AVE DE MAL AGÜERO
AVE DE MAL AGÜERO
Ernesto Hernández
Norzagaray
Ricardo Villanueva Lomelí, ex
rector de la Universidad de Guadalajara y actual subsecretario de Educación
Superior viajó recientemente a Villahermosa para estar presente en la reunión
de la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (CONTU) que se
celebró en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) y aprovechó la
ocasión para mostrar a los asistentes los resultados de un estudio actuarial
sobre el estado financiero de las universidades públicas del país.
No se quedó en la exposición les
leyó la cartilla en tono de regaño a las autoridades universitarias que tienen
el modelo de “jubilación dinámica” consistente en que sus trabajadores
académicos, administrativos e intendencia que han cumplido su ciclo laboral estén
jubilados por su Universidad y, también, pensionados por el IMSS.
Les dijo usando un símil desafortunado
sobre la relación gobierno-universidades públicas. Donde “papá gobierno” tiene
dos tipos de hijos (universidades) uno que prepara su futuro con base de una
buena administración de sus recursos y otro. que no prevé, y derrocha, el
dinero escaso.
Y luego este hijo derrochador cuando
tiene que hacer frente a sus compromisos de pago con proveedores, fiscales y laborales
resulta que no tiene los suficientes recursos para salir al paso y cumplir con
sus deudas de todo tipo.
Entonces, tradicionalmente, ha
ido con “papá gobierno”, para pedirle que resuelva el problema que toca a su
puerta y este lo ha auxiliado proporcionándole recursos frescos.
Y al año siguiente es la misma
historia, habló de una petición de 14 mil millones para que estas universidades
resuelvan sus problemas financieros y el problema, afirma que no hay recursos
para atender esta demanda.
Este símil maniqueo de “padre-hijo”
no es ingenuo porque pretende tocar la racionalidad de cada uno de los padres
que estaban en el auditorio tabasqueño y más allá, a quienes no cobran la
jubilación dinámica, que guste o no, es una conquista de algunos de los
sindicatos universitarios. Y, claro, nadie va a querer pagar la mala administración
de un hijo irresponsable.
Pero, las cosas en las
universidades públicas no son así de simples, está el compromiso financiero del
gobierno con las instituciones de educación media y superior sobre todo ahora
que existe la política pública “de que nadie que quiera estudiar, se quede sin
educación”.
O sea, si no pagan los
estudiantes, lo deben pagar los gobiernos estatales y federal, pero, Villanueva
Lomelí, les dijo a los asistentes que “papá gobierno” no tiene dinero. Y si no
hay dinero, es el momento de apretar las tuercas a las autoridades “irresponsables”
como si esto fuera un problema de los últimos años. La Universidad Autónoma de
Sinaloa ejerce esta “irresponsabilidad” desde 1979 cuando estaba dirigida por la
izquierda que hoy está en Morena.
Cierto el problema de insolvencia
se ha agravado solo la UAS tiene más de 5 mil trabajadores en retiro con la
llamada doble jubilación. Y, por visto, Villanueva Lomelí quiere que haya una
sola: la del IMSS.
Y es que el estudio actuarial encontró la “distorsión”
en aquellas universidades que tiene jubilación dinámica y van sobre ellas por
encima de los derechos laborales que afectara espacialmente a los que están en
activo y que fueron contratados bajo el régimen miserable de las Afores y la
dinámica empobrecedora de asignaturización de la educación superior.
Y esos no son problema para los burócratas
como Villanueva Lomelí que dice que es un “defensor desde los 17 años de la
autonomía universitaria responsable”. O sea, quienes negociaron mejores
condiciones de retiro son unos irresponsables. Esa deriva neoliberal, no la
escuchamos, ni en los gobiernos considerados hoy como neoliberales desde De la
Madrid a Peña Nieto.
Entonces ¿porque si la escuchamos
del gobierno actual que estos días habla de la disminución de la pobreza
gracias al aumento del salario mínimo? Cierto, el financiamiento a la educación
pública es creciente y muy caro, porque simple y sencillamente, cada año, se
suman gratuitamente millones de nuevos estudiantes a los seis niveles
educativos (preescolar a posgrado) y esa política de puertas abiertas reclama cada
vez mayores recursos.
Y es comprensible que en
condiciones de recursos escasos el gobierno busque gastar menos en educación superior
y financiar una parte con los recursos de los que hoy disfrutan de la doble
jubilación que no tiene comparación con los ingresos y prestaciones de Pemex o
la CFE.
Así que si hoy van por los jubilados de la
educación superior con jubilación dinámica mañana seguramente irán por otros
con ese discurso regañón y amenazante que da pena verlo viniendo de un exrector
de la U de G, una las universidades públicas más pobladas de nuestro país.
Además, Villanueva Lomelí es miembro
de una de las familias políticas universitarias más patrimonialista. Pero,
tiempos, son tiempos. Hoy, tiene la tarea de trasmitir de mala manera la
política del obradorismo en contra de los trabajadores universitarios que
cumplieron su ciclo laboral.
Y legítimamente buscan seguir disfrutando
de sus últimos años de vida con una jubilación digna. Así, esta ave de mal agüero
viene a leer la cartilla con un estudio actuarial a modo para desacreditarlos
como casi delincuentes “por no haber aportado ni un solo peso” a su jubilación.
Cómo si esa fuera la obligación de un académico que está en aula, cubículo, laboratorios,
administración o en campo y, aclaro, aportan a través del pago de sus impuestos
A cada uno de ellos se les
contrató bajo unas condiciones laborales donde hay un compromiso de las partes.
Y así como las tareas de los universitarios son claras las del patrón son las
de garantizar las quincenas y la seguridad social.
No cabe aquello que viene a señalar
el exrector tapatío converso al morenismo que señala a los jubilados como los
culpables de la situación financiera de sus universidades.
Y en el supuesto de que haya
necesidad de revertir la situación de derechos ganados tiene que ser con la aceptación
de los potencialmente agraviados. Y eso significa, hacer política, convencer
con argumentos racionales, no buscar desde la intimidación poner de rodillas a
esa gran comunidad que ha hecho una contribución significativa a la vida pública
de nuestro país.
Ya veremos cual será la respuesta
de los universitarios del país ante la provocación del morenismo.
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