México, el viaje al precipicio autoritario
México, el viaje al precipicio autoritario
Ernesto
Hernández Norzagaray/Latinoamérica21
El pasado 2 de junio se celebraron elecciones
constitucionales en México para elegir al presidente de la República y a los
integrantes del Congreso de la Unión, además de casi una decena de gobiernos
estatales, congresos locales y miles de alcaldías.
Los estudios socioterritoriales del voto realizados
por Willibald Sonnleitner en el Colegio de México arrojaron que el apoyo de los
votantes, si bien mayoritariamente favorecieron a la coalición oficialista
Sigamos Haciendo Historia, no fue unánime, como lo demuestra que esta suma de
anagramas alcanzó el 56% ante el 44% que obtuvo la oposición PRI-PAN-PRD,
organizada en la coalición Fuerza y Corazón Por México, y el partido Movimiento
Ciudadano, que compitió solo.
Desde entonces se han acumulado cinco momentos
cruciales que nos llevan a justificar el título de este artículo.
1. Al día siguiente de las elecciones, cuando todavía
no había resultados definitivos del Instituto Nacional Electoral (INE), Luisa
María Alcalde, secretaria de Gobernación, convocó a la prensa para anunciar
inopinadamente cómo quedaría integrado el Congreso de la Unión bajo el sistema
mixto de mayoría relativa y representación proporcional, señalando que la
coalición de su gobierno, Sigamos Haciendo Historia, de acuerdo a una
interpretación gramatical no literal, sistemática y funcional del artículo 54
constitucional, había obtenido mayoría calificada en la Cámara de Diputados y
estaba a tres votos de lo mismo en la Cámara de Senadores.
2. Siete de los once consejeros electorales del INE
votaron en la dirección de lo que la secretaria de Gobernación había anunciado
y la resolución la controvirtió la oposición ante el Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación (TEPJF), donde cuatro de los cinco magistrados
electorales refrendaron lo que habían acordado la mayoría de los consejeros
electorales. Los magistrados desecharon ipso facto los recursos de
reconsideración que la oposición había interpuesto en contra de la
sobrerrepresentación del oficialismo.
3. Con esa sentencia definitiva se instaló la Cámara
de Diputados con 364 legisladores oficialistas y 136 de la oposición y, en ese
momento, se puso en marcha la aprobación de las 20 reformas constitucionales
propuestas por el presidente López Obrador, entre las que destaca la del Poder
Judicial, que pretende sustituir el sistema meritocrático por el de la elección
popular directa de jueces, magistrados y ministros, lo que ha provocado un paro
nacional y movilizaciones masivas en todo el país de empleados y funcionarios
judiciales, estudiantes y académicos, además de segmentos de la sociedad civil
organizada en la Marea Rosa y el Frente Cívico Nacional.
4. Esto ha provocado, además, reacciones en contra del
gobierno de Estados Unidos y los grandes medios de comunicación internacional
por el daño que provoca en las reglas del juego del Tratado de Libre Comercio, en
la ONU por su significado para las instituciones de la democracia y en los
riesgos de la instalación de un sistema dictatorial.
Eso ha significado un triple efecto negativo en
términos políticos, económicos y jurídicos que ha provocado una devaluación del
peso del orden del 15% desde el día de las elecciones constitucionales.
No obstante,
los trabajos de la reforma judicial continuaron y ya es ley constitucional para
ello han logrado los votos que les faltaban en el Senado de la República para
tener la mayoría calificada proviniendo dos de ellos del PRD y otro más del PAN
mediante presiones y amenazas sin necesidad de pactar con la oposición; y,
5. Claudia
Sheinbaum, la presidenta electa, que habrá de tomar posesión de su cargo el 1
de octubre, está plegada a la postura de los jacobinos de Morena y aliados
encabezados por el presidente López Obrador. Y en ningún momento se ha salido
del guion contra el Poder Judicial y, en especial, contra ocho de los once
ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que han sostenido una
posición indeclinable de defensa de la Constitución.
En suma,
instituciones fundamentales de la transición a la democracia están bajo amenaza,
y con ello las bases de sustentación de un largo periodo de estabilidad social,
económica y política y entrar a un cambio de régimen o, mejor, llevar a
restablecer el modelo de sistema de partido hegemónico priista sin oposición que permaneció buena parte del siglo XX.
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