LORET Y EL MUNDO AL REVÉS.
LORET Y EL MUNDO AL REVÉS.
Ernesto Hernández
Norzagaray
“Vamos saliendo de la audiencia, dice Carlos Loret de Mola,
por la demanda que puso en mi contra el hermano del presidente AMLO por
presentar los vídeos donde recibe dinero en sobres amarillos. Pío López Obrador
quiso hacer su mañanera: 8 horas en las que no pudo desacreditar ni desmentir
nada. Terminó aceptando que los videos son verdaderos y que sí recibió dinero”
para el movimiento.
Bien, lo dice, el periodista, que
el juicio que se ha iniciado contra él en un juzgado de la Ciudad de México ha pedido
de los abogados de Pio López Obrador es el mundo al revés.
Y es que, lo demanda a él y a la
empresa Latinus, por 400 millones de pesos por daño moral al haberlo exhibido
recibiendo sobre amarillos con dinero de David López Romero, en ese entonces
funcionario del gobierno chiapaneco Manuel Velasco Coello, y quien habría sido
citado a la audiencia como parte del juicio y, a decir por Loret de Mola,
habría sido amenazado en el acto por el hermano del presidente López Obrador.
Y, aunque, el asunto judicial lo habrá
de dirimir un juez estamos ante un tema del mayor interés público cuanto es un
acto de corrupción política y un atentado contra la libertad de expresión.
El asunto es público por tres
razones: Primero, está directamente involucrado un hermano del presidente de la
República, segundo, fue grabado en dos ocasiones recibiendo dinero del gobierno
de Chiapas y, tercero, ese dinero presuntamente era para el “movimiento” que
encabezaba el hoy presidente de la República, es decir, sería financiamiento
ilegal para la operación política de un candidato y unos partidos lo que
constituye a todos luces un delito que el tribunal electoral debería investigar.
Y es un atentado contra la
libertad de expresión porque justamente la labor del periodismo es exhibir,
entre otras cosas, el comportamiento de los políticos en los procesos
electorales.
Pio López hace uso de las leyes
para limpiar su honor, pero también del poder de ser hermano del presidente para
defenderse de la exhibida pública, aunque resulte una balandronada seguramente
tiene la anuencia del propio presidente para tener entretenido al comunicador
en estos meses del proceso electoral. -Si la audiencia, por ejemplo, hubiera
ido mucho más allá de las ocho horas simplemente no hubiera aparecido en escena
Loret en el programa nocturno del pasado lunes.
Y, justo ahí, en esa edición de
Latinus, Loret de Mola vuelve a ejercer la libertad de expresión cuando por si
hubiera dudas exhibe los videos y audios que muestran a Pío López y a David
León conversando displicentemente y, aquel, recibiendo los sobres amarillos para
disgusto no sólo del demandante, sino también de su hermano y millones de
seguidores del programa nocturno de noticias, investigaciones y análisis de la
oferta televisiva.
¿Qué pueden argumentar en contra los
abogados de Pío López cuando el mismo acepta que los videos y los audios son reales
y que, además, si recibió el dinero de León Romero en un descuido el acusador
termina siendo el acusado?
A la vista nada.
Entonces, lo que queda a flote es
el poder llano, mostrar que con la familia del presidente nadie se mete sin que
eso tiene costos y por eso, Loret lo dice una y otra vez, “no me van a doblar”
y que seguirá ejerciendo este tipo de periodismo que tantos dolores de cabeza
produce en Palacio Nacional.
Se que en el medio del periodismo
Loret de Mola tiene afectos y detractores. Ya vemos que se están manifestando,
por un lado, quienes tienen en alto la libertad de expresión sin ningún tipo de
regateo, pero, también, quienes quieren la libertad de expresión, pero, no, la
que ejerce este periodista por “amarillista” como lo califica, por ejemplo,
Julio Hernández “El Astillero”, quien dice que lo del dinero de Pío hay que
investigarlo. Señor Hernández: a declaración de parte, relevo de pruebas, dice
una máxima de primer semestre de la carrera de Derecho.
En definitiva, el juicio contra Loret
de Mola es un juicio contra el periodismo crítico, es una batalla por la
libertad de expresión y aquellos periodistas que buscan darle la vuelta, para
no se calificados de “loretistas”, deberían revisar sus convicciones en este
mundo al revés.
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