LA TORMENTA PERFECTA
Quirino Ordaz lo dijo claro en una entrevista con el staff del
noticiero Línea Directa: el pago de la quincena pasada al personal de la UAS se
hizo porque el gobierno federal “desbloqueo” los 50 millones de pesos retenidos
“por las broncas que la UAS tiene con la SEP”.
En la UAS seguramente se dirá que se impuso la cordura y recibió
el dinero que “ilegalmente” le tenían retenido para el pago del personal
académico y administrativo, sin embargo, la “bronca” seguirá y está aparecerá
nuevamente cuando el gobierno del estado apremiado por las circunstancias
excepcionales podría volver a retener la deuda de los 50 millones de pesos si
el gobierno federal decide volver a retener por las mismas razones.
Existen a mi juicio dos maneras de analizar la falta de esos 50
millones de pesos para cubrir los salarios y prestaciones del personal activo y
jubilado de la UAS: Una, cómo lo razona
el rector reduciéndolo a un asunto de caja donde se retuvo esa cantidad que la
universidad adeuda luego del préstamo por 200 millones de pesos para resolver
el problema de liquidez en diciembre y estaba calendarizada su devolución a
tenor de 50 millones mensuales;
Y la otra, que los funcionarios de la UAS no terminan de
satisfacer las exigencias de ajuste presupuestal del gobierno federal o peor,
que hay la certeza en la SEP de que no se están usando correctamente los
recursos públicos.
Ambas vertientes confluyen creando una tormenta perfecta en
medio de la emergencia nacional pues la institución no tiene dinero para cubrir
sus obligaciones contractuales y las cuentas que tendría el gobierno federal no
le favorecen.
Entonces, si las cosas son así, lo del pago de la noche del
pasado miércoles es un paliativo momentáneo que no permite volver a la
normalidad financiera.
Las autoridades rosalinas han dicho hasta el cansancio que el
problema de la UAS está en que la SEP nunca ha reconocido la jubilación
dinámica que de acuerdo con el Contrato Colectivo es un derecho que tienen sus
trabajadores. Sin embargo, está no existe desde el rectorado de Héctor Melesio
Cuén, cuándo se eliminó de la normativa para el personal nuevo ingreso. Los que
vienen disfrutando de la prestación son los trabajadores que entraron antes de
la administración de Cuén Ojeda, sin embargo, la resistencia de la SEP de pagar
esa “otra” nómina explica una parte el problema de liquidez de la UAS.
Para nadie es desconocido que la UAS en 2012 parió un partido
político integrado principalmente por estudiantes, académicos, trabajadores
administrativos y funcionarios. Así lo demuestran los nombres de sus dirigentes
donde están dos exrectores y la larga lista de candidaturas a cargo de elección
popular de 2013 a 2020 que han pervertido la esencia universitaria. Esta
anomalía coincide con el comportamiento errático de la plantilla laboral registrada
en el Portal de Transparencia.
Cuando llega Cuén Ojeda a la rectoría en 2005, ese año la UAS
cierra con 2, 085 jubilados y 8, 628 personal activo y al terminar su gestión en
2009 hay 3, 135 jubilados y 9, 638 activos. Las tareas más fuertes de
construcción del PAS fueron en 2012 después del fracaso electoral cuando el
exrector se postuló por primera vez al Senado de la República bajo el emblema
del PANAL. Ese año cierra de acuerdo con las cifras oficiales con 3, 508
jubilados y 10, 614 activos. Hasta aquí podríamos decir que hay una evolución “normal”
tanto de jubilados como activos. En siete años (2005-2012) los jubilados se
habían incrementado en 1,423 mientras los activos 1,986.
Esta tendencia se sostiene hasta octubre de 2015 cuando hay 4,156
jubilados y 11, 690 activos. Pero a partir de ese año algo ocurre, y hay
quienes lo asocian a las necesidades electorales del PAS, cuando se dispara a 6,525
jubilados y 17,669 activos que dan un total de 24,194. Está tabla desapareció del
portal y el 20 de marzo del año en curso se puso otra con los siguientes datos:
4, 519 jubilados y 14, 521 activos que dan un total de 19,040. Y en un
documento oficial que circuló en los medios el rector habló de que en la UAS
había un global de 17, 000 entre activos y jubilados.
Para tener otro punto de referencia en 2012 y solo con el
personal activo, el año de registro del PAS, había como ya lo dijimos era de 11,690
y en la tabla desaparecida ya había 17,669 mientras en la vigente 14, 521
activos.
¿Cómo explicarle racionalmente a la SEP y a la SHCP esa volatilidad
de la plantilla activa? ¿cómo justificar un mayor presupuesto con estos números
cambiantes? y ¿hasta dónde estas inconsistencias meten en un brete al personal
activo y jubilado que lo único que desea se garantice el salario?
Seguramente es ahí donde radica parte de la “bronca” que
señala el gobernador y que el rector busca darle la vuelta, en lugar de
sentarse nuevamente con los funcionarios federales, para justificar entre otros
temas lo de la plantilla, el presupuesto y la población estudiantil real.
No se puede seguir con la visión engaña bobos: “Nos sorprende
que haya retenido, de manera incorrecta y sin atribución jurídica alguna, un
recurso estatal ordinario para cubrir un adeudo de carácter federal
extraordinario…” y, menos ante la premura, pretender movilizar a los
universitarios en estos días de emergencia sanitaria.
El problema está en el resultado de las auditorias federales que
por cierto la única de la ASF ubicada en el Portal de Transparencia es la de
2012, es decir, hay ocho años sin este tipo de información: ¿Acaso desde
entonces el gobierno federal no ha auditado el manejo del dinero público
entregado? Imposible.
Más aún, cuando ha trascendido que a finales del año un
equipo de auditores federales se instaló en la casa estudios para revisar el
manejo de los recursos públicos federales. De los resultados de esa auditoria nada
se conoce. Lo que si se sabe es que en una auditoria realizada en 2017 el
déficit era de más de 1 500 millones de pesos. O sea, el acumulado del déficit
es altamente probable que siga en aumento considerando la evolución de la
plantilla de activos y jubilados.
A todas luces hay diferencias con las autoridades de la SEP. Recordemos
cuando su titular vino a decir a Culiacán: “hay Universidades públicas que
tienen dueño” y muchos universitarios le agregarían que tiene partido político,
pero, al margen de percepciones sobre la llamada Universidad partido, hay
elementos suficientes para pensar que detrás de los 50 millones de pesos existe
en la SEP una toma de postura sobre el manejo financiero en la Casa Rosalina.
Seguramente no termina de convencer el manejo que se hace de
los recursos públicos así que no sería descartable que el problema de los 50
millones persista en las siguientes quincenas o qué de una vez por todas se ejerza
mayor control sobre la gestión financiera y académica de la UAS o de plano se
finquen responsabilidades.
En definitiva, ante la situación inestable y en medio de la
emergencia sanitaria, resulta necesario salir de esta suerte de callejón sin
salida y esto solo es posible a través de la acción de los propios
universitarios. Quienes analizando sin tutelajes construyan puentes para conocer
lo realmente existente en la UAS y generar desde abajo, las soluciones pertinentes
para no ser rehén en un litigio que lo hacen suyo y afecta a sus familias.
Al tiempo.
Texto publicado en el diario Noroeste el 5 de Abril de 2020 https://www.noroeste.com.mx/publicaciones/opinion/Opinion-112717
Comentarios
Publicar un comentario