JULIO VERSUS ANABEL
JULIO VERSUS ANABEL
Ernesto Hernández
Norzagaray
Pruebas, pruebas, exigía Julio
Hernández, Astillero, en una entrevista a la periodista Anabel Hernández sobre
los 2 millones de dólares del Cártel de Sinaloa que se habrían filtrado a la primera
campaña presidencial de López Obrador a cambio de que en caso de que se ganara la
elección obtener protección y hasta, palomeo, en la integración de la entonces
Procuraduría General de la República.
El resultado electoral, como
sabemos, resultó adverso para el candidato presidencial de la entonces
coalición electoral “Por el bien de todos, primero los pobres” lo que habría enfurecido
al narcotraficante Édgar Valdez
Villarreal, mejor conocido como 'La Barbie', quien presuntamente fue el
intermediario con los políticos y, hasta se dice, que quería ir asesinar al
presidente del Tribunal Electoral Federal porque él y el resto de los
magistrados dieron como válidos y legítimos los resultados electorales.
Evidentemente, la autora del
exitoso libro “Los Señores del Narco”, no tiene las pruebas que quisiera ver el
autor de la columna Astillero-La Jornada que suponemos serían buenas
fotografías de AMLO con el Mayo Zambada o el Chapo Guzmán, audios de aquel con
los intermediarios políticos o mafiosos, cheques a nombre de Nicolás Monilledo,
entregas de dinero en bolsas negras a los intermediarios políticos y todo, lo
que pueda ser una prueba irrefutable de que el Cártel de Sinaloa financió la
campaña presidencial del político tabasqueño.
Y si no hay esto, para Julio
Hernández las dichos no son válidos… ¡Nunca hubo un centavo del Cártel de
Sinaloa en esa campaña, hasta que se demuestre lo contrario!, dirá con cierto
enfado y satisfacción. Ergo, la periodista miente, no hace investigación, sino
propaganda en contra del presidente López Obrador.
Sin embargo, el relato realizado por
Anabel Hernández coincide en lo esencial con los artículos de los periodistas estadounidenses
Tim Golden y Steven Dudley y si nos fijamos como se fue armando la trama desde
que un narco es detenido en McAllen, Texas, hasta los testimonios recogidos
sobre las presuntas reuniones que se celebraron entre políticos y
narcotraficantes tanto en Nueva Vallarta, como en el barrio Polanco en la
Ciudad de México, donde, se habría entregado los dos millones de dólares.
Anabel, argumenta didácticamente sobre
cómo funciona el sistema judicial norteamericano cuando hay de por medio
testigos protegidos que, por supuesto, siempre quieren librar sus largas
condenas ofreciendo información sensible, pero, no basta, soltarse diciendo
mentiras para que la contraparte caiga rendida y les rebaje las penas o los
libere de inmediato, y es que dice Anabel estos pasan por una serie de filtros
para saber si el testigo está diciendo la verdad o quiere verles la cara de imbéciles.
Pero, Julio, con una sonrisa
perdonavidas rechaza el argumento “ingenuo” ¿acaso no sabe Anabel que allá
también hay corrupción y no importan los filtros judiciales?, dirá para sus adentros.
Los argumentos de Anabel explican
la diferencia entre quienes están hoy en las calles estadounidenses (Jesús y
Vicente Zambada, Damaso López, el “Minilic”, Lucero Sánchez, Sergio Villareal “el
Grande”, Emma Coronel etc.) y, quienes, siguen purgando condenas en las
prisiones de ese país, para no aparecer como un chivato, un traidor a su Cártel
o lo que fue la federación (ahí están presos Osiel Cárdenas, Jorge Costilla Sánchez, 'El Coss', etc.).
El problema de este de periodistas como Julio Hernández es
que lamentablemente siguen la tonada que les indican desde Palacio Nacional y sí,
su residente, pidió ese mismo tipo de pruebas a Tim Golden estos, van a
exigirla, con más fuerza, buscando exhibir a su interlocutor como calumniador,
difamador, conservador, vendido, sicario mediático.
Se dirá, claro, el periodismo de investigación se sustenta en
hechos no en suposiciones, preferencias o animadversiones como una forma de
descalificar al contrario y hacer un guiño al efectivo de Palacio Nacional o a
quienes tienen la tarea de supervisar el trabajo de los que están detrás del
micrófono o una columna periodística amiga.
Dicho de paso, ni uno ni otro, son los más indicados para
evaluar este periodismo que se hace en la calle con todos sus riesgos -Anabel,
es público, que por amenazas para ella y su familia decidió desde hace unos
años vivir en Italia donde sigue haciendo el mismo periodismo molesto para las
sucesivas élites del poder.
En definitiva, me quedo con Anabel que es capaz de aportar
nueva información aun, aquellas, que no son redondas, impecables, como las que
exige Julio a Anabel para poder reclamarle la falta de veracidad de sus
hallazgos desde la comodidad de su espacio de producción.
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