RESPETO
RESPETO
Ernesto Hernández
Norzagaray
Esta semana escuchamos en la
conferencia la declaración de respeto de Rubén Rocha Moya, gobernador
constitucional del Estado de Sinaloa, a la Universidad Autónoma de Sinaloa, y al
rector Jesús Madueña e inopinadamente la pega de que “sospecha” de
financiamiento de la UAS al PAS.
La declaración quiero pensar que
más allá de rituales retóricos que la hace en nombre de una larga travesía de más
de cincuenta años y viene de cuando fue profesor y director de la preparatoria
Guamúchil; de sus tiempos de líder del SPIUAS y secretario general de la
institución, vendría también de cuando alcanzó la más alta distinción que puede
tener un universitario, ser nombrado rector y, finalmente, como estudiante del
Doctorado de Ciencias Sociales donde obtuvo el grado académico que hoy ostenta
como titular del Ejecutivo estatal (el primer gobernador con grado de doctor).
No hay otro universitario vivo
que pueda presumir de tantas credenciales y tantos reconocimientos. Y esos
atributos obligan. Obligan a cuidar la relación con las autoridades
universitarias. Obligan a cuidar el discurso institucional cuando se refiere a
la Universidad. Obligan en la diferencia plantear iniciativas de reforma
razonables por los conductos institucionales. Obligan a cuidar que sus pares
institucionales y políticos hagan lo propio. Obligan, en definitiva, a bajar la
tensión mediática a que cada una de las partes haga su trabajo.
Más, cuando expresa respeto al Dr.
Jesús Madueña, rector de la UAS, que está realizando una buena labor aprovechando
los márgenes de actuación institucional que le permite el complejo de
relaciones que se expresan en la casa rosalina.
El ejecutivo esta en su derecho
de mandar iniciativas de reforma o asumir como propia alguna de las seis que
están archivadas en el Congreso del Estado y que fueron presentadas por
distinguidos universitarios buscando corregir los problemas estructurales de su
institución.
Pero, lo que no se vale desde su
investidura, es hacer grilla buscando debilitar la imagen de la Universidad,
poner en entredicho su autonomía y la personalidad del rector que dice respetar.
El gobernador ha dicho molesto que
“sospecha” que la UAS financió al PAS en la operación para ser elegidos
delegados al Congreso Nacional de Morena.
Y el rector Madueña ha respondido
que la Universidad no financia partidos y que está dedicada a lo suyo. Lo mismo
han dicho los directores de escuelas y facultades.
El problema es, si lo es, que en
la UAS está el grueso de la militancia del Partido Sinaloense y como en el
pasado cuando dominaba el PCM desde ahí se hace política hacia afuera.
Con una diferencia mientras el
PCM-PSUM-PMS lo hacia con escasas prerrogativas el PAS recibe financiamiento
público de acuerdo con la votación obtenida en la última elección de diputados
locales.
Y en 2021, fue la segunda fuerza
más votada, y con ello alcanzó financiamiento suficiente para no tener que
recurrir a la UAS y promover catorce candidaturas a congresistas nacionales que
con las reglas de Morena fueron ganadas.
El gobernador molesto con este
resultado tomó acciones la primera fue recurrir el triunfo de los políticos
pasistas ante las instancias del partido lo que derivó en la cancelación de los
cargos electos y sustituidos violentando su propia legalidad.
Ahora, el asunto podría estar en
tribunales bajo el argumento de que se violaron derechos políticos al cambiar
las reglas de la Convocatoria para elegir delegados y habrá de resolverse antes
del 16 de septiembre cuando inician los trabajos del Congreso Nacional de
Morena.
¿Por qué el gobernador se lanza contra la UAS
ha sabiendas de que su “sospecha” no tiene futuro? ¿esta en su proyecto político
hacerse de la UAS? o, simplemente, ¿lo hace porque ve en Héctor Melesio Cuén la
figura política con mayores posibilidades de crecimiento y podría opacarlo con
sus apuestas fuertes para el 2024?
Desde mi perspectiva ahí está el
quid de la cuestión porque Cuén Ojeda se ha vuelto un problema que hace
necesario acotar esa fuerza de crecimiento y se busca hacerlo vía fast-track o
sea saltándose la institucionalidad.
Y así, el gobernador, va por el
espacio mediático y en la semanera le dedica 35 minutos a hablar del PAS y la
Universidad, despide a todos los funcionarios pasistas salvo aquellos que le
declararon lealtad e incondicionalidad y seguramente, en esta idea, este
operando en la Ciudad de México para que la secretaria de Hacienda intervenga
en la UAS mientras está “generando atmosfera, percepción” junto con Feliciano
Castro. Incluso, pide, exige al rector, que quite a los directores que “puso
Cuén” y ponga a los suyos.
Hay prisa en el tercer piso
porque va contra el calendario electoral sin cuidar las formas por eso el
apresuramiento, el enojo, los exabruptos.
Soy un convencido de que las
universidades públicas deben rendir cuentas y estar libres de cualquier
tutelaje externo para desarrollar en el marco de su autonomía todas las
potencialidades de cada uno de sus miembros.
Igualmente, soy un convencido del
respeto a la ley, no concibo que el gobernador que “tanto quiere a la UAS” y
“tanto respeta al rector Madueña” haga declaraciones y manifieste sospechas de
que la UAS sostiene financieramente al PAS sin que interponga las denuncias
correspondiente, no hay duda de que Cuén está ahí e influye, y quizá mucho, pero
el gobernador está obligado por su investidura a sustanciar sus dichos y llevar
sus alegatos y pruebas a las instancias correspondientes no hacer grilla.
El problema de Rocha Moya es que
no esconde su deseo de tener todo bajo control como en su momento lo intentó fallidamente
Toledo Corro. Y en ese propósito, nada democrático, ya logró hacerse de los
otros poderes institucionales del estado, de la alcaldía de Culiacán donde sin
prurito alguno puso a su ahijado y pronto veremos el futuro de ese angelito que
gobierna Mazatlán y, ahora va por la UAS, que tiene como rector al Dr. Jesús
Madueña Molina, a quien hay que reconocerle que está trabajando para estabilizar
este año educativa y financieramente a la máxima casa de estudios como lo
prometió en su último informe de actividades.
Entonces, la tarea de un
gobernador con esas credenciales omnicomprensivas debería ser la de impulsar su
proyecto político y en ese camino, tender puentes, construir acuerdos, fortalecer
las instituciones del estado para de esa manera cumplir con la oferta de un
buen gobierno y en esa idea, cabe cualquier reforma institucional de nuestra
casa de estudios. Y, por supuesto, haría honor a su nombre y trayectoria. Así
lo único que siembra son desencuentros, inestabilidad, tensión y rencores.
Al tiempo.
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