LA IRRELEVANCIA DE UN RETÉN
LA IRRELEVANCIA DE UN RETÉN
“Hay en algunos lugares del país,
no sólo en Sinaloa, personas que están actuando pensando que se debe cuidar una
región , que no lleven armas, y a veces hay confusiones, pero en general todo
bien”, dijo a los periodistas el presidente López Obrador, y dos horas después,
en otro escenario, lo secundó el gobernador Rocha Moya, diciendo que eran dos o
tres personas las del retén y los periodistas le aclararon señalando que eran
más los hombres armados para luego ambos salir por la tangente diciendo que es
un asunto de “conservadores” y “enemigos
nuestros” que buscan magnificar el suceso que puso en riesgo a un grupo de
periodistas.
Está documentado que en la sierra
del triángulo dorado hay grupos armados que hacen labores de aduanales con
uniforme y son tolerados. Piden identificaciones, semblantean y deciden si la
gente debe continuar o regresar. O vaya usted a saber. Eso ocurre de noche y de
día por esos caminos desolados. Incluso, algunas veces aquello no ha terminado
bien, si no recordemos ataques que ha habido contra familias o simples audaces
que han sido atacados.
Cómo olvidar la suerte del querido
profesor universitario Álvaro Rendón Moreno, “El Feroz”, quien en abril de 2011
fue a visitar a su amigo, el escritor guamuchilense César López Cuadras que convalecía
en un pequeño pueblo de los altos y de regreso lo alcanzó gente armada y le
dieron muerte sin que hasta la fecha se haya esclarecido el crimen.
“Ya valimos madre”, dijo asustado
uno de los periodistas atorados cuando a lo lejos vieron a este grupo armado
que les hizo el alto. Y ante lo que veían, grabaron la escena en un acto temerario.
Afortunadamente los armados no se dieron cuenta porque aquello pudo haber
terminado muy mal.
El problema con los políticos de
este gobierno y también de los anteriores, es que todo lo tienden a minimizar,
una fea manía de desatenderse. Explicarlo sencillamente como “escándalo”, como “magnificación”
de hechos incluso a normalizarlo diciendo que siempre ha sido así y no hay porque
verlo como algo excepcional (¿Alguien recuerda un dicho celebre de Jesús
Aguilar Padilla?
Y si eso, no sirve, entonces está
la retórica de los enemigos reales o infundados: Felipe Calderón y Genaro García
Luna. Aquellos que si pactaron con el crimen organizado no como “nosotros que somos
diferentes”. El problema es la percepción que se deriva de los últimos mensajes
del presidente recomendando “cuidar a los delincuentes porque también son seres
humanos”.
Entonces, cuando ocurre este tipo
de atorones, no es difícil establecer puentes y colegir que “amor con amor se
paga”, una frase muy recurrente en el discurso de la 4T. Ese retén que no debió
ser el único en los distintos accesos a la sierra y se interpreta como un acto
de protección al “amigo presidente”.
No es que el periodismo exagere sino
documenta los hechos, hace su trabajo o, acaso, se quiere que no se documente
un evento donde estuvieron involucrados periodistas de la fuente presidencial. No
hay que olvidar que el tema del crimen organizado esta en la preocupación
pública y no es un asunto menor de dar “malas noticias”, como dijo el
gobernador sinaloense.
Es una realidad que tiene
diversas manifestaciones: masacres, atentados, toma de pueblos, tierra quemada,
elecciones, retenes ante la insignificancia frecuente del sistema de seguridad nacional.
No es casual que esta semana la
revista Proceso dedique su portada y sus principales artículos a estos temas
escabrosos. Trasmite lo que está en la piel de la opinión pública. Y da un
adelanto de lo que puede suceder este domingo en las elecciones de los seis
estados. Todavía hay quienes adelantadamente festinan los posibles resultados
de estas elecciones como antes lo hicieron con las de 2021, como un triunfo de
Morena contra la alianza ¡Va por México!, sin considerar la sombra de los
cárteles.
Cuando evidentemente muchas de
esas elecciones las ganó el narco a través de sus “candidatos”. O sea, perdimos
todos, no solo los priistas, panistas o los perredistas. Avanzamos a un narco Estado
con una velocidad que ni siquiera ocurrió en Colombia en los tiempos de Pablo Escobar
y la mejor muestra de ello, es que el pasado domingo, ese país sudamericano celebró
elecciones donde ningún medio de comunicación habla de la incursión del narco
en el proceso electoral.
Tienen unas elecciones más civilizadas
que las nuestras de relevo de las viejas élites conservadores o liberales y van
por una segunda vuelta.
Entonces, lo peor que se puede
hacer es minimizar la dimensión del problema secundado por los gobernadores de Morena
y se quiere resolverlo con una política que combata las “causas sociales” a
través de una tolerancia creciente ante las masacres que se viven en distintas
regiones del país.
Afortunadamente la atención
pública no está para una política de avestruz y se manifiesta organizada por
los deudos de los homicidios dolosos, los feminicidios, los desaparecidos, los
periodistas asesinados con el acompañamiento de miembros de los organismos de periodistas
y de derechos humanos.
Incluso, allende la frontera,
están los reclamos de los organismos internacionales que no cesan de criticar el
deterioro vertiginoso de nuestra vida pública y la preocupante corriente de
opinión adversa entre la clase política estadounidense que están siguiendo la
evolución de los acontecimientos en nuestro país.
Y, quizá, el presidente López Obrador,
pensará que está blindado por el nivel de aprobación que sigue teniendo en las
encuestas de percepción, pero, no hay garantía que se mantenga en el futuro. Lo
que no se haga hoy es una deuda con el futuro. Es, más, ya está a la vista en
el pasado inmediato. Sea en las elecciones de 2021 o en la consulta de
revocación de mandato. Donde hay un reflujo en la participación a favor de
Morena y AMLO y, ya veremos, qué pasa con en los comicios de este domingo.
Si se repite la historia de las
narco elecciones que tuvimos en 2021, como ya algunos analistas lo auguran, lo sucedido
en el Triángulo Dorado seguramente seguirá siendo pensada con un eslabón, un
trámite, de una historia relevante que no debe ser minimizada. Al tiempo.
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