REQUIEM PARA UN COMUNISTA
REQUIEM PARA UN COMUNISTA
Con el fallecimiento de Vicente
Silva se va probablemente el último comunista de su generación en Mazatlán y
quizá estirando la liga de Sinaloa. Aquella generación de hombres y mujeres recios
que se formaron políticamente en el periodo de la Guerra Fría y cuando el
Partido Comunista Mexicano (PCM), estaba en la clandestinidad y preso de sus
debates ideológicos que se desprendían del estalinismo y toda la gama de ismos
que generaría multiplicándose en las células existentes. Fuera en Europa, Asia,
África o América. México no fue la excepción cómo brillantemente lo consignó
José Revueltas, en algunas de sus novelas, sobre los comunistas que realizaban
su actividad en la marginalidad, con sus dogmas y frecuentemente en su pobreza.
Silva es parte de estas historias
locales de encuentro y desencuentros ocurridos después de la derrota del
movimiento estudiantil de 1968 y la masacre del 10 de junio de 1971. En el PCM,
cómo lo han registrado distintos historiadores, se vivió un momento de
redefiniciones entre las posturas de ruptura con el régimen priista que llamaba
a la lucha armada porque después del 68 y 71 “se había cancelado la vía
política” y la más conciliadora, gradualista, que pugnaba por la vía política y
era la postura del sinaloense Arnoldo Martínez Verdugo, quien fungía como
Secretario General del PCM, al lado de Manuel Terrazas, considerado por algunos
como la dupla que en aquellos años dirigía al partido.
Sin embargo, esa dupla se deshizo
en 1973 cuando Terrazas decide irse del partido al acentuarse las diferencias que
tenía desde la participación del PCM en el Movimiento de Liberación Nacional (MLN)
y con la dirección del partido sobre “la concepción del Estado Mexicano” en el
echeverrismo o también nos lo recuerda Audómar Ahumada, exdirigente comunista en
Sinaloa, por la posición del CC del PCM en contra de la invasión soviética en
Checoslovaquia en 1968.
Se va del partido a formar el
minúsculo grupo ideológico denominado Unidad de Izquierda Comunista (UIC),
antes de haber tenido una cercanía con el PST, del también excomunista Rafael Aguilar
Talamantes. Fue así cómo salieron del PCM algunas de las figuras del comunismo
regional. Entre ellos estaba una célula de comunistas mazatlecos que encabezaba
Vicente Moreno, un personaje sobrio que había realizado un trabajo silencioso
de reclutamiento de cuadros que estaban en la lucha social del puerto. Uno de
ellos fue Vicente Silva, obrero de la construcción, que tenía un liderazgo en
el Sindicato de Albañiles, una organización de donde saldrían varios activistas
que participarían en las luchas sociales y políticas de los años setenta y
ochenta.
El movimiento contra el aumento
de las tarifas en el transporte público, la huelga en la empresa Fundiciones
Rice y, sobre todo, la lucha por terrenos urbanos para vivienda de los
trabajadores y migrantes. Así, en 1978, este
grupo en colaboración con activos universitarios, fundan la colonia Tierra y
Libertad y más tarde la Rubén Jaramillo. En esas luchas siempre estuvo Vicente
Silva lo que le ganó el reconocimiento de propios y extraños en medio de una fuerte
campaña contra los “comunistas y agitadores”.
No obstante, o por eso, en 1979
fue postulado por el PCM a la alcaldía del puerto siendo así el primer
candidato de izquierda en su historia. No obtuvo muchos votos, su candidatura
testimonial, ni siquiera para tener un asiento el Cabildo, sin embargo, sentaba
las bases para la opción de izquierda que ganaría espacios en la política
sinaloense. Basta recordar que siete años después en 1986, otra Coalición de
Izquierda, postula a Rubén Rocha Moya como candidato a gobernador y este
alcanza el 18% de la votación emitida.
Hoy mismo el puerto es gobernado
por una coalición surgida desde la izquierda, aunque para muchos dista de serlo
y no les faltan razones, tan lejos de aquellos primeros hombres y mujeres que
incubaron la idea de la izquierda en Mazatlán. En 1988 la UIC se sumó al Frente
Democrático Nacional e hizo campaña a favor de Cuauhtémoc Cárdenas y luego esa
generación de viejos luchadores fueron desapareciendo de la escena pública
entre ellos Simón Cárdenas, Florentino Peraza, Vicente Silva, Marquitos y Panchín,
entre los universitarios son de recordar Humberto Macias, Gustavo Lozano, Elio
Millán, Arturo Madrid, Miguel Ángel Jardines, Luis Antonio Martínez, Ernesto
Peralta, Mario Barrón, entre muchos otras y otros activistas anónimos, para dar
paso a una nueva generación de luchadores sociales.
Vicente Silva es uno de los
personajes de esa izquierda que estuvo en el momento de cultivar la idea pero
que no estuvo en la cosecha política de la izquierda. Siempre fue un albañil
que vivió entre los pobres del puerto: En la Colonia Tierra y Libertad, desde
donde salió esta semana para siempre. Quedan pasajes de su participación en la
lucha urbano-populares que dieron otra fisonomía al puerto. Las que hicieron
posibles espacios con servicios públicos para gente que llegaba al puerto
buscando una mejor vida.
¡¡Descanse en paz!!
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