TE LO DIGO JUAN, ¡PARA QUE LO ENTIENDAS PEDRO!



Una persona que dice llamarse Ricardo Espinoza de los Monteros (REM) plantea una pregunta juiciosa y provocadora: Sinaloa, 2021: ¿Qué gobernador necesitamos?, lo hace en redes sociales con buena prosa y un inevitable estilo golpeador.

Es el golpe del juez malhumorado que gusta de los juicios sumarios contundentes, de verdades a medias o absolutas dignas de Goebbels, el maestro de la propaganda nazi, de la exhibición de culpables en la vitrina pública y de sentencias mediáticas, que ni dios, es capaz de absolver ante el tamaño de los pecados.

Pero, su pasado, si es quien estamos pensando que es, lo condena en el periodismo que desarrolla en medios digitales que están al servicio de los intereses de Héctor Melesio Cuén Ojeda, el exrector de la UAS y dirigente del PAS.

Entonces, su pregunta podríamos decir se responde sola, y solo faltó que le pusiera nombre y apellidos, pero no lo hizo por una cautela que explicaremos más adelante.

Y es que Héctor Melesio, luego de los sucesivos fracasos electorales como candidato al Senado (2012 y 2018) y al gobierno del estado (2016), además, de la caída abismal del PAS en 2018, donde su partido alcanzó una sola diputación, tiene hoy menos posibilidades de alcanzar la gubernatura, pero, sin duda, buscará estar en el campo de las definiciones político y el texto sería un adelanto para decir que si y que no quiere.

Y, quizá por eso el presunto REM en su repaso por los reales o supuestos actos de felonía de los políticos sinaloenses no lo menciona ni una sola vez y me pregunto ¿se puede hoy hablar de política en Sinaloa sin mencionar a Cuén Ojeda y su partido?

Imposible, entonces, la explicación de esa ausencia es porque Héctor Melesio ha dicho a sus más cercanos que está vez que no se volverá a equivocar: “qué irá con quien tenga mayores posibilidades de ganar” y, hasta ahora, las encuestas indican que será el candidato que nomine Morena.

Por eso, en estos meses, ha oscilado entre Rubén Rocha y Jesús Vizcarra, y con ello asume tácitamente que no será candidato nuevamente a gobernador por su partido que traía en marzo un 4% de intención de voto. 

Es, más, después de la derrota estrepitosa de 2018 dijo a la prensa que no estaría en la papeleta electoral de 2021 (aunque, recuerdo, reconsidero).

Entonces, está claro, Cuén buscara nuevamente rentar la marca y la estructura de su partido a esa candidatura que juzgue ganadora o mejor convertir a su partido en “bisagra”, es decir, que el PAS aporte los votos que hagan la diferencia en una elección hipotéticamente competida entre dos grandes bloques electorales que se ve en el horizonte nacional (Lo cual no creo que signifique un choque de trenes en el estado porque cómo nunca la élite política sinaloense está cohesionado y eso puede facilitar el arreglo político sin renunciar a la competencia electoral). No obstante, el PRI le ha mandado el mensaje de formar una coalición PRI-PAS y el sólo ha dicho que el “niño es risueño…”

Abonaría a esa idea pragmática los resultados recientes de la serie de estudios demoscópicos que realizó la casa encuestadora Massive Caller sobre la intención de voto por partido y posibles candidatos.

Así, en la que corresponde a Sinaloa, la marca Morena, estaría si no cambian las circunstancias Morena está destinada a ser la ganadora independientemente del candidato que postule pues trae el 30 % de intención de voto mientras la del PRI un 25%.

Es el senador Rubén Rocha Moya quien está mejor posicionado entre los posibles candidatos de Morena con el 41% de preferencias, mientras Sergio Torres es el mejor por el PRI con 21%.

Detrás de la candidatura de Morena y el PRI, el PAN no pinta con ninguno de sus posibles candidatos, está tras bambalinas Jesús Vizcarra. Quien, hábilmente, se ha venido metiendo al proyecto Morena.

Recordemos, que el empresario sinaloense estuvo en Baja California, apoyando a su amigo morenista el hoy gobernador Jaime Bonilla quien, dicho de paso, recientemente ha sido reconvenido por una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su pretensión de ampliar su mandato de dos a cinco años lo que ha dejado trastornado a su grupo político

O sea, el golpe interpósito de REM es contra Rubén Rocha, a quien califica de “morenista por accidente y de adscripción priista”, ¿será que lo que expresan esas palabras es que Cuén no le perdona que haya ofrecido acabar con su cacicazgo en la UAS?

Aun, cuando, por esas cosas de la política pragmática Rocha haya buscado construir una alianza con el grupo político de la mancuerna Cuén-Guerra provocando disgusto entre los que lo apoyaron desde la Universidad y es que al parecer Cuén teme que de llegar Rocha Moya al gobierno del estado vuelva sobre el tema de este cacicazgo. Que lo dudo, tendría que haber una gran movilización universitaria para que se atreva por los compromisos con su verdadero grupo político.

Sobre esto tampoco dice algo REM y eso debería leerlo Rocha entre líneas y reflexionar sobre sus alianzas. Lo quieren y querrán bajar de la nominación de Morena sin perder las formalidades y las sonrisas para la foto de unidad incluso reconocerle su cuota de poder.

El texto de marras está destinado a abrir paso político a Jesús Vizcarra sea por el PRI o por Morena o en caso de que este insista, en que no quiere ser candidato, terminar siendo el fiel de la balanza o como mínimo tener su cuota de poder como lo ha tenido en el gobierno de Quirino Ordaz.

Y ahí es donde cobra sentido, una de las verdades a medias de REM, Rocha Moya está ligado al grupo político de Aguilar Padilla y este con Jesús Vizcarra, o sea Rocha está en el mismo grupo de poder, pero con el sesgo de que ha sido un buen senador, y eso va a contar en la definición que será personalísima de AMLO en perspectiva de la continuidad de su proyecto.

Sin embargo, AMLO facilitará aquellas alianzas donde que le permitan conservar la mayoría en la Cámara de Diputados y pudiera ser el caso de Sinaloa.  

Entonces, si la pregunta es cuál es el perfil del gobernador que necesita Sinaloa para el periodo 2021-2027, reflexiones como las de REM con su inocultable sesgo a favor de los intereses de Cuén Ojeda no ayuda ni a su jefe político y menos a una discusión razonada sobre el futuro del estado, es simple y llana militancia mediática.

En definitiva, lo que trasmina este juego tenebroso no es que REM llame a reflexionar sobre un futuro nada esperanzador que nos va a dejar la pandemia, si es que algún día se va, si no escribe, como si en este momento no estuviera pasando nada y la receta que necesita el estado sea la misma y con los mismos personajes. ¡Por dios!  

Al tiempo.

14/06/20

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