Pablo Gómez contra el consorcio Latinus
Pablo Gómez contra el
consorcio Latinus
Ernesto Hernández
Norzagaray
Pablo Gómez, titular de la Unidad
de Inteligencia Financiera (UIF) y antiguo militante de la izquierda, ha dicho
que la dependencia a su cargo ha venido investigando a Latinus y que esta presentó
en mayo de 2021 una denuncia ante la FGR por “posibles delitos de corrupción” del
consorcio de empresas que la constituyen, pero, esta, no incluye a Carlos Loret
ni a ningún otro periodista.
Entonces en esta lógica es una
investigación más de las que cotidianamente realiza esa unidad de la secretaria
de Hacienda y se llevan a la FGR para judicializarlos en los órganos jurisdiccionales.
Por eso asombra que, habiendo no
decenas, sino centenas, de empresas y personas físicas, que podrían estar en
esa hipótesis esta sea escogida para presentarla estelarmente en la conferencia
mañanera del presidente López Obrador como muestra de que el gobierno “hasta el
último minuto lucha contra la corrupción” y más que suceda cuando el
oficialismo ha ganado ampliamente las elecciones presidenciales y legislativas.
Lo normal sería que las
indagatorias y la denuncia ante la Fiscalía fueran discretas y sujetadas al
debido proceso.
Pero, las prisas se imponen y el
asunto fue llevado a Palacio Nacional convertido en un juzgado mediático y el
resultado, hasta ahora, ya lo sabemos, no pasa de las ocho columnas durante
unos días para luego desaparecer.
La decisión de AMLO de llevarlo a
la conferencia “mañanera” busca no una sentencia judicial, sino moral, del
equipo de Latinus y en particular, de quien ha llevado la voz cantante que es Carlos
Loret de Mola y su “hermano” Víctor Trujillo, Brozo.
En una democracia con una auténtica
separación de poderes un asunto de este calibre hubiera sido al revés y la UIF,
hubiera llevado su indagatoria ante la Fiscalía para que esta evaluara si
estaba debidamente sustentada y motivada para luego presentarla ante un juez competente
para determinar si procede ir o no por los directivos de los consorcios y/o en
su caso por los periodistas, sin embargo, eso no sucedió, primero, se llevó al
escaparate público para sancionar mediáticamente a las empresas y a quienes,
dice Pablo Gómez, no están investigados pero da a conocer sus nombres completos
y los montos que han recibido a cambio de servicios profesionales.
Todo mundo sabe que Latinus ha
sido el mayor crítico del gobierno de López Obrador y lo ha hecho, a través de
investigaciones sobre corrupción soportadas en audios, videos, testimonios y
documentación oficial y con esos medios, ha exhibido a miembros del entorno
familiar y amistoso del presidente y sus hijos.
Además, ha señalado a funcionarios
públicos llegando a configurar escándalos políticos que no han sido hasta ahora
litigados para llegar a la verdad jurídica y, mucho menos, para sancionar a
quien, si fuera el caso, resulte responsable -incluido, por supuesto, el emisor
de esa información.
Sin embargo, muestra que los
escándalos políticos surgidos en medio de las contiendas electorales sí, para
algo sirven, además, de exacerbar los humores públicos es provocar odios entre
actores públicos que pasado el tiempo electoral se traducen en facturas para cobrar
los agravios con réditos altos incluida la desaparición de la escena del
perdedor.
Latinus, está en la mira, más
allá de los argumentos que esgrime el titular de la UIF, sin embargo, la
exhibición en la conferencia mañanera reduce la denuncia por las razones
esgrimidas y, lo grave, es que viene de una institución del Estado que en
teoría debería obrar conforme a la ley y no de humores personales por más
poderosos que estos sean.
En Palacio Nacional saben que esta
denuncia no tiene futuro judicial en los menos de tres meses que resta del
sexenio y, por eso, busca una sentencia pública.
En el mejor de los escenarios se buscaría
sentar las bases de la relación entre el futuro gobierno y los medios de
comunicación, solo que hay un problema “técnico”, Latinus es una organización
periodística mexicoestadounidense con oficinas en ambos lados de la frontera y,
si lo que se busca, es callar esa voz habrá de enfrentarse judicialmente en
ambos países.
Y, no creo que Claudia Sheinbaum,
quien llegará a Palacio Nacional con una agenda cargada y la necesidad de
sacudirse la percepción de dependencia con López Obrador que por cierto alimentó
Latinus a través del seguimiento que realizó puntualmente de su campaña
presidencial.
Sin embargo, a estas alturas de
la democracia representativa, ¿quién del primer círculo podría estar interesado
en trasmitir al mundo que Sheinbaum no respetará la libertad de expresión? ¿qué
irá por Latinus, sus periodistas y el selecto grupo de opinadores de los
asuntos públicos?
Claudia Sheinbaum, en este tema probablemente
buscará no seguir la línea de confrontación y polarización de estos seis años
por simple cálculo político pues es un pleito perdido. Operará, entonces, sus
políticas sobre la base de concordia nacional que de alguna manera trasmite el
perfil profesional del gabinete y el distanciamiento con un personaje
polarizante, como es Gerardo Fernández Noroña.
En todo caso, el escenario de la
lucha política será en lo inmediato en el Consejo General del INE, donde se
darán los debates para empezar con el tema del intento de sobrerrepresentación
de Morena y sus aliados. Continuará en el Tribunal Electoral e, incluso, una
vez resuelto este debate jurídico, en el propio Congreso de la Unión cuando se
discuta y vote el espinoso tema de la independencia de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
En definitiva, la denuncia que
presenta el titular de la UIF difícilmente podrá lograr más allá de la
descalificación mediática de Latinus para el sector más informado y obradorista
de la ciudadanía. Y es que en su sector más moderado ya hay voces que hacen ver
que en este asunto que apenas empieza se ha ido demasiado lejos.
Quizá, por ello, Pablo Gómez, un
viejo lobo de la política, dio un paso atrás diciendo que no van por Loret de
Mola sino por los consorcios que apuntalan económicamente a Latinus.
O sea, por nada, a fines
prácticos y más cuando Adela Navarro, nuestra compañera en este espacio señaló una
travesía que duele para para una biografía como la de Pablo Gómez de “reprimido
a opresor”.
Al tiempo.
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