UN CRISOL DE IDEAS
UN CRISOL DE IDEAS
Soy de esas personas que al final de cada año gusta de agradecer por aquello que marca mi vida diaria más allá de los afectos familiares. Unos amigos con los que haya compartido buenos momentos de convivencia; una ciudad donde descubrí algo que me hizo recordar la necesidad de moverse siempre; un autor o un libro que me llevó a su relectura, como sucede con Henry Miller, o John Dos Pasos por su libertad; también un viaje que me haya revelado una experiencia inesperada e inolvidable y, hoy, haciendo el balance de un año especialmente duro para todo mundo, sea por perdidas familiares o amistosas hago mi recuento y viene a la memoria los días y las noches de confinamiento, y con ello, las lecturas y esos momentos de soledad, utilizados para escribir que me llevaron por los caminos intrincados de una reflexión que busca no repetirse y apostar por cierto atrevimiento.
Y coincide cuando veo la pantalla
colorida de la plataforma Sinembargo.mx y recorro los rostros sonrientes y
serios de aquellas mujeres y hombres que no conozco personalmente, salvo como les
comentare con algunas excepciones pero, con las que he compartido espacio en
este viaje sorprendente que es la interpretación de una realidad extraordinariamente
dinámica y de los que, por supuesto, he aprendido especialmente en temas que no
han estado en el epicentro de mis preocupaciones reflexivas.
Ahí, están, con sus rostros
perspicaces y miradas inteligentes, los compañeros de la sección de opinión
cómo aparecen en el día, en primer plano se encuentra el ambientalista y fundador
de Green Peace México Alejandro Calvillo, a quien conocí hace algunos años en
Mazatlán, cuando yo colaboraba ocasionalmente en un proyecto editorial de su
esposa; el escritor Martín Moreno-Durán con quien podemos estar en desacuerdo pero
nunca dejar de reconocer su persistencia en sus obsesiones intelectuales; el General
Francisco Gallardo, quien nunca ha cejado en su lucha por democratizar y
trasparentar las actuaciones del ejército, aun a costa, de su propia libertad; la feminista Julia Rivera que en cada entrega nos
revela estampas dolorosas de la vida cotidiana; la protectora de especies
animales Blanka Alfaro que nos recuerda el valor de los otros compañeros del mundo;
el periodista y escritor Alejandro Páez, con quien he compartido mesa en el
Paseo de Olas Altas de Mazatlán; el escritor Oscar de la Borbolla, a quien tuve
el placer de encontrarme un día hace unos años en la casa de nuestro amigo
común, Carlos Maciel “Kijano”, el artista plástico guerrerense; las agudas Guadalupe
Correa Cabrera, internacionalista y la ensayista argen-mex Sandra Lorenzana, sin
dejar de reconocer, a Dolía Estévez, la especialista en relaciones México-
Estados Unidos, quien semana tras semana,
nos pone al tanto de las áreas de tensión de la relación bilateral más difícil.
También, está la valiente periodista
fronteriza Adela Navarro y el analista político y escritor Jorge Patterson, con
quienes compartí mesa hace un tiempo en Mazatlán en un acto organizado por el
semanario Riodoce sobre nuestro inolvidable amigo y colega Javier Valdés; el académico
y politólogo Jorge Javier Romero, al que trate en mi paso por la Universidad
Complutense de Madrid y coincidimos con la figura intelectual del sociólogo Ludolfo Paramio, quien nos dirigió nuestras
tesis doctorales; igual, el periodista y fundador de la revista Proceso Francisco
Ortiz Pinchetti y el también periodista tapatío Rubén Martín.
No menos importantes, son los
miembros de ese grupo extraordinario de especialistas y defensoras del medio
ambiente, cómo el indispensable grupo de reporteros y el personal que captura
notas que le dan un dinamismo fuera de serie a la plataforma, bajo la dirección
que impone la experiencia, visión e iniciativa de Alejandro Páez.
Un staff de analistas de primer
nivel que se ha combinado con la generación de noticias y reportajes sugerentes,
que le dan una espesura dinámica al diario digital y seguramente es la
explicación de que sea el más leído tanto
en plataforma, como en la reproducción de textos en diarios de provincia, donde
me he encontrado a casi todos los que colaboran con sus opiniones en Sinembargo.mx,
un ejemplo es el diario Noroeste, de Sinaloa, donde también colaboró
semanalmente y reproduce todos los días textos de opinión de Sinembargo.mx y
eso le ha dado un mejor contenido en beneficio de sus lectores.
México, sería otro, si no tuviéramos
este tipo de ejercicio periodístico y es que a través de este trabajo cotidiano
que realiza Sinembargo.mx y otros medios digitales y papel, se marca
frecuentemente la agenda nacional, destacando los focos rojos de nuestro
singular proceso de cambio y sobre eso, se va a golpe muchas veces de problemas
presupuestarios y donde muchas veces, especialmente en la provincia, siguen
estando la “banquetas angostas” por lo que persisten los temas tabú para evitar
ese mal endémico que ha provocado que decenas de nuestros periodistas hayan
sido asesinados con absoluta impunidad o vivan en autoexilio para proteger sus
vidas.
Por eso, y más, alternativas periodísticas
como de la que formamos parte, son indispensables por ser cajas de resonancia de
los grandes temas nacionales y es que, sin ese esfuerzo investigativo e
inteligente, estaríamos huérfanos, y más expuestos aquellos que han decidido
hacer del periodismo una forma de vida, una manera de contribuir para sacudirse
entelequias del pasado, malos hábitos en la relación de los medios con el poder
establecido o lo mejor una contribución civilizatoria tan necesaria en una sociedad
tan desigual y polarizada.
Y ese espacio, yo lo he
encontrado en Sinembargo.mx cómo seguramente quienes he mencionado, y agradezco
infinitamente la generosidad de los directivos, pero también de quienes igualmente
comparten espacio semana tras semana, aportando temas e ideas sobre los asuntos
de interés público, lo que hace grande el periodismo, en tanto instrumento para
el cambio de las mentalidades.
Abrazos, a todos, qué el 2021, ya
está ahí, como oportunidad para dar lo mejor de cada uno de nosotros.
Comentarios
Publicar un comentario