LA RUPTURA
LA RUPTURA
Fue una coalición electoral exitosa
que dio forma a un gobierno de concentración y hoy a los avatares de un
desencuentro que muy probablemente terminará en rompimiento abrupto, tenso y polarizador.
Ni siquiera a los más escépticos
de la coalición Morena-PAS le queda duda de que esta fue benéfica para las dos
partes: Una de ellas puso la estructura electoral y la otra, la amplia mayoría
de los votos.
Morena tiene la gubernatura y el
PAS la llave de gobernabilidad con sus hasta ahora ocho diputados -está semana
se redujo a seis.
Morena ganó nueve de las dieciocho
alcaldías y el PAS en seis, pero, inmediatamente perdió la joya de sus triunfos,
el puerto de Mazatlán.
Morena hasta ahora tiene el
gobierno estatal, el PAS tiene el partido.
Morena tiene el gobierno, el PAS
tiene la UAS.
Rocha busca tener rápido el
control político de todo el estado, el PAS tiene la paciencia de Job y espera mejores
tiempos para arreglos políticos.
Así las cosas, el equilibrio era
perfecto y hubiera sido redondo si esa coalición electoral hubiera terminado
siendo una coalición de gobierno, un cogobierno, por mucho tiempo.
Pero, a los lideres de ambos les
ganó la suspicacia, la desconfianza en el otro y primero se manifestó en el reparto
de posiciones en la estructura de gobierno y luego, en la disputa por el
control de esas esferas de decisión política.
Luego vendría en el caso de la
pandemia la disputa por la narrativa dominante y los caminos se bifurcaron, a
Rocha lo dominaba la línea nacional de que había que reactivar la economía por
encima de la salud, costara lo que costara, Cuén sin ese tipo de ataduras políticas,
ponía en el centro la salud de los sinaloenses.
Cuén gana en el primer asalto y a
Rocha le beneficia el semáforo oficial verde que alcanza a prácticamente todo
el territorio nacional.
Rocha no acepta la independencia
de su secretario de Salud y lo presiona para que renuncie, pero Cuén aguanta
estoicamente las andanadas mediáticas y políticas desde gobierno con su
entrelineas de: “va a caer, va a caer”.
Cuén no acusa de recibido, juega
con la retórica y los tiempos políticos, intuye certeramente que es tiempo del
gobernador y en sus intervenciones de salud sigue, incluso con mayor énfasis, reivindicando
institucionalmente la figura del gobernador.
Rocha, reacciona, y con una sonrisa
socarrona ve la renuncia de dos alcaldesas del PAS, una de ellas con militancia
de ocho años en el PAS y que manifiesta su interés por afiliarse a Morena y,
por ende, pintar de tinto a Cosalá mientras en El Rosario su alcaldesa señala
que está simple y llanamente con el proyecto del gobernador. Y dos días
después, son dos diputados los que se mudan a Morena.
Cuén, trastabilla, pero no se cae
discursivamente, los dirigentes del PAS hablan de algo normal en todos los
partidos que tienen puertas abiertas donde unos entran y otros salen.
Y en cuestión de horas viene el
siguiente misil quizá el más poderoso que tiene Rocha en sus manos, pero, también,
en caso de no estar bien administrado, puede transformarse en un bumerán que le
genere una gran inestabilidad en el estado.
Salió a decir a la prensa “a mí
ya me han estado llamando el SAT en dos ocasiones, la UAS no ha enterado … del
ISR en las auditorias que se realizaron en 2015 y 2016, estamos hablando de mil
177 millones de pesos” más 862 millones de accesorios y remata, señalando el riesgo
“de que el SAT turne el tema a la SHCP para que ya no le manden participaciones”.
En otras palabras, anuncia el
riesgo de que la UAS se quede sin dinero para cubrir sus compromisos institucionales
y eso significaría la quiebra financiera de nuestra alma mater.
Suena lógico que el SAT avise al
gobernador de la situación difícil por la que atraviesa la UAS pero también llama
la atención la urgencia por poner el problema en ocho columnas y en las
tertulias políticas, sin antes conocer la opinión de la administración
universitaria, que está en la tarea de sanear financieramente la institución y así
no tardó mucho, Jesús Madueña, el rector, salió a decir puntualmente: “El recurso
ha estado llegando al Gobierno del Estado en todos estos años desde el 2014
para acá, pero no se lo ha entregado a la universidad y la universidad pueda pagar
la diferencia”.
¿A que obedece la prisa del
gobernador?
Cómo lo han señalado distintos
observadores políticos, y el mismo Rocha, esto está en clave de mensaje a Cuén quien
es el líder del grupo político que dirige la UAS desde 2004.
Entonces, es y no es el golpe a
Cuén, es, porque sin duda, es el tutor político en la UAS y no es, porque es un
partido con decenas de miles de miembros en todo el estado y en las
administraciones públicas estatal y municipales.
Y eso abre dos caminos: la
respuesta de deslinde que dio Madueña sobre los adeudos y la respuesta suave de
“puertas abiertas” dada por Víctor Antonio Corrales Burgueño, dirigente estatal,
y Gene Bojórquez, líder de esa fracción parlamentaria.
Madueña devuelve el balón a la
cancha del gobernador diciendo que el dinero llegó y que no se lo entregaron
Malova y luego Quirino Ordaz, acepta que hay una diferencia con cargo a la UAS,
y esa hay que cubrirla mediante un acuerdo de pagos con Hacienda.
Las cosas aparentemente son claras,
cómo un asunto de calendarios, montos, convenios y pagos.
Viene la pregunta ¿Por qué Rocha puso
en los medios esa declaración tremendista?
¿Había necesidad?
En lógica pura si, el gobernador
quiere la renuncia de su Secretario de Salud, pero no se atreve a renunciarlo.
En otra oportunidad abundaremos
sobre ello y, solo, para cerrar volvemos a la primera línea de este texto que
tiene que ver con el llamado “gobierno de concentración” que técnicamente debería
ser de suma de voluntades con el programa electoral y la oferta programática de
gobierno porque es lo que votaron 624 mil sinaloenses.
Sin embargo, está visto que ese
tipo de concentración política variopinta no es tal, está agarrada de alfileres
y esa debilidad, es la que explicaría el transfuguismo temprano que estamos
presenciando a favor de una nueva concentración basada en sabrá dios que
negociaciones personales o de grupo.
O sea, lo que pudo ser un
gobierno de concentración democrática a la vista exhibe lo peor de la política canibalesca
y la reproducción local en el mediano plazo de una política “democrática” de un
solo hombre.
O mejor, dos, Palacio Nacional y Palacio
de Gobierno.
En definitiva, los sinaloenses estamos
presenciando el desmantelamiento de lo que se ofreció en campaña y será lo que se
le antoje finalmente al grupo en el poder, lo que pudo ser un camino civilizado
para atender los problemas del estado y en especial, los de la educación, por
lo pronto podríamos estar viendo la instalación de un campo de batalla donde
uno seguirá buscando tener el control político y otros mantener sus esferas de
influencia.
Al tiempo.
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