PERSPECTIVAS DE DESLEALTADES
PERSPECTIVAS DE DESLEALTADES
Los resultados en política
electoral son los cimientos de las próximas elecciones y según le haya ido a un
partido o una coalición, deben considerarlos para armar la próxima estrategia electoral,
habida cuenta de que cada elección es distinta, singular, aun cuando puede en
determinadas condiciones dar un giro de 180 grados.
Lo vimos excepcionalmente en 2018,
cuando la coalición de “Juntos haremos historia” llevó a Andrés Manuel López
Obrador a la Presidencia de la República, y logró sólo en la elección de
diputados federales 30 millones 113 mil 483
votos dejando, muy atrás, la votación
obtenida por Morena en 2015, que fue de 3 millones 346 mil 349 votos, es decir,
en solo tres años, logró coaligada aumentar la votación nueve veces.
Sin embargo, en la pasada elección
federal -para seguir en la misma línea de análisis dejamos de lado lo ocurrido en
los estados, donde como sabemos le fue muy bien a Morena, al ganar once de las quince
gubernaturas en juego- la diferencia se contrajo a tres veces cuando la
coalición obtuvo 12 millones 802 mil 309 votos, más los votos que cada uno de
los partidos por separado obtuvo con sus propias candidaturas o con otros
aliados, sumando otros 8 millones 102 mil 279 votos, que en total representan
20 millones 904 mil 670 votos, es decir, una diferencia entre 2018 y 2021 de 9
millones 208 mil 813 votos. O sea, las nueve veces multiplicadas, se
convirtieron grosso modo en seis.
En tanto, los partidos qué integraron
la coalición “Va por México”, obtuvieron 19 millones 367 mil 735 votos; cuando en
2018 habían obtenido 21 millones 899 mil 973 votos, todavía distante de los 24
millones 353 mil 922 votos alcanzados en la misma elección en 2015 y del 61.08%
que representó de la votación emitida.
Entonces, Morena y sus aliados entre
2018 y 2021, perdieron 9 millones 208 mil 813 votos; mientras el PAN y los
suyos en 2021, solo 2 millones 532 mil 238 votos, lo que significa que son más
estables los votos de un lado que del otro; y esto sin considerar lo obtenido
por el partido Movimiento Ciudadano, que en 2018 fue aliado del PAN, y que en
2021, obtuvo 3 millones 430 mil 507 sufragios, lo que agregado a un hipotético
frente opositor tendrían potencialmente 22 millones 798 mil 242 votos lo que
representaría una diferencia a favor del PRI-PAN-PRD-MC y la triada Morena-Verde-PT
de 1 millón 893 mil 572 votos.
Este comportamiento errático de
los votantes tiene por supuesto sus explicaciones. Algunos dirán, sencillamente,
que se debe por ser elecciones intermedias y que cuando esto sucede, baja la
participación, otros, atribuirán los cambios a qué Andrés Manuel no está en la
papeleta y eso explicaría los resultados en votos de Morena y sus aliados;
otros más, argumentarán, que no hubo una coalición total en ambos bandos y los
menos, atribuirán, este comportamiento a que tenemos un electorado voluble,
desleal y volátil, qué está dispuesto a cambiar su intención de voto o
abstenerse de votar, si no satisfacen sus expectativas de una mejoría de vida.
Cualquiera que sea la explicación
que satisfaga a cada uno tendrá una dosis de verdad y este comportamiento errático,
no es de ahora, viene de lejos, en lo federal y lo local tenemos una alta volatilidad,
es ya crónica nuestra búsqueda por tener “el partido y candidato correcto” y eso
ha provocado una baja en la lealtad partidaria o para decirlo en un sentido gráfico,
el votante de Morena de 2018 no cuajó en un 25% en 2021, mientras el del PRIANRD
no refrendó su voto en un 10%.
Y con esos rasgos que rayan en
una singular psicología del voto, vamos a los siguientes procesos de emisión de
sufragios, sea la consulta sobre el juicio a los expresidentes, la consulta de
revocación de mandato de AMLO o las nuevas elecciones presidenciales. Hagamos, en
términos convencionales, una lectura de los tres ejercicios:
La consulta para enjuiciar a los
expresidentes que se celebrará el primer domingo de agosto es un verdadero
galimatías por la pregunta que autorizó la SCJN y veo difícil, que el bando favor,
sea capaz de movilizar a sus electores hasta llegar superar en un 25% lo
obtenido no en 2021, sino el tsunami del 2018, para alcanzar los 37 millones,
411 mil votos requeridos y que sea legal y tenga efectos vinculantes cualesquiera
que sean estos. Más difícil, si Andrés Manuel, mantiene su palabra de no movilizar
y para empezar asistir a votar lo que para muchos empeora el galimatías de la
consulta.
La consulta de revocación de mandato,
por su parte, que podría ser en la primavera de 2022, debe primero cubrir de
que hay un interesado y cubrir la formalidad de una solicitud con el 3% de la
lista nominal, que son aproximadamente 2 millones
805 mil 854 ciudadanos.
Y
esta solicitud, debe ocurrir entre diciembre de 2021 y febrero de 2022, para
que se realice en el mes de marzo y a efecto de hacerla efectiva debe apoyarla el
40% de la lista nominal lo que significa con los números vigentes necesita del
concurso de la misma cifra de la consulta contra los presidentes del periodo
neoliberal. Nada fácil, para toda una
oposición qué en las pasadas elecciones, obtuvo poco menos de 23 millones de
votos. ¿Cómo pretender en el mejor de los casos obtener los otros 14 millones
de votos? Tendría que aumentar el hartazgo social y que la gente, se manifieste
en la urna, pero, eso se ve hoy prácticamente imposible, no hay en el horizonte
un nuevo tsunami.
Y, finalmente, tenemos
las elecciones presidenciales de 2024, que deberá remontar el 52% de participación
que tuvo la elección de 2021 pero, asalta una duda fundada, si los más de 9
millones de votos perdidos Morena y sus aliados serán capaces de recuperarlos e
incluso incrementarlos ; y si se mantiene la alianza total PRI-PAN-PRD en 2024,
ésta, pregunto, serán capaz de lograr por la vía de un juego de suma cero, atraer
una parte importante de los votos perdidos por la coalición “Juntos haremos
historia”, no se puede asegurar y es probable que no haya sido significativa en
este año, y lo único claro, es que tendríamos una elección cerrada donde serían
determinantes las marcas, los mensajes, y sobre todo, el perfil los candidatos
a la presidencia.
Sólo, por eso,
más allá de los resultados espectaculares en los estados o los de la Ciudad de
México, importa mucho la lectura territorial que ha hecho el colega Willibald Sonnleitner,
del Colegio de México, quien en su detallada investigación cuantitativa concluye
en el pluralismo y no polarización en dos bloques de voto, lo que debería llevar
a los estrategas partidarios de uno y otro bando, a revisar la política de
alianzas y de segmentación de su operación electoral. Sólo así, sabremos, si los
partidos han aprendido la lección.
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