EL PODER DE LA IMAGEN EN POLÍTICA
Una imagen vale más que mil
palabras, reza un aforismo popular, y frecuentemente resulta cierto. Sea para
mostrar una deslealtad amorosa, cómo para afirmar una adscripción política. Ahí
está, como muestra, el grupo selecto de legisladores que acompañó a Mario
Delgado a registrase como aspirante a dirigente nacional del partido Morena. Entre
ellos estaba el senador Rubén Rocha al lado de Pablo Gómez levantando en alto
el puño del brazo izquierdo y el rostro parcialmente cubierto por un barbijo.
Pero ¿dónde radica lo excepcional
de esta imagen política? La presencia de Rocha Moya en la plancha de losa de concreto
en la sede del INE. Aparentemente ninguna. Cada uno es libre de apoyar al aspirante
que guste entre los más de cincuenta que se han registrado intentando cubrir el
cargo de dirigente. Y es lo que está haciendo el senador. Lo excepcional es que
se ha dicho en los corrillos morenistas es que Mario Delgado es la apuesta que
tiene el alcalde Mazatlán, quien como se sabe aspira a ser el candidato de
Morena al gobierno del estado.
Y esta foto, muestra que no sólo
lo apoya ese alcalde, sino también el senador, a quien está en los primeros
lugares en las encuestas de intención de voto entre los morenistas. O sea,
Rocha Moya rebaso al polémico alcalde, y este se quedo literalmente chiflando
en la loma, viendo los toros desde la barrera.
Si Mario Delgado resulta ganador
en la encuesta que realizará el INE para determinar quién será el nuevo dirigente
nacional, está claro quién gana el primer asalto, la foto de cercanía con quien
se ha dicho es el candidato del presidente López Obrador. De la idea de
sostener a Morena como partido movimiento. Que en sus primeras declaraciones públicas
ha refrendado cómo mensaje sutil de donde están sus apoyos.
Merary Villegas, la diputada
federal, cercana al alcalde mazatleco, fue sorprendida y estaba en el
desconcierto buscando infructuosamente encontrar la cuadratura al círculo. Seguramente
no lograba explicarse cómo el senador se había colado al círculo estrecho del
todavía presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de
Diputados. Y así se quedó, en el pasmo.
Ahora hay que esperar el
resultado de la encuesta institucional para ver hacia dónde se inclina la
balanza. Si Delgado será el próximo dirigente nacional. Lo cierto es que Rocha
Moya está siendo política de despeje en las filas de Morena Sinaloa y construye
alianzas no todas edificantes.
La semana pasada vimos como ancló
a la coleccionista Imelda Castro en la vicepresidencia de la Mesa Directiva del
Senado y ahora acompaña a quien podría ser el próximo dirigente nacional de
Morena, para de esta forma mandar mensajes a los otros aspirantes a la
nominación estatal.
Rocha Moya nada parece perder de
vista en su búsqueda de ser postulado como candidato a gobernador de Morena. Está
haciendo lo que tiene que hacer quien aspira a un cargo de representación.
Sumar y construir alianzas mientras los otros aspirantes a esa candidatura
están perdidos en la bruma del escándalo mediático del día. No alcanzan a
levantar el vuelo. Y nadie termina por verlos seriamente con posibilidades de
alcanzar la nominación morenista.
La apuesta, por ejemplo, del
alcalde porteño es que su “amigo” presidente, el que le pedía raites cuando era
candidato se acuerde de él y lo palomee en honor a la época de cuando se picaba
la piedra del proyecto de la 4T. Cuando se ponía dinero de la bolsa personal
para el activismo político.
Pero una apuesta sostenida en estos
pilares no tiene futuro cuando se trata de gubernaturas. Cuando se busca
conservar la mayoría en la Cámara de Diputados y se busca dar coherencia al
gobierno. Entre el decir y el hacer. Y en ese sentido el alcalde está en deuda
con los gobernados y ejemplos abundan. La compra de un vehículo de más de un
millón de pesos para sus traslados o la asistencia con más de ochenta invitados
a la FITUR en Madrid o los viajes dentro y fuera del estado para la “promoción”
de Mazatlán. Y todo, con una gran opacidad
en el gasto del dinero de los contribuyentes, que en esta época de crisis
sanitaria da cuenta de donde están las prioridades de este gobierno morenista.
En definitiva, en esto de la
política cuentan mucho las imágenes sea para promocionar como para cavar una
tumba política.
¡Al tiempo!
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