UN JUEGO MALICIOSO
Héctor Melesio Cuén Ojeda, cómo ha sido su costumbre ya se subió a la plataforma de ventas de la marca PAS. Ofrece una estructura territorial electoral que a la vista de cualquier candidato a gobernador resulta atractiva porque está vinculada a la militancia y la distribución que tiene la UAS en municipios y sindicaturas.
A la vista de los operadores de
cualquier partido es imposible superarla con sus seccionales. Y, por lo tanto,
así de sencillo, lo recomendable es buscar la alianza con esta formación
política. Así sucedió en 2010 cuando su antecedente la Asociación Cuenta
conmigo le vendió la idea a Jesús Vizcarra, el candidato fallido del PRI, pero
los 120 mil votos que había ofrecido simplemente no llegaron a la contabilidad
tricolor.
Vizcarra fue derrotado en toda la
línea por el “independiente” Mario López Valdez y, curiosamente, Cuén Ojeda
obtuvo la mayoría de los votos en Culiacán y se convirtió en su flamante
alcalde. Cargo que por razones no del todo claras tuvo que abandonar en 2011.
En 2012, todavía como líder de la
asociación Cuenta conmigo, encabeza la fórmula de mayoría al Senado de la
República con la marca del Panal y es derrotado tanto en la de mayoría como en
la senaduría de primera minoría que correspondió al PRI y al PAN,
respectivamente.
Ese mismo año decide constituir
el Partido Sinaloense para participar con esa marca en los comicios locales de
2013 y lo hace en forma exitosa al convertirse en tercera fuerza electoral. Aun
cuando no logra ningún triunfo de mayoría la dispersión territorial de su voto
le granjeo cuatro diputados de representación proporcional. Uno de ellos para
Cuén.
En las elecciones federales de
2015 la recién aprobada figura de los candidatos independientes o sea para los
sin partido, fue aprovechada por Cuén para postular como candidatos a
connotados miembros del PAS ya que la ley tenía un vacío que permitía que los
militantes de los partidos estatales pudieran aprovechar esta nueva figura en
el diseño institucional.
Así, postuló, como candidatos
independientes a tres de sus militantes con un resultado catastrófico porque solo
unos miles se tragaron la píldora de que eran candidatos sin partido cómo si lo
fue Manuel Clouthier quien ganó ampliamente bajo esa figura el quinto distrito
electoral de Culiacán.
Llegó 2016 y Cuén Ojeda se
postula como candidato a gobernador. Y, logra su mayor éxito, pues con 260 mil
votos fue la segunda candidatura más votada con un 26% de la votación emitida.
Pero aun con ese escalamiento electoral fue un nuevo fracaso. No obstante,
logra tener seis de los cuarenta diputados del Congreso del Estado. Una
representación que le convierte automáticamente en un partido bisagra para las
iniciativas de reforma constitucional y reglamentarias. Vende caros sus votos.
Quirino Ordaz, el nuevo
gobernador, va hasta su casa para tomarse la foto y una vez que se retiró el
mandatario Cuén salió a declarar que en el estado habría “cogobierno”, es
decir, que el PRI y el PAS compartirían el poder olvidando la máxima maquiavélica
de que “el poder se ejerce no se comparte”.
Aunque, claro, se le garantizaba
la conservación absoluta de su poder en la UAS en detrimento de quienes exigían
democracia, transparencia y rendición de cuentas. Así, Juan Eulogio Guerra
logra su segundo periodo como rector en medio de críticas de académicos por su desempeño
y la reactivación de iniciativas de reforma universitaria. Que en el
legislativo fueron bloqueadas para que no prosperaran incluso en esta legislatura,
la morenista.
Llega así el 2018 en un ambiente
de efervescencia por la figura de López Obrador que iba en caballo de hacienda
en la tercera postulación presidencial. Los cálculos que se hicieron en los
partidos y entre los analistas sinaloenses fue que la competencia por la Presidencia
de la República estaba definida y se expresaba en las encuestas de intención de
voto.
Pero, otra cosa distinta era en
los estados, donde Morena y sus aliados no pintaban mayormente salvo con
algunas excepciones. Y no les faltaba razón Morena Sinaloa tenía escasamente
dos diputados y algunos regidores además de que la dirigencia estaba acéfala
desde que fue destituida por ejercer la crítica interna.
Con este diagnóstico el llamado
que hacia López Obrador de que se votará en línea no se le veía futuro. Y fue
así cómo cada partido estableció sus alianzas. Cuén Ojeda optó por el PAN que
traía como candidato a Ricardo Anaya, el más joven de todos los candidatos y al
que se le veía con mayores posibilidades de derrotar a AMLO. Se agendó por
segunda ocasión la cabeza de fórmula de mayoría al Senado de la República.
Atrás estaban los 260 mil votos que había obtenido candidato a gobernador y se
pensaba que podrían activarse nuevamente para alcanzar al menos la senaduría de
primera minoría.
Logra 240 mil votos, pero muy
lejos de los 600 mil que obtienen Rocha Moya e Imelda Castro, gracias al
tsunami obradorista. Una nueva derrota que lo lleva a declarar que en 2021 no
estaría en la papeleta electoral. Había el reconocimiento tácito de que había
llegado a su techo electoral. No tenía ninguna posibilidad de alcanzar la
gubernatura.
Quizá, por eso, a sus más
cercanos les confiaba que en el 21 no se equivocaría e iría con el ganador. Y
no es difícil imaginar para él cual era la marca mejor electoral posicionada y quien
el candidato a vencer.
Vienen las fotos en las redes
sociales de él con Rocha Moya, aunque también las declaraciones de que “siempre
nos ha ido mejor cuando vamos solos”. Lo cierto es que además de la necesidad
de dar oxigeno a su partido que en esta legislatura solo logro una diputada que
irónicamente correspondió a la esposa de Cuén Ojeda esta la necesidad de
blindar su plataforma de poder en la UAS.
En los últimos meses se han hecho
visibles los desencuentros con la SEP, la SHCP y la ASF por el suministro y
manejo de los recursos públicos asignados a la Universidad incluso está semana el
rector anuncia que este mes Hacienda le retendrá 100 millones de pesos que
adeuda y eso impactará en el pago de las quincenas.
Entonces, el activismo clientelar
que estamos viendo del PAS en todo el estado a raíz de la crisis sanitaria
busca aceitar la maquinaria de la estructura filo universitaria para ofrecerse
a Rocha Moya.
Quién, de acuerdo con indicios
manifiestos, Cuén juega a la cercanía con este grupo de poder cómo antes lo
hicieron quienes tomaban las decisiones sobre las alianzas que llevaron a los
sucesivos fracasos y triunfos que aquí hemos relatado.
En fin, ¡al tiempo!
13/09/20
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