ROCHA EN LA RUTA DEL VIRUS
Rubén Rocha Moya, se ha convertido en el Senado de la
República y en las páginas de Excelsior en uno de los principales defensores de
las iniciativas del presidente López Obrador.
Y lo hace bien, se apropia con pasión de los temas polémicos y
los defiende sin cortesías parlamentarias.
Busca exhibir, desnudar a la oposición, cómo vana y sin propuesta,
sea la del PRI, pero sospechosa para algunos la que hace del PAN, a la que acusa,
defender lo que le indican sus patrones.
Da muestra sobrada de que lo hace sin prurito alguno y qué su
paso por la política no ha sido en vano, le ha dejado ese resorte de polemista
que contrasta con sus maneras suaves de la que hace gala en el trato personal.
Ese arrojo tiene en el arrobo permanente a sus más fieles de
la vieja izquierda uaseña -especialmente aquellos entusiastas que cobran un
cheque del Senado por “servicios de asesoría legislativa”- unos y otros, hacen circular
en redes todo lo que en su imaginario haga crecer la imagen de su ya candidato.
En este caso fue el fragmento más encendido de su
intervención. Rocha Moya con guantes antisépticos, rostro semicubierto con
tapaboca y el índice en alto, se va con todo contra sus adversarios de lo que llama
“coalición de derecha” para después de la filípica terminar sentenciando
heroicamente: ¡¡“Defenderemos la salud
de todos los mexicanos”!!
Sin duda, con todo y reservas.
Y es que mire estimado lector, sorprendió la convocatoria
para asistir al Senado en medio de los llamados para permanecer en casa y más
para votar ipso facto la llamada Ley de Amnistía, que alcanzará a las “personas
vulnerables” en prisión por delitos
federales – ¡ojo!, los del orden común deberán esperar a qué se homologuen los
ordenamientos estatales- y, digo, sorprende porque cualquiera pensaría que la
urgencia hoy está en tomar medidas legislativas que atiendan los problemas urgentes en materia económica y
de salud pública que tiene preocupada a la mayoría nacional. Pero, eso, no fue
tema, cómo bien acusa el también senador Mario Zamora.
Sin duda, al no atenderse la vertiente económica cómo lo están
haciendo otros países, esos problemas van a hacerse más complejos y, más cuando
se dio esta semana, la caída del precio internacional del petróleo salvo que la
cobertura contratada en 49 dólares por barril blinde este año y, no como
algunos afirman, que tendrá que devolver dinero a los compradores del
hidrocarburo.
Sé dijo que la Ley era una prioridad del presidente desde antes
de que estallara la crisis de la pandemia y bueno, se las debe especialmente a
los presos que están injustamente en prisión, sean por razones de pobreza,
políticas, ecológicas o simplemente por vejez y habiendo cumplido ya el 70% de
su condena no representan un riesgo para la sociedad -Ya veremos los alcances
de está amnistía y qué hacen los beneficiados en el momento en que estén en la
calle y la mayoría sin otro recurso que su libertad en la paradoja de unas
calles vacías y llamados a “permanecer en casa”.
Pero, volviendo al senador Rocha Moya, en política todos los
actos públicos, mediáticos, fortalecen o disminuyen carreras políticas. El
senador Rocha Moya tiene en mente la próxima gubernatura de Sinaloa, lo ha
dicho a los cuatro vientos y actúa en consecuencia, esperando cosechar cuando
llegue el momento de la decisión que sin duda pasará por el escritorio de López
Obrador.
O sea, esa intervención en el Senado le da puntos -cómo antes
se los dio la promoción y ejecución de la Ley de Educación- a su aspiración construida
con un sistema de alianzas poco ortodoxas en donde se encuentran personajes de
chile, dulce y manteca y en algunos casos personajes notoriamente contrarios al
espíritu y las políticas de la llamada 4T.
Eso ha provocado el mayor desconcierto de que se tenga
memoria en Sinaloa, o corrijo, está a la par de la coalición que en 2010 tuvo
como candidato a Mario López Valdez y sorprendentemente esta candidatura construye
con quienes resultaron perdedores en aquella contienda histórica y qué sienten
se las debe la ciudadanía.
Se qué en política pragmática se construye con lo que hay y siempre
busca ser suma para lograr una candidatura y el triunfo electoral.
Es muy probable, que aun con todo el desgaste de gobernar en
medio de la pandemia, Morena y sus aliados partidarios lleguen competitivos gracias
a una oposición pobre, dividida y sin figuras capaces de lanzar proyectos
alternativos salvo que toda ella se una electoralmente para presentarse más
fuerte cómo es el llamado del CEN del PAN.
Quizá, eso explica que Rocha Moya, no sea muy selectivo con
sus potenciales aliados y sorprenda a otros porque ven que va contra sus
propias palabras. Tiene a sus incondicionales que irán con él en cualquier
escenario y estarán activos en redes sociales convenciendo al que se deja, pero
hay un sector que tiene serias dudas y les reprochan porque se sienten
traicionados por el doble discurso que el senador ha sostenido ante la
Universidad partido en que se ha transformado la UAS.
Y eso es evidente en
los comentarios que ha provocado está intervención en el Senado, no lo
reprochan los prianistas, sino universitarios sin otro partido que su
institución, y que le compraron el discurso de rescate de la centenaria casa de
estudios para darse cuenta luego que fue simple y llana retórica electoral.
En definitiva, la enjundiosa intervención en esta semana de
Rocha Moya en el Senado de la República, fue pertinente menos en términos
ideológicos y más por el mensaje de “te digo Juan para que lo escuche Pedro”, y
en ese sentido, fue una buena jugada que le permite dar un paso más en su
búsqueda por la candidatura al gobierno de Sinaloa y encabezar un gobierno que
tendrá de entrada la difícil tarea de lidiar con las secuelas desastrosas que
dejará la pandemia del Covid 19.
¡Ah!, y del penoso yerro de la senadora Imelda Castro en la
misma sesión del Senado, ni cómo aplaudir.
Al tiempo.
26/0420
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