaval que recibe principalmente a turismo regional. Además,
el Centro Histórico con su belleza arquitectónica está manchado por las ruinas
que el turista encuentra a cada paso y los daños a la infraestructura que a
solo un año de haberse inaugurado presenta los síntomas de la falta de atención
por las autoridades municipales.
Entonces, si estamos ante lo que en el mundo se
llama “estetización” de la oferta turística mucho nos queda por hacer y eso nos
lleva a lo que podemos ofrecer no en abstracto al turismo europeo sino a las
grandes comercializadores de la oferta turística.
Ahí, está, ese mundo de miles millones de
viajeros con fines de ocio que se desplazan por todos los rincones del mundo,
pero la pregunta es cual es nuestro gancho para convencer a esos conglomerados
económicos que deben traer a sus clientes a Mazatlán que no tengan los destinos
ya mencionados.
¿Qué incentivos tenemos que ofrecer? Sean en el
plano de los negocios o de los servicios que se ofrecen a un mercado
internacional cada vez más demandante. Recuerdo haber escuchado al empresario
Julio Berdegué por allá en los años ochenta en un coloquio sobre política
turística que organizamos en la UAS y al que asistió en calidad de ponente: “Si
tuviéramos que traer guías de turistas del Japón para atender a los turistas
japoneses, los traeríamos”, y eso no ha cambiado un ápice, nuestra vocación es
regional y eso tiene satisfechos a muchos prestadores de servicios.
Cierto, el alcalde mazatleco y su comitiva
variopinta van en el mejor de los casos tras el llamado turismo de masas. Ese
que compra un paquete todo incluido, como sucede en Playa del Carmen,
Huatulco o Puerto Vallarta, pero ni eso se ha
podido ofrecer extensivamente porque los propios empresarios del ramo turístico
lo cuestionan por ser “competencia desleal”.
En definitiva, el alcalde y su costosa comitiva
tropical, la van a pasar muy bien en un Madrid gélido, pues cómo me lo dijo una
guapa española en mi época de estudiante: “el frío, con vino se quita”. Que lo
disfruten con una buena dotación de tapas y chorizos que para eso estamos los
contribuyentes. ¡Ole!
Publicado en el
diario Noroeste 12/01/20
PREJUICIOS DEL ROCHISMO
Uno, cómo analista político, espera que un argumento
escrito se combata con otro argumento más sólido, sustentado. Así se enriquece
la opinión pública. Con ello se puede llegar a un mínimo de racionalidad, de
comprensión, de entendimiento colectivo y en un instrumento para la toma de
buenas decisiones políticas.
Pero, que pasa cuando ante ese argumento
expuesto ante la opinión pública, la única respuesta es el silencio, el
menosprecio o peor el rumor, esa “verdad” miserable donde se reduce toda a una
explicación emocional.
Me sucedió.
Primero, alguien me lo dijo “tu Ernesto no
quieres a Rubén Rocha”, por eso lo criticas y segundo, alguien, me dicen, lo
expuso en el primer círculo rochista después de mi artículo del domingo pasado
sobre la conversión del exrector a favor de la alianza con Cuén: “Norzagaray es
un viejo opositor de Rocha y nunca ve nada positivo en él” - Quizá fue la misma
persona.
Cuando la política y por extensión el periodismo
de opinión, se mide desde las emociones, todos perdemos, nos invade el
prejuicio, la maledicencia, el juicio fácil, la descalificación a ultranza.
Vamos, se nublan las inteligencias y todo se
reduce a un problema de odios y querencias, donde terminan imponiéndose las
emociones, como si así estuviera construida la realidad realmente existente.
La sociedad sinaloense necesita mejores
actitudes y no este tipo de narrativas cargadas de animosidad, de hueva mental,
y todavía menos la que producen los pasquines que se dedican a envilecer el
debate público.
Se trata de poner sobre la mesa el tema porque
cualquiera de quienes traen el gusanito de aspirar a la gubernatura, que se
sienten con merecimientos para ir por tal o cual partido, en tal o cual
alianza, así mismo, ya que aspiran a enarbolar un anagrama partidario o
aliancístico, deberían responder a la pregunta: ¿cuáles son los méritos y las
ideas que ofrecen a esta sociedad cargada de demandas?
