ROCHA Y EL DESTINO DE RICARDO MONREAL
ROCHA Y EL DESTINO DE RICARDO MONREAL
Al Dr. Juan Carlos
Domínguez, mi agradecimiento
Rubén Rocha, podría ser podría
estar en una disyuntiva, si se confirma el golpe a Ricardo Monreal, quien hasta
ahora es presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la
República y coordinador de la bancada morenista, y si sus funciones sustantivas
pasan a ser de Olga Sánchez Cordero, quién ha regresado a tomar posesión de la curul
que dejó para irse a presidir el cargo de titular de la Secretaría de
Gobernación en el Palacio de Cobián.
Y es que, el ascenso político del
hoy gobernador electo de Sinaloa está vinculado con el también ex gobernador de
Zacatecas, con quien habría hecho mancuerna en temas sustantivos de la agenda senatorial,
y su intervención, habría sido definitiva, para allanar el camino del badiraguatense
en la nominación como candidato morenista al gobierno de Sinaloa.
En el camino, recordemos, quedaron
la senadora Imelda Castro, vinculada al grupo político del mil veces cuestionado
René Bejarano; los alcaldes suertudos Luis Guillermo Benítez Torres y Manuel
Estrada Ferreiro, además, el alcalde hoy electo, por el municipio de Ahome, Gerardo
Vargas Landeros, malovista y cercano al grupo político del canciller Marcelo Ebrard.
La caída de Ricardo Monreal, se
podrá decir que no alcanza a Rocha Moya, porque la curul está ocupada por su
suplente Raúl Elenes, quien, como pocos sinaloenses, ha sido un cuadro de López
Obrador y, si trata de votar el relevo del todavía líder del Senado, lo votará a
favor sin ninguna duda y lo mismo sucederá, con Imelda Castro, quien, solo le
debe a Monreal, que no haya sido obstáculo, para alcanzar la vicepresidencia de
la Mesa Directiva del Senado.
Pero, si la suerte está echada también
el llamado a la disciplina, habrá que cerrar filas con el presidente López Obrador,
y a Ricardo Monreal dejarlo a la deriva, al borde del precipicio político en el
que estuvo en las definiciones de 2017, cuando las encuestas de Morena lo situaron
en tercer lugar, por detrás de Martí Batres y Claudia Sheinbaum, quien,
finalmente fue la candidata de Morena y hoy gobierna la Ciudad de México.
Y, Monreal, recordemos, al verse desplazado
y humillado se reunió con el PRI y el PAN que le ofrecieron ser candidato al gobierno de
la Ciudad de México, pero, antes de tomar la decisión fue llamado por López
Obrador, quien le ofreció no sólo la candidatura en la fórmula de mayoría capitalina
al Senado de la República sino, también, que en caso de ganar una elección cantada,
sería el presidente de la Jucopo y coordinador
de la bancada de Morena en el Senado, lo que lo llevó a terminar con el vínculo
opositor y entregarse de lleno a la campaña presidencial del tabasqueño y la
suya, continuando así, una relación política que venía de lejos cuando abandonó
el PRI para irse como candidato a gobernador del PRD en su estado natal.
Sin embargo, el político zacatecano,
es una especie rara avis en un gobierno altamente personalizado como es el
del tabasqueño, es leal al obradorismo, pero tiene voz propia; es morenista,
pero moderado; y sabe que eso tiene sus costos, los está sufriendo en este
momento, cuándo todos se hacen a un lado, para abrirle paso a Sánchez Cordero, pero
él no se amilana ante el torrente, levanta la cabeza y dice desafiante y a los
cuatro vientos, que cumplirá su mandato.
En política, una afirmación de
este tipo, es un desafío que podríamos sintetizar en la máxima de “si me
sustituyes en mis funciones de representación, lo asumo como una ruptura, y lo
que no sucedió en 2017, habrá de ocurrir ahora, y hasta 2024”, y esto lo
perciben distintos analistas políticos, si eso sucede, no habrá vuelta atrás y Monreal
empezara -o intensificara la ruptura que para algunos inicio en 2017, y continuo
en 2021- significando que un miembro prominente de Morena se vaya a la
oposición.
Que un sector del morenismo minimizara,
pero, el paso de Monreal por el Senado no ha sido burocrático, ha hecho
política para generarse su propio circulo político, se habla qué de los 62
senadores morenista, 41 de ellos, estarían con el senador Monreal.
Es de dudar que se conserve si es
real ese número, por el peso específico de AMLO, pero, lo que resulte en caso
de irse a votación seguramente contaría con los votos de la oposición
prianista, perredista, que suman 31 senadores y eso, podría complicar este
movimiento sucesorio y más, con la postura de freno a casi todas las
iniciativas del presidente.
Pero, regresemos a Sinaloa, a
primera vista Rocha Moya está fuera de esta decisión, no puede estar a favor,
ni en contra del relevo de Ricardo Monreal, en el liderazgo de la Cámara alta, pero,
en este tipo de procesos se mueve todo y más, cuando esta en juego no sólo el
corto sino ya el mediano y el largo plazo.
Si Monreal resiste y sale avante
en este combate con el presidente, conservando la posición privilegiada que
tiene en esta Cámara, seguirá siendo decisivo en las reformas constitucionales
que vienen y, cómo ejemplo, ahí está la ley reglamentaria de la reforma
constitucional de revocación de mandato, qué dicho de paso, Monreal aseguró,
que estará la ley reglamentaria dentro del mes que fijo la Corte.
Pero, si aún persiste la
acometida contra Monreal, el presidente habrá construido un candidato presidencial
alternativo al morenismo que, a lo mejor, aquel es lo que desea ante un
escenario acotado para perfiles como él suyo.
En esta circunstancia ¿cuál será la
postura de un gobernador en ciernes al que le tocaría la mitad del gobierno de
López Obrador y la mitad del siguiente de quien resulte presidente? Una
posición nada cómoda, cuando se la debe a Ricardo Monreal, ¿alguien se acuerda
del discurso efusivo, contundente, durante la pasada campaña de gobernador? Monreal
reconoció en ese discurso que Rocha, es uno de los suyos, que se la debe y las
facturas en política, se pagan cuando se necesitan. Así, que, si no puede
influir en los votos de los senadores Imelda Castro y Raúl Elenes, quedará como
una deuda impaga.
Claro, lo mejor que puede
suceder, es que se repita lo ocurrido en 2017 y se haga política dejando a
salvo los intereses del presidente López Obrador y los de Ricardo Monreal, pero,
si la decisión está tomada para que Sánchez Cordero releve y sea instrumento de
humillación a Monreal, terminara abriéndose el camino de la ruptura y, con
ello, la brecha de las definiciones en perspectiva el 2024. Y, ahí, es dónde Rocha
Moya, tendrá una disyuntiva, que se sumará a sus mortificaciones de ascenso al
poder.
Al tiempo.
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