UN FAN: LA GILBERTONA

 

UN FAN: LA GILBERTONA

 


“…Que gané Rocha

Qué gané Rocha

Y que les huela la panocha”

La Gilbertona gesticulaba mentando madres en un escenario ad hoc donde sobresalía en un pulpito de farándula. Nada que ver con el escenario de pobreza donde todos los días lanza sus denuestos, su vulgaridad que le ha ganado simpatías. Estaba acompañada de unos payasos y hacia un nuevo sketch, a favor de Rubén Rocha, candidato a gobernador de la coalición “Juntos haremos historia”, donde este personaje le da a la campaña un toque de burlesque y exaltación fálica.

Atrás esta aquella visita que Rocha hizo a su domicilio y donde aquel personaje insufrible que se reconoce con un “ahora que soy famoso”, fue sorprendido con esa visita especial. Desconocida en su círculo de fans sobre todo cuando en la despedida no fue capaz de recordar su nombre y tuvo que ser auxiliado por el mismo candidato. La visita había tenido un sentido. Se trataba de encontrarse y hacerse un video con una de las figuras más populares del Valle de Culiacán y obtener un gesto de simpatía aun con aquella recomendación de “Ponte verga atrás” que en política puede interpretarse como un aviso, premonición y que la competencia por los votos tenderá a cerrarse con su más cercano competidor.

La Gilbertona es la vulgaridad representada. Un lenguaje florido de vergas y madres propio de los bajos fondos y que, por su fama pública, ha sido motivo de trasmisiones televisivas y una infinidad de charlas que circulan libremente por la red con miles de visitas. Todo un caso sociológico en un tiempo donde los políticos parecen tener poca sustancia. La Gilbertona sólo es comparable con los personajes La Galatzia y El Ezequiel que da cuerpo y voz el comediante culichi Cid Vela. Un youtuber que es una revelación en la amplia avenida del internet. Pero, este, hasta ahora, se ha mantenido al margen de arreglos con los políticos que podrían tener interés en utilizar sus personajes con un anclaje en los sectores jóvenes y populares. El clásico toque a las emociones que tanto recomiendan los estrategas del marketing político para los grandes públicos.

Aquellos que suelen ver la política en clave de rentabilidad. Especialmente entre aquellos sectores a los que la política ya no les dice mucho. Que han sido engañados una y otra vez. Por eso la necesidad de la caricatura y la gesticulación en la política. Los llamados a la risa y al desparpajo sexista. Claro, es una apuesta calculada, y muy probablemente pagada, para instalar ahí la idea de un triunfo anticipado.

Y es que quien gana las emociones, diría los elaboradores de la nueva comunicación política, gana las elecciones, sería la premisa de estas piezas casuales de una campaña por los votos. Y cierto, aquí y allá, no ganan las razones, las plataformas, si no las fórmulas simples, básicas, las de un vergazo. Y eso encaja con un Rocha benevolente, convertido en un Santo Clos omnipotente, que va ofreciendo soluciones a la mala vida de pescadores, campesinos, pequeños empresarios, desplazados por la violencia o familias con hijos e hijas desaparecidos. A sabiendas de que muchos de estos problemas son estructurales e insalvables. Que sobreviven a los distintos gobiernos. Y, seguramente, sobrevivirán al próximo gobierno. Será, entonces, cuando esta suerte de espectáculo breve, descarnado, grosero sea visto en su dimensión. Cómo instrumento de persuasión de los jodidos a los que solo les queda la risa o mejor, el estío del abandono que se busca convertirlo en un voto multiplicado.

Y no es poca cosa, cuando detrás de esta utilización de estos personajes, están tres ex rectores de la Universidad Autónoma de Sinaloa. La quintaesencia de la educación superior en el estado con su cacicazgo que representa la antiUniversidad. Y que en otras circunstancias sería signo de mejora de la política y elevación del nivel de debate público.

Pero, no, mientras La Gilbertona se manifiesta a favor de Rocha, ocurre que la comunidad gay sinaloense le reclama en un comunicado público a Rubén Rocha su falta de congruencia con esta comunidad. Con los derechos humanos en una sociedad diversa como es la sinaloense. No hay respuesta. O si, de ser gobernador llevará, así lo dice, a consulta si se legaliza o no el aborto y el matrimonio gay, cuando en otros estados ya es una realidad que salva vidas y garantiza derechos. Dirán los más rochistas que Rocha, que hoy gozan las puntadas imberbes de La Gilbertona, ¡estamos en campaña!, y como suele decirse en estas, en la guerra y el amor, todo se vale.

Nuevamente el pragmatismo se impone y eso es lo sustantivo del neoliberalismo político, la ley de la selva. Ganar las elecciones como sea y con quién sea, lejos de lo que alguna vez, muchos pensaron que la fortaleza de la izquierda radicaba en la superioridad moral. No hay tal, cuando se trata de ganar una elección, todo parece valerse, incluido la didáctica de La Gilbertona para dar significado fálico y rompe madres, a la política. Al tiempo.

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