LAS ESTRATEGIAS
LAS ESTRATEGIAS
Ernesto Hernández
Norzagaray
Jesús Madueña Molina, rector de
la UAS, decidió ampararse ante un juez federal por una eventual detención con
motivo de la negativa institucional a los inspectores de la Auditoria Superior
del Estado (ASE) para abrir los archivos de la casa rosalina y que estos
auditaran el manejo de los fondos producto de los ingresos propios. El juez
octavo de lo federal le otorgó una suspensión provisional.
Estaría en el aire si esa
instancia del gobierno estatal tiene competencias en un momento cuando está por
definirse la constitucionalidad de la “armonización” de la Ley General de
Educación Superior.
Y, por lo tanto, si tiene la ASE capacidad
jurídica de auditar a las universidades públicas del estado, cuando esta lo
realiza regularmente la Auditoria Superior de la Federación (ASE).
Madueña Molina, ha declarado que el
31 de marzo llegaron a su domicilio llegaron fiscales, policías y hasta
soldados para cumplimentar una orden de arresto lo que de haber sucedido sería
una desmesura siendo el rector de la máxima casa de estudios, es decir, una de
las figuras públicas más relevantes del estado que debería significar alguna
consideración.
Se podrá decir, ahora sí, “que la
ley, es la ley” que “nadie puede estar por encima de ella” pero no estamos en
un país nórdico que justificaría una aplicación de la ley expedita cuando existen
casos, que demuestran lo contrario. Entonces, la máxima porfiriana de que a los
enemigos la “ley simple y llana” y a los amigos “perdón y gracia”, es la que
estaría aplicando el gobierno en Sinaloa. Y no hay que dar muchas vueltas para
saber que es una posibilidad real dentro de la estrategia del gobierno lo que
justifica la solicitud del amparo.
En el caso de la UAS hay una estrategia en
curso donde se combinan los tres poderes del estado donde cada uno de ellos ha
hecho su parte: El Ejecutivo rompiendo políticamente (y personal) con Héctor
Melesio Cuén Ojeda, líder del PAS; el Legislativo armonizando la Ley general
con dedicatoria para la UAS y el Judicial, poniéndose al servicio de la ASE.
Un verdadero plan pinzas que busca acabar con
el grupo de poder universitario y provocar un relevo político en la institución
rosalina -y, subrayo, político, porque hasta ahora no hay un planteamiento
académico.
Solo que las prisas nunca son
buenas cuando hay un Estado de Derecho porque no se trata solo de lo que quiera
una visión absolutista del poder, sino lo que pauten las leyes y la defensa que
hagan los abogados de la UAS que, a mi juicio, lo están haciendo con
compromiso, conocimiento, mesura y pasión.
Ya les tocará a las instancias
competentes resolver sobre la legalidad de las reformas y las acciones
judiciales puestas en operación.
Por lo pronto, los amparos tanto
de decenas de universitarios y los del rector y su equipo jurídico, han tenido
suspensiones provisionales lo que es una derrota técnica para Feliciano Castro,
el líder de la Jucopo, y de la fracción morenista y aliados en el Congreso del
Estado.
Falta que los ministros de la
Suprema Corte se pronuncien sobre la acción de inconstitucionalidad promovida
por los abogados de la Universidad y ahí es, donde habrá de resolverse este
conflicto que tiene mucho de político.
Pero, cualquiera que sea el
sentido de la resolución de la Corte, que a mi juicio será en contra del
Congreso local porque existe en la armonización de la Ley una clara
interferencia del gobierno del Estado y, por lo tanto, es violatoria de la
autonomía universitaria.
Y quizá por eso las prisas, se
trataría de aplicar la máxima de “golpe dado, ni Dios lo quita” y se busca por
la vía de los hechos crear un vacío institucional para en un escenario de
inestabilidad sea el gobierno del Estado implemente una “solución de
emergencia”.
Por eso el presunto intento de
detención del rector Jesús Madueña si sucedió lo que tendría que aclararse, no
es una balandronada, un intento de intimidar y meter miedo, va en serio, muy en
serio, porque es parte de una estrategia destinada a crear las condiciones para
promover a quienes “salvarían a la UAS”.
Afortunadamente, el equipo de
defensa conoce la estrategia del gobierno y han puesto en operación la suya
para no cometer errores y medir los tiempos como también las acciones jurídicas
y políticas de cada momento y dejando como último recurso la movilización de
los universitarios.
Es decir, haciendo un balance del
conflicto Estado-Universidad, en lo jurídico la va perdiendo el Congreso del
Estado y por eso la desesperación que busca la solución carcelaria antes de que
las instancia judiciales se pronuncien sobre la constitucionalidad de la
reforma; en lo político hay un impasse porque existe un acuerdo político,
frágil, pero, finalmente acuerdo, que pasa por la Secretaria de Gobernación; el
mediático, que con las revelaciones del diario Noroeste da elementos a la
opinión pública que da peso a la denuncia y, finalmente, la social, habrá de
visualizarse en el momento que sea el último recurso para la medición de
fuerzas y que podría llevar a estallar el acuerdo político existente entre el
obradorismo y el pasismo lo que es de pronósticos reservados teniendo enfrente
la selección del candidato presidencial de Morena y la campaña que viene por
los votos.
En definitiva, si ocurrió el
intento de la detención del rector sería una clara muestra de cómo está
escalando el conflicto y de la necesidad que existe en el gobierno por una
salida abrupta para ganarlo al costo que sea y en esa forma, ver cumplido el
propósito absolutista que orienta este gobierno de la 4T en Sinaloa, si no
ocurrió como alega Feliciano Castro habría que leerlo en clave de estrategias
de los actores en conflicto. Ya se sabrá.
Al tiempo.
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