MONÓLOGO EN SALSA DE ZOZOBRA
MONÓLOGO EN SALSA DE ZOZOBRA
Ernesto Hernández
Norzagaray
Un amanecer gris va revelando paulatinamente
la silueta rolliza que esta frente al mar mientras el propietario de esta observa
absorto las sombras de las Tres Islas y en lo alto, merodean unas aves negras
que contrastan con ese gris que anuncia malas noticias.
¿Cómo es que llegue a esto? -se
pregunta una voz sacudida por el insomnio.
Algo hiciste -responde su alter
ego.
Si, pero todo estaba amarrado, no
tenía porque llegar a este punto, en el que tengo que renunciar a salir del
país a cumplir con una de mis responsabilidades que es la de promover el
destino turístico.
Algo hiciste -le vuelve a
responder su alter ego.
Pero, qué he hecho, agrego, que
no sea servir al pueblo de Mazatlán. Acaso no ves una ciudad más funcional, cada
día con mejores servicios, bonita como pocas del país.
Algo mal has hecho -insiste esa
voz de su conciencia.
La culpa la tienen mis enemigos,
el gobernador y los miembros del Congreso del Estado. Son unos cabrones.
Algo hiciste para tenerlos de
enemigos -lo cuestiona la voz alzada de tono.
Bueno, sí, quizá, no haber dado
una tajada del poder municipal, acaso no te acuerdas de mi pleito con Héctor
Melesio que quería lo suyo luego de que el PAS me llevó como candidato. No le
bastó tener regidores y le haya contribuido para que tuviera siete diputados.
Acaso ¿no era ese el trato, el
arreglo para la nominación a alcalde? -le inquiere la voz.
No.
¿Cómo qué no?, si es lo
corresponde con los aliados electorales -reclama la voz.
Se hace un silencio mientras
frente a él se oye el chasquido de una ola que ataca dejando una estela de
burbujas blancas sobre ese gris más inoportuno que nunca.
Bueno, sí, pero si lo hubiera
aceptado, me hubieran chingado desde la administración y desde el Cabildo. Y el
poder no se comparte, se ejerce, ya lo decía Maquiavelo, que sabía mucho de
esto. Pero, eso, no es el problema de hoy que tiene otras aristas y personajes.
Amigo, es todo, ¿no te das cuenta?
-lo regaña un molesto alter ego.
Si, pero hay que ponderar, no es el
mismo peso el del gobernador que el del líder del PAS, no es lo mismo el líder
del Congreso del Estado que los regidores de este Cabildo.
Si, claro, sin duda, pero sumado
todo es una bola de nieve y si no haces algo va a terminar por arrasarte a ti y
a los tuyos -aclaro la voz exasperada.
La figura rolliza espiró hondo buscando
encontrar en el aire marino un halito de fortaleza, esperanza, pero, resultó
vano, sintió que sus fuerzas se debilitaban y el insomnio le provocó un largo
bostezo.
Caramba, tuvo que ocurrir todo
esto cuando esta en puerta el viaje a Madrid para traer turistas españoles al
puerto y al Emirato Árabe, para apoyar a mi amigo el Zurdo Ramírez, en su pelea
con el ruso Dmitry Bivol.
Eso, también, es lo que te jodió.
Tu propensión a la pachanga, los viajes, la frivolidad y que te la das de garañón
– le dijo una voz cada vez más exasperada.
No voy a ir Madrid, porque si me
voy, capaz de que cuando vuelvo me encuentro a un interino a cargo de la
alcaldía y este estará esculcando todo para joderme.
Vaya hasta que empiezas a cavilar
sobre donde estas parado -le dice la voz con cierto aire de consideración.
Pero voy a mandar a mi gente a
Madrid y con la Banda del Recodo, para que se enojen y con todos los gastos
pagados. Faltaba más.
Ya ves, no cambias y sigues
provocando a los mazatlecos y a las autoridades estatales, acaso, no recuerdas
que en 2019 te fuiste a Madrid con 90 invitados y desde entonces no has podido
fletar un solo vuelo a Mazatlán y, por lo tanto, la única española que vino es la
esposa del doctor Lewis y en el futuro el catalán Jordi Bartrina y será huésped,
no de Berdegué, sino de amigos -dijo la voz con un dejo de ironía.
¡No me chingues!, tu sabes que
esto no es de un día para otro y lo bueno, esta vez, es que Quirino Ordaz nos
va a ayudar y va a tener todo preparado en la FITUR.
Oye, pero si Quirino, ya
consiguió vuelos para Los Cabos y aquí nada -le recordó la voz.
Entonces, el hombre de la figura
rolliza se dio la vuelta y vio en la arena una lata de cerveza vacía que pateo
con ira y se fue caminando por la playa mientras el cielo encapotado pronosticaba
una dura tormenta, un huracán. Apresuró el paso en un arena húmeda que hundía
los pies.
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