EL COVIP-19, NEUMONIAS Y CONFIANZA
Y es que hay la evidencia de que quienes entran a los
hospitales con problemas pulmonares y se mueren a la hora de registrar en el
acta de defunción la causa del fallecimiento no se identifica como el virus COVIP-19,
sino como neumonía atípica, lo cual estaría generando una distorsión en la
información y provoca indirectamente la sensación de que la situación no es tan
grave. Y eso lleva al relajamiento que todavía se percibe en segmentos de la
población sea en Cancún o en Tijuana. En Laredo o en Puerto Vallarta.
Y no es que no tengamos un número creciente de casos,
sino que la clasificación permite dividir en dos segmentos este tipo de muertes
que da una visión parcial de su cuantificación. Los neumólogos identifican a la neumonía
atípica como una “infección
pulmonar causada por microorganismos menos comunes que los de la neumonía
normal, donde se incluyen los virus, Mycoplasma pneumoniae, Legionella pneumophila o Chlamydophila pneumoniae”.
No me pregunten de los rasgos de cada una
de ellas porque no lo sé, pero lo que sí es alarmante son los síntomas que se
han difundido con pretensiones preventivas del COVIP-19 y que son prácticamente
los mismos de este tipo de neumonía. Vea si no: “Fiebre baja constante; tos seca que empeora con el
tiempo; catarro nasal; dificultad
para respirar; dolor
en el pecho; garganta
inflamada; dolor
en los músculos y en las articulaciones; cansancio
fácil… Los síntomas de la neumonía atípica pueden
demorar entre 3 a 10 días en aparecer y pueden ir empeorando a lo largo de
varias semanas”.
Hasta
aquí la cita de la Dra. Clarisse Bezerra en https://www.tuasaude.com/es/neumonia-atipica/
Ahora bien, recientemente circuló en Twitter una tabla sobre una investigación in
situ que se realizó en el Hospital General de Tijuana con cargo a Adela
Navarro, directora del semanario Zeta y colaboradora de Sinembargo.mx, para
saber las causas de muerte de la gente que ingresa con los síntomas arriba
señalados. Y ahí se tienen registrados 23 fallecimientos de los cuales 19
fueron por neumonía atípica y solo 4 por COVIP-19. Es decir, menos del 20%.
Llama la atención estos datos por la cercanía
geográfica de Tijuana con el Condado de San Diego, que con una población de 3.6
millones de personas tenía hasta el 6 de este mes, 1 454 infectados:https://www.sandiegocounty.gov/content/dam/sdc/hhsa/programs/phs/Epidemiology/COVID-19%20Bar%20Graph%20of%20New%20and%20Total%20Cases.pdf
y por ello habían ocurrido 31 muertes. Se había disparado exponencialmente el
contagio desde el 7 de marzo cuando apareció el primer caso. Esto llevó a que las
autoridades identificaran al condado como zona de emergencia nacional y ahí sigue.
Tijuana, recordemos, sigue siendo la frontera de
mayor tráfico humano en México y uno de los mayores cruces del mundo y eso
abona al contagio de cualquier pandemia. Al revisar su evolución teniendo como
referencia el condado fronterizo de San Diego era de esperar que tuviera un
comportamiento similar y proporcional con el municipio de Tijuana o mejor con
todo Baja California. Sin embargo, la situación ni remotamente se parece a la
del vecino.
Mientras el municipio de Tijuana que hoy tiene una población
de aproximadamente 1 millón 525 mil personas, según una proyección para 2020. En
los mismos días se identifican en Baja California 160 infectados y 12 muertes.
De los cuáles a finales del marzo se ubicaban 10 en la zona metropolitana de Tijuana-Rosarito-Tecate
y 4 fallecidos. Nada parecido.
Escuche en la televisión de San Diego decir a una
comunicadora que de acuerdo con los médicos estadounidenses: “el diagnóstico
del COVIP-19 no es rápido y eso puede provocar que lleve días para decirlo con
certeza incluso que un día se declaren muertes ocurridas en otros días”. Eso inmediatamente
nos remite a nuestras autoridades federales y estatales que no hacen este tipo
de precisión, si es así, lo cual podría abonar a la tesis que es más conveniente
decir por la premura de tiempo y la presión mediática, o simplemente llevar la
batuta de la información pública, que las muertes ocurren por neumonía atípica
y no por el COVIP-19.
Ya en algunos estados, pero, especialmente en redes
sociales, se impone la desconfianza y se corre el rumor de que no están
contabilizando adecuadamente los contagiados y los fallecidos. En Sinaloa es
uno de ellos, aun cuando esta entre los primeros lugares del contagio y
fallecidos del país, específicamente en Mazatlán, el jefe de epidemiología de
la SA, salió al paso al rumor que esta circulando, y señaló: “No se está
ocultando la información ni se están dando otros diagnósticos, hay neumonías, se investigan y se descarta que no sean casos
de COVIP-19, sino realmente neumonías típicas o a veces que se complican con
otros padecimientos como influenza y problemas cardiovasculares” (Noroeste, 8
de Abril) O sea le da la vuelta al asunto no de mala fe sino por la incapacidad
para poder precisar en tiempo real lo que convierte la neumonías en cajón de
sastre.
Aquí cabe el matiz de que se habla ya no de neumonía
atípica, sino de neumonía típica, entre las cuáles habría una diferencia de
fondo por su alto riesgo. Así, mientras la neumonía atípicas, tiene los rasgos
ya señalados en el caso de la típica tendríamos que es una “enfermedad más
grave, con frecuencia adquirida en los hospitales, no siempre produce tos, ataca
desde la garganta hasta llegar a los pulmones y la causan patógenos como la
bacteria clamidia o gran negativos”(https://diferencias.info/diferencia-entre-neumonia-tipica-y-atipica/)
Ergo, la neumonía atípica la producen los virus mientras
la neumonía típica la producen bacterias que puede ser adquiridas en los
hospitales. Quizá por eso se recomienda a los pacientes permanecer solo el
tiempo indispensable en los hospitales. Entonces, lo que podemos desprender de
que la información que se está generando en los hospitales públicos -incluso
también privada- no es del todo confiable}. Sea porque los diagnósticos no son
generalmente exactos. Y si a eso le agregamos que algunos médicos prefieren
hablar de neumonías en lugar del COVIP-19 nos presenta un cuadro que no corresponde
con la realidad.
Y si eso no tuviera consecuencias en la percepción de
la gente, no pasaría de ser un planteamiento frívolo, pero, si lo tiene, en la
información que las personas están consumiendo. Sobre todo, cuando la principal
fuente de información está centralizada y no parece haber mucho interés en
dilucidar las diferencias entre el COVIP-19 y los tipos de neumonía. Quizá, si tuviéramos
acotada cada una de las enfermedades tendríamos una información más confiable y
veraz para las estrategias de prevención que todavía muchos no terminan de aceptar
y por ahí anda la gente por la calle.
Publicado originalmente en el Portal de Sinembargo.mx el 11 de Abril de 2020
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