Rocha Moya, sin duda es un buen candidato y trae
de suyo la marca Morena, que es la mejor posicionada entre las existentes en el
mercado electoral, no se ve por donde pueda perder si sale airoso en la interna
que no está definida. Hay, cómo se sabe, otros tiradores sean de las corrientes
de Morena, cómo las que podrían venir desde el ánimo del propio presidente, que
nos puede llegar a sorprender con una decisión centralista.
Por eso, Rocha Moya, debería evitar verse cómo
un aspirante dispuesto hacer cualesquiera alianzas con quien sea porque en
política la suma hay veces que termina siendo resta. No olvidemos que aquello
de las lealtades partidarias está en crisis pues ya no basta, un simple tronido
de dedos o bulto de dinero, para que los operadores se alineen y los votos
caigan en cascada a favor del nominado de este u otro partido.
Lo vimos en las pasadas elecciones concurrentes
cuando la coalición PAN-PAS fue un fracaso rotundo, ya que por un lado el
blanquiazul siguió su proceso de desplome iniciado en 2015, y el PAS hasta
entonces en ascenso que le habría permitido ser la segunda fuerza política,
terminó en el mínimo de una sola diputada, producto de una definición
patrimonial, familiar.
Entonces, insistimos en lo que muestran las
encuestas demoscópicas, la marca Morena en el 21 estará sólida y sospecho que
si bien la lucha por la nominación será dura pues ya se siente en el entorno
morenista, terminará alineándose con el ungido, o ungida, por eso en esta etapa
importan mucho el comportamiento de los actores, las señales que envían sean
estás en su comportamiento político como decisiones que asumen.
El problema con Rocha Moya es que es el más
aprontado, el que quiere ser de ya, y eso lo está llevando al desgaste
mediático y a cometer errores, porque en sus preferencias está excluyendo con
cierto aire de arrogancia a favor de su aliado incómodo.
Mientras los aspirantes más pacientes, ven con
simpatía su desgaste mediático al aparecer con los quienes detentan el
cacicazgo de la UAS, a los que en campaña vapuleo con expresiones de desprecio
político, cómo lo sucio de la política estatal, lo que se tenía que ir para que
esa institución educativa recuperara su esencia y su libertad para prestar
mejores servicios a la sociedad sinaloense.
Y ahí están, a la espera de mayores tropiezos,
para ir por la definición que se tome en los canales del partido o mejor ante
la ausencia de institucionalidad en Morena, que la decisión la tome el propio presidente
López Obrador, y eso cae en el terreno de lo impredecible, porque AMLO no
buscaría al ideal sino al que le permita hacer sus propias alianzas y eso es
otra historia por escribir, por narrar, del nuevo ejercicio del poder
presidencial.
Sinaloa, hasta ahora ha estado gobernado por un
pequeño grupo de empresarios algunos que estuvieron en las campañas contra
AMLO, recordemos no hace mucho tiempo Manuel Clouthier en un texto memorable se
lo recordaba a uno de ellos llamándolo cobarde, y eso seguramente contará a la
hora de las definiciones, pero también hay otros que si bien no se alinearon
han buscado tender puentes con los intereses que representan.
Jesús Vizcarra, por ejemplo, se le vio en un
acto de campaña de Jaime Bonilla, hoy gobernador bajacaliforniano, lo que da
cuenta que en esto de las lealtades política no hay nada que permanezca, fluye
como el agua en una pendiente.
Entonces, volviendo al punto de inicio, parte
del capital político que tiene Rocha Moya es su preparación académica y política,
sus relaciones y simpatías, qué está por encima de la media de los que aspiran
y ya que se subió al ring para armar alianzas debería defenderlas y en la
eventual designación podría servir para la instrumentación de un proyecto de
gobierno sólido por progresista.
En definitiva, lo peor que puede suceder con
Rocha Moya es que su aprontamiento termine desbarrancando y sus aliados se
vayan a buscar un nuevo nido, en un escenario donde el pragmatismo es el que
manda y seguro mandara en los próximos meses.
Lo mío al tiempo
Publicado en el
diario Noroeste 05/01/20
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